"Un confesionalismo lleno de prejuicios" (CEE)
Como viene siendo habitual en los últimos años -excepto en las etapas Rouco, todo hay que decirlo-, la CEE pretende expresarse con un lenguaje que, amén de initeligible en sí mismo -con una mezcla de lugares comunes, de acusaciones infundadas, de generalidades sin nombres y demostraciones dadas por supuesto-, va, y la lía aún más. Por si no estuviesen las cosas suficientemente liadas ya.
Es lo que tiene el lenguaje y la visión de los “entendidos", a expensas y sueldo de los señores obispos. Y es una “tentación” en la que caer está como obligado: ¡es tan fácil! Pero el problema está servido, y surge, inmediato, para los obispos porque son éstos, con su firma, los que asumen lo escrito por sus “peritos"; en consecuencia, los “expertos” se curan en salud y toda la responsabilidad se la llevan sus señores. Y así les va, a éstos.
En el “Mensaje” que se han marcado desde la CEE para la recientemente finalizada “Semana de oración por la Unidad de los Cristianos” se despachan con lo siguiente: “La Iglesia admite un confesionalismo lleno de prejuicios que niega identidad cristiana a los bautizados de otras confesiones". Y se queda tan pancha.
Pero yo, la verdad, no. Este tipo de cosas no las puedo sufrir en silencio. Lo siento. Y por eso le voy a entrar al “Mensaje"; que es infumable, e indigno -en mi opinión, aunque no vaya de “perito"- de unos miembros de la Jerarquía Católica que tratan a patadas a su Santa Madre la Iglesia.
Después del CV II se puso de moda, en algunos cenáculos -pocos, cerrados, y desnortados: de gentes que ya se sabían “sin madre” porque la habían repudiado hacía bastante tiempo-, poner verde a la Iglesia: se sentían cuasi obligados a echar paletadas de porquería sobre sus espaldas de Madre Santa. Y esto es lo que ha reverdecido tras el binomio san Juan Pablo II - Benedicto XVI. Y ha reverdecido, gracias y por “virtud” de lo que se está sembrando -y dejando sembrar- desde el mismo Vaticano, desde hace unos añitos ya, casi cinco o así. Y es lo que se recoge: lo que se siembra. El “espectáculo” de Chile -por citar lo últimísimo- es una buena muestra de lo que digo. Y la desaparición aceleradísima de la Iglesia Católica en toda hispanoamérica no es una anécdota precisamente.
Estas gentes -peritos y demás, con mando en plaza o sin él- en una copia seguidista y acrítica del lenguaje de los salvapatrias mundanos del mundillo político, siempre hablan en nombre de “la Iglesia", como los políticos en nombre “del pueblo"; con alguna consecuencia sobreañadida pero inseparable: criticarles a ellos -sus desmanes, sus rapiñas, sus crueldades, su corrupción- es despreciar y perseguir “al pueblo"; y no creerles -no seguirles a ellos- es despreciar al pueblo “soberano". Salvapatrias en estado puro.
Del mismo modo, y dentro de la propia Iglesia, no dudan en afirmar que “la Iglesia admite…". “Toda", sin resquicio alguno; que no sé dónde lo admite, ni sé de dónde se lo sacan, sinceramente. Pero lo dicen tal cual. No dicen, por ejemplo -que eso sí que está más que dicho y escrito-, que lo de Lutero es un cúmulo de herejías. Y, por cierto: a mi no me han preguntado, luego ya no puede ser TODA la Iglesia: al menos falto yo. Y puede que otros muchos más, también. Como no toda la Iglesia ha tragado con la AL tal cual…, y ¡a callar que son cuatro días, y hay que comer!
“Admite". Esa es otra: la Iglesia Católica -que además de UNA, es también SANTA- es la que “debe admitir” y “reconocer” sus pecados: que ni los tiene ni los puede tener, por definición. Y no los tiene porque ¡todos los pecados los cometemos las personas que formamos la Iglesia en un momento dado! También Lutero. Y los sarasas, por ejemplo, si son católicos: que alguno hay, aunque no todos, ni mucho menos. Y los corruptos también, si son católicos, claro. Y así sucesivamente.
