Carne fresca. Dinero fresco. Mentiras frescas.
Todo fresco. Nada de congelados. De primera calidad, sin aditivos, ni conservantes, ni colorantes: todo NATURAL. Y de genuina procedencia autóctona, auténtica “pata negra": nada de importaciones… ¡que a saber! Y menos de los chinos, claro.
Me refiero a estos episodios tan poco traídos y llevados por los medios: demostración genuina de la escasísima, si no nula independencia, de la que gustan farolear. Pero como los faroles no pagan -van de baratillo-, pues ellos se venden: así cobran sus buenas perricas. Que no son pocas, que los déficits que acarrean son brutales. Y tan amigos, oigan.
CARNE FRESCA. Me refiero, como es mi deber, a los iterados episodios de las TRATAS de MENORES. Pero -y es la expresion de la máxima BRUTALIDAD e IGNOMINIA-, ¡TUTELADAS por los Poderes y las Instituciones públicas! ¡Manda rosas…! O lo que se tercie, que “todo es bueno para el convento…”.
Abusos, perpetrados todos ellos, por sujetos inmersos en esas mismas Instituciones o afines a los poderes que las USAN: no se puede hablar ni de “dirigir” ni de “administrar": cuestiones que están en el lado contrario a ese arcoiris.