La política religiosa de San Martín
Existen numerosos y serios estudios que analizan la posición religiosa de San Martín (para mencionar sólo algunos: José Luis Trenti Rocamora, Guillermo Furlong, Héctor Juan Piccinali, Ricardo Piccirilli, Horacio Juan Cuccorese, Vicente Sierra, Armando Tonelli, Cayetano Bruno, etc.). Por eso, no es del caso, ponernos acá a repetirlos. Quizás con la trascripción de una página de un autor que no es especialmente considerado como católico, baste para esclarecer el punto. En ese sentido, dice al respecto Rodolfo Terragno:
“Credenciales católicas:
Los antecedentes demuestran que San Martín no tiene un rapto de fe utilitaria:
- Conoció a su futura esposa durante una misa de Gloria, en el templo San Miguel Arcángel.
- Al contraer nupcias, comulgó durante la misa de Velación.
- Tras el combate de San Lorenzo, ordenó celebrar un oficio y colocó cruces en las tumbas de los muertos.
- Como Gobernador de Cuyo, fundó el Colegio de la Santísima Trinidad, y mandó que junto a las “ciencias profanas” se enseñaran allí “los deberes del católico”.
- El “Código de Deberes Militares” que redactó para el Ejército de los Andes dice en su primer artículo: “Todo el que blasfemare el santo nombre de Dios o de su adorable madre e insultare la religión por primera vez sufrirá cuatro horas de mordaza por el término de ocho días; y por segunda vez será atravesada su lengua por un hierro candente y arrojado del cuerpo de Granaderos”.
- Ese ejército fue puesto por él bajo la advocación de la Virgen del Carmen.
- Celebró los aniversarios de sus batallas con función de Iglesia.
- Juró por Dios y la Patria la Independencia nacional, hace cuatro años.
- Donó al convento franciscano su bastón de General.
- Sus tropas usaban el Santo Rosario al cuello y lo rezaban a orden del sargento de semana.
- El Estatuto que hizo sancionar en Perú dice, en su Sección Primera, que “la Religión Católica, Apostólica y Romana es la religión del Estado; el gobierno reconoce como uno de sus deberes el mantenerla y conservarla, por todos los medios que estén al alcance de la prudencia humana”.
- El Estatuto reserva los puestos públicos a quienes profesen la Religión del Estado y reserva “severos castigos” para quienes ataquen “en público o privadamente”, “sus dogmas y principios”. La libertad de cultos es “únicamente para las confesiones cristianas, previa consulta al Consejo de Estado”- [1]-.
También la sociedad político-militar secreta (que algunos denominan “Logia Lautaro”, o también “Caballeros Racionales”) de la que San Martín participaba, compartía esa actitud ante la Religión. Enla Circular del 21 de diciembre de 1816, le ordenaba al Jefe del Ejército de los Andes:
“No atacar ni directa ni indirectamente los usos, costumbres y religión. La religión dominante será un sagrado de que no se permitirá hablar sino en su elogio, y cualquier infractor de este precepto será castigado como promotor de la discordia en un país religioso”.
Otro dato que abona nuestra tesis es el siguiente, consignado por el historiador Otto Carlos Stoetzer, y que reza de esta suerte:
“En el Perú, el pueblo abrió las puertas de Lima a San Martín ( 6 de agosto de 1821) debido principalmente a la influencia que la Iglesia (en su mayoría franciscanos) ejerció a favor de la ruptura con la España liberal. Los miembros de las órdenes mendicantes temían, según noticias que circulaban, que el gobierno español confiscara la mayoría de sus monasterios. Al respecto hay que tomar en consideración que San Martín, como Bolívar, Iturbide y otros jefes patriotas, capitalizó sobre la persecución de las Iglesia por los liberales españoles durante el período 1820-1823, con el objeto de conseguir el apoyo de los profundamente religiosos españoles americanos” [2].
