Edad Media: "edad oscura" (2-2)
¿Eran brutos los medievales?
Sería difícil resumir lo que aquellos hombres hicieron y legaron para la posteridad. Quien haya viajado por Europa habrá visto “lo que queda de lo que fue”.
En uno de mis viajes, quise visitar la enorme abadía de Cluny, en Francia; según había leído, de allí habían salido los monjes benedictinos que se volcaron a la re-evangelización de Europa luego de la segunda invasión de los bárbaros. En las crónicas medievales, se decía que por momentos la gran abadía había albergado a más de mil monjes a la vez. Tomando por un camino rural, me dirigí hasta llegar al esperado letrero: “Bienvenues à Cluny” –decía.
Durante el viaje, había estado leyendo la deliciosa novela de Raymond titulada “Tres monjes rebeldes”, donde se narra la aparición de la orden cisterciense. Allí, en uno de sus capítulos, se narraba lo que había sido la enorme abadía francesa en sus días de esplendor y apogeo.
Cuando llegamos no pudimos creer lo que veíamos: de la gran abadía solo quedaba un campanario. ¿Qué había sucedido? Habíamos llegado demasiado tarde… la Revolución Francesa, la “cultísima” revolución de la libertad, la igualdad y la fraternidad, había mandado demolerla, pagando a los campesinos de la zona por cada piedra que quitasen de la antigua fortaleza-monasterio medieval. Todo su arte: esculturas, pinturas, códices y manuscritos, había sido hecho trizas en nombre de la “civilización”.
La cultura de aquella época ha seguido dando de comer a Europa, al punto tal que hasta el día de hoy gran parte del occidente europeo sigue viviendo “de lo que quedó” de aquellos tiempos “bárbaros”.
Pero sigamos dando un pantallazo de la “brutalidad” medieval. Recorramos por ejemplo su literatura: una cantidad innumerable de himnos litúrgicos que han sobrevivido al paso del tiempo son testimonio de ello (el Dies Irae o el Stabat Mater, por ejemplo); La Leyenda Dorada de Jacobo de la Vorágine (en algunos momentos hasta más popular que la misma Biblia), o la poesía goliárdica y los textos de las obras teatrales (los innumerables “autos religiosos” constituyen hoy bibliotecas enteras), o los poemas anónimos como elBeowulf o el Cantar de los nibelungos, o La Chanson de Roland y el Digenis Acritas…
Pero hay más: entre las obras famosas también tenemos el célebre Cantar del Mío Cid, las Cantigas de Santa María, de Alfonso X, David de Sassoun, El Libro de Buen Amor, de Juan Ruiz, la Consolación de la Filosofía de Boecio, los Cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer, el Decamerón de Giovanni Boccaccio, los Diálogos de santa Catalina de Siena, La Divina Comedia del inmortal Dante Alighieri, Sir Gawain y el Caballero Verde de autor inglés anónimo, La muerte del rey Arturo de Sir Thomas Malory, el conocido Parzival de Wolfram von Eschenbach, Pedro el Labrador de William Langland, el Proslogium de san Anselmo de Canterbury, Scivias de santa Hildegarda de Bingen, Sic et Non de Abelardo o Yvain, el Caballero del León de Chrétien de Troyes, para nombrar solo algunos…
En música, aun hoy podemos deleitarnos con los himnos en canto llano y gregoriano –que hoy apasionan a varios músicos modernos– que siguen siendo un testimonio perenne de la música compuesta para mayor gloria de Dios. Pero no solo se cantaba a Dios o sobre Dios; en aquella época la música se daba tanto en el ámbito profano como en el religioso siendo incluso un vehículo para la transmisión de la cultura (solo elCantar del Mío Cid es testimonio de ello).
La música era como el río en el cual navegaban los conocimientos populares. Era en ella donde los trovadores narraban los sucesos acaecidos con gracia y armonía. Se creaban notas, melodías y hasta instrumentos propios (hoy todavía se usa el arpa, las flautas, el laúd, el órgano, la viola de rueda y de gamba, la cornamusa, etc.); ni qué decir de los eximios compositores medievales a los que hoy podemos oír gracias a sus partituras: Bernart de Ventadorn (c.1125-c.1195), Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179), Léonin (c.1150-c.1210), Pérotin (c.1160-c.1230), Adam de la Halle (1240-1287), Philippe de Vitry (1291-1361), Guillaume de Machaut (c.1300-1377), Francesco Landini (c.1325-1397), Johannes Ciconia (c.1335-1412), John Dunstable (c.1390-1453), etc. Misas solemnes u obras religiosas (como las Cantigas de Santa María o la Misa de Notre-Dame) canciones de juglería o cantos del Camino de Santiago e incluso obras no siempre favorables a la Iglesia como Carmina Burana, son testigo de aquellos tiempos.
O bien este romance que cuenta con crueldad la suerte de un rey traidor:
Romance sétimo. La penitencia del Rey Rodrigo[1]
Después que el rey don Rodrigo
a España perdido había
íbase desesperado
huyendo de su desdicha;
solo va el desventurado,
no quiere otra compañía
que la del mal de la Muerte
que en su seguimiento iba.
Métese por las montañas,
las más espesas que vía,
Topado ha con un pastor
que su ganado traía; díjole:
«Dime, buen hombre,
lo que preguntar quería:
si hay por aquí monasterio
o gente de clerecía.»
El pastor respondió luego
que en balde lo buscaría,
porque en todo aquel desierto
sola una ermita había
donde estaba un ermitaño
que hacía muy santa vida.
El rey fue alegre desto
por allí acabar su vida;
pidió al hombre que le diese
de comer, si algo tenía,
que las fuerzas de su cuerpo
del todo desfallecían.
El pastor sacó un zurrón
en donde su pan traía;
dióle de él y de un tasajo
que acaso allí echado había;
el pan era muy moreno,
al rey muy mal le sabía;
las lágrimas se le salen,
detener no las podía,
acordándose en su tiempo
los manjares que comía.
Después que hubo descansado
por la ermita le pedía;
el pastor le enseñó luego
por donde no erraría;
el rey le dio una cadena
y un anillo que traía;
joyas son de gran valor
que el rey en mucho tenía.
Comenzando a caminar
ya cerca el sol se ponía,
a la ermita hubo llegado
en muy alta serranía.
Encontróse al ermitaño,
más de cien años tenía.
«El desdichado Rodrigo
yo soy, que rey ser solía,
el que por yerros de amor
tiene su alma perdida,
por cuyos negros pecados
toda España es destruida.
