A fornicar que se acaba el mundo...
Ayer nuestro compañero en Infocatolica Luis Fernando Pérez Bustamante daba noticia de la presentación del nuevo libro del cardenal español Luis Martínez Sistach, en el cual textualmente dice respecto de quien se ha casado por Iglesia, separado (o divorciado, da igual) y nuevamente emparejado con otro:
El discernimiento en divorciados y vueltos a casar ha de considerar aspectos del anterior matrimonio y la nueva unión. Si en algún momento, el interesado, en conciencia y ante Dios, constata que se da alguna circunstancia que hace que a la situación objetiva de pecado no le corresponde imputabilidad subjetiva grave, se puede acceder a los sacramentos“.
Es graciosa la expresión de "el interesado en conciencia“, pero lo dejamos ahí, porque varios ablativos se nos ocurren luego de la preposición, pero es privilegio laical el aplicarlos.
Ahora bien, ya que se acabaron los principios (como hace poco le oí decir a un prelado) será necesario darle la razón al Padre Piolini cuando decía a sus penitentes: "¡no pasa nada…"!
¡Ah! ¡Y ánimo! que al parecer falta poco.
Semper infideles!
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
33 comentarios
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Porque o se viene la restauración o nos vemos en la final... Dios lo guarde. PJOR
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Perdón, pero no le entiendo.
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Castigat mores ridendo, decían los latinos. Dios la guarde. PJOR
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Estimado Fernando: piensas con lógica pero el problema está en la moral católica no ha cambiado aunque cambien las situaciones o las épocas. Lo que es negro hoy, lo seguirá siendo mañana y pasado también.
A cuidar la pureza entre los novios aunque esto cueste (¡porque claro que cuesta!). Quienes están unidos en el alma, desean unirse en el cuerpo, pero esa unión maravillosa entre varón y mujer (sacando las afectuosidades lícitas del noviazgo), sólo está reservada para el matrimonio católico. No hay que confundirse y, cuando algo así te venga en mente, ve directamente al Catecismo, que es lo más seguro para los tiempos que corren. Dios te guarde. PJOR
"Que el pecador siga pecando, que el inmundo siga en su inmundicia, pero que el justo continúe practicando la justicia, y que el santo siga santificándose" (Ap. 22,11)
Porque el "año de gracia", (o de misericordia, de perdón, de conversión y de reforma de nuestras vidas), que nos ha regalado tras estos dos milenios de cristiandad se cancelará definitivamente, con un mundo ya abiertamente hostil a la salvación cristiana, Para entonces ya definitivamente se habrá cerrado el número de los elegidos.
Recemos para el Señor nos tenga entre sus elegidos.
- Buscar una mesa que cojee y ponerlo bajo la pata mala.
- Papiroflexia.
- Luchar contra el oligopolio de la eléctricas produciendo energía con su combustión .
- Leerlo al revés, buscando un mensaje secreto, como los que ocultaban los discos de los Beatles. Escucharéis y comprenderéis por qué Sistach invita a la fornicación.
- WC
- Lamentar la tala de los árboles sacrificados para escribirla.
- Fornicar bajo mi libre examen. Si la amante está de muy buen ver, ya no me arrancaré el ojo como dice el Evangelio, compraré una lupa.
Demos gracias a Sistach, está claro que no lo ilumina la luz del mundo sino Jesucristo.
A mayor reincidencia de los pecados impuros, contra el propio cuerpo, llega un momento, que el pecador habituado, antes de morir, desearía realizar su lujuria, y no podrá salvar su alma. Aún cuando antes de morir, un pecador que a lo largo de su vida, no ha renunciado a su lujuria, llega un confesor, se arrepiente, pero por haber estado fortalecido en la oración y en la penitencia, inmediatamente vuelve a pecar, con el deseo, cae nuevamente en pecado mortal, y al instante de morir, en menos de un cerrar y abrir de ojos, se encuentra dando alaridos en el infierno. Sí. El pecador acostumbrado a vivir en medio de su lujuria, en el sacramento de la confesión en realidad no busca la misericordia de Dios, y termina mal.
