"Entré atea y salí católica". Conversando con una rusa en el tren o sobre la belleza que salva
Escena:
Roma. Vagón de tren. Cura de sotana (quien escribe), sentado.
Sube una señorita joven, plenamente tatuada hasta el cuello. Le cedo uno de los asientos que estaba ocupado por mi abrigo. Se sienta con su bebé de apenas un año.
- Gracias -me dice.
- De nada. ¿Qué edad tiene la beba? –pregunto.
- Dos añitos.
- Siento que su acento no es italiano….
- Sí, si. Soy rusa…; de paso: ¿ud. es sacerdote católico?
- ¡Sí, claro! –respondí.
- ¡Qué bueno que ande con sotana! Es hermoso ver que algunos los sacerdotes quieren ser identificados por la calle. Yo voy a la Misa de los primeros viernes; tengo una hora y media de viaje, pero soy muy devota del Sagrado Corazón, así que no me la pierdo.
La escena era rara: una rusa, joven, tatuada y devota del Sagrado Corazón, en Roma…
- ¿Así que es de Rusia? Y… ¿es católica u ortodoxa? –pregunté un tanto inquisitorialmente.
- ¡Católica! Bueno…, hace unos años me convertí.
- ¿Ah sí?¿y cómo fue, si puede saberse?
- Fui educada en el ateísmo pero, con el tiempo, emigré buscando trabajo a Canadá. Todos los días me tomaba el metro en la puerta de una iglesia. Cierta vez, por curiosidad, me decidí visitarla. Cuando entré, me encontré con la liturgia tradicional, en latín, con el canto gregoriano y el incienso. Y…, no sabría cómo decirlo pero entré atea y salí católica. Volví con el tiempo a Rusia e intenté asistir a la parroquia católica que me correspondía, pero no podía soportar la liturgia mal celebrada, así que busqué siempre la belleza de la forma extraordinaria. Ahora vivo en Roma y no puedo dejar de apreciar este tesoro.
Me quedé boquiabierto, mudo, sin palabras. Miré más detenidamente los tatuajes y eran todas frases en latín, acerca de la Virgen María, los santos y Nuestro Señor.
Porque los conversos son así.
Me bajé, saludé a su pequeña y las bendije a ambas.
Y recordé lo de Dostoievski: “la belleza salvará al mundo”.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
20 comentarios
El sábado a las vísperas asistí a misa y el domingo me fui a la iglesia ortodoxa y estuve en su liturgia. Extraordinaria. Sé que el caso que relata en el post es al revés. No me he hecho ortodoxa, es posible que en el momento dónde vivía la parroquia no tuviera una excelente liturgia y tengo claro que a pesar de ello no dejo de ser católica. Pero quedé extasiada con la liturgia de ellos, es muy larga pero yo diría que mística. Ya cuando viví en Madrid si encontré afortunadamente muy buenas liturgias católicas, especialmente las de las Oblatas de Cristo Sacerdote por el metro de Ciudad Lineal.
En mi ciudad hay una catedral ortodoxa rusa que nunca he visitado por falta de tiempo de ocio. Acudí a unas vísperas en Londres hace años y me encanta su música. Las razones por las que nunca me he planteado hacerme ortodoxo son:
1-la Liturgia de las Horas
2-que te reconfirman y te hacen rechazar proposiciones que tal y como las he visto en youtube son malentendidos de la Fe católica
3-porque Ministerio Petrino hay en la Iglesia, se ejerza bien o mal. Francisco es tan mal Papa que se añora a los fornicarios medievales, que por lo menos no eran herejes matwriales, pero es el Papa.
El relato, conmovedor.
He conocido tambien la liturgia sirio libanes el rito oriental en Arameo, y es maravillosa tambien.
Son un refugio entre tan mala doctrina y abusos liturgicos que ocurren hoy por lo menos donde vivo yo.
Lo que dices en el punto 2 es inexacto. Lo que has visto en YouTube sera el video del caso del ex-jesuita, que fue un asunto muy particular y que ha sido usado con mala fe. Normalmente las personas pueden ser recibidas en una u otra Iglesia a través de un sacramento (Confirmación, Matrimonio, los mas usuales) o si no mediante una breve ceremonia de declaración de fe (sin las renuncias que se ven en el video) y siendo admitidos en la Comunión.
El asunto del "rebautismo" o "reconfirmación" fueron resueltos (en la teoría al menos) en la declaración/ acuerdo conjunto de Balamand de 1993.
No sé nada del jesuíta.
Era un sacerdote católico en Rusia, en San Petersburgo, creo.
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