Descubrimiento de América: ¿un bien o un mal para los aborígenes?
“Ay del pueblo que olvida su pasado;
Ay del que rompe la fatal cadena
con que el ayer tiene al mañana atado”
Manuel Machado.
Fue el filósofo ginebrino, Jean-Jacques Rousseau quien allá por el siglo XVIII
largó a rodar por vez primera la idea de que el hombre “nacía bueno pero la sociedad lo corrompía”. No éramos los bípedos, entonces, como Aristóteles, Platón y la filosofía clásica lo había considerado junto con la Iglesia, alguien “caído” e inclinado al mal, sino alguien a quien debía respetarse y tolerarse ya que estábamos inclinados siempre al bien y libres de todo pecado original. Su afirmación, como veremos, no era simplemente el fruto de una elucubración intelectual sino la consecuencia de una ideología política determinada. Antes que él, sin embargo, y con motivos aun más precisos, hubieron otros que trataron de hacer lo propio para atacar una empresa que sería la gloria de la Iglesia y del occidente cristiano: la conquista y evangelización de América.Es normal, incluso en nuestros días, escuchar distintas voces que denuncian a más no poder la “bondad natural” de los precolombinos y la “maldad natural” de los conquistadores españoles, de “aquellos sanguinarios conquistadores”[1]. ¿A qué tanta insistencia? Vayamos por partes.
La conquista en primera persona
Bernal Díaz del Castillo fue soldado de Cortés, el gran conquistador español. Una vez llegado a su vejez y con el arcón lleno de recuerdos, dejó un escrito con el que quiso recordar para la posteridad lo que había sido, en su juventud, la conquista de México por las tropas españolas; para ello y apelando a sus notas, escribió la famosa “Historia Verdadera de la Conquista de Nueva España”.
El viejo guerrero, una y otra, vez confesaba allí sin ambages su admiración por el esplendor de la civilización azteca, no encontrando palabras adecuadas para que sus lectores llegasen a imaginar el asombro que los españoles experimentaron el 8 de noviembre de 1519: “Vimos cosas tan admirables (que) no sabíamos qué decir, o si era verdad lo que por delante parecía, que por una parte en tierra había grandes ciudades, y en la laguna otras muchas, y veíamoslo todo lleno de canoas, y en la calzada muchos puentes de trecho a trecho, y por delante estaba la gran ciudad de México (…). Nosotros no llegábamos a cuatrocientos soldados”[2].
“Cuatrocientos soldados…”; recordemos esta pobre cifra.
Los indios de México no se llamaban a sí mismos “aztecas” sino tenochas; su lengua era el náhuatl y habían aparecido como una tribu hacia el 1200 d.C.; proviniendo del norte, de Aztlan, “lugar de las garzas”, se habían establecido en Chapultepec. Con el paso del tiempo fueron desarrollando allí su vida hasta que en 1325 el sacerdote Tenoch les hizo buscar refugio en el Lago de México donde comenzaron a construir la famosa ciudad de Tenochtitlán. Bien dotados para la guerra, llegaron a ser un pueblo poderoso y temible del cual, en 1440, surgiría Moctezuma I, quien consolidaría el trono y, con él, la dominación azteca sobre una amplia zona de influencia. Fue bajo su reinado que los tenochas reemplazarían las antiguas chozas de la capital por aquellos edificios de piedra que impresionaron a los españoles como una visión maravillosa.
A principios del siglo XVI los aztecas eran amos y señores de un vasto territorio que iba desde México hasta lo que hoy es Guatemala; con gran abundancia de bienes materiales hacían que cada seis meses, más de trescientas ciudades sometidas a su dominio enviasen un tributo abundante y variado. Dos días no bastaban para recorrer la gran plaza de Tlatelolco donde las mercaderías se ofrecían a la venta[3].
¿Pelearon solos los conquistadores?