Nos conviene a todos leer lo que nos enseña tanto la Sagrada Biblia como la doctrina de los Santos Padres de la Iglesia Católica, no me invento nada. Pues la situación en el infierno para los pecadores incorregibles, es terrible. Ya dice también el libro del Apocalipsis, que muchos no se arrepentirán de sus impurezas, Más aún, y ya lo comenté en otra ocasión, que hablando con personas, obsesionadas por la lujuria, no podían aceptar el Evangelio, sino que desearían ir al infierno antes que el cielo.
Un adúltero, divorciado y vuelto a casar, no puede salvarse, y lo dice Jesucristo en el Apocalipsis.
Así como en tiempos de las vacas flacas el faraón dijo al pueblo hambriento "vayan a ver a José y hagan lo que el les diga" (Gen 41,55), así también hoy lo mejor que se debe decir es "vayan a ver el Catecismo y hagan lo que este les diga".
Por tanto, si mañana mato a dentelladas al desnortado NOSTACH, puedo tranquilamente acercarme a comulgar, pues ¡qué mejor circunstancia para la no imputabilidad que el celo por el mandato de Jesús ante el adulterio, amén de mis genes!
PD: Ya sin bromas, padre. ¡Ganas me dan de dejarme llevar por el ancestro!
Esto no puede seguir ni un segundo más, a mi me trae sin cuidado lo que diga el tonto a las tres de Sistach, el tonto a las cuatro de Osoro, o el jefe de todos los listos en persona; yo quiero y exijo un obispo católico que me predique el Evangelio de verdad, aquel en el que Jesucristo decía que el que dejaba a su mujer y se iba con otra era un adultero, por muy petarda que fuera su verdadera mujer, o por muy adultera, o por lo que fuera.
Y el resto que disfrute imitando ¡a estas alturas! el camino de los anglicanos, treinta años después.
La conciencia hace a la persona responsable, si no es así todos los que dieron con sobreabundancia lo que la Iglesia no les pedía fueron tontos de remate y hubo gente que se comportó así en casos de guerra, y la hay que sigue comportándose así.
La caridad, por ejemplo, no está regulada de más a menos, es la conciencia la que te dice cuál es tu situación y a qué extremos puedes llegar: desde la palabra amiga, a la ayuda material o incluso la propia vida. El bien lo regula la recta conciencia pero ante el mal, y casarse en segundas nupcias es un mal, la conciencia sólo puede decir que no.
Puede haber situaciones en las que una persona acuda al divorcio civil pero no hay ninguna que obligue a esa persona a volverse a casar o a mantener relaciones sexuales con alguien por lo que la "imputabilidad subjetiva grave" se da en todos los casos de divorciados vueltos a casar.
Hasta ahora decir de alguien que tenía conciencia tenía un significado positivo, según el cardenal Sistach de aquí en adelante puede significar lo contrario.
¿Cómo va a quedar ahora la objeción de conciencia si convertimos a la conciencia en una aljofifa cuya misión es limpiar la suciedad?
Con tanta misericordia por el pecador dejamos desnudo al justo, hasta la conciencia le quitamos. ¡Qué asco!
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Querida Palas: como habitualmente, chapeau...!!!
Dios la bendiga
PJOR
Palas .
Tengo entendido que la Misericordia es para los pecadores , los débiles , los agobiados , los necesitados , los que sufren ....etcétera....
Y los justos ( que en consciencia lo son ) le queda participar a la redención ..
"Ahora vivo la vida de un ermitaño. El trabajo diario consiste en orar, leyendo la Biblia, de vez en cuando garabateo algo en mi diario o escribo cartas. Es muy doloroso esta separación de la vida, del pasado, de todas las esperanzas y planes y, particularmente, de mis seres cercanos y queridos. Es terriblemente duro someterme enteramente a la voluntad de Dios en tan angustiosas circunstancias; pero el único consuelo es aguantar hasta el final a pesar de todo el sufrimiento...pp 30-31"
Capitán del ejército alemán Michael Kitzelmann, 26 años, fusilado por traición en Orel (Rusia) por haber criticado el desmantelamiento de la Iglesia Católica en Alemania que los nazis hacían a espaldas de los combatientes: "Están descristianizando Alemania a nuestras espaldas mientras nos mienten diciéndonos que combatimos el ateísmo", dijo. Eso suponía uno de los cuatro delitos que conllevaban pena de muerte en la Alemania nazi: "Desmoralización de la tropa".
