Este no es exactamente un post, sino un conversatorio
Amigos,
Como muchos de vosotros, sigo con interés cada paso de la Jornada Mundial de la Juventud. Mi ángulo particular es la evangelización. Creo que pocas ocasiones tiene la Iglesia de enviar un mensaje tan vigoroso a tantas personas al mismo tiempo.
Ahora bien, acabo de leer el Discurso del Papa en el encuentro con representantes de otras religiones. Como todo lo de Benedicto, brillante; original en muchos puntos pero siempre en continuidad con nuestra fe. Mi pregunta es: ¿por qué en un evento esencialmente evangelizador, cuando el Papa tiene delante al rabino, al jeque y a no sé quién más, no brotan las palabras: Os invito a recibir a Jesucristo como vuestro Salvador y Redentor? ¿Es mala diplomacia invitar a un rabino a que crea en Jesucristo como el mesías esperado?
Me interesan vuestro comentarios.
38 comentarios
Y además, ahí está la Nostra Aetate, que es doctrina de la Iglesia.
Ahora pregunto:¿hay alguna otra instancia en la que el Papa se dirija a no cristianos invitándolos expresamente a aceptar a Cristo como su Señor y Salvador?
Sus palabras y sus mensajes llegan a todo el mundo. Puedo decirle que muchas veces somos los católicos los que pasamos de los discursos del Papa en tanto que otros lo escuchan con atención.
Por eso mi pregunta, que en realidad no se limita a la persona de Benedicto: ¿cuándo fue la última vez que un Papa se dirigió expresamente a no-cristianos con la invitación propia del Kerigma? Quiero textos, links, referencias...
El Cristiano invita a la conversión con la palabra pero también con los hechos y quizás no encontremos grandes historias del Gran Rabino o del Mufti de no se donde pero tengo por seguro que esas conversiones se darán cuando al actuar siguiendo a las palabras de Cristo hagamos que los demás se interpelen ellos mismos ¿porqué?, entonces es el momento de intentar dar razón de nuestra fe y nuestra esperanza.
Para mi una manera que ha tenido el Papa de hacer presente este acto fue esta pasada Semana Santa con el bautizote Magdi Christiano Allan, creo que se escribe así.
Yo no soy muy partidario de hacer estruendo, más bien me inclino por los milagros silenciosos, Messori habla de que los mayores milagros de la Virgen de Lourdes no se dan con las curaciones físicas, el mayor milagro se encuentra en las personas que encuentran el significado Redentor de Cristo, en este caso por la intercesión de su Santa Madre. Quizás sea más factible la conversión de los sencillos, que la de los importantes en las diferentes religiones.
Pero es una labor de todos el dar testimonio y poder ayudar a quien nos pida sobre estos temas, aprovecho que en mi opinión es labor de los diferentes carismas de la Iglesia ayudar en el día a día de las conversiones.
Es conciliador y sensato tu estilo, pero hay dos cosas que no me convencen:
1. Las invitaciones del mundo y de la carne son claras, explícitas, "descaradas," si se quiere. La falta de presencia pública fácilmente se convierte en aquiescencia o complacencia.
2. El secularismo hace rato dejó de ser pasivo. Las palabras sen pronuncian y la arremetida contra la fe está llena de argumentos y de invitaciones explícitas. Richard Dawkins, Daniel Denett, Peter Singer, por nombrar solo tres autores ampliamente leídos y valorados en Australia no se dedican a hacer el bien para que la gente vea que ser ateo es bueno. No, señor. Estos y muchos otros "evangelizadores del ateísmo" van abiertamente invitando a la apostasía, la renuncia de todo Dios. ¿Por qué nosotros no podemos invitar a boca llena mostrando (no imponiendo) los tesoros que están en Corazón de Cristo?
3. No es sólo el secularismo quien da su mensaje expreso y abierto. La avanzada de la religiosidad difusa, apofática, nebulosa es impresionante, y parece devorar lo poco que dejan sin tocar el hedonismo, el relativismo y el secularismo. ¿Cómo sale uno de la niebla? ¿No es ahí donde se requieren palabras que diga quién es el Señor de Señores? ¿Por qué hay que esperar--como parece que están esperando los obispos aquí en Irlanda--a que lleguen los evangélicos, para ahí sí empezar a decir abiertamente el kerygma?