Por Dios te ruego, ermitaño,
por Dios y Santa María,
que me oigas en confesión
porque finar me quería.»
El ermitaño se espanta
y con lágrimas decía:
«Confesar, confesaréte,
absolverte no podría.»
Estando en estas razones
voz de los cielos se oía:
«Absuélvelo, confesor,
absuélvelo por tu vida
y dale la penitencia
en su sepultura misma.»
Según le fue revelado
por obra el rey lo ponía.
Metióse en la sepultura
que a par de la ermita había;
dentro duerme una culebra,
mirarla espanto ponía:
tres roscas daba a la tumba,
siete cabezas tenía.
«Ruega por mí el ermitaño
porque acabe bien mi vida.»
El ermitaño lo esfuerza,
con la losa lo cubría,
rogaba a Dios a su lado
todas las horas del día.
«¿Cómo te va, penitente,
con tu fuerte compañía?».
«Ya me come, ya me come,
por do más pecado había,
en derecho al corazón,
fuente de mi gran desdicha.»
Las campanicas del cielo
sones hacen de alegría;
las campanas de la tierra
ellas solas se tañían;
el alma del penitente para los cielos subía.
En la pintura, una vez más, nos vemos obligados a citar las grandes obras que aun permanecen y que nos siguen asombrando, de las cuales no siempre han quedado los nombres de sus autores, pero toda iglesia europea de aquella época es testigo de lo que decimos. Sin embargo hay algunos nombres que permiten mostrar el “barbarismo” medieval: Altichiero, Jean de Beaumetz, Henri Bellechose, Pedro Bello, Bartolomé Bermejo, Jean Bondol, Lluís Borrassà, Hieronymus Bosch (El Bosco), Dirk Bouts, Melchior Broederlam, Robert Campin, Pietro Cavallini, Cimabue, Luis Dalmau, Gérard David, Dello Delli, Nicolás Delli, Ramón Destorrents, Il Duccio, Gentile da Fabriano, Jaume Ferrer Bassa, Jean Fouquet, Maestro Francke, Nicolás Francés, Nicolas Froment, Taddeo Gaddi, Fernando Gallego, Giottino, Giotto, Nuno Gonçalves, Hermanos Limbourg, Jacquemart de Hesdin, Hans Holbein el Viejo, Jaime Huguet, Jorge Inglés, Jacomart, Juan de Leví, Stefan Lochner, Ambrogio Lorenzetti, Pietro Lorenzetti, Maestro Bertram, Maestro de Arguis, Maestro de Třeboň, Jean Malouel, Simone Martini, Bernardo Martorell, Andrés Marzal de Sax, Hans Memling, Maestro de Moulins, Bernabé de Módena, Pere Nicolau, Pedro Nisart, Andrea Orcagna, Petrus Christus, Domingo Peñaflor, Giunta Pisano, Jean Pucelle, Enguerrand Quarton, Juan Rexach, Martin Schongauer, Pere Serra, Geertgen tot Sint Jans, Conrad Soest, Gherardo Starnina, Juan Sánchez de Castro, Antón Sánchez de Segovia, Jacopo Torriti, Francesco Traini, Hubert van Eyck, Jan van Eyck, Hugo van der Goes, Roger van der Weyden, Konrad Witz, Michael Wolgemut…
La lista sigue, pero frenamos aquí.
La Edad Media fue fecundísima en pinturas y no fueron sino los protestantes los que en el siglo XVI rehabilitaron la herejía iconoclasta que veía en toda manifestación artística un motivo de pecado. Para esto basta entrar en un templo protestante de los de antes; allí se preferían escenarios visualmente vacíos para oficiar los servicios religiosos e incluso se prohibieron, durante cierto tiempo, los instrumentos musicales[2].
En cuanto a la arquitectura medieval[3], hoy redescubierta sin tantos prejuicios, hay que recordar que era producto de toda una cosmovisión; basta pasear por Rouen, Estrasburgo, Amsterdam o por el Barrio Latino de París para darse una idea de la vivacidad de colores y armonía para los sentidos. El uso de la madera como adorno de las paredes exteriores no tenían “ninguna función”, más que la de alegrar la vista; las chimeneas en forma de escalones –típicos de la ciudad de Brujas– o los puentes venecianos con su desafío a la ley de gravedad, servían no solo para calentar la casa o pasar de una costa a otra sino sobre todo para “gustar”, es decir, para ser una manifestación de la alegría, la belleza que se llevaba dentro.
Pero quizás lo más característico y lo que mayor gozo siga dando al mundo moderno es la construcción de los templos en el Medioevo, llevada a cabo a veces durante más de un siglo de trabajo. La famosa catedral de Chartres, donde se alberga el velo de la Virgen María, resulta un ejemplo precioso. Según Frick, (un autor bastante hostil al mundo cristiano) “la construcción de este maravilloso edificio se inició en 1194 y concluyó en 1240. Para levantar la catedral, que embellecería la ciudad y colmaría las aspiraciones religiosas de sus habitantes, se requirió de ellos mismos la contribución de dinero y esfuerzo año tras año, por espacio de casi medio siglo. Éstos recorrían grandes distancias para extraer la roca de las canteras. Animados por sus sacerdotes, hombres, mujeres y niños tiraban de precarios carros cargados de materiales de construcción. Día tras día realizaban el fatigoso viaje a las canteras y, cuando de noche interrumpían su trabajo, exhaustos tras el esfuerzo, destinaban su tiempo libre a la confesión y la oración”[4].
El modelo que prevaleció durante siglos y hasta la Alta Edad Media estuvo inspirado por la vieja basílica romana, más apta para cobijar grandes multitudes que venían en peregrinación: una nave central flanqueada por dos o más laterales con paredes sobrias y sólidas, no dejaban por ello de mostrar su belleza (Notre Dame la grande de Poitiers puede ser un buen ejemplo de ello). Con el tiempo ya a mediados del siglo XII, las naves tenderían a ensancharse y elevarse, mientras que las torres y campanarios, que en las iglesias paleocristianas y del primer bizantino solían estar aisladas del edificio, se incorporaron ahora al bloque central, integrando en adelante su fachada. “El románico –decía el gran escultor Rodin– es siempre más o menos la bóveda, la cripta pesada. El arte está ahí prisionero, sin aire. Es la crisálida del gótico”; “sin embargo –agregaba– el gótico, aun en la época de su más excesiva prodigalidad de ornamentos, no ha desconocido jamás el principio románico. Sucede al románico como la flor sucede al capullo”[5].
