Leído para ud.: "Mentirás tus muertos"

Mentirás tus muertos: Falsedades y millones detrás del mito de los 30.000 desaparecidos argentinos

¿Por qué hay quienes afirman que en la Argentina, en los años ’70, el Estado hizo desaparecer a 30.000 personas, mientras en los registros oficiales, a casi  cuarenta años de los hechos, apenas se conoce el nombre y apellido de menos de la tercera parte de esa cifra? ¿Por qué razón no se divulga la identidad de más de 21.000 víctimas?

Estos interrogantes originaron la investigación hoy convertida en libro. A partir de ellos, fue necesario familiarizarse con los listados oficiales de “víctimas del Estado” -informes CONADEP 1984 y Secretaría de DDHH 2006-, para poder indagar sobre la suerte de algunas de las personas registradas en ellos.

Esos listados se confrontaron, invariablemente, con fuentes de innegable simpatía por las guerrillas que actuaron en la Argentina en los ’70 -cuando no con las propias publicaciones de ERP y Montoneros- y del cotejo surgieron divergencias manifiestas. Efectivamente, en una llamativa cantidad de casos, los informes gubernamentales difieren por completo de las otras versiones.

Profundizar, documentar, ordenar los datos obtenidos y al mismo tiempo, tratar de hallar explicación para estas notables diferencias fue, a partir de entonces, el motor de la investigación.

En nuestro país existen dos listados oficiales de “víctimas del Estado”. Uno, de 1984, publicado por la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) durante el gobierno de Raúl Alfonsín. El otro, elaborado durante el gobierno de Néstor Kirchner, por la Secretaría de Derechos Humanos -veintidós años después (2006)-, que según su prólogo “revisó, corrigió, amplió y actualizó” el Informe de 1984. 

Otro dato relevante es que, desde 1983 y hasta 2011, nunca por más de veintiocho años, se interrumpió la posibilidad de denunciar ante la Secretaría de Derechos Humanos, la desaparición o muerte de una persona a manos del Estado en los años ‘70. En el Informe de 1984, cuya elaboración llevó casi un año, son denunciadas como desaparecidas 8.961 personas, mientras que en el Informe de 2006, transcurridos más de veinte años durante los cuales se pudieron receptar nuevas denuncias, esa cifra disminuyó a 7.089. Sin embargo, fueron agregados 1.279 muertos; con lo que, según el gobierno de los Kirchner, las víctimas globales del Estado en los años ‘70 suman 8.368 personas; lejos de las 30.000 víctimas invocadas. 

En este último Informe, todas ellas son registradas como “víctimas del accionar represivo ilegal del Estado”, desde 1969 hasta 1983; es decir, mientras transcurrían sucesivamente, los gobiernos de Juan Carlos Onganía, Roberto Marcelo Levingston, Alejandro Lanusse, Héctor Cámpora, Raúl Lastiri, Juan Perón, Isabel Perón, Jorge Rafael Videla, Roberto Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri y Reynaldo Bignone.

De la confrontación entre el documento oficial de 2006 y las fuentes documentales antes referidas, surgieron los nueve capítulos que componen este libro. Cada uno de ellos analiza y ejemplifica los distintos “tipos de irregularidades” que pueden encontrarse en este último listado oficial de “víctimas del Estado”.

Se inician con la novelización de uno de los hechos reales investigados. No todos conocieron aquellos años de plomo y su clima; no todos los que los vivieron recuerdan. Por ese motivo, la novelización se incorpora con la finalidad de traer aquellos días al presente. En cada capítulo, a su vez, se encuentra la prueba documental de los casos allí agrupados que muestra las contradicciones de la historia con el Informe oficial. 

En el primero, “Los aparecidos”, se analiza la llamativa circunstancia de que al Informe de 2006 le “faltan” más de 2500 víctimas que estaban registradas como desaparecidos en el Informe de 1984; o inversamente, al Informe de 1984 le “sobran” más de 2500 víctimas o desaparecidos, comparándolo con el de 2006.

El capítulo siguiente, “¿Represión ilegal?”, presenta casos de guerrilleros que, durante un gobierno constitucional -integrando organizaciones declaradas ilegales por dicho gobierno-, fueron abatidos en enfrentamientos con fuerzas legales y sin embargo, en el Informe 2006, la Secretaría de DDHH los registró como “víctimas del accionar represivo ilegal del Estado”.

