La sinrazón del ateo (por P. García Cuartango..., y el ABC: reincidentes).
O la “locura” -intelectual y moral- que conlleva, antes, durante y después: auténtico “agujero negro” de la persona humana, hecha para la Verdad y para el Bien: o sea, para Dios y para los demás, REALIDADES ambas que son lo mejor del hombre.
Lo tildo de “sinrazón” y/o “locura", aunque se me ocurren palabras más gruesas: qué duda cabe. Pero, educadito como me han criado -y a mucha honra-, me quedo aquí.
He leído las letrillas que Pedro se marca en ABC (6-XI-2021, p.7; 9-XI-2021, p. 7), en las que sigue empeñado en su infame tarea de “catequizar” con su ateísmo. Se ve que le va bien así -o eso debe creerse-, y quiere compartirlo con los demás, especialmente frente a los que tenemos la grandísima suerte de CONOCER y CREER en Dios, a través de su Hijo Jesucristo: “el Rostro Visible del Dios Invisible”, “el Hijo que se nos ha dado”, “nuestro Dios y Salvador, con su Pasión y Muerte de Cruz”, el que está con nosotros "hasta el final de los tiempos”.
Y todo se resuelve en un par de panfletos, tan infumables como una página de RD -que ya es nivel-, plagados de múltiples contradicciones e incongruencias -a cual más lerda-, que pasan, como no puede ser de otra manera, por encima de la lógica más elemental, y se encierran en un laberinto sin salida ni solución… a no ser que uno se vuelva hacia la Verdad que nos viene de Dios.De entrada y en el primero de ellos, el autor nos descubre que la referencia, recurrente, de su vida ha sido y es Simone Wei; mujer que, de Dios, del Verdadero Dios, sabe más bien poquito; y de lo poquito que sabía -nace en una familia judía, me da que no especialmente “practicante"-, bien pronto se soltó: desde adolescente, confiesa ella misma. (Pedro siempre se rodea -acude a todos ellos- para más y mejor confirmarse en su alocada decisión de tierna juventud, allá en Burgos).
Y lo recoge García Cuartango con orgullo de “hijo", bien enseñado en la “abandonada sinagoga” de Weil: “Desde adolescente siempre pensé que Dios es un problema cuyos datos nos faltan aquí abajo y que el único método para evitar resolverlo en falso es no planteárselo”. En eso está García.
Son atrevidos los ateos, la verdad. Y se lo reconozco. Aunque toda la frase está metida en un mentira de raíz: nos faltan datos aquí abajo. Y la conclusión, como prejuicio racional, moral y definitivo: no planteárselo siquiera.
Porque todos estos tienen una forma de “dialogar” con la realidad de las cosas realmente curiosa: de los temas que no les interesa, o les molesta… ¡a callar, ar! Y, “muerto el perro se acabó la rabia”. Eso quieren creer; pero esa ‘fe, impostada y falsa, pues no viene de Dios’, no es más que la tapadera pseudo-intelectual para acallar su conciencia, y maniobrar a su antojo. Ya lo siento, Pedro.
Porque el asunto queda meridianamente claro: para profesar con orgullo y seguridad el propio ATEÍSMO, nada mejor que TACHAR A DIOS: no vaya a ser que nos vayamos a liar, como mínimo. O sea: Weil, García Cuartango, et alii.
Pero donde rozan -Weil, García et alii- el carcajeante esperpento de la incongruenca más gruesa, es cuando Pedro se refiere a Weil, poniéndola como autora de esta “audaz” frase: “las ideas cristianas en las que ella creía firmemente no dependían para nada de la existencia de un Ser Supremo”. Supongo que ni siquiera de Cristo.
Lo de “ideas cristianas en las que creía firmemente” también tiene su miga. Por eso, volveré a ellas más adelante, gracias a su segundo panfleto: más atrevido incluso que este primero, donde remata y nos abre a sus prejuicios más íntimos.
Las comillas las he puesto yo, porque Pedro no lo hace así, aunque sí coloca estas palabras -y esta toma de postura- en la boca y en la vida real de Simone. Rubricando, para mayor entuerto, que era “una persona cuyas acciones siempre estuvieron guiadas por su cristianismo”… ¡de la que NO era cristiana, ni ganas de serlo! Cosa que también viene citado, aunque sin comillas; yo las he vuelto a poner.
