Amoris laetitia - ¿Y ante la confusión, qué?
Así como no se puede tapar el sol con un dedo, tampoco se puede ocultar la perplejidad que muchos fieles experimentan ante un documento tan esperado como es Amoris laetitia, la exhortación apostólica postsinodal con que el Papa Francisco ha presentado tanto las conclusiones del sínodo 2014-2015, como las directrices pastorales que él considera coherentes con lo discutido durante los pasados dos años.
La perplejidad aumenta por dos razones. En primer lugar, hay voces de gran autoridad que están sacando conclusiones diversas, incluso opuestas, mientras afirman basarse en las palabras del Papa. Así por ejemplo, mientras que Mons. Lingayen Dagupan, arzobispo presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, invita a que “ya” se abra espacio en la mesa de la eucaristía a los que están en relaciones “rotas,” al mismo tiempo, Mons. Livio Melina, presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II, recuerda a todos que comulgar en esas condiciones entraña pecado grave. (Más información sobre este tipo de divergencias en el magnífico artículo del P. José Ma. Iraburu sobre el Cap. VIII de AL). Nadie que ame a la Iglesia puede llamar a esto una situación particularmente deseable para la Iglesia y su obra evangelizadora.
En segundo lugar, vivimos tiempos de gran crispación en los que los juicios apresurados y absolutos desfilan en todo tipo de ambientes y conversaciones. Hay amigos que, después de asegurarme que la sede de Pedro está vacante, es decir, que no hay legítimo Papa en este momento, me han dado un portazo y me han bloqueado en Facebook. Es una afirmación absurda que de ninguna manera comparto pero que muestra que el volumen de las discusiones ha hecho saltar los quicios mínimos del respeto y la prudencia. Mientras que algunos quieren presentar todo lo anterior al Papa Francisco como una caverna fría de legalismos y abstracciones, otros quieren que veamos en nuestro Papa a una especie de infiltrado, venido de otro tipo de oquedad, sulfurosa y perversa. Y repito: nadie que ame a la Iglesia puede llamar a esto una situación particularmente deseable para la Iglesia y su obra evangelizadora.
Por eso la pregunta: Ante la confusión, ¿qué? Ofrezco algunas sugerencias:
1. Aunque Amoris laetitia no sea el documento que más nos haya gustado, ello no nos exime de encontrar numerosos valores y afirmaciones útiles y bien dichas, particularmente en lo que respecta a los consejos prácticos para la preparación al matrimonio y lo que se dice sobre la vida de hogar. Hacer descalificaciones en bloque o aprobaciones sin discernimiento ayuda poco en el ambiente eclesial y social en que hoy nos movemos. Se impone una actitud serena, que discierna y que esté dispuesta a escuchar y aportar con un sano sentido crítico.
2. Conviene darse cuenta de que casi todas las controversias sobre esta Exhortación papal tienen que ver con el Capítulo VIII, que se refiere a las situaciones “irregulares.” Y sucede que el tono usado por el Papa, sobre todo en este capítulo de su documento, y además las múltiples matizaciones que hace, los continuos llamados a discernir, pensar o sopesar, indican que no pueden considerarse las afirmaciones o insinuaciones allí contenidas como magisterio pontificio propiamente dicho. Lo propio del magisterio petrino es definir en una dirección o en otra; puesto que, por las razones que sea, el Papa Francisco, ha preferido dejar cuestiones abiertas, no cabe hablar aquí de un ejercicio de ese magisterio. Cosa que no es extraña: expresamente dijo el Papa Benedicto XVI, al publicar su trilogía “Jesús de Nazareth” que no se trataba del magisterio del papa sino de la reflexión de un teólogo. Algo parecido sucede con AL, aunque desde el ángulo pastoral: lo que este documento nos da son sus reflexiones y propuestas, que él mismo reconoce como aproximaciones a realidades sumamente complejas.