La catedral gótica[6] se diferenciaba de la románica por dos características notables: la primera es su verticalidad. Nadie que entre en una iglesia gótica dejará de experimentar una suerte de vértigo invertido. Mientras la basílica románica está enraizada en el suelo, sólidamente apoyada sobre sus bases, aquélla es una construcción erguida, un edificio que está de pie y tiende hacia lo alto. La segunda característica es la iluminación. La iglesia románica, por exigencias técnicas, estaba impedida de abrir ventanales en razón del gran espesor de sus muros, debiéndose contentar con aberturas pequeñas que permitían un paso menguado de la luz; la técnica gótica, en cambio, al permitir el acceso abundante de la luz, inundaría el edificio entero con una claridad pletórica de colores. Pero la innovación de ojivas y arbotantes no se dio solo en el ámbito religioso, sino que importantes edificios civiles y municipales ostentan este estilo (por ejemplo, la ciudad de Rouen en Francia).
De la arquitectura religiosa que impresionaba al gran arquitecto catalán Gaudí, podemos recordar aquí el testimonio perenne del gótico francés (Laon, Notre-Dame de París, Chartres, Reims, Amiens), o del alemán (Naumburg, Bamberg, Strasburg), el inglés (Wells, Salisbury) el español (Zamora, Salamanca, Barcelona, León, Burgos, Toledo), el portugués (Lisboa, Oporto, Evora), o el italiano (Siena, Orvieto, Milán); en fin, delicias “brutales” del Medioevo que hoy hasta los japoneses visitan.
* * *
Es verdad lo que dice el dicho: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.
Especialmente en Europa pueden verse aun hoy y luego de innumerables guerras, “lo que queda de la Edad Media”, y no solo en sus edificios u obras de arte, sino también en su lengua, su arte, sus letras, en fin, en la cultura occidental.
Querer negarlo y decir que todo fue barbarie y oscurantismo, opresión y tiranía, es no solo negar la realidad histórica, sino necedad y, en algunos casos, hasta malicia.
La Edad Media se ataca desde el punto de vista histórico, no por sus muros o pinturas, ni por sus canciones o vestimentas, sino por lo que inspiraban todas estas cosas, como bien decía el Papa León XIII: “Hubo un tiempo en que la filosofía del Evangelio gobernaba los Estados. Entonces aquella energía propia de la sabiduría cristiana, aquella su divina virtud había compenetrado las leyes, las instituciones, las costumbres de los pueblos, impregnando todas las clases y relaciones de la sociedad; la religión fundada por Jesucristo, colocada firmemente sobre el grado de honor y de altura que le corresponde, florecía en todas partes secundada por el agrado y adhesión de los príncipes y por la tutelar y legítima deferencia de los magistrados; y el sacerdocio y el imperio, concordes entre sí, departían con toda felicidad en amigable consorcio de voluntades e intereses. Organizada de este modo la sociedad civil, produjo bienes superiores a toda esperanza. Todavía subsiste la memoria de ellos y quedará consignada en un sinnúmero de monumentos históricos, ilustres e indelebles, que ninguna corruptora habilidad de los adversarios podrá nunca desvirtuar ni oscurecer”[7].
Es a ese “tiempo” al que se le teme. Es ese “tiempo” que se quiere olvidar y sepultar para siempre en los arcones de la historia, no sea cosa que –como decía Cicerón– la historia sea una vez más “maestra de la vida” y lo que inspiró ese período de gloria vuelva a resurgir. En fin…
Que no te la cuenten…
[1] R. Menéndez Pidal, Flor Nueva de Romances Viejos, Espasa Calpe, Madrid 1968, 63-66. El rey don Rodrigo, monarca visigodo del siglo VIII perdió su reino a causa de haber seducido a la Cava Florinda, hija del conde Julián. La hermosa joven había sido enviada a la corte de Toledo con la idea de encontrar un buen esposo; sin embargo, el rey Rodrigo se enamoró y luego de seducirla se aprovechó de ella. El padre de la joven, el conde don Julián, en venganza, abrió las puertas de España a los moros que destruyeron el reino visigótico y permanecieron en la península durante ocho siglos.
[2] Thomas E. Woods, Cómo la Iglesia construyó la Civilización Occidental, Ciudadela, Madrid 2007, 154.
[3] Para el tema, los libros principales son, entre otros, Emile Mâle, L’art religieux du XIIè siècle en France, Armand Colin, Paris 1953; Régine Pernoud, Las grandes épocas del arte occidental, Hachette, Buenos Aires 1954, 280 pp. y, una vez más Alfredo Sáenz, La Cristiandad y su cosmovisión, Gladius, Buenos Aires 2007 (en esp. 251-310).
[4] Alexander Frick, The Rise of the Mediaeval Church, Burt Franklin, New York 1909, 600, citado por Thomas E. Woods, op. cit., 159.
[5] August Rodin, Las Catedrales de Francia, El Ateneo, Buenos Aires, 1946, 93-94.
[6] La misma denominación de “gótico”, que emplearon para caracterizar a este tipo de construcción medieval que todavía asombra, no hace sino confirmar el menosprecio por aquella época; “gótico” significaba “bárbaro”, “godo”, es decir, cosa de salvajes.
[7] León XIII, Encíclica Inmortale Dei, n° 9.
42 comentarios
El testimonio que nos queda de la Edad Media, desde San Buenaventura hasta las catedrales góticas, es un testimonio cultural importantísimo que no podemos obviar. Ninguna época, y desde luego tampoco la nuestra, puede ser mirada sin simpatía o no nos enseñará nada.
Por eso es conveniente estudiar la Edad Media a partir de aquellos que la valoran y no al contrario. El admirar y conocer la Edad Media dio aliento a las reuniones de Los Inklings, entre los que se encontraban C.S.Lewis y J.R.R. Tolkien. Para ellos las Leyendas Artúricas y la Edad Media en general fue el motor de tantas historias que se leen o ven hoy en día como "Las crónicas de Narnia" o "El Señor de los Anillos". Chesterton y Hilaire Belloc eran de la misma opinión y también Josef Pieper o Theodor Haecker, aunque no fueran medievalistas.
Leonardo Castellani se burla abiertamente del "horror a la Edad Media": "Es ya un reflejo incontrolable en ellas, cuando se hacen en las Cámaras de Diputados esas grandes síntesis históricas para probar esto o lo otro, largar por tubería a la Edad Media cualquier cosa horripilante".
Y su BÁRBARA destrucción (y esto sí, dicho propiamente), es un ícono de la "Civilización Perversa" que pretence hacernos creer que ahora somos más "cultos" porque tenemos un iPad, viajamos en jet o disponemos de Internet.
