¿Todos a mamporros?
Es otro de los mantras de los “buenistas a ultranza” -"no ver, no oír, no entender"; ‘porque no’, simplemente-: la clave es ese “todos". Lo usan, y lo necesitan para igualar a los fieles con los saboteadores. Lo señalo, para saber dónde estamos, y de qué estamos hablando.
En ese mantra, los buenistas, (des)ilustrados a conciencia, igualan a los maporreros de la Iglesia -que los hay, a manta: los constructores de la “nueva iglesita molona"-, con los que resisten, no tragan, y salen con la Palabra de Dios y la Doctrina en la mano, en la pluma, y en la boca.