Se requieren muy altos estándares
Las voces jubilosas que se han levantado en los Estados Unidos por lo que parece un hecho, es decir, la salida de Donald Trump de la presidencia, muestran cuántos anhelaban, por diversos motivos, que eso sucediera.
Muchos vimos en sus decisiones elementos positivos, sobre todo en lo que tiene que ver con preservar la libertad religiosa, proteger la vida del no-nacido, fortalecer la Corte Suprema de Justicia frente a la disolución moral, y defender a la familia natural. No es poco.
Por otra parte, sus actitudes arrogantes, agresivas; su exigencia de lealtad absoluta a su propia persona; su actitud prácticamente narcisista en cuanto a sus propios logros; su falta de empatía ante algunas situaciones sociales muy graves; su lenguaje ambiguo pero predominante excluyente e incluso cruel frente a los inmigrantes… todo ello, como se dice a menudo, al final “le pasó factura.”
Es llamativo que en uno de sus primeros discursos, cuando ya empezaba a parecer un hecho que vencería, Joe Biden, habló del retorno de la “decencia” a ese país del Norte. Por supuesto, no es nada decente lo que piensan hacer él y su equipo, en cuanto a la familia, a la religión y al derecho a la vida pero destaco esto para mostrar un elemento que sin duda estuvo en la mente de muchos de quienes votaron por él.
Lo que concluyo de todo esto es que los líderes que quieran defender las causas más amenazadas de nuestro tiempo, como las que tomó Trump, especialmente en esta segunda postulación a la presidencia, deben ser hombres y mujeres de muy altos estándares morales y personales. La grosería, la imposición del poder, el lenguaje de amenazas tienen poco espacio cuando se trata de vencer las serpientes de mil cabezas que pululan en nuestro tiempo.
Necesitamos líderes de muy alto nivel porque serán odiados, escrutados sin piedad y atacados irracionalmente.
Y los demás, los que somos base y simple pueblo, tenemos el deber de orar y también de ayudar, en la medida de las fuerzas de cada quien, para que esta sociedad sea tierra fértil donde tales líderes puedan darse.
Pd. He modificado mi texto original a la luz de nueva evidencia sobre las actitudes de solidaridad del presidente Trump, por ejemplo, ante el caso de Floyd.