¿ No es más efectivo qué ante el resultado de la JMJ y viendo los miles de jóvenes que han recorrido medio mundo para encontrarse con el Vicario de Cristo (teniendo en cuenta que vivimos la era de la tecnología es mucho más cómodo y barato seguirlo por la TV) les induzca a meditar y a la posterior conversión?.
Yo al menos cada día me convierto viendo el ejemplo heroico qué dan muchos católicos, no porque un "plasta" (lo entrecomilló puesto que no busco ofender) me diga conviértete, entrometiendose de esta manera en algo tan personal e íntimo como es la libertad de conciencia.
Fray Nelson,
1. Precisamente el ejemplo de los jóvenes también es explícito y descarado. Y no hace falta dar el tostón como cualquier secta o empresa publicitaria.
2. Me temo que confunde el no ser pesado con pasividad. Mire la mayoría de mis amigos o no son creyentes o tienen una fe difusa, yo personalmente nunca les he dicho que se conviertan, lo que hago es vivir como cristiano sin complejos y sí de verdad les atrae ya se acercarán a Cristo. Mi reto es que mi comportamiento sea relamente la sal que salará la tierra.
Otro caso, me acuerdo que una vez asistí a un voluntariado cristiano, y recuerdo que iba un cura. Yo en aquella época pasaba de la confesión, bien se lo comenté a uno de los monitores que inició una auténtica operación de acoso para que me confesará, dándome el coñazo, presionándome.....hasta que me hizo una encerrona y no me quedó otra que reunirme con el cura y confesarme a desgana.
Si en lugar de eso hubiera predicado el ejemplo, quizá yo ahora no sería tan reacio a un sacramento, que desgraciadamente muchas veces me repele.
El secularismo es una lacra contra la libertad de expresión porque reduce al ámbito de lo privado todo aquello que no le gusta, me parece que fue Chesterton el que dijo antes de su conversión “la iglesia no puede ser tan mala si ha aguantado durante 2000 años”, si no fue el mil disculpas, pero la idea es la misma, la Iglesia y sus miembros tienen que tomar una posición activa no tanto en la conversión, que también, si no en la transmisión del mensaje de Cristo y dejar que su mensaje sea asumido por los corazones abiertos, todos debemos predicar con la palabra y con el ejemplo, y así mostrarnos seguidores de Cristo tanto en el dicho como en el hecho.
Lo que deberíamos intentar es conseguir luchar contra todas esas ideologías o filosofías no tengo muy claro como catalogarlas, que convierten al Ser Humano como un medio para conseguir los fines de cada uno. Pero esa labor es tanto del clero como de los fieles, es hora de formar a los fieles de darles herramientas, entiendo que intelectuales o formativas según se prefiera denominarlas, para que entre todos defendamos la Verdad.
Pero en honor a su Orden el resumen sería “Laudare, Benedicere, Predicare” si todos conseguimos acercarnos al ideal no tendremos problemas para afrontar, relativismos, positivismos o ateismos beligerantes frente a Dios
Igual me he liado, ahora me tengo que marchar si no queda clara mi idea pues me lo dice e intentare aclararla un poco más.
1. ¿Por qué oponer la invitación por vía del buen ejemplo (siempre necesario) con la invitación explícita y de palabra? Hablas como si fueran excluyentes, o tendieran a serlo, y ninguna de las dos.
2. Como bien han dicho los mismos pontífices, una cosa es ofrecer y otra imponer. Recuerda que la violación de la libertad de conciencia sólo puede ocurrir en el segundo caso.
3. ¿Por qué hay que tratar de "plasta" a quien te invita a abrir el corazón? Creo que si se trata de una invitación nacida de la caridad y la oración, y acompañada del testimonio de una vida coherente, fecunda y feliz, no puede dejar de dar fruto, según Dios lo disponga. Siendo esto así, ¿no debería el Papa ser el primero en manifestarlo? Es un hombre de oración; su testimonio es impecable, pues... que nos llame a todos a Cristo, particularmente a los que se sienten atrapados por nieblas y prejuicios.
1. Por supuesto que no son excluyentes, pero hay que entender que se deben respetar las opciones personales del prójimo. Vuelta a mi ejemplo: sí a mí no me daba la gana confesarme nadie tenía derecho a molestarme con invitaciones no bienvenidas.
