Nota sobre la mundanización de la Iglesia
Ayunar en orden a compartir nuestros bienes con los pobres es bueno y santo pero la razón más plena y bíblica del ayuno no es solucionar un problema social.
El hecho de que tantos se sientan casi obligados a explicar el ayuno en clave de ayuda humanitaria parece ser signo de algo más profundo. Parece que poco a poco nos quieren matricular a todos en la “ICA,” la Iglesia Católica ACOMPLEJADA, que necesita demostrarle a todos, una y otra vez, que los católicos no vamos a ser una cuerda disonante en la “música” que hoy deleita al mundo. Se cumple así lo que dijo San Pablo: “vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos” (2 Timoteo 4,3).
Ya que el Papa Francisco ha advertido numerosas veces sobre la tentación y los peligros de la mundanización, conviene apuntar aquí algunas señales que nos ayudan a despertar a esa realidad nefasta para la fe:
(1) Eliminar las palabras incómodas del Evangelio, empezando por pecado, arrepentimiento, conversión y salvación.
(2) Ocultar sistemáticamente lo que concierne al sacrificio redentor de Cristo. Y por ello: disminuir o hacer desaparecer términos como Cruz, Sangre, sacrificio, sacramentos, abnegación, valor incomparable del martirio.
(3) Presentar la vida cristiana como un conjunto de “ideales” que pueden servir de inspiración, modelo o guía pero que son eso: ideales y por tanto no se le pueden exigir a nadie. Lo cual implica que no hay una diferencia real entre lo bueno y lo malo sino una serie infinita de grados y matices, una escala en la que todos cabemos y que por lo tanto hace aceptables, en cierta medida, todos los comportamientos.
(4) Privilegiar algunos pecados por encima de los demás. Los pecados “privilegiados,” o pecados con corona, tienen un régimen especial. Son tratados con delicadeza, eufemismos, circunloquios, sonrisas de profunda empatía, gestos de comprensión frente a lo inevitable. Ejemplo: la esclavitud de seres humanos en el siglo XVII; las prácticas homosexuales en el siglo XXI. Como lógica consecuencia, otros pecados son presentados en cambio como lo peor de lo peor, por ejemplo, la corrupción política o el daño ecológico. Este tipo de faltas, que pueden ser muy graves, están sobredimensionadas en algunos sermones actuales, que quizás quieren caer bien en los oídos de los que ya piensan de ese modo.
(5) Disculparse una y otra vez de las mismas fallas del pasado, cometidas por cristianos católicos a lo largo de los siglos. Como si cada discurso hubiera que empezarlo SIEMPRE pidiendo perdón por Galileo, la inquisición, la Matanza la Noche de San Bartolomé, el abuso sexual a menores, el daño causado a culturas aborígenes. Sin quitar importancia a las fallas graves allí sucedidas, uno ve que esos reconocimientos por parte nuestra no encuentran una contraparte por parte de los ateos, los protestantes, los comunistas o los que han perseguidos sistemáticamente la religión.
(6) Justificar, tácita o explícitamente, la existencia de la Iglesia solo en la medida en que es una institución humanitaria que resuelve problemas sociales y ayuda a una convivencia pacífica entre todos. por algo el Papa Francisco ha tenido que explicar más de una vez que la Iglesia no es una ONG.
(7) Abandonar en las nieblas del agnosticismo–endulzado con matices generalísimos sobre la misericordia divina–los temas propios de la vida eterna y las postrimerías.
(8) Tener siempre a mano una serie de etiquetas y caricaturas para descalificar a todos los que pretendan hablar del Evangelio con un lenguaje que recuerde la radicalidad, la santidad o aquello de que no vale nada el mundo entero si uno pierde su alma. Las etqietas preferidas serán: fariseos, rigoristas, legalistas, preconciliares, cruzados y sobre todo: “nostálgicos de una Cristiandad ya superada.”
La buena noticia es que hay acciones prácticas que uno puede hacer para quitarle fuerza a la mundanización de la Iglesia.
