De nuevo, la ordenación de mujeres
En su cuenta de TikTok, la religiosa Xiskya Valladares (@xiskya) presenta como razón fundamental para la no admisión de las mujeres al sacramento del orden una limitación cultural. Este tipo de argumento se escucha con alguna frecuencia, en dos vertientes.
Algunas veces se presenta al mismo Cristo como limitado interiormente por la cultura que le rodeaba: algo así como que en él permanecía larvadamente una especie de “machismo” que hacía que él no considerara la posibilidad de mujeres que cumplieran la función que asignó a los Doce Apóstoles, todos varones. Podemos llamar a este argumento “machismo intrínseco” de Cristo.
En otras ocasiones, la cuestión cultural se presenta como una especie de argumento de conveniencia práctica. Es lo que parece sugerir la Hna. Xiskya cuando dice que la designación de una mujer con tarea de Apóstol hubiera supuesto “ponerla en riesgo". Según este modo de ver las cosas, aunque Cristo interiormente (quizás) sí hubiera querido que hubiera mujeres en el grupo de los Doce, se dio cuenta que no era conveniente por el ambiente de aquel tiempo y lugar. Obsérvese de paso el grado de especulación sin base bíblica que esto supone. En tal supuesto, estaríamos frente a un “machismo extrínseco” de Cristo. Algo así como que “por dentro” Cristo no quería excluir a las mujeres pero que tomó aquella decisión en razón de las circunstancias de su tiempo.
Tanto las afirmaciones de machismo “intrínseco” como “extrínseco” suponen limitaciones graves en Cristo, que de hecho niegan su naturaleza humana íntegra, su naturaleza divina perfecta y su calidad de Redentor de toda la realidad humana de todos los tiempos. Dentro de este enfoque “cultural", su persona o su obra no serían la expresión de un mensaje auténticamente universal.
Me explico: si cada vez que algo en la enseñanza de Cristo no coincide con el sentir y el espíritu de nuestro tiempo aplicamos esa clase de argumentos, ¿qué valor tendría la Palabra de Dios como palabra que tiene AUTORIDAD para ayudarnos a discernir, en todo tiempo y cultura, lo bueno de lo malo? ¿Sería esa una palabra que goza de PODER para liberarnos de todo error y todo pecado?
Voy a poner algún ejemplo, que puede parecer exagerado, pero que no está lejos de las tendencias culturales actuales.
Hoy muchísima gente ve el ejercicio de la sexualidad como un entretenimiento sin consecuencias, sobre la base de que se usen anticonceptivos y se tenga a mano el recurso al aborto legal. ¿Estaría Cristo de acuerdo con ese modo de ver el sexo voluntariamente estéril como una forma de entretenimiento o descanso válido? Si uno aplica los argumentos intrínsecos o extrínsecos expuestos anteriormente, podría decir cosas como esta: “Cristo no habló de ese modo de relax sexual porque en su tiempo no era bien visto". O podría decir: “Cristo tenía una idea mucho más libre de la sexualidad de lo que se suele decir pero vio que no era conveniente todavía enseñar algo así en una sociedad tan cerrada como era la cultura judía de aquel tiempo". No es difícil construir ejemplos parecidos con respecto a la eutanasia, el uso de sustancias psicoactivas, la venta voluntaria de órganos o las prácticas sadomasoquistas consensuadas.
En todos estos casos uno puede interpretar lo que Cristo NO hizo o NO dijo como la consecuencia de una limitación cultural intrínseca o extrínseca. Por supuesto, la peor consecuencia de esto es que convierte a la Palabra de Dios en un juguete de especulaciones que en la práctica deja a la Escritura sin valor real.
Estos temas han sido estudiados por el Magisterio de la Iglesia, especialmente en la Declaración Inter Insigniores, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, del 15 de Octubre de 1976, bajo pontificado de San Pablo VI, y en la Carta Apostólica Ordinatio Sacerdotalis, de San Juan Pablo II, del 22 de Mayo de 1994. Por ejemplo, en la sección 2 de Inter Insigniores se presenta y rebate directamente el argumento cultural. Aquí es preciso citar textualmente:
Jesucristo no llamó a ninguna mujer a formar parte de los Doce. Al actuar así, no lo hizo para acomodarse a las costumbres de su tiempo, ya que su actitud respecto a las mujeres contrasta singularmente con la de su ambiente y marca una ruptura voluntaria y valiente.
