El buenismo irreal, o la irreal pastoral.
Acabo de leer lo que recoge -y resume- Sandro Magister del comentario y de la aplicación práctica que propone Agostino Vallini, cardenal vicario de Roma, para los fieles de su diócesis, que es la del Papa, respecto al cap. VIII de la AL; capítulo que es, por méritos propios, el capítulo de la discordia, de la perplegidad, del escándalo, de la ruptura, de la contradicción y de lo intraducible a la vida práctica de la Iglesia porque, directamente, la rompe en pedazos: en tantos como finas y finísimas “interpretaciones” se hagan de él.
Me refiero a lo que toca a los obispos, y en quienes estos deleguen, para ese complejo, buenista, largo -larguísimo´- en el tiempo y casi irreal “acompañamiento personal", vis a vis; todo en vistas a "un responsable discernimiento personal y pastoral", que ilumine y discierna “el grado de responsabilidad personal", el “peso de los condicionamientos y de las circunstancias atenuantes"; y para que sea posible, “dentro de una situación objetiva de pecado grave", pero que no lo sea subjetivamente, o que no lo sea de modo pleno, que se pueda discernir el camino de la ayuda de la Iglesia, hasta llegar, si es preciso y en su caso, a la recepción de los Sacramentos".
Todo ello, dejando siempre a salvo la distinción “caso por caso” -no hay dos casos iguales, sostiene con razón el cardenal-, manteniendo la doctrina de siempre sobre el matrimonio, “que el Papa no ha cambiado” (???), que no se dé un acceso indiscriminado a los Sacramentos -"como está sucediendo tantas veces", puntualiza-, y que no haya lugar a escándalos. Para todo ello pone el acento, como la AL, en el “fuero interno” de la persona, que está antes y muy por delante de la ley, de la disciplina y de la doctrina. Amén.
Pues por más vueltas que le doy -y perdonen ustedes mi cortedad- el cuadro que plantea el cardenal Vallini, no me cuadra en absoluto. Y me explico; o, al menos, lo intento.
En primer lugar, da la impresión de que lo del “acompañamiento personal” se lo acaban de inventar ahora; y resulta que “es más viejo que la tana": dicho popular español, equivalente a “más viejo que Matusalén", proverbial personaje bíblico, abulete como pocos, para señalar algo muy viejo, algo que viene de muy atrás. Pues este “novedoso descubrimiento" -estamos inventando la pólvora- se ha llamado siempre “dirección espiritual” y, en España, era una práctica muy común entre los fieles que buscaban algo más que ser “del montón".
Pero claro, venir ahora con el “acompañamiento personal", después de que se han vaciado los confesonarios, o se han tirado simplemente por el campanario; después de años y años con las consabidas “absoluciones colectivas"; después de décadas en las que se ha admitido a comulgar a todo el mundo sin ponerse nadie a confesar -¡qué atraso, y qué tontería a estas alturas!-; después de instalar esto en las conciencias de la gente…, ¿van a pretender que los que han cortado desde años con su vida cristiana, que se mantienen en una situación estable y objetiva de pecado grave “unidos” en coyunda pseudomarital, hagan lo que no han hecho nunca o así? ¿Que hagan lo que no se hace en tantísimos sitios?
Y en segundo lugar: ¿quién lo va a hacer? ¿Los obispos, que es a los que compromete Francisco en primer lugar para lo del “acompañamiento personal"? ¿Pero alguno ha hecho algo de esto alguna vez? ¿Se acordarán? ¿Y en quién van a delegar los obispos? ¿En los mismos sacerdotes que, con la venia o con la eugenia de sus Ordinarios propios, han instalado concienzudamente todo lo anterior en las vidas de sus ovejas? ¡Pero si son los mismos que las han destrozado, y por eso viven como viven!
En tercer lugar: ya pueden ir pensando los señores obispos en plantearse un nuevo “modelo” de quehacer obispal, y un nuevo “modelo” de sacerdotes. Van a tener que ir desempolvando aquellos arrumbados “guía para el confesor", o así, que periódicamente sacaban los buenos obispos para sus sacerdotes y para sus religiosos; y las “guía para pecadores", también muy útiles, y que han hecho tanto bien a los mismos sacerdotes, a las almas y a la Iglesia.
Y, por encima de todo, van a tener que rescatar un par de términos que ha sido proscritos, en general, en la Iglesia: “pecado", “pecador". Situaciones que solo se resuelven con la “gracia” y la “confesión". Eso decían tales libritos; y explicaban cómo manejarse, tanto desde el punto de vista y de misión del “confesor” como del “penitente": otros dos términos desaparecidos y no precisamente en combate; han desaparecido sin dar batalla alguna, haciendo mutis por el foro.