Todo parecía feliz en el imperio… aunque no faltaran problemas como reconoce el mismo Von Hagen[4], apologista del indigenismo. En efecto, lejos de ser un paraíso terrenal el sistema rígido de gobierno y las luchas intestinas y exteriores, hacían peligrar la continuidad de dominio.
Para el año del desembarco del conquistador Hernán Cortés, el imperio parecía estar desmoronándose por su propio peso; era una época “mesiánica” y “apocalíptica” para los aztecas, según afirma el historiador George C. Vaillant[5] ya que los nativos aguardaban el retorno de una figura legendaria, Quetzalcoatl. Su regreso del más allá hacía temblar no solo a los aborígenes, sino también al mismo emperador aztecaMoctezuma quien, habiendo recibido una enorme cantidad de vaticinios funestos, no sabía si huir o esconderse en una cueva.
La expectativa ante sucesos extraordinarios era fermento de masa nueva y terminó de confirmarse, como afirman los cronistas, cuando los indios vieron bajar por vez primera de sus carabelas a los Conquistadores: las “ciudades flotantes”, los caballos y sus armas deslumbrarían por completo a los indígenas dejándolos atónitos.
Se narra que, al desembarcar en el puerto de Veracruz, los soldados de Cortés tuvieron por locura lanzarse a la conquista de aquel Imperio poderoso, y el Capitán extremeño, gran conocedor del arte de la persuasión, desmanteló nueve de sus diez buques dejando solo un barco para los pusilánimes a quienes despectivamente ofreció el regreso a la isla de Cuba. De este modo, logró que sus cuatrocientos hombres,auxiliados por mil indios, con solo doce caballos y siete cañones, se internasen en el territorio mexicano.Por su parte, los aztecas recibieron un efecto paralizante, pues además del poderío de estos cuatrocientos hombres, las tribus vecinas comenzaron a apoyar sin cesar a las fuerzas españolas, llegando a casi mil los “aliados”; pero… “¿ayudados por tribus vecinas”? ¿Por qué?
He aquí un punto importante que no se narra en la historia “oficial” y es que “muchos de los pueblos sometidos recibieron a los españoles como a sus libertadores”[6] a raíz de que el gobierno central trataba cada vez más despóticamente a las naciones vasallas.
[1] Nos basamos principalmente aquí en el jugoso artículo de Carlos Biestro, Guadalupe: Maravilla y esperanza americana, Gladius 12 (1988) 3-32.
[2] Bernal Díaz del Castillo, Crónicas Americanas, C.E.A.L., Buenos Aires 1969, 5. Cursivas nuestras.
[3] Víctor Von Hagen, The Aztec: man and tribe, The New American library, New York 1962, 90. Von Hagen es un gran admirador de la cultura azteca.
[4] V. Von Hagen, op. cit., 96.
[5] G. Vaillant, The Aztecs of Mexico, Penguin Books, 1961, 257.
[6] G. Vaillant, op. cit., 232.
32 comentarios
Lo digo para que no preguntéis ni comentéis más sobre el tema los que lo hubierais visto
Es un tema apasionante el de los o las, mejor dicho, "semina verbi", es decir, las semillas del Verbo que Dios fue plantando en algunos pueblos paganos para prepararlos para la revelación completa. En el mundo greco-romano esto no sólo es patente sino que hasta el mismo San Pablo lo dice: los griegos y romanos estaban "preaeordinati" (ordenados de antemano, pre-ordenados) para la salvación eterna (Hechos 13,48). La IV Égloga de Virgilio es sólo un botón de muestra.
Precisamente. Tampoco caigamos en el engaño de creer que Hernán Cortés realmente personificaba a Quetzalcoatl ni que era un dios rubio con barba y ojos azules; porque entonces tendríamos que incorporar a Kukulcán a la Revelación y buscar santos entre los descendientes de Ixpiyakok e Ixmukané.