¿Cómo juzgar al nivel cultural de esa gloriosa época, si ya ni se sabe propiamente lo que es "cultura"?
¿Cómo hacerlo si tampoco se tiene idea de lo que significa "sabiduría", a la cual se la confunde y permuta impunemente con "información", que las más de las veces es una vulgar "desinformación" a designio?
En una comparación virtud por virtud, defecto por defecto entre la Edad Media y nosotros, habitantes del siglo XXI, quienes merecemos el adjetivo de oscurantistas somos los modernos, con nuestro odio, egoísmo, amor desmedido al dinero, etc.
Desde esa epoca han pasado algunos años y algunas cosas. Aun asi el nick me gusto y es mi segundo apodo en internet. (si no uso el primero, el que suelo ulilizar tambien en iC, es porque reconozco que el primer dia que postee aqui en su blog no me porte del todo bien)
Disculpas! le hablo de ingenuidad, D. Javier, porque como dice Palas Atenea, una sobreProduccion de critica seguramente no es cosa demasiado buena, yo estoy de acuerdo con eso. Ahora bien, la hiperIdealizacion a mi me parece peor que el hiperCriticismo. Ya adverti que una de las claves de esta su serie de la edad media es la cita de Leon XIII. Decir que se desparramo un "amigable consorcio de voluntades e intereses" en reinos, principes y sociedades a mi me parece por de pronto y suponiendo que no hay segundas intenciones, una ingenuidad que va mas alla, pero mucho, de lo creible y verosimil. No voy a recordar la infinita serie de conflictos de cuando la guerra era permamente, con luchas (y paces) que duraban decenas de años. En una ocasion un estudioso de la edad media en un foro de historia me comento que me preparase para una interminable galeria de luchas con reyes, reyezuelos, validos, favoritos, favoritas, gentilHombres ... menudos lios! no es posible consultar un par de lineas de cualquier texto para toparte con 5000000 lios donde la ambicion desmedida y el ansia de Poder envilece las almas. Al menos eso tambien lo registra la Historia, junto con las Cantigas y las bellas agujas de las catedrales que miran al cielo.
Es decir, como siempre ha pasado, como en cualquier epoca. Francisco de Mexico dice "odio, egoismo, amor desmedido al dinero ..." what!!?????? ejem, alguna novela he leido de la edad media y esos vicios ... no es que sean escasos precisamente.
Lo que es ya como impensable, es tener tanta querencia de esa epoca, tanta, para desear que vuelva. Es como si yo quisiera el retorno de la II Republica Espanola, de la que no escondo cierta simpatia por su espiritu y letra. Jamas de los jamases se me ocurriria, primero que todo porque es un SinSentido, aparte de ya todo lo demas, que no hace falta ni siquiera socorrer. Sencillamente, seria como perder totalmente la cabeza.
Saludo, buen finde,
Y esto porque me permite aclarar dos cosas:
1) Quizás se vea una idealización de la Edad Media; EN ABSOLUTO ES MI INTENCIÓN. Ni deseo ni se me pasa por la cabeza y simplemente porque soy católico y, el lugar y el tiempo en que Dios me hizo nacer, es el mejor para que pueda salvarme. Si hubiese nacido en la Edad Media, muy probablemente me hubiese condenado. Dios da las gracias para salvarse allí donde nos ha plantado. Lo que sí anhelo y deseo fervientemente, es que "la filosofía del Evangelio" vuelva a gobernar los estados, las inteligencias, las naciones. Porque el cristianismo es la religión que plenifica al hombre y lo hace verdaderamente humano.
Cuando ud. cita la frase que yo usé de la encíclica "Immortale Dei", o la leyó apuradamente o la entendió mal, pues la cita mal...: Ud. dice "decir que se desparramó un 'amigable consorcio de voluntades e intereses' en reinos, principes y sociedades "..., etc., ¡pero eso no es lo que dice el texto de León XIII! Lo que el Papa afirmaba era que había un consorcio de voluntades e intereses entre el Imperio y la Iglesia, no entre reyes cristianos que hacían la guerra unos a otros; la cita es (perdón la insistencia, pero está en el post): "(la Fe) florecía en todas partes secundada por el agrado y adhesión de los príncipes y por la tutelar y legítima deferencia de los magistrados; y el sacerdocio y el imperio, concordes entre sí, departían con toda felicidad en amigable consorcio de voluntades e intereses".
Es decir, León XIII (y yo con él) anhelaba ese tiempo en que los Estados se regían por el Cristianismo, sin negar que había reyes y hasta Papas que estarán sin duda en el infierno (como se cansó de poner el Dante sin que nadie lo mandara a la inquisición...).
La Edad Media tuvo muchísimos claroscuros y muchísimos momentos de incoherencia evangélica; no hay duda; pero con una diferencia: NO SE LLAMABA AL PECADO VIRTUD Y A LA VIRTUD PECADO. Es decir, se reconocía que lo que se hacía mal, estaba mal...
El mismo Papa León XIII va a decir en una encíclica que le recomiendo leer sobre San Francisco de Asís (Encíclica «Auspicato concessum», de 17 de septiembre de 1882)), la siguiente frase sobre el "tiempo de San Francisco":
(resumo)
"Se conoce bastante bien esta época con su mezcla de vicios y virtudes. La fe católica estaba entonces más profundamente arraigada en las almas (...). Pero el libertinaje había alterado mucho las costumbres de los pueblos, y era de todo punto necesario que los hombres volviesen a los sentimientos cristianos (...). Había mucha escasez de estas virtudes en el siglo XII, porque gran número de los hombres eran entonces, por decirlo así, esclavos de las cosas temporales, o amaban con frenesí los honores y las riquezas o vivían en el lujo y en los placeres. Otros tenían todo el poder, y hacían de su potestad un instrumento de opresión para la multitud miserable y despreciada; y aquellos mismos que hubieran debido, por su profesión, ser ejemplo a los hombres, no habían evitado las manchas de los vicios comunes. La extinción de la caridad en muchos lugares había tenido por consecuencia los pecados múltiples y cotidianos de la envidia, de los celos y el odio; los espíritus estaban tan divididos y tan enemistados, que por la menor causa las ciudades vecinas entraban en guerra, y los ciudadanos de una misma ciudad combatían bárbaramente los unos contra los otros. Tal era el siglo en que apareció Francisco. Con admirable simplicidad e igual constancia, se esforzó con sus palabras y sus actos en colocar a la vista de todos los ojos del mundo corrompido la imagen auténtica de la perfección cristiana".
