¿Complot? ¿Acaso hay grabadoras?
Acabo de leer a un entendido en cuestiones de la Iglesia -al menos eso creía yo, aunque últimamente no lo estoy teniendo tan claro- que se ha hecho eco, ni más ni menos, que de una rajada -una más- del “famosísimo” p. Sosa que, si no lo es, está haciendo méritos para serlo, con máster incluido y pedigrí acreditado; rajada a la que da la misma credibilidad que si de la mismísima burra de Balaam se tratara.
La “rajada” no se refiere a su negación de la existencia real del Demonio, convertido por el famoso p., del que he perdido el nombre, en mero “símbolo": o sea, como la estatua del “ángel caído” en el parque del Retiro, en Madrid. Tema en el que, por cierto, se muestra reincidente y/o contumaz: se ve que no le han llegado en buen estado las “grabaciones” con las palabras y las acciones de Jesucristo que lo acreditan; y, al faltarle este punto de apoyo, como demostración evidente y palpable, se niega a dar crédito a lo que ha podido leer -en los Evangelios, por ejemplo-, en algún momento de su vida.
No. El tal entendido en cuestiones de la Iglesia -vaya por delante que pienso que lo hace de corazón y con absoluta buena fe-, se queda con esta otra rajada del mismo p., cuyo nombre he olvidado: “Hay personas, dentro y fuera de la Iglesia que desean que Francisco renuncie, pero él no lo hará. Creo que la estrategia final de estos sectores no es tanto forzar al papa Francisco a renunciar, cuanto afectar a la elección del próximo pontífice, creando las condiciones para que el siguiente Papa no continue profundizando el camino que Francisco ha indicado y emprendido en su lugar". Lo que digo: ¡la mula!
La interpretación que hace el entendido es dar absoluta credibilidad a esta tirada de la moto de este acreditadísimo “oráculo eclesial": de la “Nueva Iglesia", por supuesto. Y quizá también del Papa actual, que todo podría ser, dada la calidad de los personajes entrecruzados: “Dios los cría…".
Como debe saber que “una golodrina no hace verano", el entendido -y crédulo, por añadidura- dice que se apoya también en el vaticanista A. Everigh, autor del libro “Pastor herido, el papa Francisco y su lucha por convertir a la Iglesia católica”. Les adelanto que, leído el título, significativo por demás, pueden prescindir del libro perfectamente, y sin remordimiento alguno de conciencia.
Tampoco le ha faltado un canto al Vaticano II, “en cuyo empeño está Francisco", a la vez que aleja las voces -y las “ganas", da la impresión- de un Vaticano III.
Pero sí acierta de pleno -el entendido- en denunciar, aunque sea por lo bajini, que el debate sobre el CV II “por primera vez, está afectando -y cito textualmente- a la relación entre Papado e Iglesia, a la forma de ejercer el ministerio de Pedro y su incidencia en el cuerpo eclesial”.
Aquí, sí. No podría haberlo dicho mejor. Solo que con una carga contraria a la que le da el entendido. Por tanto, y con su permiso, voy a comentar todo esto, pues me parece relevante no, ¡lo siguiente!
La progrez, por lo civil o por lo eclesial, siempre funciona igual: acusa -son muy acusadores estos sujetos-, a los demás de todos los desaguisados de los que hacen gala, pues son los protagonistas; porque la progrez, civil o eclesial, tiene “bula” -autootorgada, por supuesto: ¡buenos son ellos!- para convertir en “santo” todo lo que dicen y tocan: así nos va a los demás que, con estos y si nos metemos en sus rollos cual palomas de la paz, perdemos siempre y sin excepción. A las pruebas me remito: el entendido, sin ir más lejos, es una víctima más.
Porque, vamos a ver, alma de cántaro: ¿el p. este -siento no acordarme del nombre y/o del apellido- tiene alguna credibilidad? ¿Ha acreditado alguna vez su eclesialidad? ¿Ha hecho honor a su sacerdocio, a su carisma y a su cargo actual y anteriores? ¿Necesita decir más burradas para confirmar lo que digo? ¿Entonces?
Por esto, los buenistas, que tanto pululan por la Iglesia Católica -¡como setas en una buena “primavera", como les gusta hablar y señalar desde la elección y primeras palabras del Papa actual- han formado una tremenda pinza -de película de terror no apta para espíritus sensibles-, con los de la “secta de la cizaña", o sea, con la progrez eclesial, para arrasar con la Iglesia de Jesucristo; y, de este modo, implantar la “Nueva Iglesia", de infeliz advenimiento.
Ya sé que los bienistas no quieren esto, sino lo contrario; pero se equivocan -su buenismo les obceca y ciega- en los medios; y, aunque no lo quieran, se pasan al enemigo: son sus aliados sí o sí. Que ya es triste. O a mí me lo parece, sinceramente.
No se acuerdan de aquellas palabras de Jesús donde no solo les da a los malos con aquello de que “los hijos de las tinieblas son más listos que los hijos de la luz”. De paso y directa e intencionadamente les está dando a los que hoy bien se pueden catalogar de “buenistas".