El historiador liberal inglés John Lynch corrobora y valora esa posición en un capítulo que titula “Un general cristiano”, donde afirma que:
“el historial del Protectorado era por completo ortodoxo, y el periódico patriótico “El Consolador” se hizo eco de las propias palabras de San Martín al ensalzar el carácter providencial de la independencia: “Soy un instrumento de que se ha valido el Dios de los Ejércitos para llevar a cabo los altos planes de su adorable providencia”. El Estatuto provisional del 8 de octubre de 1821…,no permitía duda alguna de que la religión oficial era exclusiva y ortodoxa…El compromiso de San Martín con la religión establecida del Protectorado se prolongó durante toda su administración. En las semanas que precedieron a su partida del país en agosto de 1822, estipuló la celebración de misas y ceremonias públicas en honor de santa Rosa de Lima y el aniversario de la independencia chilena, así como una misa del Espíritu Santo para señalar la inauguración del Congreso…San Martín respetaba a la Iglesia y su función social, y en el Perú fomentó la observancia religiosa en su ejército, participando en la liturgia en ocasiones militares como era de esperar en un oficial de su rango…Las victorias de San Martín en Chile y Perú abrieron una nueva oportunidad para la Iglesia…En el Perú liberado, había dejado a la Iglesia independiente, libre de predicar su fe y moral tradicionales” [3].
Conducta que se prolongó efectivamente hasta su último acto gubernamental, en setiembre de 1822. En ese momento, reunido el Congreso Constituyente, bajo su obvio influjo, maguer la oposición de algunos liberales, se estableció un “estado confesional”. Por eso, la redacción de la Constitución:
“no dejó lugar a dudas: “En el Perú la Religión es la Católica, apostólica romana, con exclusión de cualquier otra” [4].
En el Perú fue donde San Martín pudo desplegar sus dotes de estadista. Y fue allí, precisamente, donde su política religiosa fue más intransigentemente católica, hasta el punto de exigir la profesión de esa creencia para ser funcionario público- [5]-.
Ahí queda eso aclarado.
[1].- Terragno, Rodolfo, Diario íntimo de San Martín: Londres, 1824. Una misión secreta, 6ª. ed., Bs. As., Sudamericana, 2009, pp. 67-68. Dicha enumeración la coloca Terragno tras narrar el encuentro en Buenos Aires en enero de 1824, entre San Martín y el Visitador Apostólico Juan Muzi (acompañado por el canónigo Juan María Mastai Ferretti, futuro Pío IX, y el abate José Sallusti), en oposición a los desaires de Bernardino Rivadavia. Y agrega que: “Antes de ir al Perú, San Martín se detuvo en la Villa de Nuestra Señora de Luján, para hincarse ante ella y rogar su protección.- A lo largo de su aventura continental, el General llevó siempre a la Virgen sobre el pecho. La tenía hecha de plata, y guardada en un relicario, obsequio de Remedios.- El mes pasado (NA: diciembre de 1823), cuando venía para Buenos Aires, paró otra vez en la Villa y ofrendó una espada a la María del manto celeste y blanco”: op. cit., p. 66. Por cierto que la enumeración de Terragno es incompleta. A modo de ejemplo, cabría añadir que en el mismo artículo primero del Código Militar del Plumerillo, tras las graves sanciones por blasfemia, adicionaba: “El que insultare de obra a las sagradas imágenes o asaltare un lugar consagrado, escalando iglesias, monasterios u otros, será ahorcado.- El que insultare de palabra a sacerdotes sufrirá cien palos; y si hiriere levemente perderá la mano derecha; si les cortare algún miembro o le matare, será ahorcado.- Las penas aquí establecidas…serán aplicadas irremisiblemente”. Asimismo: “b) La instrucción a Tomás Godoy Cruz, del 26 de enero de 1816, acerca de la forma de gobierno que debería adoptar el Congreso de Tucumán: “sólo me preocupa que el sistema adoptado no manifieste tendencia a destruir Nuestra Religión”.- c) El Título II° del “Código Constitucional” de Chile, de agosto de 1818, dictado por Bernardo O´Higgins, bajo el influjo de San Martín, decía: “La religión Católica, Apostólica, Romana es la única y exclusiva del Estado de Chile. Su protección, conservación, pureza e inviolabilidad, será uno de los primeros deberes de los jefes de la sociedad, que no permitirán jamás otro culto público ni doctrina contraria a la de Jesucristo”: Díaz Araujo, Enrique, Don José y los chatarreros, Mdza., Dike, 2001, pp. 73-74. En un orden más íntimo deben apuntarse “las referencias de Manuel de Olazábal sobre el uso del rosario (Memorias del Coronel, Bs. As., Instituto Sanmartiniano, 1947), o de Plácido Abad sobre la asistencia a misa en Montevideo (El general San Martín en Montevideo, Montevideo, Peña Hnos., 1923)”: op. cit., p. 73.
