¿Construir un mundo mejor?

¿Para esto se entrega uno al Señor? ¡Es esto el “seguimiento de Cristo"? ¿El horizonte de los hijos de Dios -desde Cristo mismo, el Hijo Unigénito del Padre, hasta el último recién bautizado- es “construir un mundo mejor"? ¿La finalidad de la Iglesia -su más preciada y esencial finalidad- es “construir un mundo mejor"; es decir, la única finalidad de la Iglesia es una finalidad INTRAMUNDANA?

¿Para esto fundó Jesúcristo su Iglesia? ¿El encargo del Señor a los Apóstoles después de su Resurrección gloriosa: Id por todo el mundo. Predicad el Evangelio. A quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retuviéreis, les quedan retenidos- significa primordial y exclusivamente “construir un mundo mejor"?

¿Acaso Jesús no nos previene contra este “deslizamiento” -interesado, buscado y promovido hoy desde el mismo interior de la Iglesia por pastores que, si acaso huelen a oveja es porque se han echado el spray adecuado-, contra el riesgo de, por estar en el mundo, volvernos mundanos? Y aún más demoledoras y más reveladoras son sus palabras -también de advertencia-: Guardaos bien de los falsos profetas, que se os acercan disfrazados de oveja, pero por dentro son lobos voraces. Por sus frutos los conoceréis. Y vaya si los estamos conociendo: con nombres, apellidos y también con sus carguitos.

¿No fue esta la acusación y la denuncia -clara, rotunda, incontestable desde la Fe- que, en los inicios de la  andadura terrena de la Iglesia de Cristo, hace san Pablo contra aquellos que “han salido", sí, de la Iglesia, pero “no eran” de la Iglesia?

Por no hablar de las palabras que dirige a los Gálatas: Me sorprende que hayáis abandonado tan pronto al que os llamó por la gracia de Cristo para seguir otro evangelio; aunque no es que haya otro, sino que hay algunos que os inquietan y quieren cambiar el Evangelio de Cristo. Pero aunque nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciásemos un evangelio diferente del que os hemos predicado, ¡sea anatema! Como os lo acabamos de decir, ahora os lo repito: si alguno os anuncia un evangelio diferente del que habéis recibido, ¡seaanatema!

Y no puede por menos que añadir, para rematar bien la faena y desenmascarar por dónde pueden venir los tiros -la tentación- de “inventar” otro evangelio y, por tanto, otra iglesia: ¿Busco ahora la aprobación de los hombres o la de Dios? ¿O es que pretendo agradar a los hombres? Si todavía pretendiera agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.

¿Por qué este lenguaje de san Pablo -directo, verdadero, con sabor de autenticidad: escrito con su vida antes que con su pluma- que puede parecer tan duro a los oídos de los que se han acostumbrado a las milongas buenistas? Lo explica él mismo sin ningún tapujo: Porque os hago saber, hermanos, que el Evangelio que yo os he anunciado no es algo humano; pues yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.

¿Hay algo que “interpretar” en todas estas citas para “salirse por la tangente"? “Listillos” siempre habrá. Hoy mismo leía a un sujeto que se descolgaba -una voz más. y son ya unas cuantas-  con la comunión a los católicos divorciados y reajuntados con otra por sus pistolas. ¿Su “argumentario"? ¡Cuánto sufren todos estos chicos y todas estas chicas sin poder comulgar…! ¡Pobrecitos ellos, y qué pena me dan! ¡Cómo se les va a negar la comunión, porfa! ¡No podemos ser tan duros! Si total, por darles ese gusto… tomar un poquito de pan…, ¡qué mal se hace a nadie, y qué contentos se van a poner!

Ya puestos, yo propongo -modestamente- algo mucho más “progresista” y “misericordioso": vamos a quitar ya de una vez todos los mandamientos, y vamos a decir claramente que ya no hay ningún pecado. Se quitan también los sacramentos -¿para qué sirven en estas condiciones?- menos el de la comunión, porque hay gente que sufre con sin eso, al precio, eso sí, de haberlo reducido a tomarse un pincho con los coleguis. Y nos dejamos de hacer sufrir a nadie. 

Ahora bien, si seguir a Cristo es “construir un mundo mejor", ¿alguien en su sano juicio puede creer que uno se va a hacer sacerdote para eso? ¿O religioso? ¿O monja de clausura? ¿O va a conformarse solo con la “legítima"?

Habría que ser tonto de remate, por decirlo suavemente. Pero a mí, desde luego, ahí y en esas no me habrían pillado. Si no es para salvar a las almas, ¡de qué!

