Exégesis Simple para la Ascensión del Señor, Ciclo A
[Cristo envía y Cristo acompaña a los enviados.]
* Un estudio sencillo del vocabulario, las características principales y el mensaje del Evangelio del Domingo de la Ascensión del Señor, Ciclo A: Mateo 28, 16-20.
¿POR QUÉ SE LEE ESTE EVANGELIO EN LA ASCENSIÓN?
Una de las razones por las que el Espíritu Santo nos concedió cuatro miradas (los cuatro Evangelios) hacia la única y verdadera Buena Nueva de Cristo es porque no todos estos Evangelios refieren exactamente los mismos misterios. Así sucede con la ausencia de la Ascensión en el Evangelio según San Mateo.
Sin embargo, en el texto que nos propone la Iglesia para el Domingo de la Ascensión, en el ciclo A (Mateo 28, 16-20), hay tres elementos fundamentales que conectan directamente con la “esencia” de la Ascensión:
1. La escena de Mateo se sitúa en “un monte” que, de por sí, invita a mirar a lo alto. Allí Cristo es adorado por sus discípulos, lo cual equivale a la “nube” de la que nos habla San Lucas, porque en la Biblia la nube es señal de la presencia y gloria de Dios.
2. Cristo “ha recibido todo poder en Cielo y tierra": esto es lo mismo que decir que participa plenamente de la gloria y potestad del Padre, o sea, está, según el lenguaje bíblico “a su derecha".
3. Como fruto de esta manifestación queda una misión, un encargo, para los discípulos: ir a evangelizar. En el relato de la Ascensión, los discípulos son interpelados: “¿Qué hacéis ahí mirando el Cielo?” Si en la Ascensión se les envía a “trabajar” mientras Cristo vuelve, eso es lo mismo que, de otra manera, encontramos en Mateo.
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