Diluvio universal: ¿existió de verdad? (1/6)
Comenzamos a publicar aquí un excelente y documentado artículo acerca de la historicidad del Diluvio Universal que su autor nos hiciera llegar. Dado que es un tanto extenso, lo publicaremos a lo largo de 6 entradas. Vale la pena desasnarse pues explica desde el punto de vista científico una realidad cuya evidencia histórica no puede soslayarse.
P. Javier Olivera Ravasi, IVE
¿Qué sabemos del diluvio?
Enrique de Zwart
Poca gente, aun en el mundo de hoy dominado por la caja boba, no ha escuchado al menos una vez la historia de Noé, quien fue junto a su esposa, sus tres hijos Sem, Cam y Jafet y respectivas esposas, uno de los sobrevivientes del gran diluvio mandado por Dios para destruir a los descendientes pecaminosos de Adán y Eva. Para salvarse Dios le dio instrucciones para que construyera una gran arca para albergar a él y a su familia, y a todas las especies de animales.
El propósito de este texto es repasar el relato bíblico del diluvio y exponer luego las evidencias históricas y científicas que lo sostengan, o no. Con esto en la mira es necesario advertir al lector en dos planos importantísimos.
La primera caveat lector es la necesidad de tener presente los sentidos bíblicos al leer el libro del Génesis. Como explica el P. Bojorge[1], hay que andar con tiento leyendo la Biblia por los múltiples estratos de entendimiento que ésta contiene. La primera división de los sentidos bíblicos es entre el literal y el figurado.
1) Sentido literal: es el sentido del texto y el que pretendió dar a sus palabras el autor sagrado.
2) Sentido típico o figurado: es el sentido de las realidades de las que habla el texto y que puede trascender el sentido literal
Como ejemplo de esto, y anticipando ciertos pasajes sobre el diluvio, piense el lector el sentido literal y típico de estos versículos: “Caín será vengado siete veces, mas Lamec lo será setenta veces siete”. También busque los sentidos de incluir en la misma frase referencias a “los hijos de Dios” y “las hijas de los hombres”. Se verá que hay varios sentidos en estos hijos e hijas.
Respecto del sentido literal es necesario distinguir entre sentido y significado. Una palabra puede tener muchos significados. Sin embargo el “sentido” es el significado que una palabra tiene en un determinado texto. El sentido literal ya sea propio o metafórico, es único en cada texto.
Respecto al sentido típico o figurado: típico viene del griego typos y según los contextos tiene diversos sentidos. Se habla también de figura, pues se refiere al sentido que tienen ciertas realidades del Antiguo Testamento que prefiguran las del Nuevo.
El segundo caveat lector concierne la aceptación del conocimiento, en particular del conocimiento “científico”. ¿Cómo conoce uno lo que decimos que conocemos, no en un sentido profundo y filosófico, sino de manera práctica, día a día?
El primer modo de conocer algo es a través de experiencia personal. Sabemos, por ejemplo, que si hacemos un castillo de arena en la playa es muy probable que sea destruido por el agua en pocos minutos si está cerca de las olas, en pocas horas cuando suba la marea.
El segundo modo de conocer es por la autoridad. Cuando uno no tiene experiencia directa en la cuestión, uno confía en alguna fuente de información suponiendo que es fidedigna. Casi toda persona que fue a la escuela cree que la tierra gira alrededor del sol, inclusive si muy poca gente es capaz de explicar cómo demostrar o medir tal cosa. Aquellos que han visitado o visto en videos el Gran Cañón del Colorado luego de maravillarse al ver al río casi 2 km abajo, se habrán preguntado cómo pudo haberse formado, y probablemente el guía les habrá dicho que se formó a través de millones de años, durante los cuales el río excavó centímetro a centímetro su meandroso sendero hasta llegar a la posición actual.
