Manual para la familia del Siglo XXI
Este es quizás el video más largo que he publicado (casi dos horas!) y sin embargo, vas a querer mirarlo y estudiarlo varias veces.
Predicación del 16 de Noviembre de 2019 en la Parroquia Corpus Christi, en Bogotá.
* El poder mayor de un país no está ni en el ejecutivo, ni en el legislativo, ni en el judicial. Aún la legislación más absurda y homicida puede detenerse si las familias educan a sus hijos de modo que no sigan el camino que la ley marca erróneamente como “correcto”
* Lo “moderno” tiene varios significados, por lo menos cuatro, y conviene descubrir los desafíos particulares que cada uno de esos significados trae.
1. Modernidad tecnológica
+ Ventajas: calidad de vida, salud; cierta comodidad
+ Inconvenientes:
Perdemos lectura, comunicación, argumentación
Nos volvemos simples consumidores
2. Modernidad social
Ciertas ventajas: democracia, igualdad ante la ley, libertad de expresión
Inconvenientes: oleadas del marxismo, presión social de los medios, sistema educativo infiltrado, cultura del descarte, impacto de la lógica de las redes sociales
3. Modernidad lingüística
Ventajas: vitalidad y propiedad en el uso del idioma
Desventajas: presiones ideológicas (como el ridículo uso del “todes"), guerra semántica (banderas y dragones), definiciones impropias (libertad, amistad, justicia).
4. Modernidad en la Iglesia
+ El intento de la postura modernista: acercar el Evangelio y la sociedad.
+ Error fundamental: ver ese acercamiento como una conversión de la Iglesia hacia el mundo.
+ Daños: mundanización, incredulidad, injusticia con las nuevas generaciones
5. Propuestas finales
+ Nada cambia si no se invierte más tiempo con la familia.
+ Oración compartida: aparte de la Misa, por lo menos una vez a la semana.
+ Conversación: proveer especialmente de vocabulario emocional.
+ Refuerzo positivo: teniendo en cuenta que muchos niños y jóvenes se sienten desbordados y confundidos.
+ Cuidado con los criterios de elección, por ejemplo al buscar colegio o estudios superiores.
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Y ahora, a comprobarlo.
Paz y bien.
Lo veremos tanto en familia como entre los catequistas.
Hay un gran conjunto de cosas que se aprendían de forma metódica y cuasi automática en las familias. Se aprendía, digamos, sin dar mayores explicaciones a veces por su obviedad o tal vez por la confianza en la autoridad de los padres y maestros. Y no eran algo "caído del cielo" sino fruto de mucho martillar por generaciones y generaciones de hombres de fe, de todos los estratos sociales y en todos los ambientes imaginables donde éstos vivían hasta moldear la sociedad de la manera que la conocemos en el mundo occidental.
Llega un momento de la vida o de la historia en que hay que volver a cimentar la familia y hay que volver a explicar el por qué de ciertas cosas. Nuestro tiempo presente parece ser uno de esos momentos. Nos pide a gritos "dar sentido" a muchas de esas cosas que siempre se han hecho pero ya no significan nada para esta generación. Ejemplo: la mismísima misa.
Somos testigos de que muchos valores se han invertido, lo que antes era bueno o magnífico, ahora puede trocar en absurdo o cómico.
Como dice fray Nelson ahora hay padres que tienen miedo de sus hijos, de forma inversa (lo aclara él mismo) tampoco era bueno, pero a mi parecer, al menos indicaba la existencia de la autoridad y el respeto.
Nota de fray Nelson: Tu apelación al sofisma del tiempo (si es antiguo, ya no vale), muestra varias cosas:
1. No has leído el resumen; ni menos has visto el video.
2. Eres víctima de la modernidad "social" y de la modernidad "lingüística." De donde uno deduce que te haría mucho bien ver este video.
3. Te resulta fácil generalizar. Ese "ustedes" ¿es qué? ¿InfoCatólica? ¿Los dominicos? ¿Los católicos? Ahora bien, las generalizaciones de esa clase denotan injusticia y notable pereza. Pero, si la vences, puedes instruirte... por ejemplo, viendo este video, y otros que te saquen de tan lamentable estado.
3. Modernidad lingüística
Ventajas: vitalidad y propiedad en el uso del idioma
Desventajas: presiones ideológicas (como el ridículo uso del “todes"), guerra semántica (banderas y dragones), definiciones impropias (libertad, amistad, justicia).
Me parece ver un contrasentido entre "propiedad en el uso del idioma" y "definiciones impropias". Una de las cosas más perceptibles hoy para una profesora de lengua es la incapacidad que parece tener la juventud para definir algo y la pobreza de lenguaje es fácilmente constatable. Por lo tanto no veo más ventaja en la modernidad lingüistica que el hecho de que se vean obligados a generar palabras constantemente para las nuevas tecnologías. Fuera de ese tema la propiedad se ha perdido por desconocimiento de que los temas que no dominan llevan incorporadas palabras y definiciones que ignoran y, por lo tanto, este hecho dificulta enormemente cualquier debate.
Por otra parte se ha perdido la prudencia de hablar solo de aquello que uno domina, al menos parcialmente, como a mi me pasaría si tratara de discutir con alguien sobre la navegación a vela (no dispongo de vocabulario suficiente) y se lanzan a hablar de cualquier cosa con el mayor desparpajo. Como el criterio de autoridad ya no existe se ponen a la par de cualquiera que haya estudiado el tema en profundidad y eso dificulta el entendimiento mutuo.
Nota de fray Nelson: El exceso de concisión implica pagar un precio ;-) La idea es que, en principio, es natural y deseable que los lenguajes evolucionen para tener las formas gramaticales y los términos más apropiados para interactuar con la realidad. Sin una palabra como "ordenador", en el sentido informático de la palabra, tendríamos dificultades claras de comunicación en amplios rangos de la vida actual. O sea que en principio es algo bueno. Pero luego está el hecho de que esa evolución es irregular en las distintas áreas de la vida humana, de modo que tenemos mucho lenguaje para hablar de "apps" y muy poco para hablar de dolores, angustias, esperanzas.
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