La virtud de la amistad. Vídeo
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Tener amigos va mucho más allá que saber relacionarse, que puede ser un problema para alguien que sea Asperger o tenga un problema determinado, ya que relacionarse es una cosa y tener amigos otra bien distinta. Yo siempre he tenido buenas relaciones pero no tenía amigos hasta que Dios los puso en mi camino. Y fue el resultado de una petición muy concreta cuando murió mi madre: "Señor, no me dejes sin alguien con el que pueda hacer Iglesia, ahora que te has llevado a mi madre". Y, sorprendentemente, atendió a mi súplica, Todavía no salgo de mi asombro.
Muy querido P. Javier:
¡Dios le bendiga!
Soy un sacerdote franciscano español. Tengo 66 años. Desde hace unos tres o cuatro años, y gracias a su blog “Que no te la cuenten”, le he leído y escuchado en bastantes ocasiones, pero nunca le había hecho ningún comentario, sencillamente porque no tenía costumbre de comentar públicamente los artículos que leía.
Hace unos meses, he comenzado a hacer distintos comentarios públicos en distintos sitios, y hoy me animo a escribirle.
Su vídeo me ha encantado, como otros precedentes.
Sus acertadas y hermosas palabras me han parecido una confirmación de las bellísimas palabras del Eclesiástico: “Un amigo fiel es un refugio seguro, y quien lo encuentra ha encontrado un tesoro. Un amigo fiel no tiene precio y su valor es incalculable. Un amigo fiel es medicina de vida, y los que temen al Señor lo encontrarán. El que teme al Señor afianza su amistad, porque, según sea él, así será su amigo” (6, 14-17).
Y son también una invitación muy amistosa a heredar desde ahora la dicha del salmo 133: “¡Qué dulzura, qué delicia, convivir los hermanos unidos (…) Allí manda el Señor la bendición, la vida para siempre!”.
Muchísimas gracias, P. Javier.
Un abrazo muy fuerte:
José Mari, franciscano
Muchísimas gracias también a sus dos comentaristas, Palas Atenea y Luis Piqué Muñoz. Sus comentarios me han parecido de muchísima hondura.
Palas Atenea, me deja patidifuso y muy contento la oración que, desde las entrañas y desde su desvalimiento, hizo usted al Señor cuando murió su madre. No me extraña que no salga usted de su asombro al haber visto tan palpablemente la amorosa y magnánima mano de Dios y al entender ahora su propia y sufrida historia en el terreno de la amistad.
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Muchas gracias, Padre y hermano en el sacerdocio! Bendiciones mutuas y que Dios nos de la gracia de una Santa Cuaresma (vuestro padre San Francisco, según leí -creo- en las Florecillas, hacía tres al año para su conversión).
Querido P. Javier:
¡Dios le colme de Él más y más, y le dé el pan de cada día!
Y se digne hacer eso mismo conmigo, por su misericordia.
Gracias por sus palabras y su bendición.
Seguramente soy un poco exagerado, pero no sé casi nada de san Francisco, fuera de que pertenezco a la familia de hermanos que Dios le dio y muy poco más.
Consultando sus escritos, veo que, en la Regla no-bulada y en la Regla bulada, nos pide efectivamente que ayunemos en tres periodos distintos, que duran, cada uno, unos cuarenta días: 1) desde la fiesta de Todos los Santos hasta la Natividad del Señor; 2) desde la Epifanía hasta los cuarenta días siguientes; y 3) desde el Miércoles de Ceniza hasta la Resurrección del Señor.
En las Florecillas se cuenta (cap. 7) que pasó una cuaresma en una isla del lago de Perusa con solo medio panecillo.
Esto es lo que he encontrado, querido padre Javier.
Un abrazo muy fuerte:
José Mari, franciscano
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