Es decir, el mismo Papa que ud. y yo citamos, reconoce las miserias, pero al mismo tiempo que las reconoce, sabe que el único modo de combatirlas es reconducirlas nuevamente a Cristo; para que Cristo reine nuevamente en la sociedad. Sin Cristo no hay paz posible pues la paz sin Cristo es jauja...
Dios lo bendiga
PJ
Desde luego el barroco con sus filigranas y demás produjo grandes obras, algunas sublimes, pero para un templo nada como el gótico y el románico. aquí en Europa tenemos la suerte de poder disfrutar de ello. La magnificencia solemne de lo gótico y el calor casi misterioso en su simplicidad de lo románico ¿A quién no le produce verdadera emoción ir paseando por algún sitio y de repente toparse con una pequeña y maravillosa iglesia románica?
El ingenuo conserva su capacidad de admiración, el crítico no puede tenerla. Lo sé porque yo nací de padres ingenuos y me estoy volviendo crítica, lo que pierdo en el camino ya me doy cuenta: hace tiempo que no leo poesía, me cuesta mucho mantener la capacidad de admiración, pierdo la concentración al rezar, la naturaleza ya no tiene la grandeza que antes veía...Aquella sonrisa confiada de mis padres que amaban a Dios, a la vida y a la gente es cada vez más rara. Pero eso no podemos criticarnos porque no nos damos cuenta, nosotros los diseccionadores del bisturí nos alejamos de nuestro propio ser cada vez más y cada vez cuesta más encontrarlo, reconocerlo y sostenerlo. Esa es la base de la filosofía de Heidegger y no le faltaba razón porque él, para sostenerse a si mismo, no leía los periódicos y pasaba grandes temporadas en una choza sin agua potable perdida en la Selva Negra. La necesaria separación del mundo, tan fácil en la Edad Media, es hoy casi imposible y eso trae consecuencias por mucho champú que tengamos y por más liftings que nos hagamos.
Y pienso que en la Edad Media también se llamaba virtud al pecado y pecado a la virtud.
Porque la libertad de conciencia es una virtud y los inquisidores y cruzados unos pecadores, pero como eran pecados autorizados por el papa podías torturar y matar con la conciencia tranquila.
Si quieres conocer las virtudes hay dos libros importantes: "Las virtudes fundamentales" de Josef Pieper y "Tras la virtud" de Alasdair Macintyre.
Para Pieper, como para Santo Tomás de Aquino, la Prudencia es la principal de las virtudes cardinales porque es la que capta la realidad y la pone en contacto con el ser. La conciencia sólo es el registro de la virtud, no la virtud en sí. La Prudencia se solía representar antiguamente por una cara bifronte-mira a ambos lados-y más modernamente por una muchacha contemplándose en un espejo-mirándose hacia adentro-y es la que rige a las otras tres virtudes cardinales: justicia, fortaleza y templanza. Las cuatro son de origen griego.
Los medievales no cambiaron las virtudes, nosotros las hemos cambiado hasta el punto de no reconocerlas, como bien apunta Pieper.
En la Edad Media esa odisea espiritual no habría sido posible y le hubiera costado acabar en la hoguera.
Obligar a la gente a profesar la misma religión toda la vida, sin derecho a la duda, sin libertad de conciencia, considerando que el buen súbdito debe tener la misma fe de sus gobernantes para no ser sospechosos de traición,etc. Son motivos suficientes para considerar bárbara una época.
Por no hablar del uso de "sutiles" argumentos para reconducir la fe como los instrumentos inquisitoriales.
En ambos casos es la misma soberbia la que los lleva a semejante necedad.
Por favor, no elimine los comentarios de Gringo, si bien algunas veces son insoportables por lo frívolos y pendencieros.
Como ya se dijo en este blog, él es un recordatorio de lugares comunes y de la visión modernosa y falsa de la historia, sobre la que tenemos que estar permanentemente en guardia y refutar para que no se engañe la gente, sobre todo los más jóvenes.
Es un recordatorio permanente.
Aunque a usted y a otros que saben más que yo le obliguen a ejercer la virtud de la paciencia en grado heroico.
Atentamente
Pero este post no va de comparar épocas, va de que la Edad Media no fue tan bárbara. Y yo recuerdo que efectivamente no fue tan bárbara, pero sí que fue bárbara.
Un recordatorio necesario cuando vemos que uds. siempre tienden a la idealización, sea del medievo como de la conquista americana, recurriendo siempre a lo mismo: cuando se señalan crímenes y defectos saltan con que no podemos juzgar épocas pasadas, pero uds. sí juzgan el pasado y no se cortan al denunciar los abusos de la revolución francesa, el islam, etc. Y resumen el s.XX con nazismo y comunismo y no ven otra cosa que naciera de la democracia que no sea el aborto.
Y resulta que el demagogo de los lugares comunes es un servidor.
Los nazis cometieron crímenes horribles pero fueron derrotados y juzgados.
Quién juzgó los crimenes medievales?
Cuando los nazis comenzarom a encerrar a los judíos en guetos usaron como excusa que ellos solo repetían lo que ya se hacía en la Edad Media con las juderías, y lo malo es que era cierto.
Se piensan uds. que Hitler inventó el antisemitismo en Europa?.
Durante la primera cruzada por cada ciudad centroeuropea por la que padaban los cruzados asaltaban las juderías. El rey de Hungría tuvo que mandar tropas para proteger a sus súbditos no de los sarracenos sino de la furia de los cruzados.
También se sabe el destino de los judíos de Jerusalén cuando la ciudad fue tomada. Como les disgustan tanto los "lugares comunes" no lo repetiremos que uds. tienen los ojitos sensibles y no quieren leer algunas cosas.
Las cruzadas no fueron solo guerras contra los árabes, que tendrían cierta justificación defensiva, también hubo una cruzada contra los albigenses que no fue más que una expansión de Francia a costa de la Corona de Aragón, en la que murió el rey Pedro II como hereje pues luchaba contra los cruzados, cuando irónicamente antes había sido cruzado en las Navas de Tolosa.
Francia y el Papado contra España.
También fueron cruzadas la expansión de la orden Teutónica por tierras de los paganos bálticos, evangelizados a sangre y fuego. Y que sirvieron de inspiración a los nazis para buscar su espacio vital hacia el Este.
Las épocas no son compartimentos estancos, cada época tiene cosas de la anterior, buenas y malas.
