La demolición..., sillar a sillar
Ya sé que lo que yo escriba no va a surtir ningún efecto práctico, y menos en sentido vertical o sea hacia arriba. Pero la verdad es que no escribo hacia la cúpula, sino precisamente hacia abajo: hacia la gente normal y corriente: católicos que se sienten desconcertados, desamparados, dubitativos, inquietos, descorazonados e incluso perseguidos…
Y no es para menos, porque las cosas están mal, y van a peor; a mucho peor, porque nadie con la autoridad necesaria va a entrarle a toda esta locura. La última -de momento: dentro de media hora puede salir otra, también sonada; de las que no suenan ni nos enteramos, pero también existen, a manta-, la del Secretario de la Conferencia Episcopal Italiana, de apellido Galantino, colocado a dedo por el Sumo Pontífice: otro “gallo” que le sale rana… y ya he perdido la cuenta. No tiene suerte en esto de nombrar, la verdad.
A este sinsorgo eclesial sólo se le ha ocurrido decir que lo de Lutero “fue un acontecimiento del Espíritu Santo"; lógicamente, después de semejante majadería, no tenía más remedio que colocar al personaje como “un testigo de la Fe” y “un renovador del anuncio evangélico". O al revés: para colocarlo ahí tenía que traer a colación ni más ni menos que al mismísimo Espíritu Santo: si no, no colaba.
Ahora en la Iglesia Católica le va a tocar el turno a la “Humanae vitae", la encíclica del beato papa Pablo VI, que se enfrentó a toda una “praxis” doctrinal y pastoral que estaba obsoleta y necesitaba una puesta al día: era insostenible, máxime teniendo en cuenta que ya se estaban infiltrando unas prácticas inasumibles por la Iglesia -inmorales- y se estaban inquietando y envenenando conciencias. Con la HV el Santo Padre reafirmó el amor conyugal verdadero -abierto a la vida- como el fundamento antropológico del matrimonio y, en consecuencia y por lo mismo, poniendo la calidad de ese amor -del amor conyugal- como el fundamento de todo el orden moral del mismo matrimonio, y de la familia que éste funda.
A la vez, mantuvo contra viento y marea que lo que era pecado, seguía siendo pecado, y no podía dejar de serlo: todo lo que contribuía voluntariamente a romper el aspecto unitivo y procreador del amor marital era inadmisible por la Iglesia, poque era inadmisible -en católico- para las conciencias de los cónyuges. Los cónyuges, para los que el amor conyugal es su vocación específica dentro de la Iglesia, no podían convertirse en “cómplices” al romper dichos aspectos que son inseparables en/por la misma naturaleza. Tan inseparables que, cuando se cercenan voluntariamente, precisamente eso es lo que distingue el amor conyugal de lo que no lo es ni lo puede ser; se convertiría en un “sexo mercenario", aunque fuese entre marido y mujer.
Bueno, pues da la impresión de que se va a por esto.
No es de extrañar, visto lo visto -antes, durante, después- en los sínodos sobre la familia. Mucho menos cuando ya hay diócesis donde se está admitiendo como “normal” -"una situación que no podemos obviar, sino que hay que atender"- que un católic@ se divorcie y se reajunte con otr@; se admite además que eso engendra unos “deberes” -dando la espalda a los anteriores: ¡como si no existiesen, oigan! ¿Acaso han “prescrito"? ¿Dónde pone eso?- que “en conciencia” no es posible “romper” y, por tanto, hace imposible vivir las cosas según “el ideal” católico que enseñó y reafirmó -frente a los desvaríos de su época en este tema- el mismo Jesucristo, y ha sostenido siempre la Iglesia Católica.
Lógicamente -en esa “lógica alocada y salida de madre"-, en esos casos no se les puede exigir que confiesen -en “su” conciencia no hay ninguna “culpa moral"-, y se les debe admitir a la comunión sacramental…, que anhelan como ninguna otra cosa en el mundo (aquí y para mayor comprensión, antes del punto que cierra el párrafo hay que poner música celestial).
Todo falso de principio a fin. E inmoral. En las antípodas de lo católico. Y un suicidio para la misma Iglesia; que contribuirá, si Dios no lo remedia, al suicidio de la misma sociedad. De hecho, el erial demográfico -el “suicido demográfico", lo llaman algunos más seriamente- que se han montado las sociedades occidentales y que, en un neocolonialismo más cruel, inmoral y estéril que el anterior, han impuesto a los países más pobres como condición para recibir subvenciones y ayudas materiales -no han encontrado nada más miserablemente inhumano que impedirles tener hijos-, es consecuencia de la falta de firmeza que, en este tema y en los últimos años, ha demostrado la Iglesia Católica, con sus obispos al frente.
¿Cómo lo van a hacer? Seguramente lo sabremos bastante detalladamente si seguimos atentos al próximo gran evento irlandés que, promovido por la Iglesia Católica a nivel mundial -Dublín (2018)-, va a versar sobre la familia, con el lema “El amor es nuestra misión: la familia plenamente viva".