[2].- Stoetzer, Otto Carlos, El pensamiento político en la América Española durante el período de la emancipación (1789- 1825). Las bases hispánicas y las corrientes europeas, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1966, t° I, pp.158-159. A lo que añade: “Los ejércitos españoles liberales (Canterac y La Serna) fueron vencidos aun antes de poder encontrarse con el enemigo en el campo de batalla”: ibidem.
[3].- Lynch, John, op. cit., pp. 255, 256, 260, 261.
[4].- Lynch, John, op. cit., p. 259. Indica, asimismo, que sus adversarios señalaban su celo religioso y “veneración excesiva” por Santa Rosa de Lima: op. cit., p. 260. Cfr. Martínez Riaza, Ascensión, La prensa doctrinal en la independencia del Perú 1811-1824, Madrid, 1985, pp. 212-213.
[5].- No nos extenderemos más en este punto, que ha sido perfectamente subrayado en trabajos fundamentales, como los de: Piccinali, Héctor Juan, “San Martín y el Liberalismo. Segunda Parte. San Martín contra el Liberalismo”, en: Gladius, Bs. As., n° 11, pp. 65-82; “San Martín en el Perú y el mejor régimen político”, en: Gladius, Bs. As., n° 14, pp. 95-116; y Steffens Soler, Carlos, San Martín en su conflicto con los liberales, Bs. As., Librería Huemul, 1983.
22 comentarios
No obstante debo reconocer que en Argentina son muchos quienes se han tragado ese anzuelo tirado por la historiografía afín a la Masonería. Incluso me ha tocado discutir el punto con amigos míos, uno de los cuales, curiosamente, solía dar conferencias denunciando al infiltración de la Masonería en la sociedad.
¡Ay con los "expertos"!
Lo importante son los hechos, y los hechos es que fue un demoledor de la Cristiandad. Los artículos que está trayendo el padre son una manipulación muy común del nacionalismo católico que consiste en seleccionar hechos sueltos y ponerlos juntos para dar la sensación, como dice aquí el título, de "política religiosa", ignorando todos los antecedentes, hechos contemporáneos y consecuencias posteriores que pudieran arruinar el argumento.
Con este sistema de argumentación puedo convertir a liberales de la época y mucho posteriores en santos varones que dejarían a San Luis o a San Fernando como reyes impíos a su lado. Como si fuera alguna novedad o prueba de algo que los liberales usan una fachada religiosa cuando la necesitan. ¡Pero si lo siguen haciendo hoy día, que el catolicismo no es ni una sombra de por aquel entonces!
Es como si mañana alguien nos dice alguien que el PP es un partido católico intachable y para demostrarlo nos pone fotos de sus ministros yendo a procesiones y actos con el Papa. Pues eso mismo está haciendo Díaz Araujo con San Martín. Un timo.
-------
Se lo publico sólo para que otros puedan contestarle. Cite fuentes o rebata argumentos; la opinología no es para mi blog. P. Javier
La única bibliografía que puedo recomendar es el libro de José Antonio Ullate, "Españoles que no pudieron serlo", que es un libro para formarse el criterio católico correcto con el que ver los hechos históricos de los que se habla aquí, con una perspectiva histórica de los antecedentes bien armada. Yo tenía errores parecidos a los de Díaz Araujo antes de leerlo, solo que yo acepté la realidad mientras Díaz Araujo entró en un ataque de ira lamentable contra Ullate y todo el tradicionalismo político hispánico.
Pero si quiere, le puedo juntar un anecdotario piadoso de Sarmiento y lo añadimos al coro angélico de libertadores. Pero eso no es hacer historia.
