Hacia Asia
No es sólo un juego de palabras. El Papa nos invita, y nos lidera con el ejemplo: hay que mirar Hacia Asia.
Reconozcamos que el continente que contiene al país más extenso del mundo (Rusia) y a los dos países más poblados del mundo (China y la India), sigue siendo distante para nosotros. Vagamente sabemos que la empresa Apple hace sus productos en condiciones laborales muy duras en algunos países de Asia, y también sabemos que cada vez más gente se interesa por hacer negocios con China, y por supuesto sabemos que los japoneses y coreanos son impresionantes en sus logros de precisión tecnológica.
Pero, ¿a quién le interesa que crezca el Evangelio en ese continente, que contiene más de la mitad de los seres humanos que hoy vivimos en este planeta? Le interesa al Papa Francisco.
Asia no es sólo tecnología de última hora y civilización milenaria: es ante todo hombres y mujeres que han sido amados hasta el extremo por Jesús; hombres y mujeres redimidos por la Sangre del Cordero Inmaculado.
El Papa Francisco se agota y gasta visitando Corea, Sri Lanka y Filipinas porque sabe que ya no podremos decir que somos fieles a Cristo si no amamos con mayor claridad, intensidad y visibilidad a esa porción del mundo.