3. ¿Por qué el Papa ha obrado así? Posiblemente porque se da cuenta de la urgencia del asunto (y por eso la Iglesia no puede permanecer callada o limitarse a lo ya dicho) pero a la vez se da cuenta de que el tema es extremadamente complejo y contiene numerosas ramificaciones (y por eso no está maduro para dar decisiones y definiciones de valor más permanente). ¿Por qué son insuficientes las declaraciones anteriores, por ejemplo, las contenidas en Familiaris consortio? Porque han sido ocasión de que muchos, pastores o laicos, despidan a quienes están viviendo duros dramas emocionales o afectivos sobre la base de diagnósticos simplistas que no van más allá de lo legal. Algo así como reducir el problema ecuménico a “que esa pandilla de herejes deje su obstinación y haga fila para confesarse…” Ese es el tratamiento que muchos católicos en situación irregular han vivido: se les ha tratado casi como excomulgados, generando un efecto en cadena que aleja de modo inmediato a sus hijos. Aunque nadie puede juzgar en último término las intenciones del Papa Francisco, cabe suponer, por el valor real que él le da a la palabra “misericordia,” que en su criterio la Iglesia no puede simplemente poner avisos en los muros avisando a la gente por qué está excluida. Si esta interpretación que presento es correcta, hay que ver su exhortación apostólica en primer lugar como un grito de dolor frente a tantas situaciones que no tienen fácil solución pero que tampoco pueden dejarnos indiferentes.
4. En varias ocasiones el Papa ha manifestado que no es su deseo cambiar la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio. Esto indica que AL debe ser leída a la luz de los inmensos tesoros que la Iglesia ha expuesto en su magisterio, y no lo contrario. La Iglesia Católica no está empezando a entender el matrimonio en el año 2016 ni la misericordia está empezando su camino en la comunidad cristiana en abril de este año. No se puede menospreciar el valor de denuncia y de búsqueda de caminos que se percibe en AL pero tampoco se puede caer en una lectura infantil, oportunista o demagógica que quiera resumir la historia de la Iglesia como una larga noche de opresión, que por fin se abre a las luces del alba con este documento. Repito: todo lo dicho sobre la familia conserva su validez, y si vamos a hablar en términos de calificación teológica, todo lo anterior tiene un peso y calificación superior a la reciente exhortación papal de modo que están abusando los que pretenden justificar comuniones sacrílegas o incluso “nuevos modelos” de familia apoyándose en AL.
5. Y por supuesto, oremos. Pidamos luces más y más abundantes para el Papa. Pidamos que nuestros corazones sean sensibles al dolor de aquellos que se encuentren en situaciones objetivas de pecado sin encontrar un camino cercano y real que les lleve a superar su condición. A nuestros hermanos que así se encuentran no les servimos callando la magnitud de su pecado pero tampoco les ayudamos gritándolo o repitiéndolo como si nada más tuviéramos para ofrecerles. Para llegar a esa palabra, como la de Cristo, que señala al pecado y abraza al pecador hace falta no sólo tener recta doctrina o buenas intenciones: hace falta algo que se llama santidad, y el camino hacia allá implica oración, penitencia, crecimiento incesante en el amor a Dios y al prójimo.
43 comentarios
"Amoris Laetitia" es la gota que está colmando un vaso que lleva mucho tiempo llenandose.
Y hay tanto, tanto, tanto desastre para arreglar, que es comprensible que cada vez haya mas desesperación, porque no se ve salida firme y todo son apaños para ir tirando mientras la barca da la impresión de que se hunde y nadie sabe que hacer...
Nota de fray Nelson: Supongo que no eres el único que siente así. Y coo desahogo, ahí lo dejo. Pero no es opinión que comparto.
El problema de la interpretación del magisterio ordinario no es uno que comenzó con el Papa Francisco, pero en este caso se ha agudizado. Tradicionalmente el magisterio ha actuado más bien como árbitro que llama la atención cuando algún teólogo o grupo de teólogos o pastores se han desviado de la auténtica doctrina. Es lo que sucedía en el siglo XVII cuando se dieron varias condenas del jansenismo, y lo mismo en tiempos de San Pío X en el caso del así llamado modernismo. Hoy en día el magisterio se ha metido en varios campos que a mi parecer no le corresponden quitando a los pastoralistas y otros su papel. Incluso se mete en cuestiones de psicología, sociología y de ciencias. Por ello, el mismo magisterio dificulta la interpretación de sus intervenciones.
