"Como ovejas sin pastor" (Mc 6, 34).
Jesús, hace ya más de veinte siglos, lo clava. Como no podía ser de otra manera: ¡que es Dios! Pero no deja de ser terrorífico lo que, con su Palabra, nos echa en cara a los miembros de la Jerarquía, en todos sus niveles.
¿Qué hemos sentido, los sacerdotes, los obispos y demás miembros de la Jerarquía, en lo más hondo de nuestra alma al leer estas palabras de Jesús? ¿Y al ir a su Corazón, que se conmueve con total sentimiento, humano y divino a la vez, ante la multitud perdida, pues están como ovejas sin pastor?
Porque este es el retrato y la definición, no solo de lo que pasaba por aquel entonces, ni de lo que había ya pasado en tiempos de Jeremías, sino de lo que está pasando hoy/ahora en España. Y que ha pasado antes, y ya está instalado de largo y de lejos, en muchos otros países de la Europa, antes católica: hoy, erial, espiritualmente hablando.
Abundando, por cierto, además en el error, con decidido “espíritu sínodal", para ratificar su extravío o su cisma, que de todo habrá… Al no mucho tardar, pues ya se está ahí.
¿Nos hemos sentido profundamente comprometidos, y se nos ha caído la cara de vergüenza, bien por culpa propia y/o ajena? O, por el contrario, ¿hemos aplaudido porque -¡por fin!- estamos contemplando cómo se instala en muchos ambientes de la propia Iglesia esa “polilla” que todo lo corroe, o esa “cizaña” que todo lo invade, anulando así la cosecha del Sembrador?
¿No sabemos aún leer, acertadamente claro -desde Dios y hacia Dios: Alfa y Omega, Principio y Fin-, los “signos de los tiempos"? ¿Tan cegados y aturdidos estamos por las “luces” del mundo: pura oscuridad y desvarío de mente y corazón?
¿Quizá nos escudamos en que son “exageraciones” de Jesús, que escandalizaban ayer igual que hoy? O, como me decía hace bien poco un hermano sacerdote, hablando de otros curas que tienen un montón de pueblos, imposibles de atender ni siquiera con muy buena voluntad y celo sacerdotal, que los tienen: “es que la gente está muy mal acostumbrada".
Ya se ve que, puestos a “justificar” y “justificarse", puede acabar uno justificando lo injustificable. O sea: ¡sé católico para que no tengas ni Misa, ni sacramentos, y no te malacostumbres, chaval! Eso, si no te han cerrado la parroquia, aún pudiéndola atender perfectamente.
¡El “gesto” de los obispos de Japón de las diócesis que van a acoger los JJOO diciendo a los atletas que no se les ocurra pisar una iglesia, tiene bemoles! Pero, de qué nos vamos a estrañar si es lo que hemos vivido ya aquí. Y, en una nueva vuelta de tuerca, y para evitarles “tentaciones", ¡van a cerrarles las iglesias!
Por sus pistolas. Que “el que quita la ocasión, quita el peligro": ¡no vaya a ser que alguien vaya, entre en una… y se convierta! Casos ha habido. Pero, tal como estan las cosas por “ordeno y mando” de la autoridad (IN)competente, pero con mando en plaza, ya se ve que no van camino de poder repetirse.
¡La gente con hambre de Dios, anhelando oír hablar a Dios, estar con Él, oír hablar de Dios, alimentarse de Él, vivir por Él, con Él y en Él…, y les dejamos morir de inanición: les “desconectamos"!
¡Nos hemos instalado en la estela de esa “medicina de la muerte” -auspiciada por los poderes públicos: ¡todo es impuesto!-, tan cruel e inhumanamente “moderna” y “social", que lo mismo te mete el COVID, te aborta, te eutanasia, o te quita las ayudas a la vida para que mueras como un perro callejero!
Es lo que se ha fraguado en el seno de la Iglesia desde hace muchos años ya. Es lo que vemos ahora al orden del día, por IMPUESTO, desde las más altas esfera eclesiales. ¡Y tan panchos, oyes! Putantes obsequium se praestare Deo.