Gran Cañón del Colorado (topvisitplaces.com)
Los científicos son también humanos, así que podemos preguntarnos como es que conocen lo que dicen conocer. Bueno, como todo el mundo conocen las cosas por experiencia o por autoridad. Teóricamente cada hipótesis o teoría debe ser verificada experimentalmente mediante el método científico: observando, midiendo, experimentando, analizando y si fuera necesario modificando la hipótesis de partida. Veamos un ejemplo de un famoso caso en la comunidad científica geológica. La deriva de los continentes -Kontinentalverschiebung- intuida por el geofísico alemán Alfred Wegener en 1912 mediante observaciones geográficas en conjunto con las primeras noticias de la existencia de dorsales oceánicas submarinas, resultó un cambio paradigmático en el pensamiento geológico. Wegener planteó la existencia en tiempos de antaño de un Urkontinent, o continente primordial análogo a la Pangea griega, que se habría partido y expandido con el tiempo hasta alcanzar los contornos actuales. Sin embargo cuando la teoría de deriva continental fue inicialmente propuesta fue recibida con enorme escepticismo y desdén por el establishment geológico de entonces. Recién en la década de 1960 fue finalmente aceptada al punto de devenir uno de las bases de la tectónica de placas y la geología moderna. Hoy en día la deriva continental se puede medir a través de instrumentos de precisión y satélites, y es del orden de unos pocos cm por año. Ahora bien, la inmensa mayoría de profesores y estudiantes de geología, geofísica, estratigrafía y otras ciencias afines conoce lo que es la deriva continental aunque nunca hayan hecho experimentos para comprobarla. Confían en la autoridad. En realidad todos los científicos se sostienen en la autoridad para casi todos los fundamentos y detalles de su conocimiento científico.
De igual modo si se le pregunta a algún doctorando en geología, sedimentología o mecánica de fluidos que sabe sobre las diferencias en erosión de sedimentos granulares y cohesivos, o sobre la meandrosidad de algunos ríos pero no de otros, o sobre la capacidad de ciertas corrientes marinas para transportar sedimentos en suspensión, éste inmediatamente se referirá a algún artículo en la literatura científica más que sus propios estudios o experiencia en laboratorio o in situ. Una vez más, confianza en la autoridad.
1. La sociedad antediluviana
Luego de la muerte de Abel a manos de Caín, Adán y Eva tiene otro hijo de nombre Set (Gen. 4, 25). Set a su vez tuvo descendientes siendo Noé uno de ellos a través de la genealogía descripta en Gen. 5,6-32. Noé fue hijo de Lamec, nieto de Matusalén, y bisnieto de Enoc, quien no murió sino fue llevado por Dios (Gen. 5,21) y de acuerdo a la tradición volverá a predicar al fin de los tiempos junto con Elías. Es preciso recordar, ya que muchos lo pasan por alto, que luego de Set, Adán y Eva tuvieron más hijos e hijas (Gen. 5,4). Los nombres de estos otros hijos e hijas de Adán y Eva no están registrados en el Génesis. Caín por su parte también tuvo muchos descendientes (Gen. 4,17-22).
No hay muchos detalles en la Biblia sobre la civilización antediluviana, pero lo poco que hay indica que los descendientes de Caín terminaron por predominar y definir dicha cultura. Así es que en lo que se considera el primer poema de la humanidad tenemos a un cainita llamado Lamec (sin relación al padre de Noé del linaje de Set) celebrando el asesinato de otros hombres y alardeando sobre su vengativa personalidad:
Yo maté a un hombre que me hirió,
y a un joven por una contusión que recibí,
Caín será vengado siete veces,
mas Lamec lo será setenta veces siete. (Gen. 4, 23-24)
Los cainitas tenían sus cualidades “civilizatorias”, especialmente así entendidas en nuestro mundo contemporáneo, ya que fueron fundadores de ciudades (Gen. 4,17) y llegaron a dominar diversos artes y oficios incluyendo ganadería (Jabal), música (Jubal), y metalurgia (Tubalcaín) (Gen. 4, 20-22). A pesar de esto, o quizás debido a esto, la tecnológicamente avanzada civilización antediluviana rápidamente devino una sociedad dominada por la fuerza y sin valores morales. La poligamia también fue una de sus innovaciones (Gen. 4, 19).