(1) Si uno compra libros del autor espiritual de moda, que nunca habla de redención ni del valor de la Sangre de Cristo, uno está fortaleciendo la mundanización. Si en cambio uno busca y compra autores clásicos, de probada virtud y doctrina, está haciendo un bien a la Iglesia.
(2) Si uno va a la película que todo el mundo está viendo, y que contiene blasfemias y lenguaje sacrílego, uno es parte de la mundanización de la Iglesia y está fortaleciendo a los enemigos de Cristo.
(3) Si uno sistemáticamente prefiere el arte religioso que disimula el dolor Cristo, por ejemplo con cruces del Resucitado, posiblemente está favoreciendo la idea de la entrega absoluta por la gloria del Padre y por nuestra salvación no es el camino propio de todo cristiano.
(4) Si uno guarda silencio cuando por enésima vez se recuerdan heridas o problemas de la Iglesia, de seguro uno está siendo cómplice del buenismo y la mundanización. Si uno en cambio reconoce con claridad lo que hay que reconocer pero además sabe bien y difunde bien lo que hoy se calla por medicridad y por complejo está haciendo una gran obra.
(5) Pero es sobre todo la vida nuestra, la de cada uno en su vocación y lugar, la que puede hacer la diferencia. Si somos expresión de la profundidad y extensión del reinado de Cristo podremos ser también testigos que con su vida y sus palabras proclamen: ¡Viva Cristo rey!
24 comentarios
Que tenga una santa Cuaresma.
¡Y que viva Cristo Rey!
- Para de vez en cuando durante la Misa, coge su guitarra, se recoge alba y casulla y...a tocar !!!! Lamentable abuso litúrgico.
- No reza las preces, sino que, micrófono en mano, recorre el templo en busca de quien quiera lanzar espontáneamente sus peticiones personales.
- No dice homilías, suelta opiniones personales, algunas de dudosa ortodoxia.
- Introduce elementos no previstos en la liturgia.
El espectáculo es bochornoso, lamentable, triste y de funestas consecuencias sobre el alma de los asistentes a tales espectáculos circense-clericales. Seguramente lo hace con buena fe, pero también con mal criterio. El buen criterio es seguir estrictamente las rúbricas del misal y las instrucciones del IGMR.
Muchas gracias, Fr. Nelson
Nota de fray Nelson: Yo siempre recomiendo Catecismo de Juan Pablo II. Para mí sigue siendo una mina casi inexplotada.
¿Qué hacer, aparte de sufrir? Rezar sí, y nunca suficiente, pero... Ultimamente, escuchándole a Vd. digo: Señor, haz en él tu Voluntad"... pero ufff
No es licita ninguna pasividad por el espíritu
1."Eliminar..": eso es falsear
2. Ocultar la actualizacion del sacrificio redentor"? Eso es falsear
3. "El cristianismo como un idealismo" o collage de familias.. es falsear
4." Privilegiar algunos pecados.." dar mal consejo. Jamás es licito aconcejar pecar aunque sea la menor opción moral.
5."Disculparse una y otra vez…" viéndolo como si encausa al odio incendiario. Eso es falsear, incendiar la casa, incrementar odio y división llamado a la ruptura percecucion..
6. “iglesia como medida humanitaria”.. es falsear máxime cuando deja de llamar a la conversión o renuncia su vocación de acoger el perdón sanador. es falsear
7. Al punto..
8. “las etiquetas y descalificar..” el evangelio es exigente, es renuncia, abstinencia, es someterse a la voluntad de Dios, es perder ante el plebiscito de Pilato, a la votación del sínodo de los Celotes, agnósticos…el evangelio es accion concreta..
en fin siempre verán al crucificado como un rígido de su doctrina hasta decer "no saben ellos lo que hacen" muy rigido.
Este ataque es muy continuo, porque no soportan ver que el Crucificado ha resucitado.
Al final de ¡Viva Cristo Rey!, añado con la solemnidad: ¡Viva Cristo Amor!, Viva Cristo Perdón!, ¡Viva Cristo Servidor!, ¡Viva Cristo Misericordia!....
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