Con su rajada, el tal p. pretende poner a los demás la venda antes de la herida. Acusa al resto, que no tenemos ningunas ganas de contubernios -sino de Verdad, de Bien, de Luz, de Dios, de Gracia y de Espiritualidad, de Salvación, de Cristo y de su Iglesia- de tener la intención de hacer lo que ya hicieron ellos: también es casualidad que haya muerto hace unos pocos días, precisamente, uno de los protagonistas del complot, real, de Suiza para que saliese Francisco y para que saliese: ¡Y salió! Dicho PUBLICAMENTE por alguno de los protagonistas.
Con su rajada, el tal prepósito, busca presentar al Papa actual como mártir en vida: un “perseguido” por su “hacer” eclesial -rompemoldes, por supuesto: como si eso fuese legítimo simplemente por rompedor-, un auténtico “mártir": solo le falta que alguien suelte la Face de que está haciendo “milagros en vida” -pronto se dirá, si no se ha dicho ya- para tener un auténtico SANTO. Al nivel, eso sí, de alguno de los que ha elevado a los altares este Papa, desprestigiando a la Iglesia y al Magisterio a niveles inconcebibles hasta que llegó él: no del frío, sino de la Patagonia, más o menos.
El tal p. este, ha pretendido “blindar” con su rajada el decir y el hacer del Papa actual para quitarle todas las ganas de dar marcha atrás al que venga después, si es el Papa que debe ser: porque se le pondría meter en el cuerpo el respeto humano de quedar expuesto a esta acusación de este p. y a los que piensan como él. Y ante los buenistas que solo verían que el p. este “tenía razón", y lo dirían, claro.
Tiene toda la razón el entendido buenista del artículo: desde que ha llegado este Papa la relación entre Papado e Iglesia se ha deteriorado, como no podía ser de otra manera. Pero, ¿de quién es la culpa? ¿Quién ha montado, a conciencia, el lío que hay montado? ¿Cómo no va a afectar el modo de ejercer el ministerio petrino de este Papa en el cuerpo eclesial? ¡Claro que lo está afectando: no podía ser de otra manera! Pero, vuelvo a preguntarle al entendido: ¿de quién es la culpa? ¿Hay que cegarse a las evidencias antes que reconocer la realidad, al precio, claro -no hay que olvidarlo-, de ser parte de la pinza destructora de la Iglesia?
Menos mal que el Espíritu Santo es real, y ejerce. Ejerce hasta el punto de poder hacer de los males bienes, y de los grandes males, grandes bienes. Pero le cuesta “Sangre": gracias especialente a la progrez pseudoeclesial y al buenismo pseudoeclesial: porque eclesiales no los son, aunque están en la Iglesia.
Vamos a seguri rezando. Cada vez hace más falta.
20 comentarios
hay algunos que no aman al Papa.
Muy cierto q algunos no aman al Papa; el problema hoy es discernir donde s ubican; xq ni los d la progrez ni los buenistas le aman. La prueba? Ninguno d los dos segmentos dirá nunca q "va desnudo", cuando va en cueros realmente. Los hijos d Noé aman a su padre xq l cubren cuando ven q "va desnudo".
Saludos cordiales.
Lo q a tí t parece imposible -cosa q no m extraña-, se lo ha parecido a la Iglesia desde el segundo uno de su andadura.
Con todo el respeto que le debo a su sagrada investidura, le ruego reflexione sobre la descripción que hace de nuestro Papa, legítimo sucesor de Pedro. Si usted considera con recto juicio y amor a la verdad, que el Santo Padre no actúa como debería, nada le impide decirlo, pero hágalo, se lo ruego por las Llagas de Nuestro Señor, con sumo respeto, sin ironías, ni humoradas. Y mucho menos deberíamos, si me lo permite, juzgar su grado de santidad, que es lo mismo que juzgar el interior de las conciencias. Juzguemos los actos objetivos, y condenemos el error, no a las personas, que no tenemos autoridad alguna para hacerlo. Hay límites que no deben ser cruzados. De puro ardor por defender la verdad, podemos acercarnos peligrosamente a la cornisa de los librepensadores, y terminar así,pareciéndonos más al mordaz Voltaire, que al humilde Santo Padre Pío, a quién le repugnaba que hablaran mal de un consagrado frente a él, aun con pruebas de su mala conducta.
Por favor, le ruego me disculpe a mi mismo, si he faltado en algo a la caridad al decirle esto, pero siento un gran dolor si no lo hago.
Ruego su bendición.
T comprendo, Oscar Alejandro. Y, por supuesto, tienes mi bendición, q no es mía: viene de un sacerdote q no tiene nada suyo excepto su sacerdocio.
Saludos cordiales.
Es tal como tu dices.
Padre José:
Gracias de corazón!
Ante su comentario extremadamente respetuoso, me permitiré contestarle algunas cosas con el permiso de d. José Luis.
En primer lugar, permítame decirle que lo de legítimo sucesor de Pedro está, por decirlo suavemente, en proceso de discernimiento. De todos es sabido que por confesión propia y voluntaria de alguno de los protagonistas, se produjeron ciertas maniobras que invalidarían la elección de Francisco.