No sabía que las novelas actuales de la Edad Media fueran una fuente de información histórica confiable. Si revisamos la literatura de a Edad Media, podemos hablar con un POCO mas de seguridad de los valores, en el Siglo XXI hemos perdido hasta la VERGÜENZA, virtud cabeza y madre de las demás (Conde Lucanor) ya que hace que hagamos lo que debemos hacer y dejemos de hacer lo que no debemos hacer. Ayuda mucho el leer literatura de esa época para entenderla.
Por desgracia, los "crímenes" del Siglo XX y XXI están lejos de ser castigados, además de que el Aborto LITERALMENTE ha diezmado la humanidad conforme a los datos de los progresistas (número de seres humanos que han vivido en la tierra contra número de abortos), en las guerras los vencedores castigan a los vencidos por "malos".... y para justificar sus propios crímenes lo hacen con la sobre simplificación de VICTIMA-VICTIMARIO. Para no herir susceptibilidades, pondré como ejemplo la Guerra México-Americana (un siglo antes), la versión de nuestros vecinos no tiene nada que ver con la Doctrina Monroe (Continente Americano para los Estados Unidos), sino en la libre determinación de los Estados de auto-gobernarse y de los "malos" mexicanos. Claro que en su guerra de secesión se olvidaron de la autodeterminación de los Estados Sureños.
Además de México, USA se ha enfrentado a los siguientes malos: Panamá, Grenada, Afganistán, etc... ¿Habrán cometido crímenes los gringos en esas guerras contra esas potencias bélicas adoradores del mal?
Una vez más, se ha perdido hasta la vergüenza.
Los nazis no siguieron para nada los progromos medievales, tenían otro criterio. Si los medievales hubiesen tenido el mismo tu admirado Bartolomé de las Casas, Santa Teresa de Jesús, el Padre Anchieta, el Padre Vitoria, Fray Bernardino de Sahagún, el mayor de los poetas culteranos, Luis de Góngora, y otros muchos más habrían salido convertidos en humo por las chimeneas de algún campo de la muerte parecido a Treblinka, porque todos ellos eran de conocida ascendencia judía.
Como bien dijo ante la Gestapo el Padre Lichtenberg, para los cristianos es dogma de fe creer que todos los seres humanos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, por lo que aquel que diga que existen subhumanos queda expulsado de la Iglesia ipso facto. Y eso es precisamente lo que decían las Leyes de Nuremberg.
Los nazis hicieron subconjuntos del conjunto titulado: "seres humanos" según su grado de humanidad. Los subhumanos eran los judíos, los medio-humanos los eslavos, los humanos de tercera categoría los latinos, los de segunda categoría los ingleses y los nórdicos y en la cúpula estaban ellos: los arios. Y se comportaron según ese criterio: exterminación de los subhumanos, esclavización de los medio-humanos, alianzas posibles con los demás (siempre que admitieran la superioridad aria). Al resto de la humanidad la dejaron para después porque no vivían en Europa.
Tales criterios jamás se emplearon en la Edad Media sencillamente porque eran un mix entre el darwinismo y la filosofía de Nietzsche. Aprende un poquito de historia que no debe de ser tu fuerte.
¿Qué rayos tiene que ver esta cosmovisión demente con la de los medievales?
D. Javier, gracias por sus deseos, de corazon.
Fco. de Mexico, hay tanta carestia de documentos de la edad media (sobre todo en sus primeros siglos) que hasta las estelas del cementerio son fuente de informacion. Insisto, esos vicios que menciono vd "egoismo, ambicion desmedida, amor al dinero .." son los MISMOS, los mismistos que los de ahora. Y de siempre. Y eso ni siquiera hay que contrastarlo casi. Por otra parte, ya que Palas Atenea nos trae el libro de Mr. MacIntyre, el viejo profesor nos habla que es mas interesante y provechosa la etica del agente que la etica del acto. Asi es, es mejor ser persona justa que simplemente actuar bien. Lo segundo nunca nos va a garantizar que siempre vayamos a proceder bien.
Palas Atenea, a mi me ha gustado tu comentario, principalemte porque comparto ese sentimiento. ya lo creo! sencillamente, tambien me ha sucedido. El ingenuo mantiene su capacidad de admiracion!. Jeje, no por ello en la uni me llamaban por el campus virtual etherland, xd, porque parecia que vivia en etherlandia.
Y a mi, adicionalemnte al espiritu critico, me ha crecido el escepticismo hasta niveles alarmantes, tanto como para tocar la insensibilidad. No es bueno demasiado escepticismo.
Bueno, esto lo compartido. Lo que no tanto es en calificar de 'espirituales' a los romanticos. Tenemos que abrir mucho, pero mucho, me temo, el campo semantico para afirmarlo con generalidad. Si es asi, vale. Aunque teniendo en cuenta que estamos en un blog confesional, puede valer?
Yo no conocia a J. Peiper, si el libro de Mr. MacIntyre, "after virtue" en un foro habia la costumbre (muy enriquecedora) de una vez cada trimestre comentar un gran texto. Y una vez le toco al after virtue. Realmente es muy interesante, aunque personalmente no este del todo del todo de acuerdo. O, xd, lo confieso, me gustaria estar en desacuerdo. En todo caso es muy lucido y no me sorprende que sea de esos libros que trascienden. Daria para comentarlo y mucho placer tendria, aunque imagino seria un debate enorme, demasiado para una zona de comentarios, (y no se si estaria del todo capacitada dadas mis limitaciones en esta filosofia) solo queria apuntar que sus conclusiones en cuanto a su teoria de la virtud pueden llegar a un gran relativismo. Supongo que los creyentes tendreis tambien una mirada critica.
Ah! respecto a esto del relativismo, lo que comenta gringo, yo lo siento, pero tengo que darle la razon, porque lo he visto en este mismo portal, muchas veces, tanto de firmas como de comentaristas. Comprendo que tiene que ser muy dificil mantener la consistencia en las convicciones cuando las tenemos que enfrentar al 'mundo'; es que en ocasiones llega tan lejos que muchas argumentaciones son brillantes, si, pero en grave contraDiccion. Yo siempre digo que los crenyentes, sobre todo los catolicos, tienen argumentos ad hoc para todo.
Ah! una ultima cosa, @Cos, si! ya lo creo, hace solo unos dias, de vacaciones en España, en una excursion por una zona medio desconocida de Barcelona, zas! aparece casi de la nada una bellisima iglesita romanica. Me quede extasiada por la simplicidad y perfecto encaje en el entorno. Yo no tengo casi ni idea de arquitectura, pero la emocion se movio como un resorte, le hice fotos que colgare en un album. Supongo que no diran nada si pongo un enlace no? (es que la iglesia es una pasada).