Lo último -por ahora: que todos estos tienen una gran capacidad de inventiva; y, por ende, están deseosos de sorprendernos sí o sí, y a cualquier hora-, ha sido el mazazo a la Misa Tradicional de estos días pasados: ¡cerrojazo! Porque también ya en la Iglesia, “lo que no está permitido está prohibido". Igual que en la “nomenklatura” más acendrada, dicta el diktat.
Es trágico. Y es terríblemente desconsolador. Y me voy a explicar, con la ayuda de Dios.
Vetar, prohibir tajantemente la Misa que casi podríamos llamar “de toda la vida” en la Iglesia -desde Trento, por poner una fecha exacta-, para OBLIGAR, sí o también, a quedarse con la Misa del postconcilio, tiene varias e importantes connotaciones. Y ninguna buena.
Se vean así o no: que cada uno tiene su personal capacidad y su personal voluntad para ponerse al servicio de lo que estime oportuno.
La primera: romper con la Tradición, que, junto con las Sagradas Escrituras componen las Fuentes de la Revelación. Estas son interpretadas a través de los siglos por el Magisterio auténtico. Y todo eso junto, ha ido conformando el Depósito de la Fe: la Fe de la Iglesia y de sus hijos, generación tras generación. ¡Ahi es nada!
Pues… se rompe con eso; y a otra cosa.
Pero esto es cargarse los pilares de la Iglesia Católica. Como AL se carga todos los Sacramentos. Como el Sínodo alemán -que no va a ser solo alemán-, va a ir contra la misma Iglesia, a la que debería servir, siempre y en todo. Por poner algunos ejemplos…
Como se ve, todo está perfectamente montado de intento o sin intención: basta el simplismo buenista, al margen de la Fe y ayuno de Doctrina, para cargarse lo que haga falta, sí o sí.
Este es el “bucle", nocivo y demoledor -auténtica operación de “acoso y derribo"-, que se inaugura y fragua con tan elemental y sencilla operación.
De hecho, ninguno de los Papas del Concilio y del Post-concilio, suprimió la Misa anterior; sino que “ofrecieron” el “novus ordo", sin suprimir el anterior, con la pretensión de “acercar” la Misa a las gentes “sencillas". ¡Y han vaciado las iglesias! Rotundo éxito: para correrles a gorrazos.
Solo el “abuso de autoridad” de una parte de la Jerarquía, unido a la dejación de funciones de otra parte, más los que nunca saben de qué va nada de lo que pasa, etc., consiguió que el “novus” se cargase “de facto” la Misa vigente desde Trento, ¡y que seguía vigente!
Pero el problema se agudiza, y se crea de hecho para todos estos “sabios y entendidos” -tan o más que los anteriores “inventores” de la nueva misa-, vapuleados por el mismo Cristo en su Oración de Acción de Gracias a su Padre, cuando se pretende, por parte de algunos, escamados y escandalizados por los pitorresos que no se reprimieron en la liturgia sacra, volver oficial y formalmente, al anterior Ordo. ¡Que estaba vigente!
Los abusos siguieron imperando, ahora con una nueva rabia: todo fueron pegas por parte de la mayoría de los jerarcas, cuando no PROHIBICIÓN directa. ¡Ni siquiera la firme resolución de Benedicto XVI, poniendo las cosas en su sitio, consiguió su propósito! Hasta llegar a darle “carpetazo” desde hace unos días.
Hay más connotaciones; pero, por hoy, creo que es más que suficiente.
Si no rezamos por la Iglesia, urgente e insistentemente, es que no somos dignos de Ella. Ni de Él.
Amén.
25 comentarios
Por aquellos años (y hoy en día también) sólo se mencionaba la palabra Concilio. Sí, no hacía falta adjetivarlo (Vaticano) ni numerarlo (II). Daba la impresión de que no había habido otros concilios. Daba la impresión de que la Iglesia comenzaba con el Concilio.
En cuanto a lo de la misa en latín..., se han parado a pensar (supongo que sí, y por eso la dificultan) que es la única forma de seguir la misa en cualquier parte del mundo. Traten de seguir una misa en alemán (si no sabe alemán) o en polaco (si no sabe polaco) o en catalán (si no sabe catalán)
Pues he aquí que suscitaré en la tierra un pastor
que no cuidará de las (ovejas) que se pierden,
que no buscará las descarriadas;
ni curará las heridas,
ni alimentará a las que están sanas;
sino que comerá la carne de las gordas
y les romperá las pezuñas.