Así pues, con gran sorpresa de sus propios discípulos, El conversa públicamente con la samaritana (cfr. Jn. 4, 27), no tiene en cuenta el estado de impureza de la hemorroisa (cfr. Mt. 9, 20-22), permite que una pecadora se le acerque en casa de Simón el fariseo (cfr. Lc. 7, 37 ss.), perdona a la mujer adúltera y a la vez manifiesta que no se debe ser más severo con las faltas de una mujer que con las del hombre (cfr. Jn. 8, 11). Jesús no duda en alejarse de la ley de Moisés, para afirmar la igualdad en los derechos y en los deberes, por parte del hombre y de la mujer, en lo que se refiere a los vínculos del matrimonio (cfr. Mc. 10, 2-11; Mt. 19, 3-9).
Durante su ministerio itinerante Jesús se hace acompañar no sólo por los Doce, sino también por un grupo de mujeres: «María llamada Magdalena, de la cual habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, administrador de Herodes, y Susana y otras varias, que le servían de sus bienes» (Lc. 8, 2-3). Al contrario de la mentalidad judía, que no concedía gran valor al testimonio de las mujeres, como lo demuestra el derecho judío, son estas las primeras en tener el privilegio de ver a Cristo resucitado y son ellas las encargadas por Jesús de llevar el primer mensaje pascual incluso a los Once (cfr. Mt. 28, 7-10; Lc. 24, 9-10; Jn 20, 11-18), para prepararlos a ser los testigos oficiales de la resurrección.
Concluimos nosotros que el argumento “cultural” no es ninguna novedad; que tiene consecuencias gravísimas, que van mucho más allá de la cuestión del sacramento del orden; que es un argumento ya presentado y rebatido en el Magisterio, y que la insistencia en volver a estos puntos sólo puede mostrar ignorancia o deseo de crear presión pública y mediática… con el probable deseo de congraciarse con el espíritu o las costumbres de nuestro tiempo.
Sin embargo debemos decir que hay modos mucho más respetuosos de hablar de lo que es un hecho: la igual dignidad del varón y la mujer, sin violentar ni la capacidad racional humana ni el valor inconmensurable de la Sagrada Escritura.
31 comentarios
Se escucha mucha necedad en nuestro tiempo.
Gracias por dejar al descubierto la verdad.
Dios te guarde
Yo quería volar, haber sido piloto, pero Dios me dio una vista penosa, así me dejo muy claro que lo mío no iba por ahí. Que conste que aun y todo lo intenté, y casi me mato. Si eres mujer, no intentes ser sacerdote.
Pero resulta que Cristo es Dios y tomó la decisión de encarnarse cuando quiso (y no hoy, o dentro de mil años o...), donde quiso (y no en una sociedad matriarcal, o en una sociedad caníbal, o en lo que hoy conocemos como Sudamérica o Norteamérica o el África negra, o...) y con el sexo que quiso (y no con la duda del género o...) para revelarse definitivamente a toda la humanidad: la de su tiempo y la del tiempo futuro.
Ese argumento se utiliza con insistencia, en estos momentos, porque para nadie es un secreto que, desde la cúpula de la Iglesia, se ha abierto un diálogo que pone de nuevo en discusión, temas que ya se habían definido desde hace mucho tiempo atrás y que, por tanto, son innegociables.
2. Cristo no tiene fe, es verdadero Dios y Hombre.
3. Cristo es el mismo ayer, hoy y mañana, aunque muchos teólogos le quieran quitar la Divinidad de Hijo de Dios.
4. En el plan de salvación para el género humano caído el Señor Jesús elige 12 y 72 varones, y le siguen muchas mujeres, y elige a Su Madre reina del Cielo. Y ya está, no hay que darle más vueltas: Sacerdos, alter Christus es un varón y punto final. Por supuesto, combatir las herejías y el artículo lo expone muy bien.
Creo que ella debería formarse y cambiarse de nombre en el proceso como lo hizo Saulo cuando se convirtió en Paulo. Sugiero que sea Francisca su nuevo nombre apenas se convierta y que se corrija ella de estos errores antes de ponerse a corregir a los demás con tonterías que no tienen importancia.