En el tercer capítulo, “¿Quién los mató?”, se consideran varios casos de personas que murieron a manos de las organizaciones guerrilleras, pero cuya responsabilidad el Informe 2006 adjudica al Estado.

El siguiente capítulo, “La orden era matarse”, considera los ejemplos de aquellos integrantes de las guerrillas que decidieron suicidarse, cumpliendo directivas expresas de sus organizaciones y por cuyas muertes, sin embargo, el Informe 2006 también responsabiliza al Estado. 

En el capítulo cinco, “En otros frentes”, son presentados varios de los casos en que el Informe 2006 adjudica al Estado argentino las muertes de determinadas personas que en realidad, sucedieron en otros países, causadas por agentes estatales de esos países y por acciones desarrolladas por aquellas personas fuera de nuestro territorio. 

El sexto capítulo, ¿Adónde están?, expone casos de personas incluidas como desaparecidas en el Informe 2006, a pesar de que el Estado en su momento, anunció públicamente su muerte en combate; sus familiares conocieron tal circunstancia y hasta dieron sepultura a sus restos mortales.

El séptimo capítulo, “¿Quién los ocultó?”, describe casos de integrantes de las guerrillas que al morir fueron enterrados clandestinamente o incinerados sus cuerpos por sus propias organizaciones, pero cuya desaparición el Informe 2006 atribuye al Estado.

En el capítulo octavo, ¿”Que falló?”, se consideran casos de integrantes de las guerrillas que murieron por impericia en el manejo de explosivos o armamento que manipulaban y sin embargo, el Informe 2006 vuelve a responsabilizar de su muerte al Estado.

En el último capítulo, “Cualquiera”, se describen, entre otros, casos de personas que figuran en el Informe 2006 como desaparecidas pero que están vivas; de otras también registradas como desaparecidas pero que fallecieron por causas naturales y en libertad; de desaparecidos mellizos; de desaparecidos registrados como tales pero que fueron víctimas de delincuentes comunes y de los cuales, además, se conoce el destino de su cuerpo.

La historia de aquellos años no está completa. Hay datos inexactos, faltan o se tergiversan víctimas reales o supuestas, sobran falsedades, se sospechan oscuras maniobras políticas y económicas que no han terminado todavía de mostrar su verdadero rostro. El asunto es doloroso y es una herida grave en el cuerpo de la Argentina. Estas páginas quieren ser un aporte que permita iniciar un camino que los argentinos tenemos que transitar con coraje, honestidad y lucidez si no queremos vivir respirando mentiras y repetir errores del pasado. 

José D’Angelo Rodriguez

http://www.mentirastusmuertos.com.ar/


El autor: José Luis D’Angelo Rodríguez (Mendoza, 1956), militar y periodista.

Egresó del Colegio Militar de la Nación como Subteniente de infantería en 1980. En 1987 y 1988, participó, en los episodios protagonizados por los denominados carapintadas. En 1989, formando parte de la Compañía de Comandos 601, intervino en la recuperación de los cuarteles de La Tablada, tras el ataque guerrillero del movimiento "Todos por la Patria”. Fue pasado a retiro obligatorio en 1990.

A partir del año 2000 creó y dirigió diversas publicaciones periodísticas, como El Diario de Bolsillo, y las revistas B1 - Vitamina para la Memoria de la Guerra en los ‘70 y Madriz.

Actualmente es docente de periodismo y prepara dos nuevos libros sobre los años ‘70: Mentirás tus muertos - IIda parte y un trabajo de investigación sobre los niños desaparecidos.

Es miembro fundador de “Argentinos por la Concordia Nacional”, asociación que agrupa a combatientes guerrilleros y miembros de las FFAA y a víctimas de ambos lados, que buscan superar en conjunto las secuelas de los violentos conflictos del pasado.