Que era un buen estratega militar, vale y pase. Que supo aprovecharse de las fisuras de un gobierno corrupto, ya quisiéramos imitarlo. Pero de allí a subirlo a los altares junto a santa Antastasia Romanova, sería leer sólo los renglones torcidos y no lo que Dios escribe derecho.
Esto lo atestigua muy bien Bernal Diaz en su Historia Verdadera... (que yo mismo he leído) y los códices mexicas que aún nos quedan.
Tanto es así que el INAH (el instituto mexicano dedicado a la investigación arqueológica nacional) ha nombrado "mexica" (y no "azteca") a la cultura emanada de la antigua ciudad de México.
Por otro lado, si bien es cierto que el dominio de los mexicas abarcó un área muy amplia sobre muchos pueblos vecinos, siempre fue un dominio somero e inestable: La Matrícula de Tibutos y el códice Mendocino (que sería una especie de "libro de los Reyes" mexica) nos narra cómo las ciudades tributarias se rebelaban una y otra vez contra el dominio de la Triple Alianza; no era solo en época de Moctezuma Xocoyotzin, ni eran síntomas de "desbaratamiento del imperio" sino que siempre fue así.
Sobre el desembarco de Cortés, no fue la primera vez que los indígenas americanos veían algo como eso: La expedición de Grijalva llegó a esos lugares un año antes. Por eso los caciques totonacos esperaban que más "teules" volvieran y, al arribar Cortés, ellos estaban ya preparados para recibirlos.
En un continente que va de polo a polo del planeta se podía encontrar de todo, desde pueblos guerreros, cazadores y recolectores a simples pueblos pacíficos mercaderes.
Siempre hay que tener en cuenta que todo el proceso de contacto entre los dos continentes tuvo luces y sombras, como cualquier proceso similar en otras partes del mundo.
Sí, eran caribes.
Los indios cambiaron una dominación por otra, los aztecas por los castellanos.
¿Verdad que sí?
Salió como corcho de limonada. Los indígenas arrasaron con la fundación.
Antes de las Leyes de Burgo y las Leyes Nuevas, los españoles de la Isla Española iban a esa zona a capturar indios para esclavizarlos allá...
Hechos de los apóstoles de América
http://www.gratisdate.org/nuevas/hechos/
Un religioso que exagera y no dice la verdad?
No me lo puedo creer Luis Fernando, no me lo puedo creer!
Bien, entonces fray Bartolome era un exagerao y lo demás es leyenda negra protestante, masónica y progre.
Y de esa forma se soluciona el debate por parte del sr. director.
Pero eso no responde a una pregunta: dónde están los nativos del Caribe?
Porque en Cuba, Puerto Rico, Haití, Jamaica y el resto de islas solo hay blancos, negros y mulatos, pero indios de pura raza no dejamos ni uno.
Y ya en tiempos de los reyes Católicos el hermano de Colón fue llevado a Castilla preso por los abusos cometidos contra los nativos.
Aquí nadie dice que no se cometieron excesos, abusos, etc. Pero tú mismo dices que en España se castigaba a quienes hacían eso.
¿Cuántos países en el mundo tenían leyes para proteger a los indígenas? En España, sí. Por tanto, a callar.
Al personaje de H Cortés, creo nunca se le ha dado su real valor. Si nunca fue un dechado de virtudes, siempre trató de ajustarse a las leyes españolas y cumplir con su misión conquistadora, misma que cumplió ampliamente, a pesar de los enormes obstáculos que se le presentaron. Pero todos los fue superando. Hay un dicho en México que reza: 'La conquista la hicieron los indios, la independencia, los españoles'. Y creo es muy cierta, pues Cortés con 280 soldados españoles, logró percibir y reunir a los aborígenes disidentes, y con ellos, lograr la conquista( ver batalla de Otumba, en La Verdadera Historia, de Don Bernal Díaz del Castillo). Y posteriormente, no como cuando Roma conquistó a Grecia militarmente, pero fue conquistada por Grecia intelectualmente; aquí la conquista fue total, militar e intelectualmente, especialmente por le Evangelización, la cual fue aceptada por los autóctonos y realizada por Benedictinos, Franciscanos y posteriormente, Jesuitas, principalmente. Y poquito después, confirmada por las apariciones de Sta Ma de Guadalupe.
