"Cómo se ha prostituido la ciudad fiel, Sión!"

Isaías clama, con voz desgarradora, por la terrible perversión de la Ciudad Santa por excelencia: Jerusalén. Por pura elección divina.

Y es Dios mismo quien eleva este lamento por boca de su Profeta. Que para éso está, inequívocamente.

Sigue Isaías: “Tan llena de Justicia! Moraba en Ella el Derecho; ahora, en cambio, asesinos!".

Qué horror había pasado allí, para que el Señor la repudiase de esta manera tan categórica?

Lo que con periódica cadencia pudre el alma del Pueblo Escogido: la, de tiempo en tiempo, siempre presente ruptura con su Dios: el que los ha elegido de entre todos los demás, y los ha hecho grandes, también por encima del resto!

Ésto es todo lo que pueden presentar contra Él: “Han abandonado al Señor, han despreciado al Santo de Israel, le han vuelto la espalda".

Pero no puede por menos que constatar, como signo y fundamento de Esperanza y Fé: “Si el Señor Todopoderoso no nos hubiera dejado un residuo, seríamos como Sodoma, iguales a Gomorra".

El constante y fiel “Resto de Israel", en cuyo honor y gloria Yaweh Dios es Fiel a su elección. Que NO retractará jamás, en beneficio de su Elegido.

Todos estos episodios del AT, se repiten, tal cual, en la Iglesia Católica desde hace ya más de 50 años. Y todas las advertencias del NT, también. No falta ni una.

Como símbolo y resumen de todo, pues ahí confluye todo, se pisotea, día sí y día también, la Eucaristía, a Jesús Eucaristizado, sin miramiento y sin vergüenza alguna. Porque se ha echado la Fe a los perros y la cerda lavada ha vuelto por sus fueros, en expresiones de la Escritura Santa. 

No contentos con eso, se hace -para más y mayor burla blasfema-, publicidad de tales barbaridades; incluso “se crea pseudo doctrina” para justificar tales desmanes: “La Comunión ha de ser en la mano, para no retrasar el flujo de su recepción". Con un par, como no podía ser de otra manera!!!

Ni una palabra sobre las condiciones válidas y lícitas para su Recepción, ni una palabra sobre lo que supone la Eucaristía y la Comunión, nada de facilitar la Confesión…

Lo importante es que todo se haga lo más rápidamente posible… Quizá para que cuantos menos se den cuenta de la burrada sacrílega, mejor. Y ésto por voz de todo un cardenal en activo; creo.

Esta degeneración de conciencias, impuesta desde arriba, ha pasado al modus operandi de tantos y tantos que se tienen por católicos!!!

Ahí están la Pelosi, el Biden, la de Macron, y miles y miles de anónimos católicos, asimilados a estos de postín. No van a ser ellos menos… Que, como es obvio, si comulgan es porque algún miembro de la Jerarquía, al nivel que sea, les da la Comunión.

Si se combate desde dentro al Santo de los Santos, qué queda en pié en la Iglesia Santa de Jesucristo? Sin el Señor -insultado, despreciado, ultrajado, entregado a almas sacrílegas por jerarcas sacrílegos-, ya no queda nada.

Salvo los oasis, el Resto Fiel de Israel, no queda nada: sólo el Desierto más amenazante, y en plena expansión.

Porque se ha cumplido lo escrito en el Libro del Levítico: “Si despreciareis mis Leyes, desenvainaré contra vosotros mi espada, y vuestra tierra quedará desierta, y vuestras Ciudades destruídas".

Y se ha cumplido con creces: países enteros asolados por la más absoluta y despiadada Descristianización! Desde el (DES) Gobierno de los que más mandan. Al resto: oír, ver y callar. O, aún peor: NO ver, NO oír, NO hablar; no vaya a ser que les caiga la mundial.

Sí, todo aquello que deberíamos haber rechazado con fiereza -hasta dar la vida, si menester hubiese sido: las almas mártires que busca el Señor Jesús con candil-, todo lo hemos buscado con hambre y sed de ser como los demás.

Y una gran parte de la Iglesia, por mor de una parte importante de sus Jerarcas que han arrastrado al gentío, se han vuelto a los ídolos, hechura de manos humanas -las suyas-, que no pueden salvar, pues llevan a la perdición.

Los ídolos han sido, para todos éstos, las religiones. Sin olvidar el mundo y las perricas, por supuesto. Y así nos está yendo. Pues únicamente podemos perder nosotros, los Católicos. Todas las demás, ganan.

Ahí está el avance de sectas y demás.

Con una particularidad muy notable y significativa, que los desprecios a Cristo tienen más delito que los de los judíos de entonces. Sin posible comparación, como les dice Pablo, acusándoles por su obrar frente al de los paganos.

A partir de ahí se ha desacralizado todo, a pesar de las muy serias y exigentes advertencias de dos grandes Papas, san Juan Pablo II y Benedicto XVI, hasta llegar a estas burlas blasfemas que nos acosan y nos afligen de continuo.

Con el Salmo, imploramos y rezamos con toda la Piedad de que somos capaces,

-Ten piedad de nosotros, Señor. Destroza a nuestros enemigos. Reconstruye las Murallas de tu Casa.

Señor, ten piedad y sálvanos.

Amén.