Mundo, Demonio y Carne (Por lo eclesial)
Son tres clásicos. Enemigos, los tres, de las almas y, por ende, de la misma Iglesia; y viceversa: de la Iglesia y, por ende, de las almas todas.
No será por no estar avisados, tanto a nivel personal como Eclesial. De entrada, por San Juan y, de él, a todos: almas e Institución.
Pero no es el único aviso, como es natural y lógico: los ha habido ya antes de él; y, por supuesto, también después: no ha cesado de ser una advertencia presente a lo largo de toda la Historia de la Iglesia.
Tan clásico que, en la Iglesia, se han convertido en Patrimonio Moral Perenne, presente en cualquier Manual de Teología Moral y en todos los tratados o manuales que tratan de Vida Espiritual o Vida Interior.