Para no diluir la preciosa palabra 'misericordia'
Por favor, señale en cuál de los siguientes diez (10) pasajes de los evangelios Jesucristo dejó de ser misericordioso–o en caso contrario, amplíe Usted y complete su idea de misericordia:
* En Lucas 24, Jesucristo llamó “necios y torpes para entender las Escrituras” a dos de sus discípulos.
* En Mateo 16, llamo “Satanás” al apóstol Pedro, porque este quería disuadirlo de seguir el camino de la Cruz.
* En Juan 3, expulsó a latigazos a los que vendían palomas o cambiaban dinero en el Templo de Jerusalén.
* En Lucas 9, llamó “generación incrédula” a un grupo de seguidores, y preguntó: “¿hasta cuándo tendré que soportarlos?” con ocasión de un exorcismo que sus apóstoles no pudieron completar.
* En Juan 4, le dejó muy claro a la samaritana: “El hombre con el que estás viviendo NO es tu marido…”
* En Mateo 11, le anunció a la ciudad de Cafarnaúm que iba derecho hacia el infierno: así tal cual.
* En Juan 18, le aclaró a Pilato que él estaba en pecado, y que los que lo habían entregado a él estaban cometiendo un pecado peor.
* En Lucas 17, anunció la condenación para los que escandalizan o hacen perder la fe a los niños.
* En Mateo 26, dijo del traidor: “más le valdría no haber nacido.”
* Numerosas veces trató a sus adversarios de hipócritas, sepulcros blanqueados y raza de víboras.
Todos estos son pasajes reales de la Biblia. No se quede Usted con un Jesucristo mutilado o acomodado a los gustos del tiempo presente. Jesucristo NUNCA dejó de ser misericordioso; pero la misericordia incluye mostrar y denunciar el pecado, y llamar con voz clara a la conversión.
19 comentarios
Siguiendo su invitación yo completaría mi idea de su misericordia con su justicia, es precisamente lo que intento hacer en la nueva edición del libro "Dios perdona, pero también castiga" (uncatolico.org/LibroDios) que le comparto con mucho gusto. Nos dice el Señor:
«Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna» (Mt 5,27-30)
Jesús dice que ante el pecado hay que evitar toda ocasión de pecar y habla muy duramente, sin dejar de ser misericordioso. La gracia santificante es una maravilla y un tesoro que siempre debemos cuidar y para eso hay que evitar la ocasión de pecar, es imprescindible el evitar la ocasión de pecado y tener propósito verdadero de no volver a caer. No es verdad que yo pueda tener una verdadera confesión si no tengo intención real de evitar las ocasiones de pecado y el Señor nos enseña que debemos evitar toda ocasión de pecar.
Creo saber el porqué de este artículo y no puedo más que decir que comparto su preocupación y su prudencia. Oremos con cariño junto al Señor está noche, hagámosle compañía en el sagrario, démosle esa alegría.
Oye sin Cristo no hay paz,
oye sin Cristo no hay más,
mira sin Cristo jamás,
no hay paz, ay, sin Cristo...
Me ha sido de gran consuelo. Por mi tipo de espiritualidad estoy en contacto cotidiano con la Sagrada Escritura y los Padres de la Iglesia (soy un laico que reza la Liturgia de las Horas) y llevo no poco tiempo sumido en gran desconcierto porque encuentro diferencias y contradicciones entre el discurso de la jerarquía eclesiástica actual (pontífice romano incluido) y la doctrina católica tal y como siempre se ha predicado y enseñado, y por supuesto con el mismo Evangelio.
He de hacer también una confesión dura: [editado...]
Obra de misericordia es "corregir al que yerra" y por ende, no sólo permisivismo y sonrisitas.
Las mismas tres grandes parábolas de la misericordia (Lc 15), que se proclaman justamente en este Domingo XXIV - Año C, Jesús las expone para contrarrestar a escribas y fariseos que lo acusaban de "acoger a los pecadores y comer con ellos" (ibid., v. 2). También el "Scriba mansuetudinis Christi" (como llamaba Dante a Lucas), trae no menos la reprensión severa a Cleofás y su compañero: "¡Qué necios y torpes sois, para creer en lo que dijeron los profetas...!" (Lc 24, 25).
Cuán necesaria es la Misericordia en estos tiempos tal y como bien lo proclamó San Juan Pablo II y tan acertado el Papa Francisco al convocar este Año Santo de la Misericordia.
Sin embargo; hasta ahora leo un comentario tan acertado como el suyo.
