InfoCatólica / Tal vez el mundo es Corinto / Categoría: Sobre este blog

5.06.09

Germinans y los límites del anonimato

Desde que este servicio informativo, hoy llamado Infocatólica, inició su andadura en Religión en Libertad he estado presente, por invitación de Luis Fernando Pérez. Soy un convencido de lo que hoy es Infocatólica, y profeso admiración por los compañeros de esta aventura de fe y de servicio apasionado a Cristo y a la Iglesia. Por eso mismo creo que debemos estar atentos a la presencia o ausencia del Evangelio de Cristo en todas partes, y ello significa: el mundo, las noticias de actualidad, la ciencia, la liturgia, el arte, la educación, la familia, la política, y por supuesto: hemos de estar dispuestos a revisarnos a nosotros mismos con ojos honestos y lenguaje claro.

Es ahí donde empiezan mis dificultades con un blog que se llama Germinans Germinabit y que forma parte de Infocatólica. Germinans es anónimo y sus posts no admiten comentarios. Pero desde el anonimato se pueden decir demasiadas cosas, y no todas son ciertas. Tras el velo del anonimato se pueden usar recursos de sarcasmo, se pueden hacer ataques sistemáticos a personas o instituciones, se puede siempre encontrar un nuevo tópico para ser siempre el que ataca y nunca el atacado. Si a ello se añade que no hay posibilidad de refutar lo que diga Germinans porque su blog no tiene comentarios habilitados, pues creo que se configura una puerta abierta a toda clase de desmanes.

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14.07.08

Taxonomía de los Comentaristas... no es nada personal.

Voy a hablar de los comentaristas. Todos estarán de acuerdo en que es justo: ellos hablan de los bloggers; ha llegado la hora de nosotros hablar de ellos. Por lo menos, de clasificarlos, porque es un hecho que los hay de todos los pelambres. He aquí las principales especies:

1. El SPAMMER. Es el más odiado de todos. Reparte links llenos de virus, software espía (malware), y quiere a toda costa que agrandes tu cuerpo, o por lo menos, algunas partes de él. Gracias a Dios, se logra controlar bastante por medio de “listas negras” y otros aditamentos que hoy pertenecen al arsenal común de todo blogger. La batalla, sin embargo, no está ganada.

2. El MONO, o sea: MONO-temático. Este siempre comenta algo pero ese “algo” es siempre lo mismo. Si, por ejemplo, su tema-obsesión son las crueldades de la Inquisición, y tú escribes sobre cómo se está derritiendo la capa de hielo del Artico, este tío te sale con algo como: “Tarde se preocupa la Iglesia de los temas de Ciencia, la misma Iglesia que torturó a Galileo, quemó a Giordano Bruno, etc. etc. etc. …” Si escribes sobre la Jornada Mundial de la Juventud, el obsesivo sale con: “Ojalá no oculten a esos jóvenes las torturas que otros jóvenes sufrieron cuando, por ejemplo, Galileo fue torturado, etc. etc. etc. …” Si escribes sobre la distinción entre trans-substanciación y trans-significación en el tratado teológico de la Eucaristía, el hombre (o mujer) saldrá invariablemente con la suya: “¡Aja! ¿Ahora crees que puedes enredarnos con tratadillos de teología trasnochada para que olvidemos cómo Galielo fue torturado? Etc. etc. etc. …” Por supuesto, al pobre no le interesa la historia, y quizás ni sabe bien lo de Galileo. Sus principales fuentes son J. J. Benítez, Dan Brown y algún otro.

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29.03.08

Siglo I, Siglo XXI

Internet GlobalInternet está lleno de metáforas que trasladan del mundo real al ciberespacio las referencias básicas de nuestro ser corpóreo. Hablamos de un “sitio” web, que tiene una “dirección” a la que uno llega como “internauta.” El programa que permite que estas palabras mismas aparezcan en la pantalla del ordenador suele llamársele “navegador,” ya se trate de Internet Explorer, Firefox, Safari, Opera o de algún otro.

Todo ese mar de información, en términos de textos, imágenes, sonidos, vídeos, me lleva al Mediterráneo y a los puertos en donde los navegantes de otras eras compartían o disputaban la mente y el corazón de sus coetáneos. Vayamos al siglo I y descubramos en la espesura de lenguas diferentes, cultos diversos, vestidos modestos o estrafalarios, el fragor de un mundo donde conviven y compiten toda clase de religiones y filosofías. Lo tradicional y lo novedoso, el ascetismo y el desenfreno, el rigor intelectual o la voluptuosidad descarada se dan cita sobre todo en los puertos. Y entre ellos, uno sobresale por su lugar estratégico y el increíble volumen de tráfico. Estamos hablando de Corinto.

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