Saludo,
En la literatura Medieval es evidente que está llena de valores como la lealtad, la honradez, etc. Actualmente es inexistente. ¿Tendría mas valor la lealtad en la Edad Media que ahora? Con seguridad.
Al contrario, los anti-valores ambición desmedida por el dinero, traición, intriga está en nuestra literatura, películas, televisión, etc. ¿tendrá mas valor el dinero para nosotros que en la Edad Media? También con toda seguridad.
Es cuestión de grado. Triste y oscurantista siglo XXI
Como le ponenos grado o medida a "una ambicion desmedida"
??
Saludo,
Una de las personas con mayor capacidad de asombro que yo haya llegado a conocer-aunque sea a través de sus libros-fue Chesterton. El asombro cambia la perspectiva de las cosas, el escepticismo las analiza hasta pulverizarlas. Que los medievales tenían una gran capacidad de asombro es notorio, yo diría que es una característica de la Edad Media, en cambio nosotros somos ramplones. Tú convienes conmigo en que el criticismo acarrea pérdidas pero asumes esas pérdidas sin demasiada condolencia lo que indica que eres joven y, si lo eres, ya me parece bastante notable que las percibas.
El racismo jamás ha sido motivo de excomunión.
Considerar que todos los seres humanos son criaturas de Dios y que todos se pueden bautizar y salvar, de acuerdo.
Pero otra cosa es considerar que todas las razas o naciones están igual de desarrolladas física e intelectualmente.
Ya que mencionas a las Casas nuevamente te refuerdo la disputa de Valladolid en la que Sepúlveda considera inferiores intelectualmente a los indios respecto a los españoles (y a la mujer respecto al varón como también hacía Tomás de Aquino), y por tanto propio de la ley natural que unos dominen a los otros.
Un tipo de paternalismo que hasya hoy día dura pues también se sigue presentando a todos los indios como salvajes y tecnologicamente atrasados para justificar la conquista.
Ser hijos de Dios no salvó a los cátaros del exterminio, ni libró a los judíos de los libelos de sangre, los progromos y las expulsiones. Ni hizo que a los paganos se les dejara vivir según sus costumbres en el Báltico.
Ni ser hijos de Dios salvó a muchos desgraciados de vivir bajo la esclavitud y la servidumbre.
En la cosmovisión medieval la mujer era producto de un semen defectuoso, no aportaba nada al hijo y se limitaba a ser mero recipiente del embrión. Y se consderaba que su debilidad de intelecto y carácter las hacía más inclinadas a las posesiones demoníacas y a la práctica de la brujería.
Y ya ves ahora en esta época tan bárbara estoy yo aguantando que una mujer me de lecciones de Historia cuando en el medievo estarías en tu casa fregando y ningún varón se tomaría la molestia de discutir contigo.
Y sí los nazis fueron muy malos y a ver cuándo se puede tener una conversación en infocatolica sin que salgan los dichosos nazis.
A no ser que alguien decida dedicar un post a ellos y entonces hablaremos largo y tendido del tema, de todos los aspectos, del apoyo del partido Zentrum a la Ley Habilitante que hizo a Hitler dictador por ejemplo. Y de von Pappen y del concordato.
Santa Brígida de Suecia no estaba en su casa fregando, Santa Hildegarda de Bingen tampoco y lo mismo digo de Santa Isabel de Hungría o de Eloísa. Tampoco fregaban las castellanas en sus castillos. Yo, en cambio, si friego y espero que tú también.
Naturalmente que ser hijos de Dios no impide que te maten pero no es lo mismo que sepan que están matando a una persona que te nieguen esa condición. Para matar a los no nacidos también niegan que sean seres humanos. Ese tipo de maldad es moderna, no existió antes del siglo XX.
Tampoco tu odiado Ginés de Sepúlveda sostenía tal cosa porque de lo contrario el envío de misioneros habría sido una contradicción en los términos. Era un aristotélico puro y Aristóteles jamás dijo que los esclavos no fueran personas, dijo que habían nacido en condición de esclavitud que no es lo mismo.
Tú has leído la Suma Teológica? .
En todo hay excepciones y ayuda ser monja o aristócrata pero al común de las mujeres se las consideraba inferiores a los hombres.
En Eslovaquia gobernaba el cura católico Josef Tiso, que era un títere de Hitler y le permitió que sus tropas pasaran por su territorio camino de Polonia provocando la Segunda Guerra Mundial. Tiso mandó a miles de judíos a Auschwitz y reclutó hombres para luchar junto a los alemanes.
Roma nunca lo excomulgó ni tan siquiera suspendió a divinis. Es más Pío XII le hizo monseñor.
No sé lo que hay que hacerle a los judíos para que en la Iglesia te den un tirón de orejas.
El racismo como todo tiene sus grados. En la Edad Media los judíos eran considerados capaces de matar niños cristianos para sacarles la sangre y preparar pasteles de pascua con ella. Se les veía como traidores, responsables de haber traído a los moros, usureros y mentirosos.
Para tenerlos controlados se les encerraba en las juderías.
Incluso tras bautizarse eran sospechosos de ser judaizantes y la inquisición debía vigilarlos.
Pero resulta que todo el odio acumulado contra los judíos a lo largo de los siglos no preparó el camino a los nazis. Ya.
Si tú crees que a ese nivel se puede mantener un diálogo racional y constructivo, no seré yo quien te desilusione.
Ánimo y adelante.
Aunque muy ciego hay que estar para no ver lo fácil que se lo pusieron.
Total si hasta hoy día todavía andan dando veracidad a los libelos de judíos mata niños y justificando las expulsiones masivas.
Solo hay que visitar las web tradicionalistas para ver el tufo antisemita que todavía hay en sectores cristianos determinados.
Bueno o leer los comentarios de tipos como ángel exterminador o frater lupus en infocatolica.
Pero ya sabemos que el cristianismo es la base de nuestra cultura. .. solo para lo bueno. Cualquier cosa mala surgió por generación espontánea.
Pero en la literatura medieval además de los poemas amorosos y los cantares de gestas de caballeros están los libelos de sangre, sin los que hubieran existido los Protocolos de los Sabios de Sión, sin los que hubiera existido el Mein Kampf.
¡Maravillosa capacidad de asombro, etherland! Según Santo Tomás de Aquino Jesús reveló su Humanidad-se trataba de combatir a los herejes que negaban esto-en el pasaje de Lc 7,9 que es aquel que describe el encuentro con el centurión romano. A las palabras de éste: "Señor yo no soy digno de que entres en mi casa...Jesús se asombró de la fe de aquel hombre. El asombro es propio del hombre porque es un no-saber, pero no se da en la Divinidad que todo lo sabe. Aquí tienes una paradoja típica del Evangelio.