Se pronuncia tanto la palabra 'misericordia' en estos días que ha terminado por diluirse su significado!!!!!..... Una vez más el Señor nos estará diciendo: "Vayan y aprendan lo que esto significa : 'Misericordia quiero y no sacrificios'...." ! ! ! ! ! .... me pregunto : cuánto hemos aprendido en este Año Jubilar? ? ? .... Ejercitémonos pues en la Misericordia; ya que serán "Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán Misericordia ".
E imagino que esto es el motivo por el cual su enseñanza; siempre está enfocada en el arrepentimiento y la conversión. (Lc 11, 30)
Porque ÉL que TODO lo sabe; conoce que el pecado es una trampa del enemigo, de la que se debe aprender a salir, para beneficio del pecador y la Alegría de su Señor; que hasta hace una Fiesta en el Cielo por cada pecador que se arrepiente. (Lc 15, 7)
Si sabemos que en el mundo cualquier padre de familia busca el desarrollo integral de sus hijos para que vivan mejor; (Mt 7, 11) acaso será posible llegar a creer que Dios Padre Todopoderoso, quien Sacrificó a su Único Hijo para hacer una Alianza Nueva y Eterna; (Jn 14, 30-31) y que además dejó su Santo Espíritu para ayudar al ser humano en su debilidad (Jn 15, 26) y así este no volviera a fallar; (Mt 8, 17)) acepte que sus criaturas se conformen con una "mediocridad espiritual"; sin exigirse el máximo de lo que su ser puede lograr, que es el llegar a Renacer del agua y del espíritu, para alcanzar la Santidad. (Jn 3, 4-6) Palabra de Dios.
Días atrás en un comentario sobre ella con mamá me dice: "el padre Elias dice que solo Dios sabe si ella viviendo asi se condena, porque Dios es misericordioso y nosotros no podemos juzgar". Le conteste: "mamá eso es lo que dice la Biblia? " y ella me contesto: no. Aclaro que mi hermana sigue siendo catequista. Y mi madre que lloraba rezando por la conversión de su hija, ya no se apena por eso. Y es una mujer de fe, madre de 9 hijos, con una vida conforme a la voluntad de Dios, piadosa. Que dolor inmenso me causa esta Iglesia que no cuida de los mas débiles. Que dolor! Ven pronto Señor! !
Dios le bendiga
Empeñarse en ver en los Evangelios a un Cristo represor y castigador es sencillamente estúpido.
Cristo llama la atención sí,pero siempre acoge al pecador, como con Zaqueo, como con Marcos,como con el Buen ladrón, como con la mujer adúltera........y por cierto, con quien se cabrea en el templo es con los que hacen negocio y usan la religión para su propio beneficio.
Exactamente como ustedes.
Un Dios que no es misericordioso no merece existir y por eso no existe (y si existiera, me traería sin cuidado, que se quede con su paraiso)
Nota de fray Nelson: [Modo ironía ON] Gracias a Dios, que te creó a ti, que no juzgas a nadie... [Modo Ironía OFF]
Ya en serio: tu comentario retrata bien el daño que la sociedad en general, y el pueblo católico en particular está sufriendo con respecto a la palabra misericordia, así como con respecto a multitud de términos bellos y esenciales al mensaje cristiano.
Este daño se puede resumir en la imposición de la idea sobre la revelación. El orden propio de las cosas, como aparece en la Biblia es este: Dios se revela por medio de palabras y obras (Constitución Dei Verbum, n. 2), y a partir de su revelación nosotros aprendemos qué significa salvación, amor, justicia, redención felicidad, misericordia, ternura, y cada palabra que es significativa para nuestro bien en Cristo.
El orden marcado sobre todo desde la Modernidad es el de quien escribe con el nombre Javier Ejías: Yo tengo una idea de lo que debe ser misericordia, y la Biblia debe acomodarse a (es decir, "re-leerse"-desde, interpretarse-según) lo que yo pienso. Como para mí la misericordia no incluye que Jesús tenga ira, entonces recordar el pasaje de la ira de Jesús es, en palabras inmortales de Javier Ejías, "sencillamente estúpido." Como Cristo no puede realmente regañar a sus discípulos, porque eso no coincide con la idea propia de mi buenismo ("kindness," dicen en inglés), entonces, en expresión bruñida y labrada por Javier Ejías, citar ese pasaje bíblico es "sencillamente estúpido."
La verdad es que para los Javier Ejías que abundan hoy en tantas partes, todo lo que pretenda cambiar mi idea de lo que tiene que ser la misericordia, o de lo que significa arrepentirse; todo lo que no quepa en el mundo en que me siento a gusto, todo eso es "sencillamente estúpido."
Y por supuesto, dejar a la gente en su error y en su pecado, mientras va uno por la vida llamando estúpidos a los que no piensan como uno... adivinen todos cómo se llama y qué es: ¡es misericordioso!
Alabado sea Jesucristo.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.