O yo mismo no tengo derecho a importunar a mis amigos diciendoles que asumen una Fe, que no quieren tener. Es su libre decisión y yo la respeto.
2. Hay invitaciones e invitaciones, una cosa es que te digan lee tal libro o si tienes tiempo asiste a tal Eucaristía y otra cosa es cambia tu vida.
Un ejemplo de los que pedía.
Juan Pablo II en la primera encícica de su pontificado, Redemptor Hominis, se dirigía tanto a los cristianos como a "todos los Hombres de Buena Voluntad".
La primera frase lo dice todo: "EL REDENTOR DEL HOMBRE, Jesucristo, es el centro del cosmos y de la historia".
Diferencia hay entre una rpesentación más bien teológica de la redención, y el kerygma como tal, pero... vamos a valerte ese. Si encuentras uno más claro, créeme que me va a servir. Gracias.
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Josafat,
¿Es irrespetuoso invitar a alguien a que cambie su vida? ¡Si pudiera contarte cuánta gente llora de gratitud por haber oído esas palabras, dentro y fuera de la Iglesia Católica--pero más afuera que adentro!
¿ Y dónde dejamos el respeto a la opción personal libremente decidida?
La libertad es el mayor don que nos has dado Dios, como prueba de su inmenso amor.
No es justo que amparándonos en Él, la coartemos al prójimos.
"14. La diplomacia es, en cierta manera, el arte de la esperanza. Ella vive de la esperanza e intenta discernir incluso sus signos más tenues. La diplomacia debe dar esperanza. Cada año, la celebración de la Navidad nos recuerda que, cuando Dios se hizo niño pequeño, la Esperanza vino a habitar en el mundo, en el corazón de la familia humana. Esta certeza se hace hoy oración: que Dios abra a la Esperanza, que no defrauda nunca, el corazón de aquellos que gobiernan la familia de los pueblos. Movido por estos sentimientos, dirijo a cada uno de vosotros mis mejores votos, para que vosotros, vuestros colaboradores y los pueblos que representáis seáis iluminados por la Gracia y la Paz que nos llegan del Niño de Belén."
Si se repasa el discurso completo (que no es muy largo) se advertirá que la predicación es indirecta, centrada en la verdad que une a todas las religiones (Dios creador del hombre, que ostenta la dignidad de hijo de Dios):
http://www.zenit.org/article-25935?l=spanish
Yo es que no veo cómo una invitación motivada en el amor y pr consiguiente en el respeto a la obra del Creador en cada hombre y cada mujer, puede ser coerción.
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Joaquín, y todos: creo que lo que sucede es que yo quisiera que más a menudo los Papas predicaran como Pedro en Pentecostés, o como Pablo VI en Manila, el 27 de noviembre de 1970:
Pablo VI, Homilía pronunciada en Manila 29 noviembre 1970
¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio! Para esto me ha enviado el mismo Cristo. Yo soy apóstol y testigo. Cuanto más lejana está la meta, cuanto más difícil es el mandato, con tanta mayor vehemencia nos apremia el amor. Debo predicar su nombre: Jesucristo es el Mesías, el Hijo de Dios vivo; él es quien nos ha revelado al Dios invisible, él es el primogénito de toda criatura, y todo se mantiene en él. Él es también el maestro y redentor de los hombres; él nació, murió y resucitó por nosotros.
Él es el centro de la historia y del universo; él nos conoce y nos ama, compañero y amigo de nuestra vida, hombre de dolor y de esperanza; él, ciertamente, vendrá de nuevo y será finalmente nuestro juez y también, como esperamos, nuestra plenitud de vida y nuestra felicidad.
Yo nunca me cansaría de hablar de él; él es la luz, la verdad, más aún, el camino, y la verdad, y la vida; él es el pan y la fuente de agua viva, que satisface nuestra hambre y nuestra sed; él es nuestro pastor, nuestro guía, nuestro ejemplo, nuestro consuelo, nuestro hermano. Él, como nosotros y más que nosotros, fue pequeño, pobre, humillado, sujeto al trabajo, oprimido, paciente. Por nosotros habló, obró milagros, instituyó el nuevo reino en el que los pobres son bienaventurados, en el que la paz es el principio de la convivencia, en el que los limpios de corazón y los que lloran son ensalzados y consolados, en el que los que tienen hambre de justicia son saciados, en el que los pecadores pueden alcanzar el perdón, en el que todos son hermanos.
