Ideología y contra-revolución cultural. Vídeo

Como siempre, extraordinariamente buenos sus comentarios.

Gracias Padre Javier por explicar de manera clara y sencilla un drama del mundo actual que pronto acabará en tragedia. No hay duda que Gramsci, un ideólogo dueño de un coeficiente intelectual como pocos, supo descubrir antes que nadie que los medios de comunicación eran una herramienta poderosa -tal vez la más poderosa- para destruir las raíces cristianas de la civilización occidental y sustituirlas por el materialismo ateo, caldo de cultivo ideal para el triunfo del marxismo cultural. En su momento el liberalismo vio en Gramsci al enemigo comunista que luego se prolongó en la Guerra Fría, pero en este siglo XXI la batalla final que se ha desatado contra Dios y su Iglesia los ha unido. En efecto, hoy somos testigos de la estrategia común de liberales y marxistas, no ya sólo por acabar con las raíces cristianas de Occidente, eso ya lo consiguieron, ahora van por todo y sus cañones han comenzado a disparar munición gruesa contra los cimientos de la misma Iglesia. El objetivo es destruirla, asaltar lo que quede de la ciudadela y apoderarse del timón para reemplazarla por una falsa iglesia. Todo indica que la victoria está cerca porque en esa tarea el enemigo ya cuenta con numerosos aliados en las altas cumbres vaticanas. Para alcanzar esa victoria los medios de comunicación han hecho propia la ideología de género y en complicidad con el poder político la difunden desde sus páginas. Los diarios se han convertido en un manual de pedagogía y el periodista-docente descarga diariamente su veneno en pequeñas dosis sobre toda la familia -grandes y chicos- sabiendo que al final logrará su objetivo, porque las mayorías siempre han creído que si lo dice el diario, es verdad. Si algún desprevenido cree por ventura que las cosas van a cambiar gratis porque sin pagar ningún costo un día de estos el mundo volverá a ser cristiano como antes, lamento decirle que está muy equivocado. Por cierto, el triunfo final de Cristo y su Iglesia está asegurado, pero antes de llegar a eso tendremos muy malas noticias porque no hay duda que lo peor está por venir. ¿Será que para saber cómo termina esta historia no estaría nada mal que leyéramos el Apocalipsis...?

Muy buena la distinción: "la contra-revolución no es una revolución contraria al marxismo, sino hacer lo contrario a la revolución".

Y la solución que se plantea, volver a hablar con lenguaje claro y simple las verdades cristianas, coincide con lo que publicaron Pedro Luis Llera y Burke y compañía. Las coincidencias parecen indicar un signo de Pentecostés.

Y quien piense que en el siglo XXI esto del marxismo se queda en un grupito de ideólogos y medios de comunicación sin mayor influencia, pero que en el nivel político ya no cuentan las ideologías, sino sólo el deseo del poder y el dinero, esta entrevista de Pablo Iglesias a Álvaro García Linera (vicepresidente de Bolivia) le puede hacer cambiar de opinión, y ver que si los ideólogos marxistas están ocupando con muy poca resistencia los lugares de poder e influencia es porque están mucho mejor preparados que otros "líderes", que por acomplejarse de la verdad católica, han perdido cualquier sentido de referencia sobre la cual apoyarse y marcar el rumbo, se han vuelto agua tibia que produce vómito, sal sosa que solo sirve para echar a la basura.

https://www.youtube.com/watch?v=a0mPTnNrovU

Si se pone una a pensar en quién puede estar detrás de todo esto se le ponen los pelos como escarpias. En el s. XX hubo varios tipos de ideologías, en el XXI solo hay una. Cómo se han puesto de acuerdo todas para llegar a un punto común es sobrecogedor, porque, ciertamente, parece haber un acuerdo generalizado y una dirección, que tratan de ocultar pero que está bastante clara a estas alturas. No puede ser que todos los países caminen al paso de la oca porque eso no había pasado jamás en la historia y ahora está pasando, puede que algunos, como Canadá, Holanda o Australia caminen más rápido, pero los demás les siguen en la misma dirección. Prácticamente no hay barrera que se les oponga ni lugar que sirva de referencia. ¡Ven Espíritu Paráclito y socórrenos!