En cuarto lugar: todo este tinglado, ¿para qué? En diocesis como la de Teruel, por ejemplo, ¿cuántos divorciados y vueltos a arrejuntarse van a estar dispuestos a empezar un “proyecto” que, al menos en teoría y para abrir boca, debería llevar a la conversión plena, y desandar lo andado? ¿Uno o dos? Y en una diócesis como Madrid, ¿cien o doscientos?
¿Y todo a costa de sacudir las costuras de la misma Iglesia, exponer a comuniones sacrílegas, arrumbar el Código de Derecho Canónico, inventar la “nulidad exprés", proponer una praxis que no viven casi ninguno de los católicos autotitulados “practicantes"?
Por último: si el peso está en el “fuero interno", en la consideración subjetiva de su situación y de sus circunstancias, incluida la de “creerse” que lo suyo ha sido un matrimonio nulo, pero que no puede probarse ante tribunal eclesiástico competente, ¿a qué viene lo del “acompañamiento personal” para ayudar a discernir? ¿A discernir, qué? ¿En qué nivel? ¿Con qué resultados? Nadie aclara estas menudencias, que deben ser, seguramente, disquisiciones escolásticas.
Sandro Magister lo ve irrealizable. Yo lo veo irreal. Y cada uno es muy libre de verlo -en conciencia: fuero interno- como crea oportuno.
Amén.
9 comentarios
De Aberasturi:
Estás en tu derecho de pensar así. Otra cosa es que aciertes; o que veas cómo le pones patas a tu postura, y con qué riesgos.
Bendiciones de otro cura.
Que Dios y la Virgen lo guarden en la sana doctrina.
Hay que rezar mucho por la Iglesia. Y rogarle, con confianza y perseverancia, a la Santísima Virgen María para que la cubra con su manto.
El SEñor sabrá, sin duda, pero a lo mejor espera algo de parte de los obispos que no estén de acuerdo porque consideren que esto lleva a la destruccion de tres sacramentos. El Señor necesitará de algunos, me parece a mí.
Por más que miremos a otro lado, es mi opinión, el cisma está próximo pues la división es cada vez más clara en posturas inconciliables.
Y esta es otra, a quienes no pensamos como ellos nos tachan de hipócritas e inmisericordes.
Mire su ese que dejo a su conyuge, abandono un hogar y vakla a saber cuantos hijos, lo que en si ya un drama para aquella familia, - si ya la abandono, abandono su promesa, su voto de amor hasta que la.muerte lo separe, que se puede esperar. "El perro aunque cambie de dueña seguira suiendo perro", lo que es de Dios, pueden quitarle todo, hasta la mujer los hijos, los bienes todo, pero si tiene Fe y temor de Dios no renegara, no caera en el juego de satanas, jamas rechazara su amor siempre fiel.. y lo bendicira asi le paso a Job.
Dios no da un mandamieto para que el hombre /mujer no lo pueda cumplir y tenga uno que invetarce una exusa sin sustento, entonces todo seria una burla. La histori biblica seria un cuento, un simple ideal de caricaturas cartoon network..
Yo ya ni oro por estos que se ocupan de reproducir semejante error..no es que no pueda sino es que se burlan del espiritu santo.. al punto que esto para mi solo puede venir del fondo del mar para el abismo infinito..
Saludos Padre Jose Luis
Hoy mas que nunca creo que debemos imitar la tenacidad o tozudez de San Juan Bautista cuando le decía a Herodes cada vez que se lo encontraba: No te es lícito vivir con la mujer de tu hermano. Así con la misma tozudez los católicos debemos decir a nuestros pastores progres modernistas: No os es lícito dar de comulgar, en ningún caso ni bajo ninguna circunstancia, a los están en situación objetiva de adulterio. Aunque ello nos haga molestos a tales pastores e incluso aunque nos corten la cabeza como a San Juan Bautista. O somos o no somos.
Se podría escribir un libro titulado "Del aggiornamiento del Vaticano II al acompañamiento de la Amoris Laetitia. Historia de la decadencia actual de la Iglesia Católica."
Porque la otra solución , que podríamos llamar la solución N-AL , sería que los que poseemos fuero externo, o ni fuero , nos negáramos a la Comunión .Al fin , como afirma el Vicario , casi siempre se toma de forma irregular . Total , que si todos moros , ¿ para qué cristianos ?
Saludos cordiales.
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