El pecador está arropado por la comprensión del mundo, el justo es rechazado por el mundo porque es mejor, y generalmente con el mismo argumento: se cree superior. (Véanse los improperios que sufre Job por parte de familia y amigos). Sólo los justos comparten con Jesucristo el desprecio del mundo, el pecador, en cambio es comprendido...hasta que se arrepiente y también pasa a formar parte de los incomprendidos.
El mundo te comprenderá mejor si te obstinas en el pecado, en este caso concreto del segundo matrimonio, si insistes en que no hay nada reprobable en tu conducta, en este momento viene el aplauso general de la clac. Lamento que el cardenal Sistach se sume a esto.
Pero el resto , confirmas lo que digo , que los justos participan a la Redención ....
Pero el resto , confirmas lo que digo , que los justos participan a la Redención ....
Esa es una mezcla confusa puesto que, quitando la primera proposición, las restantes son aplicables tanto a justos como a pecadores. Job estaba agobiado, se sentía débil y sufría, lo mismo que el capitán Kitzelmann.
Puede que no quisieras decir esto pero se sobreentendía y, además, es muy común la imagen del pecador sufriente frente al justo arrogante. Hay que evitar en lo posible la falacia muy presente en esta sociedad de que el justo no sufre y, por eso, no cae en la tentación.
Conozco de primera mano a una persona separada por deseo del otro cónyuge cuya conciencia moral le impide otra relación, porque la primera es sagrada para él, y sufre mucho más que el que se casa por segunda vez tratando de buscar la felicidad a toda costa y, además, pretende que la Iglesia bendiga esta decisión. No sé qué opinará el cardenal Sistach de la conciencia de esta persona pero si se atiene a la conciencia subjetiva puede que le diga que su conciencia le prohíbe lo que la conciencia del otro acepta, con lo que nos cargamos todo rastro de conciencia objetiva y vamos a la deriva.
Tras Amoris Laetitia, el listado de pecados mortales de San Pablo queda subordinado al sentimiento personal. ¡Que el que adultera, roba, asesina, practica la sodomía, etc comulgue si se siente en paz!
Padre, ¡enhorabuena por su blog y por su sentido del humor!
Has hecho un saco con los pecadores, los que sufren, los agobiados, los necesitados, etc...y has dejado a los justos fuera como si pertenecieran a la categoría de superhombres. Las únicas personas que parecían no pertenecer a ese conjunto son los bienaventurados que están en los Cielos, no los justos de la Iglesia Peregrina que, además, nunca son conscientes de ser justos. Así como el pecador debe tener conciencia de su pecado (aunque Sistach se empeñe en que no), el justo no tiene conciencia de su justicia, razón por la que los fariseos no eran justos sino que pretendían serlo.
La palabra justo-justicia no se emplea mucho en la Iglesia Católica, es palabra hebrea (tzadik) y aparece en los Evangelios (edición Nácar Colunga) en la siguiente proporción:
Evangelio de San Mateo....................14 menciones
Evangelio de San Marcos................... 2 menciones
Evangelio de San Lucas.....................10 menciones
Evangelio de San Juan....................... no hay mención.
Se mencionan como justos a las siguientes personas: San José, Abel (Mt. 23, 35), San Juan Bautista, Zacarías e Isabel, Simeón y José de Arimatea. En los Hechos de los Apóstoles se llama justo al Centurión Cornelio. Y, naturalmente, el Justo por antonomasia es Jesucristo.
Debido a que para los hebreos el justo es el que caminaba según la Ley de Moisés, en el AT es mucho más frecuente encontrar esa palabra, pero a partir de San Pablo la palabra justo o no se emplea o toma otro significado ya que la Ley ha sido sustituida por la Persona de Cristo.
Me encontré con esta palabra cuando hice un trabajo sobre los Justos entre las Naciones del Yad Vashem y entonces tuve que reflexionar lo que para ellos significa "justo", cosa que me sirvió mucho para entender los Evangelios. Los judíos extienden la palabra más allá de ellos mismos y creen que el justo puede ser de cualquier religión, raza o lengua, es decir que, aunque no conozca la Ley de Moises, los justos conocen la Ley Natural (mandamientos noáquicos). Por eso reconocen que hay justos en todas las naciones.
Hay que tener en cuenta que nosotros degenerando, degenerando ya no reconocemos ni siquiera la Ley Natural.
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