En segundo lugar, también es de todos sabido que ha habido varías llamadas de atención (dubias, cartas filiales, etc) de gente muy cualificada (Cardenales, teólogos de prestigio, etc) al Santo Padre a las que no se ha dignado siquiera contestar ni recibir a los interesados. A la vez que recibía con una gran sonrisa a gente como la Bonaffini, las obispas luteranas, etc.
En tercer lugar, también es de dominio público el modo de agradecer las disidencias de su Santidad: destituciones fulminantes, arrestos domiciliarios (Livieres y otros).
En cuarto lugar, por supuesto que no podemos juzgar su grado de santidad. Eso solo le corresponde a Dios. Pero la santidad se percibe de alguna manera en las personas que lo son. Hasta por el olor que desprenden. Por supuesto, por las obras y palabras. Y mire por donde, somos muchos los católicos que no es que dudemos de su santidad. Dudamos seriamente de su catolicidad y de su futura salvación.
En quinto lugar, por supuesto que se puede y se debe corregir al Papa. No sería la primera ni la segunda vez que se hace. Pero este papa no recibe de buen grado ninguna corrección, aunque proceda del colegio cardenalicio. Hasta el presente las ha recibido de la peor forma posible.
Y por último, espero que su correctisimo comentario proceda de un particular y no de un encargo para tender una trampa saducea al autor de este artículo.
En la comunicación a través de estos canales en donde todos aportamos nuestro pensamiento y entablamos diálogos no presenciales, a veces se nos priva de conocer lo más valioso del otro. Podemos percibir, a través de las opiniones, alguno que otro rasgo, pero no conocernos realmente. Por eso con su permiso voy a compartir algo más de mis datos: Tengo 52 años, recientemente jubilado tras treinta años de docencia en escuelas carcelarias, de educación especial y de educación secundaria. Muy felizmente casado, tengo la bendición de cinco hijos varones y cuatro mujeres. Vivo desde siempre en San Juan, una humilde provincia de Argentina. Mi nombre completo es el que figura (No me atrae usar seudónimos ni iniciales). Mi comentario fue sincero y propio. Y no, nadie me encomienda nada. Y sabe solo Dios, que nunca me atrevería a ni siquiera hablar mal de un sacerdote.
Creo que a todos nos afecta toda esta desorientación y esta abundancia de males y escándalos en nuestra Iglesia. Sufrimos dolor, nervios, enojos e indignación. Solo digo que este justo celo e ira sea controlado por la caridad. Porque sino, sigue sumando satanás. Amamos seguramente todos a nuestra Iglesia y nos terminamos atacando unos a otros.
Creo en su sinceridad y en que, lo que dice, lo dice simplemente porque usted lo cree. Me atrevo a pedirle para mi, lo mismo. Es el principio del respeto y entendimiento.
Si se anima, lo invito a contarme algo de Usted.
Un saludo en Cristo, Nuestro Señor.
Recibido. Acepte mis disculpas si en algo se ha sentido ofendido. No era mi intención. Pero, a estas alturas de la vida, uno, que también ha sido profesor aquí en la Madre Patria, ha visto ya de todo. Un saludo cordial.
de ningún modo ofendido!
Dios lo bendiga.
Muchísimas gracias por tus palabras de apoyo. Reza por mí, que lo necesito.
Pero es que es tan grande el cambio, que aunque nos aseguraban en los años setenta ... que nada había cambiado, hoy vemos con mucha tristeza que casi todo nos lo han cambiado.
Mucho tenemos que Orar... orar por La Santidad de la Iglesia que no se vea menoscabada, sino que reluzca en medio de tanta tormenta. Orar y asirnos de todo lo sagrado, de Nuestra Señora madre de la iglesia, de San José su Patrono y Custodio, de San Miguel Arcángel para que nos asistan en nuestros días... por venir. Oremos unos por otros... Estamos ciertamente muy tristes!. Gracias por hablarnos claro! Oremos, oremos, oremos mucho!
Ya espero con dolor... que no pueda asistir a los Templos!... casi no espero la Verdad de labios de quienes han callado ante tanto dolor de Benedicto XVI... y ahora, qué nos van a dar y decir?
Creo, como usted, que todas las furias demoníacas trabajan en el misterio de iniquidad por destruir la Iglesia con operarios desde afuera, pero también muy claramente, desde dentro mismo de ella.
Y creo que es una gran bendición contar con santos sacerdotes como el Padre José Luis y el Padre Javier, que nos guían, confortan y alientan. Ojalá tuviéramos más sacerdotes con su celo, sacrificio y sabiduría.
No he pretendido realizar una crítica, porque no poseo autoridad moral para hacerla, sino solo un pedido. Si no he sabido expresarme bien, deseo así aclararlo.
Estoy de acuerdo también, en que no se puede ser neutral; pero es que nunca, absolutamente jamás, y aún intentándolo, he podido serlo.
También creo que deberemos estar muy atentos al devenir de los próximos acontecimientos y "a los brotes de las higueras".
Cuente con mi amistad y mis respetos.
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