Éste es Jesucristo, de quien ya habéis oído hablar, al cual muchos de vosotros ya pertenecéis, por vuestra condición de cristianos. A vosotros, pues, cristianos, os repito su nombre, a todos lo anuncio: Cristo Jesús es el principio y el fin, el alfa y la omega, el rey del nuevo mundo, la arcana y suprema razón de la historia humana y de nuestro destino; él es el mediador, a manera de puente, entre la tierra y el cielo; él es el Hijo del hombre por antonomasia, porque es el Hijo de Dios, eterno, infinito, y el Hijo de María, bendita entre todas las mujeres, su madre según la carne; nuestra madre por la comunión con el Espíritu del cuerpo místico.
¡Jesucristo! Recordadlo: él es el objeto perenne de nuestra predicación; nuestro anhelo es que su nombre resuene hasta los confines de la tierra y por los siglos de los siglos.
Estoy de acuerdo en que la evangelización tiene que ser más explícita, hace tiempo que no oigo a un Papa hacer ese tipo de predicación. Pero tampoco se oye desde la mayoría de púlpitos prédicas sobre el Infierno y sobre la necesidad de la Confesión, pese a lo cual están ahí, y es muy necesario que los fieles sepamos bien qué es cada cosa. A lo mejor los tiempos han cambiado, y los modos de hacer las cosas en la Iglesia también, pero, Dios Gracias, la Doctrina permanece, porque emana de la Cruz.
Y no, invitar abiertamente a que la gente se convierta no es poco diplomático: es estar uno convencido de lo que vende: muy convencido, vamos. Es cuestión de hacer el producto atractivo y el cristianismo indudablemente lo es: es el más atractivo de todos y con mucho.
En cuanto a lo demás. Lo que mikirooney echa de menos en las homilías, eso del infierno y la necesidad de la confesión, no sirve de nada absolutamente. La gente, gracias a Dios, no se convierte por miedo, sin por la llamada de Dios-Amor. Tenemos que estar listos para dar razones de nuestra esperanza.
Ya que Josafat ha hablado de la confesión, creo que deberían ser encuentros con Jesús como en los evangelios. Estás arrepentido y Jesús te dice que estás perdonado, de antemano. Y ante el Padre que te espera para hacerte una fiesta, cualquiera tendría ganas de volver a casa.
La misión del confesor debería ser recordarle al pecador que ha perdido la esperanza que la misericordia de Dios, que es perdón y también ayuda, es eterna. Esa es la gracia que te ayuda a recomenzar todos los días, saber que Dios te perdona incluso cuando tú no seas capaz de perdonarte. Esa es la misión del confesor. Algunos se deben creer que regentan una lavandería, o que tienen que juzgar, lo que sólo Dios puede juzgar.
Paz y bien.
Olvidadlo.
Buenas noches.
conversatorio.
1. m. Col. y Perú. mesa redonda (‖ grupo de personas versadas en alguna materia).
2. m. Cuba, Ec., Méx., Pan. y R. Dom. Reunión concertada para tratar un tema. Conversatorios de paz.
3. m. Hond. rueda de prensa.
Ahora, entrando en el fondo de la cuestión, me parece obvio que si convocas a alguien a un encuentro inter-religioso no es normal que le digas: "pagano incrédulo, conviértete a Cristo para salvar tu alma".
Pero a su vez, me gustaría que se siguiera más el ejemplo de San Pablo, quien tras reconocer aquello que de bueno podían tener, religiosamente hablando, los atenienses, no tardó mucho en predicarles directamente el evangelio.
Ocurre también una cosa. En los grandes encuentros con líderes de otras religiones es prácticamente imposible encontrar a uno solo de ellos que no sepa lo que el cristianismo ofrece y predica. Es decir, cuando estás delante del Dalai Lama o del rey de Arabia Saudí, no estás precisamente ante personas que no sepan que los cristianos creemos que sólo ha sido dado un nombre a los hombres por el que podamos ser salvos: Jesucristo. Y ellos han decidido no creerlo. No les presentaríamos buenas nuevas. Ellos las conocen y no las aceptan.
Distinto es el caso de millones que no han oído hablar de Cristo o han oído "mal".