Raza de Caín: Lamec, homicida y primer polígamo, junto a sus dos esposas. A la derecha su hijo Tubalcaín, padre de la metalurgia, hacedor de armas. También admirado en la masonería por sus impulsos civilizatorios y como símbolo de las posesiones mundanas. Canterbury, Inglaterra, s. XI. (thomasironworks.com)
Más adelante se menciona otro hecho, aparentemente inicuo a los ojos del observador del siglo XXI, pero con consecuencias negativas. Los “hijos de Dios” tomaron por esposas a las “hijas de los hombres” (Gen. 6,2). Siguiendo a Santo Tomás de Aquino, comentaristas como Mons. Straubinger, estiman que los “hijos de Dios” son los del linaje de Set, mientras que las “hijas de los hombres” son del linaje de Caín (aunque veremos que hay otras interpretaciones). Esos matrimonios “mixtos” no agradaron a Dios, quizás porque sus descendientes se inculturizaron en la sociedad cainita y no con los descendientes de Set. O tal vez porque de ellos surgieron los gigantes (Gen. 6,4) quienes eran diestros en la guerra, pero también necios y faltos de sabiduría (Baruc, 3, 26-28). Yahvé entonces lanzó un ominoso presagio al hombre “…y serán sus días de ciento veinte años” (Gen. 6,3).
Considerando las guerras genocidas del siglo XX, el aborto masivo, la promoción de “sexualidades alternativas”, la pornografía extendida a todos los ámbitos, la cultura deletérea, y el espíritu general de rebeldía y rechazo a todo lo sacro; las cosas en la sociedad antediluviana tienen que haber sido bastante peor de lo que un observador del siglo XXI pueda imaginarse leyendo los escuetos pasajes del Génesis sobre sus pecadillos. Después de todo un poco de poligamia aquí y allá, y alguno que otro asesinato no es algo tan grave para borrar a toda la humanidad del globo, ¿no? Los abusos y la violencia de la civilización cainita tienen que haber sido muy graves para que Yahvé diga “que era grande la maldad del hombre sobre la tierra, y que todos los pensamientos de su corazón se dirigían únicamente hacia el mal, todos los días” (Gen. 6, 5), y también “la tierra está colmada de violencia por culpa de ellos” (Gen. 6, 13). O quizás sea que la vara con la cual Yahvé medía a los hombres en los tiempos del Antiguo Testamento era un tanto más estricta que la que Cristo usa en los tiempos del Nuevo Testamento. O quizás Cristo tiene más paciencia que Yahvé.
De un modo u otro, Noé fue el único varón hallado justo de toda la generación contemporánea a él (Gen. 6, 9) y por eso Yahvé decidió salvarlo junto a su familia del diluvio.
2. El arca, el diluvio y el después
Noé sigue las instrucciones divinas de construir un Arca de maderas resinosas de 300 codos de largo, 50 codos de ancho y 30 codos de alto[2]; y con una apertura arriba para la luz (Gen 6, 14-16). Yahvé establece un “pacto” con Noé (Gen. 6, 18), el cual consiste en salvar al patriarca y hacerlo segundo padre del linaje humano luego de limpiar al globo de la apostasía de las generaciones antediluvianas. Si bien no está relatado en el Génesis qué ocurre durante la construcción del Arca, otros pasajes bíblicos dan a entender que la sociedad antediluviana ignoró, despreció y lo tomó por loco a Noé (Mat. 24,37; Luc. 17, 26; Hebr. 11,7; II Pedro 2,5). Debido al espíritu envidioso de los cainitas, y al hecho de que Noé predicó y dio testimonio por 120 años antes del diluvio, no sería sorprendente que algunos se hayan violentamente opuesto a la construcción del Arca para evitar que Noé se salvara solo. Tampoco es de descartar que Noé haya tenido algún tipo de protección divina para evitar ataques cainitas durante la construcción. Al menos Noé no tiene que preocuparse en juntar a los animales, ya que estos “…vendrán hacia ti” (Gen. 6, 20).
