Terrorismo en la Argentina y una información por azar
Viernes 7 de Septiembre. Me levanto temprano, tomo un café y rezo mis Laudes. Luego, como desde hace 20 años, leo rápidamente dos diarios locales por internet: uno liberal-conservador (La Nación) y otro, marginal de izquierda, Página 12 (siempre hay que leer al enemigo). Si quiero ver algo más serio, Infobae y, si algo más sensacionalista, Clarín.
Una noticia me llama la atención; es la la historia de un pobre hombre, asesino de taxistas, que en 1982 cometió 4 homicidios seriales del mismo modo: se subía a los taxis, mataba a sus víctimas y luego fumaba un cigarrillo en el automóvil hasta cerciorarse de la muerte de los pobres trabajadores para, luego, ir como en un ritual a comerse una milanesa a la napolitana con papas fritas.
Típico de nuestros periodistas progres, la historia termina con que el autor del libro (obvio que la nota es para promocionar un libro) dice:
- “Es una historia muy triste… Noté que muchas veces las personas ‘normales’ que deciden sobre los “enfermos” pueden llegar a ser aterradoras. El poder determina si estás enfermo o no“.
Es decir, la historia de siempre: “el infierno son los otros", como decía Sartre.
Pero esta burrada zurda ya no nos impresiona, sino una foto. La foto del diario de la época que sale en la misma página del diario La Nación, del 17 de octubre de 1982, anunciando que habían atrapado al asesino. Allí, casi sin querer, aparece un comunicado de la asociación FAMUS (Familiares muertos por la subversión) por el día de la madre.
Hoy las siglas de FAMUS son casi desconocidas por la inmensa mayoría de los argentinos y completamente silenciada por los medios periodísticos. Se trataba de una asociación de amigos y familiares que habían perdido a sus parientes durante la serie de atentados terroristas que el marxismo había llevado adelante en la Argentina durante la década del ‘70.
“Hemos perdonado a los asesinos de nuestros hijos. Sólo rogamos a Dios que nunca más tengamos que transitar por los caminos sangrientos que hemos recorrido”- decían allí los familiares de los 2500 muertos que habían pagado la solicitada, como pueden ver.
Hoy en día casi nadie recuerda esta historia; apenas si Victoria Villarroel y otros más luchan por la verdad completa en CELTYV y otras organizaciones más.
Hoy, un asesino de taxistas y un periodista abolicionista nos lo hicieron recordar.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
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1 comentario
Una, el alegato anarquista del autor del libro basándose en el testimonio insustancial e inconducente de un enfermo, asesino y antisocial.
Dos, que se haya hecho alrededor de la guerra antisubversiva algo así como una "acepción de muertos": habría muertos que honrar y reivindicar (los jóvenes "idealistas" que ponían bombas bajo la cama), y muertos "bien muertos" que olvidar, los integrantes de las FFSS que les hicieron frente.
Y ojo que acá no cabe argumentar los excesos e indignidades de la represión -que los hubo por cierto-, ya que la inmensa mayoría de los que perdieron la vida en la guerra antisubversiva, no tuvieron ninguna responsabilidad en su planificación.
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