Porque al final, en Hispanoamérica y en España, o hay un nacionalismo neto, puramente liberal y masónico, o habrá tradicionalismo político hispánico. Pero para lo que quiere Díaz Araujo no hay ni ha habido lugar, ni en la historia ni en la utopía.
------------
Publicaré ese artículo en algún momento; entonces habrá una segunda oportunidad para contestarlo, puesto que -hasta ahora- no lo han hecho, y eso que se publicó en una de las revistas católicas más importante de Argentina como es la Revista Gladius.
Esos supuestos patriotas españoles, como "Catalán", que demonizan "in toto" a los Libertadores, en realidad lo que hacen es una cerrada defensa de la infame dinastía borbónica que en Francia terminó liquidando a la Monarquía, y que en España, luego de hacerle perder toda Hispanoamérica, ahora amenaza con terminar con la propia España.
Y no es un problema congénito de esa dinastía, qué va, sino que los Borbones han sido tan pero tan penetrados por el Liberalismo, que han terminado por perder toda identificación con lo que pudiese ser una Monarquía Cristiana.
Quizás si te dejaras de lanzar dardos montado en la "biblia de ullate" a la que veneras, y aportaras argumentos, se te podría contestar de manera que pudieses entender lo que quiero creer que no entiendes. Pero si sólo sigues disparando opiniones, sean las que has escrito o las contrarias, lo mismo da, eres muy dueño de hacerlo pero me temo que así no vas a convencer a nadie.
- Para los carlistas, los Borbones no gobiernan desde la muerte de Fernando VII.
- Para los nacionalistas españoles o franquistas, el odio a los Borbones es compartido con de sus compañeros liberales de América. Además suelen despreciar a los "sudacas" tanto como los nacionalistas argentinos desprecian a los chilenos, o los nacionalistas chilenos a los peruanos, o los nacionalistas colombianos a los venezolanos, o los ... (los nacionalistas siempre se parecen mucho entre sí en sus actitudes). Quizá el odio antiborbónico común pueda limar asperezas entre vosotros.
Así que ni 300 años, ni sistema borbónico, ni patriotas borbónicos, ni Borbones gobernantes, ni nada de nada. Estáis tan despistados que queréis disparar y no sabéis ni dónde apuntar.
De todas formas, los nacionalistas deberíais amar a los Borbones más que nadie. Los libertadores (¿libertadores de qué?) son modelos de español borbónico, al menos en todas sus facetas más corruptas.
Por cierto, los reyes Borbones eran gente muy piadosa, se podrían escribir anecdotarios como este de San Martín realmente largos sobre ellos, ya que por lo visto es el sistema científico de evaluación de política religiosa.
Por cierto: ¿sabrá que en ningún país de Hispanoamérica se le adjudica a Sarmiento el título de Libertador?. Su actuación política comienza casi treinta años después de finalizado el período de la independencia.
Por otro lado, no vale escudarse en lo corto de los comentarios que permite Infocatólica. Con un poco de capacidad de síntesis, puede fácilmente ofrecer aunque sea un ejemplo de la tremenda persecución anticatólica que desató San Martín, de los que seguramente la "biblia de ullate" como bien la llama Ricardo, está lleno de casos bien documentados. Como en los ejemplos (que por supuesto, aclaro son todos ficticios) que yo ofrezco:
- El 21 de mayo de 1821, el Gral. San Martín ordenó prender fuego a todos los conventos y fusilar a todos los frailes franciscanos de Lima.
-El 30 de abril de 1822, el Gral. San Martín repartió preservativos gratuitos entre sus tropas y les dió libertad de proceder con las mujeres de los territorios conquistados como mejor les parezca.
-El 5 de diciembre de 1822, el Gral. San Martín estableció el aborto libre y gratuito, a cargo del Estado en todo el territorio bajo su gobierno.
Vuelvo a repetir, por supuesto todo esto es falso y ni de casualidad alguien debe creer que San Martín hizo alguna de esas tres cosas o que yo afirmo eso. Son ejemplos que doy para que se vea que no en pocas líneas se pueden citar hechos concretos que avalen una determinada postura, sin salir con que no se puede citar ningún hecho concreto que avale lo que se dice porque Infocatólica no permite comentarios largos.