“Confesionalismo": otra acusación gratuita por mentirosa, desde la primera letra hasta la última. “Confesar la Fe", y propagarla, y defenderla, y enriquecerla…, no tiene nada de “confesionalismo". Como el patriotismo no tiene nada que ver con el nacionalismo, por poner un ejemplo. Éstos salvaalmas por salva-Iglesia, a Creer, a manejarse con y desde la Fe Católica, lo tildan ahora de “confesionalismo". Es un intento más de vaciar de contenido todo lo construido en el ámbito doctrinal y teológico dentro de la Iglesia. Y así, sostener que “lo que es pecado sigue siendo pecado", o que “no se puede acceder a la Comunión Sacramental en pecado grave", le llaman “rigorismo” o “no-misericordioso". Vamos: no cristiano. De pasar a llamarla “superstición” va un paso muy cortito, que ya se ha dado también.
“…lleno de prejuicios": hay que decirlo para remarcar que ese “confesionalismo” MALO viene de los prejuicios: no de un discernimiento justo y conforme a razón y Fe, sino de juicios MALOS, injustos, no-cristianos nuevamente. Y eso, nada más ni nada menos que la misma Iglesia Católica -TODA-, que está resultando la verdaderamente MALA de toda la película.
Lo que, para éstos, es perfectamente coherente: si Lutero es “medicina para la Iglesia", si Lutero es “testigo del Evangelio", ¿quién queda como la super-mala en todo el tinglado? Blanco y en botella. Y lo firman y, por tanto, luego lo asumen los obispos -los que les toca- quizá sin haberlo leído, o estando conforme con lo leído; y los demás… callan. ¿Es que están de acuerdo? No lo creo. Pero, así como unos cuantos saltaron con lo de sus coleguillas que se echaron al monte “catalanista” -no hace mucho de eso-, ahora y hasta el momento, no he leído nada al respecto. Si lo ha habido, envaino. Y pido públicamente perdón.
“Que niega identidad cristiana a los bautizados de otras confesiones". Falso de toda falsedad: la Iglesia siempre ha admitido el Bautismo válido -auténtico Bautismo- de aquellas confesiones cristianas que lo practican. Los sucedáneos, no, claro. Y esto, que seguro lo sabían -deberían, al menos-, los mismos “peritos", los “entendidos"…, se lo han escamoteados a sus señoritos. Y éstos han tragado hasta la bola. Y han firmado y publicado.
Salen más cosas en el Mensaje, pero, para qué más. A mi, con lo dicho, me basta y me sobra. Eso sí: a estos señores de la CEE -obispos, o no- no se les podrá acusar de nada de “confesionalismo". El “problema” -para ellos: es su conciencia- es a qué precio lo van a conseguir.
13 comentarios
Saludos cordiales.
Un buen mensaje de unidad con los cristianos no debe de incluir agresiones a la Iglesia.
Para ser mas precisa.. en conversaciones y dialogos con protestantes me he encontrado que los pobre nunca han conversado con Dios en toda su vida.. que no han bautizado a la siguiente generacion...que no conocen las escrituras... y esto se lo debemos a Lutero.
Es una gran tristeza que un hijo de Dios no haya jamas conversado con su Padre Dios..
ESta es la generacion que es protestante
El otro día, (por poner un ejemplo, porque en realidad he escuchado cosas similares en muchas misas de distintas parroquias), en relación con el octavario por la unidad de los cristianos, en las preces, se pidió porque "nos uniéramos en Cristo". y digo yo, si somos cristianos, ya estaremos unidos en Cristo. ¿No sería más cristiano, y sobre todo más católico, si es que nos creemos lo del catolicismo, claro, que pidiéramos por la unidad en la única, verdadera y santa Iglesia Católica, única fundada por Nuestro Señor Jesucristo? Es decir; en definitiva, pedir por la CONVERSIÓN.
Y así están de perplejos los pobres conversos de denominaciones protestantes, musulmanes, etc...Lo dicho Qué lástima¡
Además de ofender a la Madre, mienten.
Los Obispos se han quitado las mitras y se han bajado los pantalones.
De terror.
Que Dios le Bendiga, Padre y nos lo conserve para que nos siga iluminando.
Muchas gracias, Alberto, por tus palabras.
Los suyos, señores míos. Los suyos.
Muchas gracias, Eusebio. Lo leeré con gusto y atención.
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