10 comentarios

  
Maga
Padre, yo soy español, de Orense, en Galicia y tengo mucha familia en Buenos Aires tanto por parte de mi madre, como, sobre todo , por parte de mi padre. La mayor parte de los hermanos de mi abuelo paterno, que en Paz descanse formaron sus familias allá y fallecieron también en su patria. A lo que iba : a un primo carnal de mi padre lo intentaron matar los montoneros en los 70. Se libró por los pelos. Era un economista de prestigio en la Argentina de entonces. Lo digo, porque aquí en España sólo llega la versión de los crímenes de la Dictadura,pero no de los crímenes de todos estos grupos de terroristas marxistas, que mataron a miles de personas y que fueron el motivo de la llegada de la Dictadura Militar. Me recuerda ligeramente a toda la falsa propaganda sobre Franco y nuestra Guerra Civil, con la que nos llevan intoxicando en España décadas. Hay que conocer la verdad de los hechos y lo más completa posible para poder entender los hechos históricos en su contexto. Lo digo, porque en España vi reportajes, donde vendían la especie de que los Montoneros eran jóvenes idealistas y no lo que realmente eran : unos Terroristas. Es como si en España dijesen lo mismo de los de la ETA.
16/07/15 11:59 AM
  
María
Mire padre, eso pasa como la la lata que dieron en España de que la iglesia había hecho desaparecer niños en las clínicas para darlos en adopción, esos niños nada menos eran de los años 70, 80 incluso noventa, cualquiera que haya vivido en España en esos años sabe que en las clínicas y hospitales no eran del tercer mundo. Yo no digo que habría algún caso, pero la mayoría y dado que el aborto no estaba aprobado en España, pues más bien eran niños dejados para la adopción. Unos cuantos abogados levantaron polvareda, y muchas madres yo lo entiendo y lo comprendo, que con el tiempo igual se arrepintieran, pero al final ha quedado en nada. Se levantaron hasta tumbas y no ha dado ningún resultado.
16/07/15 2:04 PM
  
Gregory
Solo diré que la prensa internacional así como las voces más destacadas de intelectuales y personalidades siempre se han destacado por hacer gran mención de los crímenes de las dictaduras de la derecha mientras que para con las dictaduras de izquierda se manejan las mayores discreciones posibles.
16/07/15 7:48 PM
  
Bernardita
Muchas gracias por esta necesaria rectificación de una de las mayores mentiras históricas que padecemos los argentinos.
Agrego un aporte también muy documentado sobre el tema. El libro de Guillermo Rojas: "30.000 desaparecidos: realidad, mito y dogma". Buenos Aires, Ed. Santiago Apóstol.
16/07/15 7:55 PM
  
Jorge
En Chile ha pasado algo muy parecido. Se ha magnificado la situación vivida a partir del 11 de Septiembre de 1973 con un olvido tendencioso de lo habido a partir del ingreso de Salvador Allende en 1970 , los chilenos que tenemos memoria no hemos olvidado los 1000 días de catastrofe que vivió nuestro país : desabastecimiento generalizado, atropello a la legalidad en todos los niveles, llegada de cientos de activistas extrangeros , ingreso de armas para preparar a grupos combatientes para defender la supuesta " revolución popular " etc,etc. Cuando ocurre el 11 de Septiembre la población estaba desesperada , " reventada " de los abusos y atropellos habidos. El golpé militar fué recibido con alivio por la gran masa de la ciudadania A partir de ese momento se vivieron situaciones muy dolorosas en lo militar , con enfrentamientos permanentes durante el período del Gobierno vigente , que causaron victimas en ambos bandos. El Museo de la Memoria que existe en CHILE , habla de miles de victimas de un solo lado y no se habla de lo vivido durante los años l970-71-72-73 donde los atropellos a la población fueron cotidianos y empujaron a las fuerzas armadas a actuar. La historia se manipula a arbitrio y capricho de quien maneja los medios de comunicación y la " caja de resonancia internacional ".-
16/07/15 10:36 PM
  