Según la Lumen Gentium, se distingue el magisterio que es de fide y pide un asentimiento de fe que puede ser expresado sea en definiciones extraordinarias, que son muy raras, o en el magisterio ordinario con ciertas características. Luego otras intervenciones del magisterio se asienten con "religioso asentimiento de la voluntad", es decir, no son definitivas, pero seguras. Luego puede haber otro tipo de afirmación que se podría llamar marginal o que no entra directamente en el campo específico del magisterio, como por ejemplo en la Doctrina Social de la Iglesia cuando se hace referencias a la política o la economía, o a mi parecer buena parte de la Amoris Laestitia o parte de la Laudato. Éstas pedirían al católico fiel una aceptación respetuosa debido a que provienen del Papa o de los obispos, que detienen la autoridad apostólica en la Iglesia, pero no necesariamente un asentimiento de la mente o de la voluntad, por no pertenecer directamente e inmediatamente al campo de la fe y a moral. Por ejemplo, el Papa Francisco, en la Laudato Si, se declara a favor de la teoría del calentamiento global y dice que hay consenso entre los científicos sobre esta teoría, pero en realidad no es así, y es una cuestión muy politizada. Por lo tanto, considero que en Amoris Laetitiae, hay muchas afirmaciones que pertenecen a la doctrina común o del magisterio de la Iglesia acerca del matrimonio y la familia. Hay otras que caen dentro de lo que serían consejos y recomendaciones que no exigirían un asentimiento, pero sí respeto y en cuanto posible se puedan asumir.
Dicho todo esto, no creo que convenga que el magisterio esté interviniendo sin hablar con claridad. La gran mayoría de los fieles no tienen entrenamiento en la teología y en las necesarias distinciones que hay que hacer. Piden unos criterios claros y comprensibles y que no haya confusión en lo que enseña la Iglesia.
Si bien es cierto que hay situaciones dolorosos a los que el Papa Francisco quiere responder, pero ¿donde ha dicho Jesús que la vida iba a ser fácil o que las decisiones que uno toma en la vida pueden tener consecuencias dolorosas? No hay que dar la impresión de que antes los confesores y pastoralistas no tomaban en cuenta la situación real y concreta de los penitentes y no los ayudaban a progresar en la aceptación de la moral que enseña la Iglesia. Hay el peligro de "levantar hombres paja" para luego derribarlos. No es buena práctica esa. Por ejemplo, ¿qué se quiere decir que con repetir que los divorciados que viven en un estado objetivo de adulterio "no están excomulgados"? ¿Acaso algún teólogo, o sacerdote les está diciendo eso no no sabe lo que es la excomunión como pena canónica? También hay que tener una gran confianza en el poder de la gracia que actúa misteriosamente en el alma de los fieles. San Agustín habla de la "delectatio victrix", y de cómo el amor aligera la carga. Seguramente se acordaba de su propia situación y cómo la gracia triunfó y lo llenó de alegría de manera que una vez que eso sucedió sintió una enorme alegría. Por algo es el "Doctor de la gracia".
... prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades.
EG 49
"Creo en la Iglesia....." el terminaba con el pensamiento de "a pesar de todo".
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Nota de fray Nelson: Queda claro que entre los lectores hay quienes no tienen la más remota de idea de qué es matrimonio, qué es eucaristía y qué es Iglesia. Eso habla de las miles de profanaciones diarias. Y exige de quienes somos creyentes oración, penitencia, testimonio y predicación.
conclusión; la actitud del padre pio fue la correcta con los pecadores, sin demagogia, sin buenismos, sin sentimentalismos baratos, y gracias a eso el padre pio si logro muchas conversiones!
lograra amoris laetitia lo mismo que padre pio? lo dudo mucho!
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Pero donde no puedo estar de acuerdo en absoluto es en su punto "3".
La Familiaris consortio y documentos pontificios anteriores NO "han sido ocasión de que muchos, pastores o laicos, despidan a quienes están viviendo duros dramas emocionales o afectivos sobre la base de diagnósticos simplistas..."