Siete días después de que Noé y los suyos entraron en el Arca se desató el diluvio (Gen. 7, 7-10). Otro detalle que suele pasar desapercibido, quizás por el hecho que la palabra diluvio está relacionada con un aguacero o gran lluvia, es que el agua no solo viene de arriba, sino también de abajo “… en ese día prorrumpieron todas las fuentes del gran abismo[3], y se abrieron las cataratas del cielo… por cuarenta días y cuarenta noches” (Gen. 7, 11-12). Ergo es más preciso hablar de una gran inundación, en la cual el origen de las aguas es más impreciso, y no está limitado a las nubes del cielo.
Las aguas se elevaron tanto que “quedaron cubiertos todos los montes más altos que había bajo el cielo entero. Quince codos (~8 m) se alzaron sobre ellos las aguas…” (Gen. 7, 19-20). Como resultado “fue exterminado todo ser viviente que había sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, reptiles y aves del cielo” a excepción de Noé y todos los del Arca. Las aguas se mantuvieron altas por 150 días (Gen. 7, 23-24).
Finalmente las aguas empiezan a bajar ya que “se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas del cielo…” (Gen. 8, 2), y “reposó el Arca sobre los montes de Ararat…” (Gen. 8, 4). Noé esperó casi otros dos meses antes de salir del Arca (Gen. 8, 6-19). Dios entonces confirma el pacto con Noé, su descendencia, y también con los animales, a saber, no habrá otro diluvio exterminador, dando el arco iris como señal (Gen. 9, 8-17). Sin embargo antes no deja de recordarles la pena que conlleva el asesinato “Cualquiera que derramare sangre humana, por mano de hombre será derramada su sangre” (Gen. 9, 6).
El Diluvio de Gustave Doré (1866)
Lamentablemente poco tiempo después del diluvio acaece un hecho desagradable y a primera vista inexplicable, la maldición de Noé. Noé se embriagó tomando vino y quedó desnudo. Cam vio a Noé en este estado poco digno y le avisa a sus dos hermanos, quienes cubren a Noé con un manto caminando hacia atrás para evitar verlo. Cuando Noé vuelve en sí y se entera maldice a Canaán, hijo de Cam, profetizando que será esclavo de los descendientes de Sem y Jafet (Gén, 9,20-27). Esto deja al lector un tanto confundido. Primero porque Noé mismo tendría cierta responsabilidad, segundo porque el solo hecho de ver de repente a alguien en tal estado no implica mala voluntad del observador, y finalmente porque la maldición es sobre un hijo de Cam, pero aparentemente no sobre todos sus hijos. Este es un hecho no menor, ya que tendrá consecuencias malas para el inmediato desarrollo de la sociedad post diluviana. Evidentemente los sucintos pasajes bíblicos no nos dicen todo lo que ocurrió y el contexto de lo acontecido. Es posible que este pasaje describa figurativamente algo más siniestro, ya que de lo contrario no se explica lo que parece ser una reacción desproporcionada de Noé contra su nieto[4].
La tierra fue repoblada entonces por la descendencia de los hijos de Noé, Sem, Cam y Jafet, y sus mujeres (Gen. 9, 18-19). Los hijos de Jafet (Gómer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mosoc y Tirás) dieron lugar a los diversos pueblos indoeuropeos y caucásicos; los hijos de Cam (Cus, Misraim, Put y Canaán) a los africanos, antiguos egipcios, filisteos, fenicios entre otros; los de Sem (Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram) a los asirios, caldeos, arameos y a la postre los árabes y judíos (Gén, 10).[5]
Uno de los nietos de Cam a través de Cus fue Nimrod, a quien notablemente el Génesis le dedica varios pasajes en el capítulo diez; a diferencia del resto de los descendientes de Noé, quienes solo son mencionados por su nombre. Se dice que Nimrod fue el primero en hacerse poderoso en la tierra y un gran cazador, y que reinó primero en Babel y la tierra de Sinear (i.e. Babilonia) y finalmente edificó Nínive más al norte (Gén. 10,8-12).