Sincera y dolorosamente me malicio lo peor. De hecho, ya le ha faltado tiempo a uno de los obispos irlandeses para lanzar una invitación a todas las parejitas gays -modelos de amor marital y de familia viva por abierta a la misma, para este buen señor obispo- que quieran asistir y dar su testimonio; que, visto lo visto y avisados estamos, pasará a tener un lugar provilegiado en el evento. Vamos, que van a matar el amor y la familia: dos pájaros de un tiro, y así nos sale todo más barato, y se acaba también antes…
A rezar mucho, mucho más. ¡Cuánto bien nos va a hacer a todos tanta oración! Porque el Señor nos lo va a pagar, y con creces, ya que es el mejor pagador: “el ciento por uno y la vida eterna".
Si encontráis a alguien que pague más, me lo decís, porfa.
21 comentarios
Bueno querido padre, lo de nombrar no es cuestión de suerte. Francisco sabe perfectamente a quién nombra y su finalidad. Todo lo tiene muy bien planificado. (Aunque pienso que lo que Vd. ha dicho es pura ironía).
Seamos claros, el personaje que vive en Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico como corresponde al sucesor de Pedro, sabemos muy quien es y hacia donde pretende llevarnos.
Pero Dios nuestro Señor intervendrá cuando lo considere oportuno. Mientras, hay que seguir rezando y luchando para que las iniquidades no vayan a más.
Antes de lo dicho por Galantino el galante secretario de los prelados italianos, ya Francisco había entronizado en el aula Pablo VI una imagen de cuerpo entero del laureado Lutero confeccionada de chocolate. Y le había propuesto como medicina para la Iglesia y proclamado modelo de reformador pese a su condición de hereje excomulgado o tal vez por eso. Además había asegurado que los santos son o fueron
grandes reformadores. A más reformadores, más santos.
¿De qué nos podemos extrañar con el galante Galantino si fue elegido e impuesto por Francisco como secretario de los prelados italianos?
A muchos les cuesta convencerse que estamos en pleno trasvase de Religión Católica única verdadera de la Iglesia de Jesucristo, a iglesia inclusiva interconfesional-interreligiosa. Es lo consecuente desde el cambio de Ecumenismo Católico a Ecumenismo Interconfesional en contra de la Encíclica Mortalium Animos de Pio XI.
Hay quien ni se cuerda cuándo sucedió. O no quiere acordarse cuándo y cómo. Obedecer a los hombres antes que a Dios parece ser la consigna.
Ud. nada. Siga así. Es el único asidero que nos queda. Estoy muy decepcionada, pues no encuentro a NADIE que esté espabilado de lo que ocurre, y si lo está, sufre en un silencio "impuesto" en aras a la obediencia al Papa.
Pero pienso, y no sé si estaré errada : ¿no deberemos dar cuentas a Dios por callar el error?, por no alertar a nuestros hermanos?.
Recemos. Es cierto lo que Ud dice: El Señor es buen pagador.
Muchas gracias x tus palabras. Hay que hablar xq en caso contrario y con palabras del mismo Jesús: "gritarían las piedras".
Los sínodos fueron lo que fueron, los mutu proprio sobre las nulidades lo mismo, y la Amoris Laeticia, su interpretación por los obispos argentinos (y muchos otros) recibió una carta de aprobación papal que, además, luego se publico en el Observatore y en la web del Vaticano.
Siempre hay que seguir. Siempre fieles..., a pesar de los pesares.
Que Dios te bendiga, frente a él de pié con la frente en alto y la cabeza erguida.
¡Que Dios nos ayude!
Pastores hay en las altas esferas vaticanas que en pocos, poquísimos años han perdido la mitad del rebaño, y como castigo le han ascendido y le han puesto a dirigir algún dicasterio. Eso...solo lo puede hacer un mercenario.
Me emociona tu piedad y tú bondad. Es cierto que el Espíritu Santo lleva a la Iglesia, pero es también verdad al mismo nivel, que cuenta con nosotros, porque no somos figuritas de escayola ni marionetas sin vida. Y daremos cuenta de nuestras acciones, pero también de nuestras omisiones. Y esto, todos, del Papa abajo.
Mientras unos parecen querer congraciarse con el lobby gay, los otros insisten en sus posturas autoritarias sin tener la más mínima autoridad. Y es que no puede uno llegar con cien años de antelación sin que se le acaben descubriendo las enaguas.
El papa Benedicto XVI antes o después nos abandonará y, a pesar de Francisco, las cosas se pondrán más difíciles porque ni los primeros ni los segundos darán su brazo a torcer. Los contemplativos tendrán, como siempre, la última palabra.
Nos haremos rezadores los que no lo somos mucho. Pero, madre mía... Lo que digo siempre, nos lo cuentan hace unos años y no lo creemos.
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