"Arar en el mar". (Por lo eclesiástico)
Desde hace ya demasiados años, en el mundo católico se trabaja decididamente para… ¡FRACASAR! Se nos cumple aquello de san Pablo: bene curris, sed extra viam! Incluso me atrevería a decir que para DESMANTELAR todo lo construido, defendido y transimito en los más de 2000 años de vida.
Algo así como lo que decía una canción -o un dicho-, allá por mi juventud:“arar en el mar”. Imagen gráfica, visual y definitoria del DESIERTO ESPIRITUAL en que se han convertido naciones enteras, entre ellas España; que ha ido de la cima al abismo, al perder su signo de identidad más significativo: CATÓLICA.
Su “ser católica” ha marcado su Historia, no solo la más grandiosa sino toda la que ha vivido, desde siempre, y hasta hace unos años. Pasando no solo por América, sino por casi todo el mundo.
A partir de ahí, no ha hecho otra cosa que ir deslizándose a la fosa; de tal modo y manera que se ha convertido en la historia de una muerte que, si quizá no venía anunciada, sí que ha sido su final más triste y desesperanzador. Al menos, por el momento; pero sin ningún viso de cambio, también por el momento.