Y es en Babel donde el espíritu cainita aflora de nuevo. Solo tres generaciones luego de Noé la sociedad ya se había ensoberbecido al punto de empezar a construir en Babel una torre “cuya cumbre llegue hasta el cielo; y hagámonos un monumento para que no nos dispersemos sobre la superficie de toda la tierra.” (Gén, 11,4). Yahvé tenía otros planes, a saber la dispersión de los pueblos para repoblar la tierra luego del diluvio. Ergo la confusión de lenguas en Babel que truncó el proyecto neo-cainita (Gén, 11,5-9). Llama la atención que fueron los bisnietos de Noé que se lanzaron al grotesco proyecto babélico. Con las memorias del diluvio todavía frescas ¿Cómo es que se pervirtió tan rápido la sociedad postdiluviana?
CONTINUARÁ…
[1]http://tomaylee-sagradasescrituras.blogspot.com.ar/2008/12/sentidos-bblicos-1.html
[2] Un codo es aproximadamente medio metro.
[3] Straubinger, Bover-Cantera y Biblia de Jerusalén: Fuentes del grande abismo, o Fuentes del gran abismo; Junemann: Fuentes del hondo abismo; Nácar-Colunga: Fuentes del abismo.
[4]Los comentarios de Straubinger, Bover-Cantera y Nácar-Colunga sobre éste pasaje no discuten el porqué de este episodio. Straubinger menciona que los Padres de la Iglesia dicen que Noé no pecó pues bebió vino sin conocer su fuerza.
[5]Respecto a los chinos y otros pueblos de Extremo Oriente, no está claro si son de origen semita o camita.
34 comentarios
Oh si claro, dirá usted, eso puede ocurrir si Yaveh lo quiere. Tal argumento me hace sonreir. Es pueril, carente de madurez. Un dios que ahoga a todo el mundo porque algunos se portan mal ¿no le parece un dios infantil? Matar a todos los seres vivos es una decision absurda. Los niños no podian tener culpa de nada (mucho menos los no nacidos) En fin, para que alargarme. Ustedes me parecen todos muy ingenuos. Se que pueden creer cualquier cosa que les digan, pero ¿pretender que sea ademas cientificamente aceptable? Eso suena tremendamente infantil.
No sigo porque usted no creo que acepte argumentos en contra de sus tesis creacionistas. Lo mas probable es que ejerza la censrua, que es lo unico que realmente puede hacer, negarse a un debate serio.
Cuidese.
El Diluvio universal existió,pero en las categforáis geológicas actuales no cabe un hecho como aquél. Un libro reciente defiende que antes del Dilvuio la Tierra era muy diferente, absolutametne llana como la actual Siberia. Luego vino la partición de los continentes anuciada en Genesis 10, 25: "en tiempos del patriarca Faleg la Tierra fue partida y distribuída entre los descendientes de Noé". Aquello comportó la creación de las grandes cordilleras. En fin, es otra mentalidad, no cartesiana como la de ahora.