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Esto puede haber pasado en alguna rara ocasión pero en la mayoría de los casos la praxis pastoral ya era por desgracia la opuesta: decirles que su situación estaba bien, que no había nada que cambiar y que el único problema estaba en la "rigidez" de la Iglesia "oficial".
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Es decir, el problema frente al que se encontraba la Iglesia antes del Sínodo no era que se diera un "mal trato" a estas personas en situaciones irregulares "condenándolas" sino que se las confirmaba en su error. Es un fenómeno muy frecuente hoy día en todos los ámbitos: si uno, aunque sea con todo respeto, lleva la contrarío a otro en un asunto de especial interés para este, es acusado de mal trato. Por ejemplo, si se defiende, con todo respeto, que el matrimonio es de un hombre con una mujer, automáticamente cae la acusación de mal trato y odio hacia los homsexuales.
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Una última cuestión. En mi opinión, la confusión creada ahora (ya está en la calle y en todas partes) no compensa cualesquiera virtudes que tenga el documento.
Nota de fray Nelson: Yo he visto las dos cosas: tanto la aprobación irresponsable (y cómoda) como el rechazo frío y seco.
Que pesados están ustedes los conservadores con si la AL es o no es magisterio de la Iglesia.
¿Que mas da si es o no magisterio el documento? [editado]
Nota de fray Nelson: Para superar sandeces, sugiero la lectura meditada de este buen artículo.
Saludos.
No veo cómo se podría ir más allá de "Familiaris Consortio" sin autorizar a recibir la Eucaristía en estas condiciones, lo cual equivale a dar por buena la "pastoral del sacrilegio eucarístico".
Para exhortar a los católicos a ser mas misericordiosos en la práctica, no hacía falta convocar un Sínodo de la Familia con dos reuniones anuales sucesivas, ni anunciar un documento que levanta tanta expectativa, y todo ello sobre un punto propiamente doctrinal como es la imposibilidad de comulgar en situación de adulterio, y que al final no se pronuncia sobre el tema.
La única cosa concreta que veo que ha salido del Sínodo es la reforma de los procesos de nulidad matrimonial, que a su vez levanta su discusión propia, pero que al menos no va en principio contra la doctrina católica.
Saludos cordiales.
Por ejemplo, la idea de matrimonio como "ideal". Ya no hay matrimonios y no-matrimonios sino diferentes situaciones que se aproximan más o menos al "ideal". De hecho se desliza la idea de que una unión no matrimonial puede estar más cercano al ideal que un matrimonio si posee otras características que podríamos resumir en vivir mejor algunas virtudes como la caridad, la generosidad, etc. Así dos divorciados que se quieren mucho, con muchos hijos a los que dedican mucho tiempo y además hacen muchas obras de caridad, se aproximarían más al "ideal" que un matrimonio sin hijos y con grandes dificultades en su relación.
No es sólo el capítulo 8.
Dice usted que el Papa ha dicho que no quiere cambiar la doctrina. Pues claro, ni siquiera creo que pudiera, pero si por un supuesto, llamemosle de ciencia ficción, quisiera vaciar de contenido la doctrina para hacerla "evolucionar" hacia las tesis liberal-modernistas ¿Acaso diría otra cosa? ¿Y qué método seguiria en tal supuesto? Plantear excepciones basandose en casos extremos pero obviando que son eso, casos extremos (ya hemos visto en lo politico y en otros ambitos cómo se introduce un caballo de troya con casos extremos como la violación con el aborto). Y ¿que otra cosa hace el Papa cuando por ejemplo sugiere como válida una confesion por el solo hecho de aparecer por el confesionario porque puede existir algún caso de alguien incapaz de verbalizar sus pecados? ¿Y cuando llama mera "irregularidad" a lo que siempre ha sido un pecado grave de adulterio? ¿Ignora el Papa que sus palabras tienen consecuencias y que media iglesia - la "progresista" está esperando un pretexto para para arrumbar en el baúl de las cosas oxidadas cosas como la indisolubilidad matrimonial? No lo tengo por tan ingenuo. Que en Amoris laetitia hay muchas cosas hermosas es evidente, pero si al más perfecto de los platos le añadimos dos gramos de arsénico el plato entero es veneno. Francisco no ha roto con la doctrina tradicional de modo abierto, cierto, pero ha abierto - a mi modo de ver con perfecta consciencia- las puertas por las que esa doctrina puede quedar reducida a mero "ideal" como él mismo dice. Y todo el mundo sabe que los "ideales" raramente se realizan de modo concreto en este bajo mundo.