"Las religiones del mundo dirigen constantemente su atención a la maravilla de la existencia humana. ¿Quién puede dejar de asombrarse ... si creemos que no estamos sometidos a las leyes del universo material del mismo modo que el resto de la creación ... La Iglesia comparte estas consideraciones con las otras religiones. Impulsada por la caridad, se acerca al diálogo en la convicción de que la verdadera fuente de la libertad se encuentra en la persona de Jesús de Nazaret. Los cristianos creen que es Él quien nos revela completamente las capacidades humanas para la virtud y el bien; Él es quien nos libera del pecado y de las tinieblas. ...
Las religiones presentan un tentativo de comprensión del cosmos, entendido como procedente de dicho origen o principio y encaminado hacia él. Los cristianos creen que Dios ha revelado este origen y principio en Jesús, al que la Biblia define «Alfa y Omega» (cf. Ap 1, 8; 22, 1). ..."
Le falta la frase que Vd. Fray Nelson expone: "Los católicos a quienes presido -o pastoreo, o sirvo- deseamos ardientemente que ustedes, creyentes en Dios, lleguen a la plenitud de la verdad, conociendo y amando a Cristo Jesús, Alfa y Omega, Libertador del hombre y plenitud de todo lo creado, por quien todo fue hecho..." Pero entonces se cerrarían las tres puertas. El diálogo es intracatólico antes que entrecristianos y mucho más antes de interreligioso. Nuestro Señor lo hará.
La conferencia de Mons. Amato la tradujo y publicó la agencia Fides a trozos y entera está en Conoze. Mons. Amato cita a Mons. Arinze ...
"El mismo purpurado, seguidamente, invita a los teólogos cristianos a no ocultar la propia identidad: «Los cristianos que, comprometidos en las relaciones interreligiosas, intentan esconder su identidad cristiana, o al menos disminuirla un poco, parecen decir, aunque sin palabras, que Cristo es un obstáculo o una dificultad para el diálogo, y que ellos más bien han encontrado una fórmula mejor para el contacto con los demás que consiste en poner momentáneamente aparte el hecho de ser enviados por Cristo [...]. Si somos católicos, no deberíamos tratar de disimularlo en nuestro encuentro con los demás. No promovemos un auténtico diálogo suprimiendo nuestra identidad religiosa. Si un interlocutor pierde su identidad religiosa, deja de ser uno con el cual dialogar. Si el otro esconde su identidad, se presenta el riesgo de malentendidos, sospechas, errores de identidad, o de creer que se está de acuerdo cuando en realidad no se lo está» (Ibi. P. 23)
Más concretamente: «Un católico que se encuentra con un musulmán no debería disminuir la importancia de la propia fe en la Santísima Trinidad (tres personas y un solo Dios), en Jesucristo como Hijo de Dios y Dios, en el Hijo de Dios que se hace hombre y que muere en la Cruz por la salvación de toda la humanidad, en Santa María Virgen, como Madre de Dios. Los musulmanes no aceptan estas doctrinas. Pero un interlocutor musulmán sincero no debería irritarse si los católicos creen en ellas. Por otra parte, un musulmán en diálogo no debería dudar en afirmar que los musulmanes consideran el Corán como la última revelación de Dios y Mahoma como el más grande y el último de los profetas. Los budistas no hablan de Dios o del alma, pero los cristianos serían inauténticos si no lo hicieran. La sinceridad en relación a la propia religión es parte del diálogo» (Ibi, p. 24).
Y sigue "Ser fieles al propio documento de identidad religioso es el mejor pasaporte para entrar en el territorio religioso del otro y dialogar en verdad y en libertad"
Si la pregunta fuera dirigida a una persona medianamente bien formada, estimo que las objeciones al respecto serían las siguientes:
a) Salvarme y Redimirme... ¿de qué? El cristianismo solo aporta soluciones a los pseudo-problemas que él mismo crea. Ratzinger podrá teorizar lo que le dé la gana acerca del infierno... Yo arquearé una ceja y seguiré mi aire.
b) ¿Está seguro que el hijo de un carpintero judío -levantisco,protojipioso y comunistoide- que vivió hace 2000 años y que, sospechosamente, no escribió nada puede aportarme soluciones para la vida en el siglo XXI? La extensionalidad poética/metafórica del lenguaje religioso puede decir muchas cosas o no decir absolutamente nada.