"Eran los mismos que decían, y aún sostienen, que el Diluvio Universal sólo fue una inundación local en el país de Mesopotamia, sin tener en cuenta que la Tierra antes del Diluvio era tan llana y fértil como la Siberia y que fácilmente podía ser inundada en su totalidad. Poner el arca de Noé en la montaña de Ararat, que en tiempos del Diluvio todavía no existiría, fue una interpolación posterior, debido a que el pueblo de la Biblia, en aquel momento histórico en que se escribía el relato bíblico, entonces aún reciente y muy popular, habitaba la Iberia caucásica, actualmente Azerbaiján, y también porque aquel pueblo de pastores sabía que en aquella montaña se encontraba un misterioso barco petrificado que propició el cambio de redacción del relato noáquico al ser tomado por la verdadera arca de Noé, haciendo seguramente que las medidas de ésta coincidiesen básicamente con las de aquel extraño fósil del monte Ararat, redescubierto y estudiado modernamente por el arqueólogo Ron Wyatt y otros investigadores. He aquí otro ejemplo de como en algunas cuestiones históricas fácilmente cogemos el rastro al revés. El fósil del monte Ararat, que por otra parte demuestra que hubo un cataclismo, fue tomado como modelo para describir el Arca de Noé", Recuperar la fe en dos dias, Ed.Punto Didot.
El texto de Nácar y Colunga, que acabo de confirmar, habla de "fuentes del abismo" (Gen, 7,11) tal cual está citado.
Luego Nácar y Colunga (Gen, 8,2) dice "Cerráronse las fuentes del abismo y las cataratas del cielo, cesó de llover"
Hay dos claras fuentes de agua: cielo y abismo.
Si es preciso mañana se
lo transcribo por tercera vez.
Un detalle: en muchas tradiciones aparece el Diluvio. También en el Popol Vuh, donde representa un castigo a cierto género de seres, los muñecos de palo semejantes al hombre. Luego aparecen los hombres, dotados de singulares poderes de visión y entendimiento.
Los hebreos, como los caldeos, suponían la tierra asentada sobre las aguas del grande abismo, del cual proceden los manantiales de los ríos y de las fuentes (Sal 24.2; 135,6)—«Se abrieron las cataratas del cielo», expresión que supone la concepción del firmamento sólido que sostenía las aguas superiores (1,6 s.). El significado real de estas expresiones, tomadas de la cosmografía antigua, es la lluvia torrencial enviada por las nubes, que a su vez acrece los manantiales de las fuentes y el caudal de los ríos con sus naturales efectos.
Es cierto que la interpretación de NyC parece ser que la lluvia es la fuente original y los abismos son llenados por ésta y rebalsan. Sin embargo otros comentaristas no piensan así, y ya veremos que hay muchos otros que sostienen algo muy diferente.
Es cierto que el agua vino de fuera con casi toda seguridad, y esto tuvo que ver probablemene con un formidable bombardeo de meteoritos formados de hielo y carbono (como el que hoy se está estudiando gracias a la sonda que ha aterrizado en su superficie) Esa lluvia de meteoritos, durante cientos de millones de años, pueden considerarse un diluvio universal, efectivamente. La diferencia con el diluvio del que habla el AT es que en aquella epoca no había seres vivos todavia. La vida surgió precisamente a raiz de ese diluvio. Noe no pudo haber construido su arca hasta miles de millones de años despues del diluvio, por tanto. Pero esperaremos a sus nuevos posts para continuar con el debate.
Espero que no encuentre mis posts irrespetuosos. No hay intención de ofender las creencias de nadie.
Un saludo.
NyC hacen esa interpretación. Nadie está obligado a hacerla.
Por el mismo motivo en el que nadie está obligado a aceptar la interpretación de Nácar y Colunga, no des a entender que estos dos comparten una interpretación de la que explicitamente disienten.
Nos decía un profesor: no podéis citar que en la Biblia pone que "Dios no existe", si no apostillais inmediatamente "dice el necio".
Tu cita no es correcta, moralmente la tienes eliminar o apostillar.
...prorrumpieron todas las fuentes del grande abismo, y se abrieron las cataratas del cielo
o Bover y Cantera
... se hendieron todas las fuentes del gran abismo y las compuertas del cielo se abrieron
o Nácar y Colunga
...se rompieron todas las fuentes del abismo, se abrieron las cataratas del cielo,
Ergo mi distinción es válida y basada directamente en el texto del Génesis, no en los comentarios de Straubinger, ByC o NyC.