15 comentarios

  
maria teresa Caridad Moragon
Cuanta razon tiene,solo nos hablan con palabras huecas que no significan nada,en la mayoria de homilias pasa lo mismo ,fraternidad ,mundo mejor ,solidaridad.Todo sandeces para no dar el mensaje de Cristo
Necesitamos buenos pastores .
GRACIAS PADRE
05/08/16 8:13 PM
  
paco
con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
05/08/16 8:44 PM
  
Juan Andrés
Se han olvidado: Buscad primero el reino de Dios y su justicia, lo demás vendrá por añadidura. El camino contrario no es posible...
05/08/16 9:18 PM
  
Ana
Gracias Padre!!
05/08/16 10:17 PM
  
Lorenzo Buendía
Esto de un mundo mejor, otro mundo es posible, cambiemos las cosas... Es lo que llevo oyendo en todas las misas a las que asisto por no haber otra. Hago un esfuerzo por no levantarme en la homilia y marcharme. Sé que el día que lo haga ya no volveré más.
05/08/16 11:56 PM
  
José Manuel
Enhorabuena, D. José Luis. Vuelve usted a estar totalmente certero en su diagnóstico. Nuestra Iglesia necesita más doctrina y menos buenismo. Le agradezco su valentía, porque en estos tiempos muchos son los que callan.
06/08/16 1:18 AM
  
Francisco Javier
Este articulo me ha gustado mucho ya que he sido uno de los comentaristas que ha criticado tanto esos llamados a "construir un mundo mejor" como si esa fuera la mision del cristianismo. ¿Donde quedan la conversion, la salvacion, la liberacion del pecado, la comunion con Dios? Un mundo mejor para muchos pasa por sacar la fe en Cristo, exterminarla, reducirla a pieza de museo como paso con los dioses paganos grecorromanos o egipcios.
06/08/16 1:56 AM
  
María Arratíbel
Queremos que Cristo reine... ¿O no?
Gracias, Padre, por sus valientes palabras.
06/08/16 8:09 AM
  
Juan Carlos Polavieja
¡Mas claro el agua! Gracias, padre.
06/08/16 8:47 AM
  
María
Ya sólo hablan de un mundo mejor, de solidaridad de acogimiento, pero vamos a ver a la puerta del supermercado suele haber unos pidiendo, ¿les voy acoger en mi casa?, ¿voy acoger en mi casa a unos señores que serán buenísimos y seguramente mejor que yo, pero que yo no les conozco que no sé como piensan y que encima tengo una hija ¿voy a meter la zorra en mi gallinero?. Conozco casos de gente que aquí decían que eran pobres y en sus países tenían casas.
06/08/16 2:02 PM
  
Fulgencio
Muy bien, padre. Aunque me temo que esos pastores seguirán igual.
06/08/16 2:30 PM
  
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
Excelente post, Padre, pero lamentablemente muy realista y doloroso. Hay que rezar mucho con confianza y perseverancia. Muchísimas gracias por su valentía para dar a cada cosa su nombre, Quiera Dios que su actitud sea contagiosa.

¡¡¡Que el Espíritu Santo lo siga iluminando!!!
06/08/16 4:53 PM
  
María Estela
El domingo pasado fui a misa y en los avisos parroquiales invitaron a los que estuvieran interesados en la nulidad de su matrimonio que acudieran a tal dirección. Me dió mucha tristeza
07/08/16 6:47 AM
  
hornero (Argentina)
Padre: coincido totalmente con lo dicho por usted. No obstante me permito recordar que la expresión "Por un Mundo Mejor" fue elegida por Pío XII para designar el movimiento que él organizó con la finalidad de sacar al mundo de su actual desbarajuste moral e intelectual y "reedificarlo desde sus fundamentos". Pío XII afirmó categóricamente que "es posible y se debe restablecer la armonía primitiva" perdida por el pecado original, y que "el fundamento de esta esperanza es Cristo, que sanó lo que el pecado había destruido" (Mens. de Navidad 1957, de Pascua 1958 y locuciones varias).
Ciertamente le mundo y los mundanos de la Iglesia pretenden mantener la expectativa favorable en el “progreso” de un mundo que cae de a pedazos. No es ésta la esperanza cristiana que nos anuncia María en sus actuales manifestaciones como ocurre en San Nicolás (Argentina) en la que se presenta como Aurora, en la que Jesús se manifiesta a Gladys y pide que se acepte la Misericordia que ofrece al mundo, y que Su Madre sea escuchada en la totalidad de sus mensajes. Aquí no podemos acallar las promesas de María de llevar pese a quien pese su plan de llamado a la conversión del mundo, plan que culminará con la derrota definitiva del demonio, contra quien Ella está combatiendo y a quien, nos dice, “ya he comenzado a vencerlo”. Este mundo nuevo que Ella nos anuncia despierta necesariamente nuestro ánimo, lo dispone a trabajar en este gran proyecto del Reino de Dios que crece cada día como el árbol de mostaza, que parece detenerse en invierno pero rebrota con nuevas fuerzas en verano.


07/08/16 6:14 PM
  
JUAN NADIE
El que tenga oidos que oiga...
08/08/16 9:55 AM

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