Y no, como hoy nos quisieran hacer creer, que todos somos indios y debemos 'rebelarnos' contra la dominación española. Eso no es más que elucubraciones trasnochadas, Eso NO existe, somos la mezcla de indígenas y españoles, no se puede cambiar, es un hecho. Así somos todos los pueblos Latinoamericanos.
España, a pesar de varios excesos de algunos españoles, nos dio todo lo mejor que tenía, incluyendo su Fe. Por eso somos así, mezcla de algunas tradiciones indígenas, con la educación española y su Fe en Cristo Jesús. Aun queda algo, aunque con algunos errores modernos.
No se puede cambiar, somos Hispanoamericanos. Viva España y vivan los precolombinos.
Soy mexicano, con ascendencia Chibcha, Michoacana, obviamente Española y algo Escosesa.
Viva Cristo Rey, Señor de la Historia.
¿Existen acaso los "criollos useños"?. No, no hubo allí integración alguna, sino acorralamiento (cuando no genocidio liso y llano) en las llamadas "reservas", o cárceles a cielo abierto. Porque el racismo es consustancial al Liberal-Protestantismo. Todavía en la época de Hitler, las autodenominadas Grandes Democracias eran cerradamente racistas. ¡No era ése el punto que los diferenciaba de los nazis!. Aún en la postguerra, en los '60, había en los EEUU un "apartheid" tan cerrado, que provocó una rebelión negra encabezada por King.
Ahora tienen un presidente negro. En cualquier momento ponen un hispano. Pura galería para borrar un pasado oprobioso.
"Lo que se realizó por Inglaterra, Holanda y Francia fue algo que se puede nombrar con una sola, sencilla y expresiva palabra, una imagen botánica: trasplante. Se trató del traslado a suelo americano de pequeñas sociedades europeas para establecer otras sociedades, igualmente europeas, cuya relación con el Nuevo Mundo era solamente territorial, sin apenas conexión con las poblaciones aborígenes. En cambio, España llevó a cabo una operación botánica bien distinta: un injerto. Esto, que ha llegado a ser el procedimiento capital usado en agricultura, consiste en la introducción en una planta, de elementos vivos de otra, normalmente yemas; la planta receptora sigue siendo lo que era, si bien modificada —se espera que para bien—. Las sociedades americanas existentes, algunas de considerable extensión, madurez y desarrollo, otras más elementales y en relativo aislamiento, siguieron siendo sociedades americanas, no europeas ni españolas, pero ciertamente hispanizadas, con elementos decisivos de la Europa del Renacimiento, en su versión española; en el Brasil, portuguesa."
Qué pasa que como en este blog no me censuras me mandas callar?.
Que yo sepa el tema del post es si el descubrimiento fue malo para los nativos.
Que otras colonizaciones fueran peores no exculpa lo que hicimos los españoles.
Desde luego para los nativos de las Antillas la llegada de los españoles supuso la aniquilación total.
En el Caribe hay blancos, negros y mulatos. Hay gente que tiene un mínimo de genes indios porque uno de sus tataratatartataratatarabuelo era indígena, pero indio indio ni tan siquiera mezclado de segunda o tercera generación no dejamos ni uno.
Todos los historiadores sabemos hoy que la catástrofe demográfica de América no se debió a los asesinatos y abusos cometidos por los conquistadores, como sostenía Las Casas, sino a las enfermedades importadas. Las Casas no conocía que en América no existían ni las viruelas, ni el sarampión, ni la gripe, ni otras más, mortales para los indígenas sin defensas naturales. Que hubo conquistadores crueles y que hubo abusos y explotación es cierto, pero no se debe olvidar ni lo dicho ni la denodada defensa de los débiles llevada adelante por la Iglesia (léase el viejo libro de Lewis Hanke -no precisamente un católico devoto- "La lucha por la justicia en la Conquista de América"). Modestamente, yo tengo un libro publicado sobre esto en el Ecuador: "La Iglesia ante la situación colonial" (2003), ya agotado.