Estimado Voy: San Martín fue atendido en sus últimos días por el párroco de Boulogne-Sur-Mer, monseñor Benoit Haffreingue, y falleció con un crucifijo en el pecho. Al morir, su responso se rezó en la iglesia de San Nicolás y fue enterrado en la cripta de la Catedral -no en ningún templo o cementerio masónico (por lo tanto el clero de su ciudad de residencia no lo consideraba masón, de lo contrario le hubieran negado el entierro en suelo consagrado). Se le celebraron además funerales de acuerdo a la liturgia católica en la catedral de El Havre, en la de Buenos Aires, en la de Montevideo, en de la Paraná, en Chile y en Perú.
En su testamento no prohibió que se le dediquen misas. La prohibición fue solamente de que se le hicieran funerales aparatosos. De otra manera habría que concluir que su hija, sus nietas y sus amigos lo desobedecieron en todo.
Si quizá me desconcertó algo al principio, ahora percibo que tiene usted, Catalán , para repartir a diestra y siniestra a todo el mundo..
Y sí me gustaría que, en vez de referirse a esas fuentes de información que menciona, haga una breve resumen -por breves aquí se publican bien largos- de datos.
¿Lo de que los Borbones eran "gente piadosa" es un chiste?
presente Testamento lo siguiente:
"Primero, dejo por mi absoluta Heredera de mis bienes, habidos y por haber a miúnica hija Mercedes de San Martín actualmente casada con Mariano Balcarce."
"Segundo. Es mi expresa voluntad que mi hija suministre a mi hermana María Elena, una pensión de mil Francos anuales, y a su fallecimiento, se continúe pagando a su hija Petronila, una de 250 hasta su muerte, sin que para asegurar este don que hago a mi hermana y sobrina, sea necesaria otra hipoteca que la confianza que me asiste de que mi hija y sus herederos cumplirán religiosamente esta mi voluntad."
"Tercero. El sable que me ha acompañado en toda la Guerra de la Independencia de la América del Sud, le será entregado al Genera! de la República Argentina Don Juan Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción, que como Argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los Extranjeros que tratan de humillarla."
"Cuarto. Prohibo el que se me haga ningún género de Funeral, y desde el lugar en que falleciere, se me conducirá directamente al cementerio sin ningún acompañamiento, pero sí desearía, el que mi corazón fuese depositado en el de Buenos Aires."
"Quinto. Declaro no deber ni haber jamás debido nada a nadie."
"Sexto. Aunque, es verdad que todos mi anhelos no han tenido otro objeto que el bien de mi hija amada, debo confesar que la honrada conducta de ésta, y el constante cariño y esmero que siempre me ha manifestado, han recompensado con usura, todos mis esmeros haciendo mi vejez feliz. Yo le ruego continúe con el mismo cuidado y contracción la educación de sus hijas (a las que abrazo con todo mi corazón) si es que a su vez quiere tener la misma feliz suerte que yo he tenido; igual encargo hago a su esposo, cuya honradez y hombría de bien no ha desmentido la opinión que había formado de él, lo que me garantiza continuará haciendo la felicidad de mi hija y nietas."
"Séptimo. Todo otro Testamento o Disposición anterior al presente queda nulo y sin ningún valor."
"Hecho en París a veintitrés de Enero del año mil ochocientos cuarenta y cuatro, y escrito todo él de mi puño y letra – JOSE DE SAN MARTIN
Artículo adicional. Es mi voluntad que el Estandarte que el bravo Español Don Francisco Pizarro tremoló en la Conquista del Perú sea devuelto a esta República (a pesar de ser una propiedad mía) siempre que sus Gobiernos hayan realizado las recompensas y honores con que me honró su primer Congreso." JOSE DE SAN MARTIN
Destaco especialmente el encabezamiento: "En el nombre de Dios Todo Poderoso a quien reconozco como Hacedor del Universo". Se destaca claramente de la fórmula masónica que es "El Gran Arquitecto del Universo". Entre ambas media una diferencia fundamental que un teólogo experto como el Padre Javier puede explicar mejor que yo.
