¿Nuevas catacumbas, tal vez?
Para nosotros es extraño permanecer tanto tiempo en casa. Y a fuerza de confinamiento, celebrar la fe entre la sala, la cocina y las alcobas. ¡Es bien extraño!
Según lo que he preguntado, la experiencia ha sido mixta. Tanto tiempo de convivencia en espacios que necesariamente se quedan cortos, no es fácil. Por otro lado, hay actividades, tiempos y conversaciones que han sucedido en estos días y que tal vez nunca se hubieran dado si no fuera por estas circunstancias.
En cuanto a la fe, creo que deberíamos recordar que aquello de orar en casa, catequizar en casa, aprender a servir a Cristo desde el ambiente de la casa… todo ello fue simplemente la norma para miles y miles de cristianos de las primeras generaciones. Muchos de ellos fueron cristianos en un tiempo en que prácticamente no había templos o en que la fe debía vivirse en catacumbas, en la penumbra, prácticamente a escondidas.
Todos aquellos hombres y mujeres sabían llorar de alegría cuando llegaba la Pascua, después de prolongados ayunos… que había que mantener también en secreto. ¿No tendrán quizás algo que enseñarnos?
Esa pregunta es más punzante cuando pensamos que ellos no tenían Internet ni medios semejantes de comunicación. Su fe, sin embargo, se fortalecía. Sabían apreciar lo que tenían y lo que podían hacer, sin lamentarse demasiado, según parece, de lo que no podían. ¿No será ese otro ejemplo a seguir para nosotros?
Lo digo porque estoy viendo gente que le está sacando un provecho increíble a este tiempo de cuarentena mientras que otros solo se concentran en lo que NO. Quiero decir: se concentran en que no pueden salir, o asistir a Misa, o confesarse… Y claro, todo eso duele, y todo eso puede ser materia de largas (cuasi-eternas) discusiones: que si los obispos, que si el Papa Francisco, que qué hubiera hecho Benedicto… ¿De verdad es esa una manera sabia de pasar este tiempo? ¡No será mejor celebrar una Pascua con sabor a catacumba y alabar a Dios por lo que sí podemos?
Te dejo esa inquietud. Y mientras lo piensas: ¡FELIZ PASCUA!
17 comentarios
Muchas gracias por recordarnos el lado tan bueno de lo que estamos viviendo. Por desgracia, hoy muchos carecemos, o no nos hemos preocupado de cultivar, el hábito de la oración, el estudio y la vida espiritual, sin mencionar la ascética y la caridad en la convivencia con la familia o incluso en la soledad. Dejar a Dios tomar el papel protagónico en nuestras vidas nos cuesta tanto hoy, en los días en que el celular, la tablet y Netflix son lo único omnipresente.
Resulta curioso que en otros años hablar de "Semana Santa" para la mayoría significaba una bandera a cuadros para emprender la huida frenética a playas y otros lugares de ocio y dispersión (y de pecado). Hoy, queriendo o no, estamos confinados y sólo de nosotros depende aprovechar este tesoro escondido para crecer en la Fe, la Caridad, y la comunión espiritual con el Señor y la Santísima Virgen.
Un fuerte abrazo, ¡Feliz Pascua de Resurrección! (anticipada).
Incluso le ofrecí rezar el Vía Crucis con los Padres de la Iglesia, que conoce y respeta, pero me dijo que no, que quería que leyéramos los Evangelios. Así que el Jueves Santo, dejando yo funciones litúrgicas que se ofrecían por internet, leímos la Pasión según San Mateo y San Marcos y el Viernes Santo la de San Lucas y San Juan. Y después tuvimos un coloquio.
No sé lo que pasa en su corazón porque la dificultad máxima para mi es que conoce perfectamente a los Padres de la Iglesia, a Santo Tomás de Aquino y la Tradición por lo que es un hueso duro de roer (hombre de dura cerviz, diría yo) y para mi el problema mayor es que es existencialista y cree que él debe dominar su vida y sus pasiones (pecado de orgullo).
La mayor dificultad en el Cristianismo es ponerse en manos de Dios y aceptar su voluntad, de eso estoy convencida, y creo que ese es su problema.
Llevo años rezando por él al Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida, que comunica la Gracia; a San Antonio, su Patrón, y a San José. Así que no sé si el coronavirus es la respuesta a mi oración, no por la enfermedad en sí sino porque es una prueba que algunos dejarán pasar pero quizás a otros les sirva. A él puede servirle porque la impotencia es total y la impotencia lleva a Dios o a la desesperación. Espero fervientemente que sea lo primero. Laus Deo.
Soy un seguidor suyo desde hace mucho tiempo y que creo que su labor es impecable y que nos está haciendo mucho bien a los católicos pero creo que esto hay que decirlo y contarlo porque es PALABRA DE DIOS.
FELICES PASCUAS para todos y un cordial saludo a Fraynelson que Dios nos bendiga.
Nota de fray Nelson: No, Piedad, no es increíble. Es lo que hemos aprendido a hacer los cristianos a lo largo de los siglos. Y por eso en tiempos de oscuridad somos gente que trae luz, gente que bendice y es bendición. Cuenta con mis oraciones.
Lo que yo digo en seis páginas, lo dices tú en una.
Se nota que eres de la Orden de Predicadores, y que gracias a Dios has recibido esa gracia y por ella, por la gracia, sigues fiel a tu vocación.
Demos gracias a Dios.
+JMI
Palas, nuestras oraciones por usted y por su hermano.
Soco y Carlos Gómez Aviña.
Palas, rezo por usted y su hermano, y por mis cinco hermanos, que están muy alejados de Dios y de la Fe.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed nuestra Salvación.
Bendiciones Fray Nelson.
Nota de fray Nelson: Tu intervención, que sé que representa a muchos otros católicos, nos lleva derechamente al verbo teológica y pastoralmente clave en todo esto: participar. Espero, si Dios permite, escribir algo al respecto pronto.
Nota de fray Nelson: La conversación en el plano de la historia es también muy constructiva para todos. Sirve hacer preguntas específicas. Por ejemplo: ¿Qué aspecto tenía el sacramento de la confesión a la altura de los siglos a que nos referimos. Otro punto interesante: ¿cada cuánto comulgaba un cristiano típico en aquellos tiempos? Y por consiguiente: cada cuánto se celebraba la eucaristía? Digo esto con ánimo de aprender o recordar todos. No de simple polémica. A veces una cierta idealización puede hacer que hagamos comparaciones que no son válidas.
Pero lo cierto es que entre el pueblo llano había una imposibilidad de seguir el Catolicismo debido a las deportaciones, pérdidas de dinero y tierras, penas de cárcel, etc...y a la falta total de sacerdotes.
También en Francia en tiempos de la Revolución Francesa partes enteras de Francia quedaron sin sacerdotes por no aceptar a los juramentados o sacerdotes que habían jurado fidelidad a la República.
Es decir, la ausencia de sacramentos no es una cosa nueva para los católicos porque ha habido periodos largos de la historia en que han tenido que seguir sin ellos. ¿Cómo? No lo sé.
Me ha ayudado mucho durante esta Pascua, en especial con mis hijas. Hoy al escuchar su homilía me dio más esperanzas acerca de los jóvenes de hoy. De esa indiferencia y egoísmo que presentan. Una vez más, gracias.
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