Grace del Tabor - Argentina
No hay peor sordo que el que no quiere oír. La historia la escriben los vencedores, y aquí ganó la dictadura izquierdista. YO VIVÍ esos años.Parodiándolo a Ud.,a mí no me la cuentan ! Sí hubo jóvenes idealistas reclutados "para salvar a los oprimidos".Los entrenaban fuerzas extranjeras, les daban armas, y les lavaban la cabeza aprovechando su juventud,inexperiencia e idealismo.Mi marido estuvo preso por los militares porque en casa había textos de Marx, Mao,y otros, junto con la Summa, San Ignacio,San Agustín, Castellani,Kierkegaard, etc. Lo detuvieron durante tres días en una comisaría,donde fue interrogado por un oficial, varias horas,rondando las mismas preguntas, para ver si se desdecía. Al fin, el oficial dijo: " No hay causa alguna para detenerlo. Se puede ir" -Los policías (una vergüenza), no lo liberaban. Medió un Obispo amigo.Lo soltaron, quedándose con su reloj y su anillo de alianza. -Fui maestra de inglés en el mismo colegio y al mismo tiempo que Ana María González, asesina de la hija del Gral. Lambruschini. Viajamos juntas diariamente camino al trabajo. Jamás pude ser cercana a ella; su mirada durísima era impresionante.Advertí al director del colegio que ella sacudía por los hombros y gritaba a sus alumnitos de segundo grado, pero él lo pasó por alto.Después del homicidio, esos niños no querían volver a clase por temor a que la maestra los matara! Conozco cientos de casos, muy de cerca.Los montoneros y el ERP pretendieron imponer su ideología marxista en todo el país. Gracias a los militares que nos defendieron, su propósito se vio frustrado. Como en toda guerra, hay fallas humanas. Pero nunca me he vuelto a sentir más segura que en los gobiernos militares. ...Hoy nos gobiernan los terroristas, ya convertidos en burgueses... Nuestra Señora de Luján , ten piedad de nuestra Patria !
17/07/15 6:50 AM
  
Grace del Tabor - Argentina
Podría decir tanto más ! Pero sería demasiado extenso.
José D´ Ángelo Rodríguez es una bellísima persona.
Y el grupo "Argentinos por la Concordia Nacional "...es inspiración del Espíritu Santo !!! lo digo con conocimiento de causa.
17/07/15 7:00 AM
  
Federico
¡Gloria y honor a los heroes que combatieron contra la guerrilla marxista!
17/07/15 5:29 PM
  
Hortensia
Estas personas de izquierda son absolutamente fieles a su ideología. No importa la verdad. Hay que desecharla si no es útil a la causa. Y, ad contrario sensu, mentir sin escrúpulos si así se sirve a los objetivos del grupo o partido. Por eso no se puede dialogar con ellos.
Mucho he tratado con ellos en asambleas y encuentros. Es imposible dialogar. Porque la base del diálogo es precisamente la confianza.
Pueda ser que los cristianos seamos fieles a Aquel que nos dijo "la verdad os hará libres".
19/07/15 1:35 AM
  
José Antonio Chamorro Manzano
DIÁLOGO EN LA ETERNIDAD

TERRORISTA:
Se espanta mi alma lo que ahora ella ve.
¿Por qué lo hice...? ¡Sí, lo sé!

Maldad instigada endemonió mi alma intoxicada;
la corrupción del poder me hizo dejar de temer todo castigo penal,
y ello me instigó a tomar ese oficio criminal,
el cruel oficio vil de asesinar y destruir
para al imperialismo totalitario globalizador servir.

Y así, entonces, al tan indefensos veros
y para, gozoso yo, mis desprecios patentes haceros,
burlonamente reí y os condené ¡a morir!

VÍCTIMAS:
¡Oh! Hermano tan tarde arrepentido
y de ánimo ahora tan afligido;
tu pesaroso y perenne penitenciario dolor
es también para nosotros un solidario dolor,
que de todos es sabido, con carácter proverbial,
que el rencor está excluido en la Gloria celestial;
pues de modo universal, el Amor de Dios, paterno,
aquí a todos llega a colmarnos del más puro Amor fraterno.

TERRORISTA:
¡Aah! A mi atormentado espíritu endemoniado
le abrasa ahora un fuego nunca antes imaginado.

Si yo pudiese volver a la vida terrenal,
gritaría en voz alzada a toda alma descarriada:

“Una mente intoxicada y una maldad instigada,
me llevaron a acabar en perverso criminal”.

Dejé muertos, mutilados y hogares arrasados,
madres desconsoladas, viudas, huérfanos niños,
gentes desamparadas y sin su mayor cariño

Y, toda aquella locura de mi alma pervertida,
tan sólo fue para adular la vesania genocida
del superpoder totalitario que, con engaño falsario,
llega a intoxicar la mente de quien peca de inocente.

¡Lágrimas, duelo y desolación,
satisfacían entonces
las ansias de mi satánica ambición!

¡Lágrimas, duelo y desolación,
que al rememorar yo ahora,
hacen que sea infernal mi eterna condenación!

¡IMPLORO EL PERDÓN DE DIOS!
- - -
Compuesto en los primeros días de agosto de 2009, como respuesta al asesinato (30 de julio) de dos agentes de la Guardia Civil en Mallorca y en homenaje a todas las víctimas de terrorismo.
19/07/15 11:40 AM

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