Lo que puedas advertir en nosotros de incoherente, viene dado porque las fuentes de conocimiento de un cristiano no son exclusivamente racionales, aunque también, sino que vienen de la Gracia y, por lo tanto, no son explicables. Eso se tiene o no se tiene y, cuando se tiene, no hay argumentación retorcida que lo ciegue.
La cultura de la muerte nos enseña a buscar la apariencia, en contra de la esencia. ¿Será verdad que se busca que las flores pierdan su olor, las flores su sabor, los hombres su honor, las mujeres su pudor y el humano su amor?
Triste y oscurantista siglo XXI donde hemos perdido hasta la vergüenza, virtud cabeza y madre de las demás y lo sabemos por la "mala" literatura medieval.
Palas Atenea, me gustaria tener mas tiempo para describir la impresion de la bellisima iglesita, ademas me documentare de cual es, porque el romanico catalan esta muy catalogado.
Y si, lo comprendo perfectamente el tema de la fe. Yo siempre lo he pensado y en alguna ocasion lo he expresado: creo que el mayor milagro es tener fe.
Bueno, por la noche busco un poco de tiempo, me gustaria comentar mas cosas, solo una ultima para Fco de Mexico, que me da como temor, me parece que aqui nadie ha hablado de odio, porque si es asi, mala cosa. Con el odio solo se consiguen cosas muy malas.
saludo,
La verdad es que sí. Ese es el problema y en parte el por qué uno se puede sentir atraído por echar la vista hacia la Edad Media. Los modelos, el pensamiento estructurado . . . dentro de las circunstancias de la época, claro. También, como dice el padre, hablar de Edad Media . . . un periodo que dura 1000 años . . . -¡si nos retrotraemos hoy en día mil años nos situamos en el año 1000!-
Pero, si, yo creo que lo puede entender también un ateo: Dios estaba en el centro, los referentes eran claros. La modernidad al situar al hombre en el centro abre la vía al relativismo. La postmodernidad es el resultado del relativismo: La desestructuración total del pensamiento. Como decía Palas Atenea, engendros que son producto de una mente desestructurada como ejemplos de arte, teorías delirantes -la transhumanidad, el postfeminismo y la performatividad, la nueva era, la desestructuración de la familia, el relativismo en el aborto . . .
Es la tragicomedia esta de la postmodernidad la que le hace ver a uno la Edad Media como referente.
La lealtad es un vínculo y en una sociedad desvinculada-que por cierto es el título de un libro-no sirve de mucho porque se ve como un recorte de la libertad individual. La ternura es contenida y ahora toda demostración de afecto o es exagerada o no existe y la admiración es inexistente porque no hay referentes que sirvan de guía. Se habla de la conciencia, pero no es la conciencia del Catecismo-sacada básicamente de las reflexiones del Cardenal Newman-sino el nombre que cada uno da a su propia idea del mal y de bien que es caprichosa e individual.
Anna Harendt y Vasily Grossman-ambos ateos-creían que la conciencia brota en cada uno según su capacidad de análisis y su independencia personal, como un hongo, supongo. Pero yo creo que la conciencia es el reflejo de una ley universal, anterior a todas las leyes humanas, y eso explicaría por qué aparece también en los ateos que, normalmente, no pueden dar cuenta de la razón de sus buenas acciones, dicen: "lo hice porque debía hacerlo" sin poder explicar el por qué "debían hacerlo". Es en esto en lo único que los ateos pierden su capacidad crítica y se encuentran igual que los cristianos. No pueden explicar su comportamiento altruista (misericordioso), lo sé porque he leído muchas biografías de gente buena que arriesgó su vida por los demás y la contestación de los ateos o es el silencio o es siempre la misma: "tenía que hacerlo", "debía hacerlo", "no podía permanecer pasivo" pero la causa que movilizó su conciencia no la saben.
Totalmente de acuerdo que con odio solo se consiguen cosas malas y a todos nos da miedo. Quizás sea solo mi impresión, pero si a un comentario lleno de odio lo contestas de la misma manera, ¡Te contagia! Es importante no perder la ecuanimidad en ningún momento. Es lícito defender el catolicismo, pero sin ODIO hacia nuestros rivales, sobre todo cuando ellos intentan provocarlo para justificar lo injustificable.
¿Habrá en info-católica comentarios llenos de odio de los cuales debemos ser muy cuidadosos para no caer en su juego?
La Edad Media nos dio la extraordinaria y bella "vida contemplativa": los anacoretas, los ermitaños, una forma de ver la vida que nos hace falta hoy desesperadamente para echar de nuestros corazones tantos sentimientos negativos. Hoy un millonario causa admiración, antes el sabio ermitaño era quien la causaba. Esto solo es aun mas admirable que todas las catedrales, monasterios, libros, esculturas que, sin duda, hubo a raudales. Escuchar la voz de Dios, razón por la cual se aislaban del mundo, lo valía todo.
Triste y oscurantista Siglo XXI donde hemos perdido hasta la vergüenza.
¿Qué valores nos indica la literatura como arte? Lealtad y Valor, siendo hispano parlante, el Cantar del Mío Cid tiene un lugar muy especial y es sumamente claro ambos valores. Por desgracia, el cantar no nos pone en los antecedentes del porqué Alfonso VI se mostró tan duro con Don Rodrigo, pero la historia nos cuenta la "humillación" que sufrió Alfonso VI al exigir el Cid juramento de no haber participado en la muerte de su hermano y anterior rey, Sancho II, que al parecer el rencoroso rey nunca lo perdonó, pero la lealtad absoluta del Cid no le impidió actuar siempre y en todo momento como vasallo sin par.
También las obras literarias donde parece haber "traición" como la de Reina Ginebra al Rey Arturo, o la de Tristan e Isolda, en realidad son historias de LEALTAD, porque dejan claro que solo podía existir la tración debido a una fuerza supranatural, en el primero la magia de Merlín, en el segundo el mágico bebedizo.
¿Habrá algo remotamente parecido en nuestro triste y oscurantista Siglo XXI, donde hemos perdido hasta la vergüenza?
Es decir que es el asombro, y no la crítica, el comienzo de la filosofía, tal como decía también Josef Pieper. La pregunta es ¿podrían admirarse los medievales? La respuesta es sí, podían hacerlo y lo hacían continuamente por lo que las fuentes del conocimiento racional y la filosofía nunca estuvieron cegadas para ellos. ¿Quién puede hablar entonces de siglos oscuros?
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