He de reconocer que esta forma de situarse, si no fuera porque se ha multiplicado en el seno de la Iglesia -en miembros de la Jerarquía, en laicos, en frailes y religiosos que se declaran “católicos de toda la vida” y se echan al monte todos los días y a todas horas-, no me produciría ningún respingo. Pero ha cuajado en lo que he venido llamando “católicos a lo biden” en la “nueva iglesita a la carta”, o “a go-go”. Algo para lo que ya montó escuela la Weil, Camús y otras y otros… ante los que el García se arrodilla lleno de candor, devoción, piedad y fervor…, pues se veía confirmado en su ateísmo.
Posturas que han echado raíces y han cuajado también, como he dicho, en los adentros de la Iglesia: para qué negarlo. Porque ya se sabe que, jugando con fuego, uno se quema; y que, con dinerillo fresco, pronto y abundante, hasta el más genuino secano se convierte en “vergel", aunque sea de cizaña, podredumbre y corrupción. Y al revés: si se abandona el mejor de los vergeles, se convierte en terreno perdido. Y ahí estamos.
Pretenden -la Weil, Camus, García et alii, y así lo declaran-, que la “ética de la acción” -ellos sabrán qué significa; o no-, no tiene por qué estar sustentada en la fe; ni en la ética -añado yo-, que es lo que menos les gusta a todos estos: es más -sigue largando el Pedro-, “la pensadora parisina anteponía la voluntad de servir a los hombres y luchar contra la injusticia a ese Dios desligado del mundo, que mantiene un permanente silencio”, según afirmaba en sus escritos. (Las comillas, mías).
Todo es un conjunto de despropósitos, a más de lugares comunes y casposos. Es como pretender que “lo justo” está instalado en la pachamama, y no en El Justo: ni tiene nada que ver con Él, ni Él tiene nada que decirnos al respecto.
Venir, a estas alturas con “ese Dios desligado del mundo”, es como pretender que se puede regar sin agua: porque el mundo ha sido CREADO por Dios: sobran las evidencias.
Y sobre su “permanente silencio” (de Dios), que nos habla hasta con locuacidad de Él y de nosotros mismos en relación con Él -con la Creación, sin ir más lejos: por eso abominan de ella y de lo que significa-, es seguir con una matraca mil veces traída a colación contra toda lógica, y mil veces desmentida por la vida misma.
Un horizonte que nos lo construimos a gusto y a medida de nuestras personales inclinaciones, intereses y necesidades. Algo como lo del “género” en ciertos mundillos alocados, y fuera de la realidad: la locura perfecta.
De hecho, García Cuartango lo declara ya lisa e “inocentemente” -con la inocencia impostada, casi con total seguridad-, en su segundo panfletillo.
Hace un discurso digno de unos Juegos Florales -si aún existiesen, que desconozco-, brillante, que se lee muy bien, fácil de seguir… pero totalmente EQUIVOCADO -una vez más; y siempre: este hombre solo acierta cuando escribe de la naturaleza y cuenta lo que ve, sin pretender interpretar nada-, haciendo una glosa, nada menos que… ¡contra Aristóteles!
¡El Gran Padre de la Filosofía digna de ese Nombre: la Ciencia de las Ciencias! ¡La verdadera Sabiduría! ¡Una de las mentes más preclaras que ha habitado la tierra desde que existen los hombres! Todo, para acabar afirmando que la REALIDAD NO EXISTE.
O sea: la KULTURA de la PROGREZ, instalada en el mundo con los racionalismos y los idealismos al uso y abuso del personal, puestos en práctica ya como sistema de manejo socio-político de un modo sensacional por todos los marxismos, los modernismos y los masonazos de toda época y región.
Por eso puede Pedro apostillar, con la audacia del ignorante con gusto y de sobrevenida afición: “la filosofía aristotélica de que las ideas reflejan la esencia de lo real es cada vez menos sotenible”. Lo “sostenible” -y de hecho es lo que sostiene, erre que erre-, debe ser lo suyo, lo de García.
¡Acabáramos, hombre! O sea: cuando uno pide un BOTIJO, por ejemplo, los que le oyen le traen una hamaca. Y cuando dice que le duele la espalda, le llevan al supermercado a que se compre unas tiras de jamón de Teruel, que está francamente bueno. Y todo porque las ideas, expresadas por las palabras, NO reflejan la REALIDAD. Y nadie sabe lo que quiere decir el buen hombre con su verborrea -botijo, dolor, espalda-, destituida ya de todo significado REAL.