De todos modos Straubinger comenta haciendo precisamente la misma distinción:
Por el grande abismo, los antiguos entendian los espacios alrededor de la tierra, en cuyas profundidades se creía que había fuentes.
NyC son libres de inferir otra cosa y nada en mi texto sugiere lo contrario. El texto bíblico sin embargo apunta a que las fuentes del abismo son diferentes/independientes de las fuentes del cielo.
Le paso algunos datos sobre bibliografía católica acerca del diluvio universal:
1) San Agustín - Obras completas [BAC 1989] T° XXVIII Escritos bíblicos - cuestiones sobre el Heptateuco - L° I Cuestiones sobre el Génesis pp 43-47
2) San Agustín - Obras completas [BAC 1989] T° XXVII Escritos bíblicos - Locuciones a los siete libros del Heptateuco - L° I Locuciones del Génesis pp 14-17
3) Cardenal González, C. - La Biblia y la Ciencia - T° II [Madrid. A.Pérez Dubrull 1891] donde le dedica el Capítulo IV completo [pp 529-ss]
4) Beata Ana C. Emerick - Visiones y revelaciones completas - T° II [Ed. Guadalupe. B.Aires 1952- RP Fuchs, J editor] Por si quiere usted consultar las visiones de la Beata Ana, transcriptas por el poeta Clemente Brentano, familiar de Franck Brentano que fuera maestro de Freud, y traducidas y editadas por el P.Fuchs. Principalmente pp 35-40 aunque vuelve en varios pasajes de la obra sobre algunos otros aspectos del diluvio y de Noé.
Esto es lo que tengo a la mano y se los recomiendo (No se pierda leer el trabajo del Cardenal González, que es a mi modo humilde de ver, excelente). Si encuentro algo más por aquí, le aviso.
Saludos y buena lectura.
"...No, simplemente no doy credito a la existencia de un dios como el del AT."
Es usted completamente libre de creer o no creer, faltaba más.
De todos modos, respecto de un Dios que "castiga" (y sin remitirlo directamente a varios artículos de excelencia en este portal, como el que elaboró José Miguel Arraiz, entre otros) me tomo la libertad de recomendarle el excelente artículo "La razón teológica y el castigo divino" que publicara en este mismo portal Néstor Martínez. No tiene desperdicio, se lo aseguro. Puede buscarlo usted mismo en el Blog de Néstor.
Otro texto que le recomiendo (si usted quiere ahondar en tal cuestión para explicarse el por qué del castigo divino mediante el diluvio desde la perspectiva de la responsabilidad de los pecadores) es el titulado "¿Se salvan todos?", un interesantísimo trabajo del RP Antonio Royo Marín, (BAC 1995) principalmente el capítulo VII (pp 97-ss) "La responsabilidad subjetiva del pecador"
Simplemente aportarle estas sujerencias, que seguramente habrán de resultarle muy edificantes a la hora de reflexionar sobre la cuestión del "Dios castigador del AT"...
Saludos
PD: Dios, referido a la Santísima Trinidad, se escribe siempre con mayúsculas. Yo detesto a Hegel, pero le aseguro que no por eso escribiría su apellido con minúscula...
Esto me parece una referencia bastante explícita al primer capítulo del mismo Génesis, donde (Gn 1, 1-10) se señala que inicialmente había unas aguas (sobre las que soplaba un viento de Dios), que quedaron divididas por el firmamento (lo que dejaría dos masas de agua, una arriba y otra abajo), siendo que después las aguas de debajo del firmamento se habrían separado para dejar a la vista tierra seca.
Así pues, cuando el relato del diluvio señala dos fuentes de agua, parece señalar las dos masas que se divideron durante la Creación (sobre y bajo el firmamento). Eso daría una avalancha de agua proveniente de ambos frentes, superior e inferior.