¡Ay del pastor inútil,
que abandona el rebaño!
¡Espada sobre su brazo,
y sobre su ojo derecho!
¡Que se seque completamente su brazo
y oscurézcase del todo su ojo derecho!
—Zacarías 11:16-17
No comparto tal afirmación: Pablo VI prohibió expresamente la Misa d San Pío V, en presencia de los cardenales reunidos para un consistorio, el 24 de mayo de 1976. El Papa prohibió el misal de San Pío V, permitiendo únicamente la nueva liturgia, con la sola excepción d los sacerdotes ancianos a quienes se autorizó a continuar celebrando la Misa tridentina d San Pío V. La “Misa de Pablo VI” fue, efectivamente, su Misa.
Cuando hablo de prohibición no me refiero a la figura jurídica d la “derogación”, que nunca llegó a producirse en este particular. La prohibió sin más pero sin declararla ilegal, como habría sucedido si a la prohibición hubiera añadido, también, la derogación d la Bula d San Pío V promulgando la Misa anterior. En realidad no podía derogarla, viniendo d un concilio dogmático como Trento. Se conformó con prohibirla, provocando con ello el mayor éxodo y abandono de fieles q recuerde la Iglesia Católica. Un desastre!
Pontificum eran excelentes. ES MENTIRA que solo unos viejitos están apegados a la Misa Tradicional. Y Francisco está diciendo otra cosa...Aquí en Ave Maria, Florida, donde vivo, la Misa Tradicional es amada por el pueblo entero y da gusto ver la de jóvenes y niños que asisten.
Hace Vd. una descripción exacta de la situación de la Iglesia. Desde hace dos días se han escrito muchísimos comentarios, en este portal y otros, en relación a la noticia de la que todos hablan, propios y extraños. Es desolador leerlos, la "cizaña", en los mismos es manifiesta. Reconozco que a mi me desangran por dentro y me escandalizan interiormente: se juzga y no se para de juzgar.Y esto en relación a la Sta Misa. Hasta me entran ganas de llorar.
No se padre, he sido educada por mis padres y el Opus Dei, colaboró a enseñarme lo que es el amor a la libertad. Y noto tanta "tiranía", tanta desunión, y tantas lagunas doctrinales, cuando no aberraciones, que siento que la Iglesia está en agonía, en los brazos de la Stsima Virgen :doliente. Y no veo otra solución, otro camino, que no deja de ser el de siempre:buscar la santidad, con la gracia de Dios, y dejar que El actúe. Sólo este pensamiento, sólo está verdad, calma mi desconsuelo.
Más cuanta soledad sientes, ahora que se habla tanto de "acompañamiento", se siente una orfandad terrible, una extraña sensación de incomprensión. Ahora que se llena la boca de "misericordia", esta no existe entre nosotros, no somos capaces de respetarnos. Es desolador.
He pasado por mi vida por muchas fases. No todas buenas, en mi relación con Dios, pero esto, que vemos, vivimos, para mí es un reto sobrenatural inmenso.
No deje de hablar, no sabe que necesidad "humana" hay de oír la verdad. Nos engulle una realidad donde la VERDAD y la CARIDAD están
maltratadas, hasta niveles humanamente insoportables.
Sta Maria, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.
Tienes toda la razón, y lo has explicado muy bien. Te añadiré lo que decía san Josemaria: estos tiempos tan malos son tiempos muy buenos, pues nos exigen santidad.
Son "pruebas" que el Señor aprovecha para purificarnos, para acrisolar nuestra Fe, para que vayamos a Él, convencidos de tener en Él nuestro Consuelo y nuestra Salvación.
Excelente y muy grato a Dios. Me apunto.
2. Estrictamente, nunca ha existido en la Iglesia hasta 1969 un rito nuevo, teniendo en cuenta el significado de la palabra Rito. Un poco de Historia es necesaria:
SI: Nuestro Señor Jesucristo realiza el Sacrificio de la Nueva Alianza eterna prefigurado y anunciado desde tantos siglos instituyendo la Eucaristía y el Sacerdocio.