Los taínos no fueron exterminados por los españoles, fueron víctimas de las epidemias de viruela del s. XV y XVI
Sin embargo, no hay que desconocer que en efecto, durante ese complejo y largo proceso en que los españoles llegaron y comenzaron a asentarse en el Caribe, los abusos se cometieron a montones. Y no eran cosas menores. Si no, no se explica el durísimo sermón de fray Antonio de Montesinos del 21 de diciembre de 1511. Por el cual se le presionó para que se retractase y luego se reafirmó el domingo siguiente. Y después fue a dar parte directamente a la Corona de lo denunciado, por sus implicaciones penales.
Los taínos tampoco era que eran abundantes en las islas, así que su población fue rápidamente diezmada. Eso causó otro mal: los españoles comenzaron a ir a tierra firme a capturar indígenas para esclavizarlos en la Española, principalmente a las costas venezolanas.
La grandeza de la Corona hispánica no fue porque no hubieran abusos. Es porque reaccionó eficazmente en orden a la justicia para censurarlos y acabarlos. Así, en las Leyes de Burgos y luego con las Leyes Nuevas, creó legislación avanzadísima para su época para proteger al débil, en este caso, al indígena. Y tomó decisiones sobre el terreno para que fueran cumplidas, con la ayuda eficaz de la Iglesia.
La grandeza de la Monarquía hispánica y de España en tierras americanas no viene de un purismo. Viene de que en orden a la justicia hicieron lo que nadie más hizo en el Nuevo Mundo: actuaron para que el orden implantado en América fuera justo, en el contexto del mundo de hace más de quinientos años.
haber vivido el tiempo y las circunstancias que ellos vivieron.
bien por todos los comentaristas, muy interesantes sus observaciones.
Estoy de acuerdo con lo que dice Sergi. No olvidemos que una cosa es lo que escriben y ordenan los Reyes o gobernantes (l intención de quien gobierna) y otra muy diferente lo que sucede " a la hora d la verdad". Habría que ver las muchas barbaridades que escribieron los norteamericanos sobre los españoles y todo porque les convenía.
También afectó la viruela a peruanos y mexicanos y de allí no desaparecieron los aborígenes.
Lo cierto es que los abusos en las Antillas fueron muy grandes.
Por otro lado, me gustaría recordaros que franceses y portuguses también eran católicos, y los holandeses y británicos cristianos protestantes.
Así que en general el papel de los cristianos en la colonización americana no es muy ejemplar que digamos.
Que ni las enfermedades ni la esclavitud ni el maltrato causaron la desaparición de los aborígenes del Caribe.
Te invito a ir a la Selva Amazónica, navegando por el rio Negro, o mejor por el alto Purús o el Perené. Luego de tu viaje nos cuentas cuantos pobladores indígenas se te cruzaron en el camino, y luego de ello hacemos un cálculo 500 años atrás para tener una idea de cuantos habitantes habían en el Caribe.
En otras palabras, resulta difícil de creer que el Caribe estuviera rebosante de poblaciones y que les fuera fácil a los españoles encontrar mano de obra esclava abundante en la referida zona. Que hubiera población autóctona en el Caribe, sí, que abundara, lo dudo
Los únicos pueblos avanzados en América como era natural, provienen de zonas templadas, con la necesaria estacionalidad que permita planificar cultivos.
Así, aunque ubicados entre los trópicos, las montañas de los Andes y las sierras de México permitieron que prosperaran las dos grandes civilizaciones de América: los Incas y los Aztecas.
Dejar un comentario