No te dejes desanimar por lo que a veces sucede en la Iglesia
No pierdas amor e impulso para servir a la Iglesia, ni siquiera cuando ves con preocupación, como yo lo veo, que hay tantas brechas, ruinas y suciedad, no sólo que viene de fuera sino que existe y avanza también adentro.
Nuestra Iglesia ha conocido extremos de persecución, extremos de humillación, extremos de corrupción. Las oraciones generosas, el valor de los mártires y el testimonio de los santos han abierto siempre nuevos y más gloriosos capítulos.
Hemos superado tiempos en que los obispos arrianos eran mayoría.
Hemos superado tiempos en que los poderes reinantes se dedicaron a exterminar a todos los ministros ordenados–y en algunas regiones lo consiguieron.
Hemos superado tiempos en que hubo dos Papas, y hasta tres Papas.
Hemos superado errores doctrinales graves de Papas como Juan XXII, en el siglo XIV; el cual, sin embargo, después se enmendó, sin que por otra parte su enseñanza NUNCA tuviera las condiciones para ser considerada como ex cathedra y por consiguiente infalible.
Hemos superado oleadas de teólogos herejes, como pasó a fines del siglo XIX.
Hemos superado riadas de monjas fuera de la fe, como sucedió cuando la expansión de la doctrina de Arrio.
Hemos superado excomuniones mutuas entre obispos, patriarcas y Papas.
Hemos superado todo porque nos ha superado Cristo, que está por encima de todos, a quien sea la gloria por los siglos.
Amén.