16.08.21

El milagro "desmilagrado"... ¡porque sí!

Érase una vez que se era… Y lo que toda la vida de Dios y de su Iglesia se ha llamado “el milagro de la multiplicación de los panes y de los peces“,-por cierto: milagro repe, pues el Señor Jesús lo realiza dos veces si no me equivoco-, a partir de la semana pasada [domingo XVIII del TO], se ha convertido “milagrosamente” en “el milagro del compartir"… ¡que no es ningún milagro, que se sepa! 

“¡Manda rosas…!”.

Esto, como tantas otras cosas desde hace unos años y desde Roma,  ¿a qué viene? ¿A qué responde? ¿Aporta algo positivo a la Fe de los hijos de Dios en su Iglesia en medio del mundo? O, por el contrario, ¿no es un nuevo mazazo a la Fe de la gente, por dárselo a la misma Palabra de Dios, Revelacion Divina por excelencia?

Vamos a entrarle al tema, pues no se puede dejar así. Inaceptable: está en juego mucho más que la credibilidad de una persona, por muy alta que esté en la Iglesia, que no la Institución que representa; está en juego el mismo Fundamento de la Fe, que tiene, en los Milagros obrados por Cristo, uno de sus más y mejores Criterios y Fundamentos de Credibilidad: ¡son obras exclusivas de Dios!

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12.08.21

Las "victorias" del rojerío ¡contra las MONJAS!, 1936.

Los rojelios -en otras bocas, “estos chicos"-, son valientes como ellos solos. Sobre todo solos. También frente a los más grandes, heroicos y meritorios “objetivos militares” de primer orden. La prueba más fehaciente está en sus nunca bien ponderados, ni siquiera por ellos mismos, ASALTOS a los conventos… ¡de MONJAS! Me da que fueron las únicas “batallas” que ganaron, y de calle.

¡Que hay que estar muy preparados -ser verdaderamente unos valientes, y no achantarse ante el fuego enemigo-, para siquiera plantearse tales “objetivos” de guerra: no digamos para ejecutarlos! Y esto solo lo entienden bien los que han luchado en una: saben de qué va.

Viene a cuento del libro que acabo de leer. Se titula: Profanación de la Clausura Femenina, y su editor es Jorge López Teulón, postulador de la Causa de los Mártires de la Diócesis de Toledo. Viene publicado por la Editorial San Román, dentro de su Colección: “Testigos de la Guerra Civil Española".

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2.08.21

30.07.21

¡Un auténtico plebiscito! (por lo eclesiástico)

Es la impresión -gozosa y esperanzadora- que me da. Desde que tengo uso de razón en la Iglesia no había presenciado NUNCA, que yo recuerde, este manantial de Fe y de Firmeza en la Fe de tantos Pastores. Auténticos Pastores según el Corazón de Cristo, porque lo llevan en su Corazón: de otra forma, seguirían mudos. Y sordos. Y ciegos. Y “muertos".

Porque han dejado de callar ante tanto desvarío, por decirlo lo más finamente que puedo; y están no ya hablando, sino “atronando” la Iglesia con sus voces, en una larga y sostenida escalada en defensa de Cristo, de su Iglesia y de las almas fieles, que están sufriendo profunda y dolorosamente, ante este descuartizar, públicamente, a la Esposa más Fiel.

Me refiero expresamente a la gran cantidad de declaraciones sobre “Traditionis custodes”, frente a los poquísimos pasos al frente de miembros de la Jerarquía a su favor. Llamativísimo. Además de esperanzador, por supuesto, por confirmar en la Fe, en especial la defensa de la Liturgia por excelencia, la Santa Misa: “Sacramento de nuestra Fe”. Porque sin la Eucaristía ni hay Iglesia, ni hay Salvación que nos valgan.

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25.07.21

¿"Preguntas sin respuestas"? Pues "haberlas, haylas" (por Pedro García Cuartango, del ABC)

Mi “amigo” García Cuartango, habitual del ABC, sigue en plan de dogmatizar con su ateísmo; y de hacer proselitos. Él sabrá: “con su pan se lo coma”

Ahora, en su paginilla de “Tiempo recobrado” (ABC, 20-VII-2021) -se ve que antes lo ha perdido, y le han entrado las prisas por sacarle rendimiento al que le queda-, se “descubre” a sí mismo como un insignificante “ser” ante la magnitud del Universo -hasta aquí va todo muy bien, incluso él-; y escribe:

“es imposible dejar de sentir un sobrecogimiento no ya solo sobre los misterios de la materia y las distancias siderales, sino además sobre la precariedad y la finitud de la vida de cada hombre, un breve fulgor en la eternidad del devenir astral”. Y va soltando cifras sobre los “misterios” de la materia, con las que se asombra, se extasía y se recrea en su página. Ahí está este buen hombre.

Pero lo que hace -de intento, o a la aventura-, no solo es tergiversar lo que ES el HOMBRE -y creo que él sabe lo que está haciendo-, sino NEGARLO.

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