El problema es que el primer capítulo no señala aguas en el abismo, cuando el diluvio señala que en ese mismo abismo hay "fuentes" que "saltan", aparte de que las aguas bajo el firmamento sólo se mencionan en forma de mares, no de fuentes (si bien en el capítulo 2 (Gn 2, 5-6 y 10) sí se mencionan fuentes y manantiales que dan lugar a arroyos y ríos).
Esto es lo que llego a ver en el sentido literal (que indudablemente no es el adecuado para un relato como este, entre otras cosas por lo que hoy sabemos de meteorología, de que los meteoros acuosos no provienen de una masa de agua sobre el firmamento sino del agua evaporada que forma las nubes). Así pues, esperemos a ver el resto de los artículos.
Jaume Clavé:
Muy interesante su aporte etimológico. Por lo demás, lo de Cataluña se puede llamar "diluvio" en sentido figurado, pero no en sentido literal. En este último sentido es más acertado denominarlo "ciclogénesis explosiva" o algo así.
Un saludo.
En esta vida podemos tener atisbos, contemplando las vidas de los santos.
Y por la contraria, las bellezas de nuestra sociedad descristianizada y apóstata nos deberían hacer pensar en el valor, limitado e imperfecto, como todo lo humano, claro, de una sociedad cristiana.
Saludos cordiales.
El siglo XX ha estado mayormente puesto en manos del maligno por la circunstancia excepcional que el papa León XIII pudo contemplar en visión (la del diablo desafiando a Dios etc y Dios concediéndole un siglo. Visión sobre cuyo contenido otros también hablaron, por ejemplo, Nuestra Señora en Medjugorje. Al diablo se le ha permitido - similarmente a como se le permitió en el caso de Job- desatarse en la medida de la Sabiduría de Dios, que es siempre para bien de aquellos que El ama, es decir, todos aquellos que aceptan y confían - es decir, si Dios dice que hay 30 grados y nosotros decimos que hay 15 porque tenemos frío, pues hay 30 grados y el frío no vendrá por lo que pensamos- ( en ) el amor de Dios.
Es decir, son tiempos excepcionales en los que el diablo se revuelve -me recuerda la Biblia cuando dice que "porque sabe que le queda poco tiempo"-.
Ah, vale. Ya iba yo a decirle que 50 millones de niños abortados cada año no puede calificarse como "no son nada", pero veo que lo había dicho al revés.
En cualquier caso, creo que es necesario tener en cuenta que hoy somos casi 8.000 millones de personas en el mundo, cuando hace un siglo apenas sobrepasábamos los 1.500 millones, y solo unos 500 millones cuando Colón descubrió América.
Quiero decir que cualquier barbarie que se perpetre sobre una población pequeña producirá siempre cifras absolutas pequeñas, y viceversa: sobre una población grande las cifras crecen.
Por ejemplo los sacrificios de niños Aztecas que menciona (a los que habría que añadir las carnicerías en poblados bajo el yugo de aquel imperio, o el canibalismo que practicaban con los enemigos capturados): ¿qué cifras arrojaría hoy esa práctica calculada sobre la población mundial actual? Probablemente aquella maldad fuese bastante mayor que muchas otras que vivimos hoy (incluso sin tener en cuenta el ensañamiento que practicaban, que eran MUY bestias), pero sus cifras se nos antojan reducidas por lo reducido de la población que sufrió aquellas prácticas (de ahí que la mayor parte de indios se unieran alos conquistadores españoles: cualquiera era mucho mejor que los que se los comían vivos).
Un saludo.
Me sorprendí mucho cuando viendo uno de los documentales de "la Odisea de la Especie" se dice que al final de la glaciación hubo un periodo de lluvias, aunque lo dice prácticamente de pasada y sin ninguna escena visible.
Además de ésto, leí una vez en un manual de prehistoria, creo de del profesor Eiroa, que al final de todas las glaciaciones hay un período lluvioso, así que no fue sólo al terminar la última glaciación, sino todas ellas.
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