Bien por Mons. Pedro Martínez: monaguillOs sí, monaguillAs no
San Luis, pequeña diócesis de la Argentina, ha tenido, en los últimos años buenos obispos católicos: Mons. Laise (que impidió la introducción de la comunión en la mano), Mons. Lona, que trató de continuar en la misma línea, y en estos últimos tiempos, Mons. Pedro Martínez quien, contra viento y marea ha hecho, para los días que corren, una cosa insólita: ha prohibido las “monaguillas” en su diócesis, conforme al derecho canónico vigente.
Bien por Monseñor Martínez, más aún en estos tiempos sinodíticos que corren.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
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14 comentarios
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¿No será que ud. es obispo y tiene esos gustos?
Ahora la mayoría de la gente está predispuesta en contra de la celebración de la Santa Misa en latín de acuerdo al Rito Tridentino, y en muchos sitios la Comunión en la mano es la 'ley', mientras en otros lugares aceptaron deseosos el sacrilegio de dar la Santa Comunión a adúlteros y a personas de otras religiones. Al rato, algún obispo indigno admitirá, por sus pistolas, que el culto a las 'divinidades' paganas ("pachamama", "ganesh", et. al.) es compatible con la liturgia católica y lo volverán tradición respetable, norma de facto e imposible de reformar. La mayoría del pueblo, aborregado y cómplice, les seguirá. Urge un pastor valiente y firme que renueve con autoridad la Viña del Señor, pero si el designado es patrocinador del mal, Dios nos ampare.
Es curioso escuchar a algunos de nuestros pastores (partidarios de desvirtuar a la Iglesia) predicar con tanta 'unción' acerca del pasaje de la parábola del Buen Pastor: "el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que salta por algún otro lado, ése es un ladrón y un salteador", y la Puerta es Cristo. A ellos se les olvida aplicarse el pasaje a sí mismos: si se pasan a la torera ser fieles a Cristo, a quién deben su autoridad, se convierten en siervos infieles, salteadores y lobos rapaces depredadores del rebaño del Señor.
Personalmente, de siempre he pensado que los errores y defectos de la Nueva Misa de Pablo VI de 1969 son como un pecado original sin posibilidad de reforma alguna, y que son:
1. Innovación
2. Reducción
3. Variación
4. Dépeçage
5. Inculturación y aggiornamento
Para mí, se debería de volver a la MIsa Tridentina, modernizada y con tres versiones, ordinaria, abreviada y para niños.
La única cara visible del Concilio Vaticano II era la Santa Misa. Pero como dice el P. Gobbi, sólo ha generado esta secuencia:
1. Confusión
2. Indisciplina
3. División
4. Persecución
El dépeçage de las funciones litúrgicas eucarísticas de los presbíteros y diáconos, dentro de la Nueva Misa, han sido dos bombas atómicas, una que ya ha estallado, y otra con espoleta del tiempo, activada por el Anti-sínodo A-masónico, papachamizando la Sagrada Liturgia.
En efecto, el dépeçage de las funciones sacerdotales en la misa, la ha convertido todo un Théâtre des Variétés, sobre todo en la Celebración de la Palabra, todo un desfile de laicos en las lecturas, peticiones y ofrecimiento de las ofrendas y dones.
Algo menor en la Celebración Eucarística, pero ya están las mujeres ayudantes del altar, monaguillas y los laicos administradores de la comunión.
El Anti-sínodo A-masónico acabará de hacer estallar la última bomba atómica que estaba preparada: la reducción del ministerio sacerdotal a la sola Consagración de las especies del Pan y del Vino en la Santa Misa. El resto, todo en manos de los laicos, sobre todo mujeres.
Ah, y una segunda liturgia paralela sincronizada, la misa chamánica con el panteón de dioses y diosas: el Altar Mayor se celebra el rito católico, y a sus pies, extendido, un altar pagano, donde se celebran los ritos, oraciones, intercesiones e invocaciones demoníacas chamánicas a la vez.
En efecto, en Holanda, las iglesias católicas progresistas, desde los 1970, hicieron dos cosas:
1. Las mujeres celebraban toda la misa excepto el momento de la Consagración, instante en el que mandaban levantarse de la silla a un cura anciano de su silla, que se pusiera ante el altar, pronunciara las palabras de Consagración, y obedientemente, regresara a sentarse a su silla callado, sin poder decir ni la homilía.
2. El sacerdote oficiante puede decir la misa de manera normal, al menos la parte de la lectura del Evangelio y la homilía y el resto de la Celebración Eucarística. Pero el contenido de la homilía debía de pasar la censura previa de la "comunidad parroquial", la cual le podía prohibir u obligar hablar de ciertos temas.
Conservo algunos dibujos en papel vegetal que utilizaba mi suegra para enriquecer el ajuar litúrgico con bordados de espigas y racimos, que aún, ochenta años después siguen utilizándose en su vieja parroquia...
Benditas labores femeninas, que con su delicada capacidad de observación, han sido capaces de mantener por siglos la limpieza, dignidad, adorno floral y arte en la Casa de Dios.
Cuando ellas no intervienen ¿a que se nota?.
¿Pero cómo puede Ud. salir a celebrar con esa alba deshilachada por abajo?, escuché a una feligresa "reñir" a su párroco... los varones no nos dábamos ni cuenta.
Luego está obviamente la razón práctica de que el monaguillado debe ser un cultivo de futuras vocaciones sacerdotales.
Digna de aplauso la decisión de Mons. Pedro. Dios quiera que imiten su ejemplo otros obispos, y también párrocos en aquellas diócesis de obispos más progres o tibios.
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En la liturgia romana, novus o vetus ordo, está permitido; no así -o con excepciones- en el rito bizantino. PJOR
Bueno, el Breviario se aproxima bastante, pero no el Misal, que es un invento de la comisión de Bugnini.
Hay dos Formas del Rito: una Forma NO reformada conforme al recto sentir de la Sacrosanctum Concilium y otra forma DEFORMADA, un invento de buró vaticano, una degeneración, tergiversación y adefesio: el Novus Ordo.
El Misal de 1965 puede ser todo lo superior que se quiera al Novus Ordo, que lo es, pero NO es una Liturgia reformada conforme al recto sentir del Vaticano II. Y ése es el problema.
Siempre que pienso en la Liturgia me viene a la cabeza el verso del Profeta: "AL TIEMPO DE LA CURA SUCEDE LA TURBACIÓN". Y así ha sido con el Novus Ordo.
Muchos tradicionales le tienen alergia a la vernácula, a que los fieles contesten, a un leccionario ampliado... Incomprensible. Incomprensible cuando se tiene presente la liturgia oriental.
Yo opino como Jordi que la solución sería una reforma VERDADERA y no una corrupción absoluta del Misal de Juan XXIII conforme a la letra de la Sacrosanctum Concilium. Lamentablemente es lo que algunos tradicionales llaman despectivamente "misal híbrido".
Pero creo que ya es demasiado tarde. Ahora mismo la única alternativa es la destrucción del Novus Ordo (por abandono o por carcoma interna, como sucede con lo del "rito amazónico"), la vuelta al Misal de Juan XXIII de forma absoluta y luego Dios dirá.
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