SII: El acto y la acción del Divino Salvador se transmiten y aparecen los rasgos primitivos del Canon Romano. La Iglesia primitiva llama a la Misa Oblatio y Misterium Fidei como lo atestiguan la Didaché, la epístola de San Clemente, la de Bernabé; los escritos de San Ignacio, San Justino y San Irineo.
SIII: En Roma se empiezan a marcar las partes del canon Latino, se establecen los elementos dogmáticos de la Misa a través de encíclicas de los papas y en los concilios locales se establece un libro litúrgico en latín, conteniendo el canon para mantener la unidad de lo esencial cuando se celebre la Misa.
SIV: El emperador Constantino concede la paz y la libertad a la Iglesia dando la posibilidad de la celebración pública; en esta época ya encontramos cuatro ritos diversos: el de Antioquia, el de Alejandría, el rito Romano y el Galicano; pero todas las partes de la Misa se encuentran en cada rito desde el Siglo II. En esta época se le da el nombre de Misa. Aparecen las primeras sectas con sus herejías antiliturgicas como la Vigilancio y Arrianismo que negaban la divinidad de Cristo, comulgaban de pie y en la mano, disminuyendo por lo tanto los signos de orden y respeto a la Sagrada Eucaristía. No adoraban.
SV: A partir de este siglo surgió la tendencia a la unificación occidental sobre el modelo del Santo Canon, enteramente compuesto por las mismas palabras del Señor, de las tradiciones recibidas de los apóstoles y de las devotísimas instituciones de los santos pontífices; el rito Ambrosiano en Milán, la liturgia mozárabe de origen ibérico y las liturgias maronitas de Siria y Malacares que toman lo principal del Canon Romano (Cfr. Denzinger 942)
SVI: Se enriquece el Canon Romano y se perfecciona a través de oraciones para dar el impulso a la conversión del imperio; sobresale la doctrina esencial del rito del Sacrificio contenida en el Misal, que se resume en dos palabras: Transubstanciación y Sacrificio Propiciatorio.
SVII: San Gregorio Magno consolidó el tronco común del Ordo Misae denominado varios siglos más tarde de San Pío V. A partir de este Papa se considera el texto, el orden y la disposición de la Misa que él nos transmite como una tradición sagrada que remonta a los apóstoles y que no se debe reformar, salvo en detalles secundarios.
SVIII: La Misa para esta época es explícitamente el eje central para la evangelización de los pueblos.
SX: Hasta este siglo la presencia real de Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía ni se dudaba ni se discutía, tanto sacerdotes como laicos profesan la Fe con certeza clara de que después de la Consagración lo que hay en el altar es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El primero que osó negar esta verdad de fe fue Berengario de Tours que inició la herejía que afirma una mera presencia simbólica y no real en la Sagrada Eucaristía (Cfr. Dz. 355).
SXI: La expresión de los ritos de la Misa se enriquece con los cantos gregorianos, el órgano y una buena acústica en las catedrales góticas.
SXIII: Concilio de Letrán declara el dogma de fe que después de la consagración se convierten de modo sustancial en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
SXIV: Algunos sacerdotes colocan los cimientos de la revolución protestante al negar la presencia real de Cristo en la Eucaristía entre ellos Juan Wiclef, Lolardo Walter y Juan Huss, entre otros.
SXV: Con el renacimiento del paganismo surge el naturalismo que ataca las bases sobrenaturales de la Religión Católica incluido el sentido sacrificial de la Misa.
SXVI: Los herejes Martín Lutero, Ulrico Zwinglio, Juan Calvino y el rey de Inglaterra, Enrique VIII, buscan deformar el culto exterior de la Iglesia centrando sus esfuerzos destructivos sobre tres puntos esenciales:
-Negación del carácter de sacrificio propiciatorio de la Misa, quedando sólo en una especie de asamblea comunitaria sin consagración que sería un simple memorial de la cena pascual
-Negación de la transubstanciación. Dicen que Cristo solo está presente de manera espiritual en medio de la asamblea que se reúne en su nombre. La Eucaristía es sólo un símbolo a ser reconocido por la fe de los que asisten, por eso la toman con la mano y se reparte vino a los asistentes.
-Negación del Sacramento del Orden Sacerdotal, que es reemplazado por el sacerdocio colectivo de los fieles presidido por un pastor de la asamblea.
