Compás de espera

Toca esperar. No queda otra. Acabó el Sínodo sobre “La vocación y misión de la Familia en la Igleisa y en el mundo"; se publicaron sus conclusiones; se han presentado al papa Francisco; y… a esperar. Porque mientras el Papa no diga “esta boca es mía", todo lo anterior se queda en nada: sin el Papa, por mucho Sínodo que haya intervenido, lo hablado y votado en él, es nada exactamente.

Esperar no significar no hacer nada. Al contrario: la espera ha de ser lo más activa posible por parte de todos los que sentimos la Iglesia como nuestra Casa. Porque nos sabemos sus hijos: hijos queridísimos de Dios en su Iglesia.

Lo contrario sería dejarles todo el campo a los enemigos de Dios, de la Iglesia y del hombre. Que están activísimos. Lo vimos en el pre-sínodo, con el “Instrumentum laboris"; lo hemos comprobado en la política de comunicación que se ha montado en su entorno -antes, durante y después, dominada y manejada descaradamente por el mundillo LGTBI-, y en su seno; se les ha visto el plumero en las supuestas conclusiones del pre-sinodo: el mismo plumero que ha dejado sin limpiar la “porquería” que ha pasado a las conclusiones definitivas; el “memento” cumbre del monsignore y su circunstancia catalana, manifestado al mundo a bombo y platillo, y que no ha supuesto más que una “notita” -algo así como un pellizco de monja mojigata, que creo que no quedan ya- por parte del Vaticano, lo que no deja de ser, como mínimo, sorprendente, por decirlo con misericordia.

Para seguir mordiendo donde duele, y ganar esta guerra, ya están saliendo “voces” -ahullidos, más bien- pretendiendo decirle al Papa lo que tiene que hacer con ese “material": aceptarlo tal cual porque no hacerlo así no se entendería por “esta sociedad, moderna y libre", y que tiene, por supuesto, ansias infinitas de Jesús: pero, claro, con las condiciones que ella -la sociedad, la gente- ponga. Y Jesucristo, y la Iglesia y el Papa: ¡a tragar! 

Y así están las cosas: a la espera. Una espera que, cuanto más se alargue, va a traer peores consecuencias. Y me explico.

Cuanto más tarde el Papa en posicionarse clara y definitivamente, y a la espera -o no- de eso, hay diócesis que, como ya están dando la Comunión a todo el mundo -incluidos divorciados y arrejuntados; gays, lesbis, trans y bis; católicos y no católicos; etc-, la espera les va a confirmar en lo que hacen; con el riesgo -real- de que otras diócesis, al ver lo que pasa y hacen estas, vayan contagiándose y acaben haciendo lo mismo.

Va a significar también, que el “desorden", institucional y práctico, a la hora de aceptar al matrimonio católico a las parejas de novios que lo soliciten va a seguir estando a lo que ha estado hasta ahora, con las consecuencias que vemos y padecemos: casados, hijos, solteros, familias, sociedad.

Va a ahondar, de inmediato, en el vaciamiento de tres Sacramentos: Confesión, Comunión y Matrimonio, que van a ser reducidos -si no lo están ya- a algo meramente simbólico, cuando no certificar, directamente, su defunción.

¿Qué podemos, y debemos hacer? Pues cualquier cosa que esté en las antípodas de callarnos. Hay que rezar: acudir al Dueño de la miés; al Rey de Reyes y Señor de los que dominan, a la Virgen, a San José, para que tengan piedad y misericordia de nosotros: y acabe el tiempo de la prueba, y que dura muchísimo ya.

Y hay que hablar. Hay que hacer llegar al Papa, a los Pastores todos, nuestras opiniones, nuestra fidelidad al Señor y a su Iglesia, nuestra Fe Católica, nuestra cercanía y cariño. Y hay que hacer llegar a los medios de comunicación exactamente lo mismo: que el campo no está a merced de los enemigos de Dios: sino que el mundo es nuestro, porque somos -así nos ha hecho Jesús-, luz del mundo y sal de la tierra.

8 comentarios

  
Rexjhs
Estoy de acuerdo con Ud. Padre. Ahora más que nunca toca rezar y ofrecer nuestras eucaristías para que el Espíritu Santo ilumine al Santo Padre Francisco y para que éste sea dócil a sus inspiraciones y nos confirme a todos en la sana doctrina y pastoral de siempre. María Santísima le ayude. Mientras más tarde, más confusión habrá.
24/11/15 11:42 AM
  
Andreu
Gracias por este artículo y toda la razón, está en nuestras manos, en nuestras oraciones.
24/11/15 3:34 PM
  
Eduardo Chafer
Pienso que es positivo no dejar de decir las evidencias que se siguen de la doctrina cristiiana
Por ejemplo ,Sandro Magister se hace eco de un certificado episcopal de buena conducta para que una persona en público adulterio pueda cometer un manifiesto sacrilegio.
Así se propone un documento eclesiástico en contra de la la enseñanza de Jesucristo.
En cambio, recientemente el Papa ha recordado que los confesores han de procurar dar siempre la absolución, pero hay casos en que no la pueden dar, y aún así deben procurar que el penitente vuelva.
24/11/15 4:50 PM
  
Loyolo
"Hay que rezar: acudir al Dueño de la miés; al Rey de Reyes y Señor de los que dominan, a la Virgen, a San José, para que tengan piedad y misericordia de nosotros: y acabe el tiempo de la prueba, y que dura muchísimo ya."
Qué es el tiempo de la prueba? Lo he oído varias veces pero nunca he encontrado nada sobre este tema. Si alguien me lo pudiera explicar o dar un enlace se lo agradecería. Un saludo
24/11/15 5:50 PM
  
Una
Y yo que creo que no va a hablar, si no dejar hacer a cada uno lo que crea o quiera en la nueva iglesia sinodal, con la autoproclamada conversión del papado.
25/11/15 12:01 AM
  
Una
Y sí, se están contagiando los sacerdotes de estas filosofías. Conozco un caso de un sacerdote que les ha dicho a una pareja que mantiene relaciones fuera del matrimonio, que hasta que su conciencia no les diga lo contrario... Según ellos, este mismo sacerdote hace 1 año, no les decía eso. Y hasta ellos están sorprendidos.
25/11/15 12:07 AM
  
aberasturi
Para Loyolo:
"Tiempo de prueba" es un término que se aplica, en el marco de la Iglesia, a los periodos duros, de controversia y turbación, que de tiempo en tiempo sacuden a las almas, desde fuera o desde dentro de la misma Iglesia. Por ejemplo: persecuciones y martirios, de ayer y de hoy; "terremotos" doctrinales" y "pastorales"; herejías; etc.
Está tomado de san Pablo, que nos escribe diciendo que "hemos de ser probados..., como se prueba el hierro en el crisol del fuego".
No creo que tenga un autor definido. Personalmente, se lo he oído a san Josemaría Escrivá. Pero otras muchas gentes lo usan.
Son tiempos en los que el Señor "nos pide más": más oración, más Fe, más Esperanza, más confianza en su Providencia. En definitiva: más santidad.
25/11/15 10:11 AM
  
rastri

De todos es sabido que la justicia, tanto lo es, cuanto eficiente y rápido es.

Y aquí el esperar que por lo injusto cuando se alarga no es fácil de aguantar sin desesperar.

¿Porqué pues el Papa nos tiene en este impasse?

¿Será porque incluso él no está convencido de lo que tantos dicen que debe aclarar?

Año Santo de misericordia sí: ¿mas para quién?
30/11/15 9:45 AM

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