En cierto modo, y puestos donde el Pedro se coloca libremente, podríamos decir que “tiene razón". Porque, una vez tachado DIOS, la Realidad ya ha desaparecido en el entendimiento humano.
¿Por qué?
Porque no hay nada más REAL que Dios. Hasta el punto de que, quitado Dios, nada existe, pues nada puede existir.
Él es el único “Ser” que no solo da razón de Sí mismo -cosa que no hace nadie más-, sino que es la Razón y la Causa de TODO “lo que es"… como afirmaba con seguridad y verdad el grandísimo Aristóteles.
Que fijo que sería más pagano que las vacas -incluso que las asturianas, a las que tengo un cariño especial-, ciertamente; pero PENSABA sin prejuicios o a prioris, cosas ambas que siempre es dejar de pensar. Algo que sí le pasa a Pedro; y se le nota muchísimo.
Porque, si Dios no existe, la realidad no existe. Y entonces, ¿qué te queda? Las personales ensoñaciones, que muy bien se convierten en pesadillas.
Aparte, que si no sabes ya si los que te van a leer son personas, jilgueros o vacas, o si ni siquieran son; si no sabes si lo que escribes lo escribes o lo sueñas; si ya desconoces si estás dormido o despierto… no sé qué escribes, ni para quién, ni por qué: ni siquiera sé, siguiendo tu línea de… (iba a poner “pensamiento", pero me parece injusto, dada tu situación personal: pon tú lo que te apetezca), si te estoy leyendo o soñándolo simplemente…
Ciertamente, “los sueños sueños son”, como dijo el clásico; claro que, en línea Cuartango, a saber si Calderón lo dijo o lo hemos soñado entre todos. Pero, lo mismo que los sueños son sueños, la realidad es la realidad, de la que formamos parte: por eso hacemos lo que hacemos, y nos portamos como lo que somos… o como nos inventamos.
Claro que no es lo mismo, y no se recoge lo mismo, Pedro.
¡Qué pena! Lo bien que escribes… para nada válido, digno de la verdad y de la persona humana: todo es humo, o sueño o pesadilla…
Tú mismo, pues.
Y avisa cuando despiertes. Si despiertas… que igual ni siquiera te has dormido, y ni lo sabes.
21 comentarios
García Cuartango escribe muy bien. Conecta con gente liberal, centrista,agnóstica. Conozco a varios admiradores suyos que votan a Ciudadanos.
Simone Weil fue una intelectual y activista que impresionó a Simone de Beauvoir porque sollozaba al saber de las hambrunas en China. Sin embargo , nunca entenderé que Weil se incorporara a la Columna Durruti en nuestra Guerra de Liberación. Esta unidad de milicianos hizo todo tipo de salvajadas en Aragón.
Si en verdad Dios no existe, seguía diciéndome yo, ¿porqué no han encontrado los a-teos de la historia una palabra que signifique positivamente que, efectivamente, es verdadera la frase "Dios no existe", o "no hay Dios"... pues siempre estaba yo necesitando de una idea de Dios, para negar su existencia...
Así, por ejemplo, seguía razonando yo, el "resdumbrabixtúbillo", como palabro que acabo de componer con las sílabas que constan y de lo que no tengo (ni quiero tener) la menor idea, con toda seguridad no va a producir ninguna controversia entre posturas o proposiciones "resdumbrabixtubillóticas" y "a-resdumbrabixtubíllicas"... como lo que no existe, no tiene "posturas ni postureos posibles", no hay controversia posible.
Ahora bien, con el a-teísmo, me seguía diciendo yo, hay posturas y postureos... y como cada una de esas posturas, necesitaba "cargar" con tal o cual "idea de Dios", acabé pensando que a lo mejor, Dios es tan Dios, que incluso está en "ateísmo".
No fue esa la única idea que me acercó nuevamente a Dios, pero sí fue una de ellas.
Hay en cambio buenos columnistas en Abc. Desde luego Juan Manuel de Prada, el más católico de todos. Pero también Ruiz Quintano y Hughes.
Saludos cordiales.
Simone Weil Creía que era posible implantar el Reino de Dios en la tierra con las ideas cristianas. Para ella era mucho más importante la acción que la fe. Vana ilusión, vana sombra, vana ficción, tuvo sus sueños y los sueños sueños son .