Saludos Xiskya, se que estarás leyendo este post. Lee bien lo que te compartió el P. Fray Nelson y medita en silencio sobre estas verdades de fé, luego de una buena confesión y en adoración al santísimo. Reza el rosario todos los días también.
La Ordinatio sacerdotalis es demasiado clara como para que un fiel admita esos errados planteos:
"...con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia".
Por cierto, el ombliguismo occidental de los modernistas es patético. Qué les pregunten a los africanos, y a los asiáticos,si comparten los valores del Occidente ilustrado que las Xiskya de turno creen claves.
Esto es doblemente absurdo, primero por lo ya dicho por Fr. Nelson; pero también porque el hecho de ser hombres no ayudó en nada a los Apóstoles a la hora de lidiar con la persecución y el martirio (que también alcanzó luego a gran cantidad de mujeres).
Y si de algo cultural se trataba, nada impedía a Jesús ir a predicar en los pueblos paganos donde ya existían cultos con sacerdotisas, puesto que, de no ser el Mesías, ¿qué razón le forzaba a empezar a hablar a los judíos antes que a cualquier otro pueblo? Si Cristo no era Dios, ¿qué le iba a importar que los judíos le creyeran o no?
No sólo es eso que está diciendo. Es que el argumento cultural no tiene nada que ver con la realidad de la época. En época de Cristo existían sacerdotisas. Dos ejemplos claros están en las vírgenes vestales romanas o las sacerdotisas de Delfos. O sea que, si, el sacerdocio femenino era algo común entre los paganos.
Pues de esos polvos, estos lodos...............
De ahí que el feminismo sea siempre una atracción y una rebelión de origen demoníaco sobre la tercera Eva, es decir, las mujeres después de la Redención de Cristo.
"Cuando la mujer vio que el árbol [del feminismo] era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir discernimiento, tomó de su fruto y comió."
El castigo es lógico:
“Multiplicaré los sufrimientos de tus embarazos; darás a luz a tus hijos con dolor [las obras del feminismo las que no aceptan lo trans son condenadas como TERF].
Sentirás atracción por tu marido [la ideología de género como ídolo supremo],
y él te dominará”.
Aquí copio una declaración del Santo Padre, que dio ayer mismo, y que delata una mentalidad muy parecida a la de sor Xiskya:
«He comprobado que en los Estados Unidos la cosa no es fácil: hay una actitud reaccionaria muy fuerte, organizada, que estructura una pertenencia incluso afectiva. A estas personas quiero recordar que el «indietrismo» es inútil, y que es necesario comprender que existe una justa evolución en la comprensión de las cuestiones de fe y de moral, siempre que se sigan los tres criterios que ya indicaba Vicente de Lerins en el siglo V: que la doctrina evolucione ut annis consolidetur, dilatetur tempore, sublimetur aetate. En otras palabras, la doctrina también progresa, se consolida con el tiempo, se expande y se hace más firme, pero siempre progresando. El cambio se desarrolla desde la raíz hacia arriba, creciendo con estos tres criterios».
Al parecer lo apenas dicho le pareció poco concreto por lo que el Sumo Pontífice agregó inmediatamente: «Y vamos a lo concreto. Hoy es pecado tener bombas atómicas; la pena de muerte es pecado, no se puede practicar, y antes no era así; en cuanto a la esclavitud, algunos Pontífices anteriores a mí la toleraron, pero las cosas hoy son distintas. Así que se cambia, se cambia, pero con estos criterios. A mí me gusta usar la imagen «hacia arriba», es decir: ut annis consolidetur, dilatetur tempore, sublimetur aetate. Siempre en ese camino, que va desde la raíz con esa savia que va subiendo, y por eso el cambio es necesario».
Ante todo eso el Papa añadió que «Pero algunos se salen, van hacia atrás, son lo que yo llamo «indietristas». Es decir, cuando uno se va hacia atrás, forma algo cerrado, sin conexión con las raíces de la Iglesia, pierde la savia de la revelación. Si no cambias hacia arriba, te vas hacia atrás, y entonces tomas criterios de cambios de otro lado que no son los criterios que la misma fe te da para crecer y cambiar. Y los efectos en la moral son impresionantes. Los problemas que los moralistas tienen que ver hoy día son muy graves, y tienen que arriesgarse a cambiar y hacer las cosas, pero en este sentido».