c) Uno alberga serias dudas acerca de si lo que propones (o lo que propondría el propio Ratzinger) consiste en ser cristiano o cristianista. Ya no se puede discernir entre las teorias cristianas y las de sus exégetas, hermeneutas, continuadores, desarrolladores, apologetas, guardianes... El hijo del carpintero, probablemente, sólo llegó hasta determinado punto y el hecho de que no dejara escrito nada, da vía libre a teorizar en su nombre lo que haga falta y más, y servirse de su alargada sombra y "prestigio". Si algo por el estilo se hizo con Marx y el marxismo, con más razón con el presunto hijo de Dios/Dios y sus "enseñanzas".
d) Finalmente, tal y como está planteada la pregunta, resulta intolerable para una persona que se haya dedicado a conformar su propia ideología según sus propios criterios de validez. Esa pregunta viene a significar un " Ríndete y reconoce que estas que estás equivocado". Esto no es muy educado en un debate entre seres civilizados... A no ser que seas capaz de desmontar al contrario, pero mucho me temo que ninguno de contendientes (el jeque, el rabino, el papa, ni Maroto) sea capaz de tal cosa.
Toda discusión inteligente debe comenzar por aceptar que el contrario puede sostener ideas o creencias razonables y argumentables. Tratar al contrario como un disminuído mental es una clara muestra de dogmatismo irracional.
Con su comentario, además, ha logrado subrayar otro gran valor de las palabras de Benedicto XVI: el Papa sí reconoce la dignidad y verdad que albergan las restantes religiones.
Pero sí Joaquín, tienes razón: no todos los creyentes son "no-bien-formados".
Los "convencidos" se dan en todo tipo de ideologías y sobre todo en las religiosas -ya sea para negarlas o para defenderlas, ya que la materia sobre la que versa predispone, en cierta manera, a esta forma de comportarse- Y son para estos convencidos para las que van mis expresiones peyorativas. Porque, desde mi punto de vista, antes de tratar de convencer a nadie y pretender cambiar las ideas de los demás hay que testarse mil y una veces y confrontarse con los demás, teniendo muy en cuenta que:
a) más o menos todos tenemos una inteligencia similar.
b) todos no equivocamos alguna vez.
c) podemos dar por buenas ideas ajenas sólo porque las emite alguien de prestigio.
d) Hay una diferencia cualitativa entre calificar las ideas ajenas y/o mofarse de ellas -incluso tratar al contrario como a un subnormal- (sirvan de ejemplo: Heisenberg Vs Schrödinger o Carnap Vs Heidegger) que puede entenderse como "diferencia de opiniones" más o menos agresiva), y un afrentoso intento de cambiar la ideología de alguien para convertirlo a la propia ideología.
Es sintomático Joaquín, que sólo me afees las desconsideraciones (reitero que te doy la razón en ese punto), sin que busques las vueltas a las objeciones que planteo.
En el caso de algunas personas, el camino es muy largo. Primero tienen que creer en Dios y eso es una cuestión exclusivamente entre esa persona y Dios; aquí la Iglesia nada puede hacer, sobre todo si esa persona desconfía sistemáticamente, por las razones que sean, de la Iglesia; aunque me pareció muy, muy positiva la encíclica de Benedicto XVI, "Dios es amor".
Por otra parte, es necesario conocer lo que caracteriza a los neopaganos; pero su realidad, no lo que piensa de ellos el creyente de toda la vida, que los descalifica continuamente sin conocer en absoluto el sufrimiento que algunos sienten por su sensación de que la vida no tiene sentido, que todo es absurdo. Muchos buscan a Dios aún sin saberlo, pero su razón -unica autoridad- y una serie de prejuicios les hacen revestirse de una coraza.
No hablo por hablar; digo todo esto por propia experiencia y, desde luego, me interesa muchísimo la evangelización, pero en nuestra sociedad y comenzando por el principio.
Un cordial saludo.
Añado que a obispos y progres no les consienten aqui tanta cobardia como al Papa.
Es muy interesante que, en su etapa de profesor universitario, en un seminario en Tubinga (1968), que luego se ha publicado como "Introducción al cristianismo", en las primeras páginas invita a los incrédulos a plantearse "quizá sea verdad".
También por otro lado no se puede negar que todo esto se basa en la Fe, que es un don otorgado por Dios, que obviamente se puede pedir....
Quizás es que yo quisiera más, o con más frecuencia, que se invita directamente a los que no han acogido a Cristo a que lo acojan como su Señor.
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