Activista era ya que intervino en la Guerra Civil Española y perteneció a la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial.
"Y no sabes -dice el Amor, - ¿quién cargó con la culpa?
- Mi Dios, entonces yo te serviré.
- Debes sentarte, -dice el Amor, - y probar mi carne.
Así que me senté y comí".
Simone Weil lo explicó luego así en su carta al dominico J.M. Perrin:
“Lo aprendí de memoria y a menudo, en el momento culminante de las violentas crisis de dolor de cabeza, me dedicaba a recitarlo poniendo en él toda mi atención y abriendo mi alma a la ternura que encierra. Creía repetirlo solamente como se repite un hermoso poema, pero, sin que yo lo supiera, esa recitación tenía la virtud de una oración. Fue en el curso de una de esas recitaciones, como ya le he narrado, cuando Cristo mismo descendió y me tomó. (…). Durante todo esto, ni siquiera la misma palabra “Dios” tenía lugar alguno en mis pensamientos. No lo tuvo más que a partir del día en que recitando el poema “Love” ya no pude rechazarla. En un momento de intenso dolor físico, mientras me esforzaba en amar pero sin creerme con derecho a dar un nombre a ese amor, sentí –sin estar de ningún modo preparada, pues nunca antes había leído a los místicos– una presencia más personal, más cierta, más real que la de un ser humano, inaccesible tanto a los sentidos como a la imaginación, análoga al amor que se transparentaría a través de la más tierna sonrisa de un ser amado. Desde ese instante, el nombre de Dios y el de Cristo se han mezclado de forma cada vez más irresistible en mis pensamientos".
También precisar que, aunque estuvo con los anarquistas en la guerra civil, al poco tiempo se fue espantada al ver los fusilamientos gratuitos que realizaban.
No ha sido la única en llegar a las puertas... para no abrirlas, y quedarse fuera. Dios sabrá por qué, y qué mérito o demérito tiene todo eso. Tampoco fue la única en largarse escandalizada, desengañada y avergonzada de haber "creído" en lo que creyó, política y socialmente hablando: lo de la "ética de la acción" es lo que tiene...
Cuartango, lo ha reconocido él mismo, vive en la cárcel del idealismo del siglo XVII: Descartes y, sobre todo, Spinoza. La realidad no existe, todo puede ser una figuración.
Y el título del artículo: "El silencio de Dios", recuerda, sin que el autor lo cite, al volumen I de Literatura del siglo XX y Cristianismo, de Charles Moeller, así titulado, y en el que se estudiaba, como "aeronauta sin cargamento", la figura de Simone Weil.
En cualquier caso el maestro Gambra está en las antípodas religiosas, filosóficas y políticas del diletante Cuartango. Lo cual prueba que hay distintos silencios de Dios o, al menos, distintos modos de entenderlo y vivirlo.
Sí, las chorradas y la cursileria le salen que es un primor .
2. Simone Weil: “Desde adolescente siempre pensé que Dios es un problema cuyos datos nos faltan aquí abajo y que el único método para evitar resolverlo en falso es no planteárselo”. Un fundamento del ateísmo es el racionalismo y el naturalismo. Fundamento en el que se basa para decir que no se puede conocer a Dios completamente. Pero, pobre de nosotros, irracionalidad, es decir eso si no podemos ni conocernos a nosotros mismos completamente cuánto más a Dios. El hombre es cuerpo y alma, el cuerpo es una estructural material y la materia no sabemos qué es.
3. El Rostro Visible del Dios Invisible, el Hijo que se nos ha dado, nuestro Dios y Salvador, con su Pasión y Muerte de Cruz es una realidad porque nuestra fe católica se basa en hechos históricos atestiguados por testigos dignos de fe al igual que conocemos de Aristóteles o Julio César. Nuestro Señor Jesucristo está con nosotros "hasta el final de los tiempos” porque la Resurrección de Jesús, la muerte del Cuerpo de Cristo, ha vencido a la primera y segunda muerte y la personalidad humana de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad ha sido eternizada. Fe humana que nos ha transmitido la realidad de Dios que Él mismo ha revelado. El ateísmo no tiene fuente u origen científico ni documentado por testimonio fidedigno real de nada que niegue a Dios. Sólo tiene la nada del error de las tinieblas.
Es la primera vez q leo q se bautizó en el lecho d muerte. Debe ser q la mayoría d sus biografías no lo dicen...
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