Hasta aquí lo dicho por el Papa (tomado de Zenit). ¿Qué podemos hacer? Orar con mucha intensidad, mucho amor a Dios y a Su Iglesia, buscar la santidad, las virtudes, y reparar por toda la iniquidad que está inoculada en el seno de la Iglesia, procurando no ser parte de ella.
Esta en rebelión con la Palabra de Dios y la Tradición
Desconoce el Magisterio de la Iglesia
Porque nombrarla si está en rebelión?
La argumentación de Su Santidad es realmente preocupante. Siempre toma de las Escrituras y de los santos la parte que él quiere y la retuerce para beneficiar su punto de vista (porque, si, es su punto de vista). Vicente de Lerins habla del desarrollo de la doctrina pero de una forma diametralmente opuesta a este señor. Negar la doctrina anterior, como es lo que se insinúa, no es ningún desarrollo de doctrina. La doctrina crece y se consolida con el tiempo como un niño se convierte en adulto. Ahora, si al adulto lo cambias por otro señor pues no es el mismo niño desarrollado. Es otro.
Los ejemplos que pone son también increíbles. Tener bombas atómicas es pecado. ¿Desde cuando? Abro el catecismo y no dice nada al respecto . Es más, creo que en gran parte la posesión de esas armas y el miedo a una guerra atómica es lo que ha mantenido la paz más duradera en occidente desde hace décadas.
La pena de muerte es pecado. ¿Desde cuando? Desde que Francisco se levantó un día y cambio el catecismo. Pero vamos, 2000 años de historia contra un Papa. No sé yo... Muy autorreferencial y cogido por pinzas.
"Algunos Papas toleraron la esclavitud". Desgraciadamente es así. Pero una cosa es tolerarla y otra cosa es que el Magisterio haya dicho que está bien. Cosa que no ocurrió.
O sea que los tres ejemplos que da son reguleras. La moral católica no ha cambiado dependiendo de la época. Quién diga lo contrario está muy confundido. Y ese es el problema. Que quien lo dice está muy pero que muy confundido. Y es quien es. Me animo a decir, y creo que no exagero, que Francisco es campeón en relativismo moral.
Horroroso pontificado
Vamos camino de las dos iglesias. Una fiel a Cristo a a la doctrina de siempre y otra en la que cada uno cree y hace lo que le sale de ahí abajo.
Esta mujer habla por su propio beneficio pues si lee la Biblia como debe haberlo hecho, no haría semejantes propuestas. Parece que no leyó las Sagradas Escrituras ni le importa.
Puede ser que Valladares este equivodada y ojalá se rectifique, o ser alguien con intenciones no claras que, mostrando la careta de evangelizadora, pero que mete el puñal por lo bajo. O puede ser una infiltrada entre nuestros Consagrados. Sabemos que desde los 60s grupos anti Cristianos infiltraron su gente entre nuestros sacerdotes y monjas con la intención de destruir la Iglesia desde dentro porque nunca pudieron desde afuera. Y sí la dañaron pues éstos, mas otros que no tuvieron vocación, cometieron abusos -que se destaparon en los 90s- de los que se colgaron esos enemigos -dueños de las cadenas de noticias- y siguen hasta hoy hacuendo daño: "agrandando" los hecho, sacando de contexto y hasta difamando.
Nota de fray Nelson: Dejo el comentario como fue enviado. Y dejo también constancia de mi desacuerdo con lo dicho sobre el Novus Ordo (como tal; no con las deformaciones que tampoco faltan).
¿Creerá esta monjita que sirve a Cristo así? Hoy los 'católicos ateos' al estilo alemán u holandés ya no toman en serio a Cristo, lo consideran un personaje sujeto al tiempo y un tópico cultural 'ya superado', incluso que gracias a los 'avances' de la modernidad podemos ver hoy hacia abajo (como a niños ingenuos e ignorantes) a Cristo, a los apóstoles y a los grandes santos de la Iglesia. En suma: soberbia y complejo de superioridad, ausencia de Fe disfrazada de 'humanismo' hipócrita hambriento de notoriedad e imbuido de vanidad y preocupaciones meramente terrenas.
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