3. Frente a estas herejías el Espíritu Santo suscitó la acción del Concilio de Trento y de San Pío V para canonizar el orden litúrgico y así establecer una barrera sólida contra la herejía. Fruto de este celo apostólico son los cánones sobre la Misa y la bula Quo Primum Tempore que garantiza el derecho a perpetuidad, sin que nadie pueda legítimamente impedirlo, a cualquier sacerdote hasta el fin del mundo, que quiera celebrar como el rito que hoy se conoce con el rito de San Pío V (Cfr. Dz 942).
Me lo creo sin ningún esfuerzo. Amén.
Algunos parece que tienen una gran soberbia al considerarse conocedores de la auténtica iglesia despreciando la historia de 2000 años.
Ofrece toda esa pena tuya x la Iglesia: hazte un Crucifijo con Cristo. Todo esto pasará, porque el Señor es Dios Triunfador: Christus vincit!
Mientras tanto, los que preferimos la Misa Tridentina tendremos que ir a los oficios de la Fraternidad, si es que no tenemos la suerte de vivir o estar cerca de diócesis en las que sus obispos la permitan. Para estos las cosas no cambiarán, y si cambian para mal, siempre tendrán la alternativa de la Fraternidad.
Y bueno, a las luces del mundo podemos darles con una gomera.
Muchos fieles zombizados con el mundo. Sumado a esta jerarquía es cartón lleno.
Pasan y se las deja pasar. El mundo echa tentáculos por todas partes.
A destacar :
" Porque este es el retrato y la definición, no solo de lo que pasaba por aquel entonces, ni de lo que había ya pasado en tiempos de Jeremías, sino de lo que está pasando hoy/ahora en España "
"¡sé católico para que no tengas ni Misa, ni sacramentos, y no te malacostumbres, chaval!
"La primera: romper con la Tradición, que, junto con las Sagradas Escrituras componen las Fuentes de la Revelación. Estas son interpretadas a través de los siglos por el Magisterio auténtico. Y todo eso junto, ha ido conformando el Depósito de la Fe: la Fe de la Iglesia y de sus hijos, generación tras generación. ¡Ahi es nada!"
"Pero esto es cargarse los pilares de la Iglesia Católica. Como AL se carga todos los Sacramentos."
"Si no rezamos por la Iglesia, urgente e insistentemente, es que no somos dignos de Ella. Ni de Él."
Dios le bendiga, voy a rezar ahora mismo al Señor para que le siga inspirando. Yo estoy angustiado y desesperado, sus palabras me confortan mucho. Un abrazo fuerte.
El Señor es Dios de Paz, de la única y, por tanto, verdadera Paz que solo Él puede darnos, porque solo en Él está. Son tiempos para no querer tener más agarradero, aquí abajo, que a Él y a su Madre, Madre nuestra.
Christus vincit! Y a no tardar.
Muchísimas gracias por tu oración, que necesito.
Esto me estimula a rezaré más por la Iglesia. La oración a San Miguel Arcángel al finalizar la?Santa Misa....hay que rezarla todos!!!!!
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.
Sancte Michael Archangele, defende nos in proelio, contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus, supplices deprecamur: tuque, Princeps militiae coelestis, Satanam aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo, divina virtute, in infernum detrude. Amen.
¡¡¡Se me están acabando las fuerzas!!!
Doy gracias a Dios por la gran labor que hace usted con los que están como yo: "desconsolados"....
"Mi auxilio es el Nombre del Señor, que hizo el Cielo y la Tierra". El Señor sabe que, y nosotros en Él, que todo es para bien de los que le aman: porque Él nos ha amado primero. Y no deja de amarnos nunca, jamás.
Ve a Él. Y a su Madre. Son nuestra Fortaleza, nuestra Esperanza, nuestro Amor. Y no te salgas de ahí.
Así lo haré Padre José Luis: GRACIAS!!!
"Mi auxilio es el Nombre del Señor, que hizo el Cielo y la Tierra". El Señor sabe que, y nosotros en Él, que todo es para bien de los que le aman: porque Él nos ha amado primero. Y no deja de amarnos nunca, jamás.
Ve a Él. Y a su Madre. Son nuestra Fortaleza, nuestra Esperanza, nuestro Amor. Y no te salgas de ahí.
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