Que yo sepa, el franquismo no es una sublimación de nada.
Ha sido, entiendo, una salida a la desesperada del caos insoportable que llevaron a España tanto el liberalismo borbónico como su necesaria contraparte, el liberalismo marxista, mediante su característico juego pendular y perverso de "derechas vs. izquierdas" ,ambas liberales.
Tan a la desesperada ha sido esa solución político-militar que su líder, el Dictador Franco, era antes bien un improvisado que una persona especialmente preparada para la alta función que tuvo que ejercer durante ¡40 años!. O sea, toda una vida ofrendada a una nación ingrata, que ahora se avergüenza de su memoria.
Y esa escasa formación ha quedado demostrada en que perpetuó a los Borbones, si bien en un papel simbólico, pero ni tan siquiera eso fue justo. Porque incluso en los símbolos, habría que haber dejado bien en claro que la dinastía borbónica, desde que accedió al poder de este lado de los Pirineos, estuvo siempre indisolublemente ligada a la decadencia de España. Decadencia política, económica, cultural, pero por sobre todo, moral y religiosa. Porque se llegó a la aberración de presionar al Papa hasta conseguir la supresión de los jesuitas en las tres naciones que gobernaban los Borbones, dejando así expedito el camino a la Francesada y a la Ilustración.
La Guerra Civil fue el culmen de esa decadencia. Y la actual Democracia "borbónica", su consolidación definitiva.
En la cual democracia se sigue practicando el juego perverso liberal de "derechas vs. izquierdas", sin que nadie atine a tomar por las astas al monstruo liberal que está desnaturalizando a España.
"Los libertadores hubieron de enfrentarse muchas veces a las masas populares, que no veían claro aquel salto en el vacío, y que con frecuencia, por instinto, temían más la próxima oligarquía criolla que la lejana Corona española. Los propios dirigentes criollos se mantuvieron muchas veces dubitativos hasta última hora, cuando, ante la debilidad de Fernando VII, optaron por acrecentar su propio poder con la independencia.
Por otra parte, los nuevos generales Bolívar, Sucre, San Martín, imitando a Napoleón -el héroe de la época, el que llevó sus banderas hasta Rusia, Egipto y España-, atravesaron también ellos los Andes y las fronteras incipientes, decididos a escribir la historia a punta de bayoneta, rubricándola con el galope de sus briosos caballos.
No olvidemos, por lo demás, que unos y otros, políticos y generales, se vieron decisivamente apoyados por agentes extranjeros, principalmente ingleses, norteamericanos y franceses, hambrientos desde hacía siglos de la América hispana. Las logias masónicas, que ya en el XVIII habían difundido por el continente el espíritu de la Ilustración, anticristiano, racionalista y libertario, constituyeron entonces la red eficaz para todas estas conexiones e influjos convergentes.
Bolívar, San Martín, Sucre, O’Higgins, fueron masones de alta graduación, lo mismo que Miranda y otros líderes de la independencia; y también lo eran en España muchos de los políticos liberales y de los militares que favorecieron la emancipación."
(V parte, Brasil, Norte de América, secularización, Las independencias en América hispana, pag. 468, 3° Edición)
"Quedaba, pues, sólamente afirmar la propia identidad nacional contra los países vecinos y más hondamente contra España, rompiendo lo más posible con el pasado, con la tradición, partiendo de cero, y procurando eliminar de la memoria histórica aquellos tres siglos precedentes de real unidad hispano-americana, que en adelante no serían sino un prólogo oscuro y siniestro del propio logos nacional luminoso y heroico.
Todo esto, claro está, no podría hacerse sin una profunda y sistemática falsificación de la historia, que en la práctica habría de llegar a niveles sorprendentes de distorsión, olvido e ignorancia. Así, por ejemplo, sería preciso fingir que en las guerras de la independencia las naciones americanas se habían alzado, como un solo hombre, contra el yugo opresor de la Corona hispana. Sería urgente también engrandecer los hechos bélicos, y más aún mitificar los héroes patrios recientes, aunque a veces presentaran rasgos personales sumamente ambiguos.
(V parte, Historia falsa para naciones nuevas, pag. 469)
Dejar un comentario