A mi entender, por más que se quiera remedar, emparchar o como quiera llamarle, la fisura en la Iglesia la termina de hacer Papa Francisco.
Cuando el llama pecadores, duros y fariseos a los cristianos que quieren vivir como Dios manda...¡a costa de perder hasta su propio trabajo y fama!, y llama a la misericordia a los que no quieren dejar de pecar, puesto que quieren seguir viviendo a espaldas de Dios...eso es signo de que se perdió el rumbo.
La Iglesia siempre tuvo misericordia del pecador arrepentido..¡yo misma lo he experimentado! y siempre trató de dirigir por el camino correcto a los adúlteros para que no perdieran la esperanza de acceder a la vida de la Iglesia. ¿Cuál es la novedad, entonces?
La novedad es el cambio de paradigma: los católicos se condenan y los pecadores se salvan por la gran misericordia de la Iglesia.
La grieta ya está consumada.
Nota de fray Nelson: No creo que tus palabras correspondan a la Exhortación Amoris laetitia. Entiendo que haya perplejidad o dolor pero conviene hablar ajustándose a los textos.
- ¿Por qué son insuficientes las declaraciones anteriores, por ejemplo, las contenidas en Familiaris consortio? Porque han sido ocasión de que muchos, pastores o laicos, despidan a quienes están viviendo duros dramas emocionales o afectivos sobre la base de diagnósticos simplistas que no van más allá de lo legal. Algo así como reducir el problema ecuménico a “que esa pandilla de herejes deje su obstinación y haga fila para confesarse…” Ese es el tratamiento que muchos católicos en situación irregular han vivido: se les ha tratado casi como excomulgados, generando un efecto en cadena que aleja de modo inmediato a sus hijos.
Lo siento pero no me queda mas remedio que preguntarle, ¿acaso en Colombia es habitual que despidan como usted dice a los amancebados? En España le aseguro que no y supongo que en el resto de Europa muy parecido a España. Tal vez en Colombia los sacerdotes sean especialmente secos y adustos, y rigurosos. En europa no. Yo he estado en muchos países oyendo misa regularmente. Concretamente 13, y jamas me he encontrado un cura así, al contrario. Bien es cierto que yo no estoy amancebado, pero el talante del cura se nota en seguida, o yo por lo menos lo percibo en muy poco tiempo. Mi experiencia personal en esos 13 países es justo la contraria de la que usted expresa, luego no entiendo como ese razonamiento suyo puede servir de justificacion para emitir o sustentar la necesidad de la AL. Lo siento pero yo le cuento lo que he vivido. Y me refiero a misas diarias, no solo de domingo.
- Y MAS ADELANTE:A nuestros hermanos que así se encuentran no les servimos callando la magnitud de su pecado pero tampoco les ayudamos gritándolo o repitiéndolo como si nada más tuviéramos para ofrecerles. Para llegar a esa palabra, como la de Cristo, que señala al pecado y abraza al pecador hace falta no sólo tener recta doctrina o buenas intenciones: hace falta algo que se llama santidad, y el camino hacia allá implica oración, penitencia, crecimiento incesante en el amor a Dios y al prójimo.
No me deja mas remedio que preguntarle. ¿Sabe usted que los heterodoxos en España acusan a este portal de duros de corazón y faltos de misericordia entre otras lindezas, por impartir doctrina clara y precisa? Según ellos ustedes y los comentaristas somos los que como usted dice les gritamos su pecado.
En realidad se trata de una falsa discrepancia. Los heterodoxos pretenden el perdón sin arrepentimiento o la comunión sin estar en gracia. Y al que les dice que eso es imposible y que no es católico le acusan de emplear los mandamientos para apedrear a sus hermanos que es justo lo contrario. Es decir los que atacan este portal emplean precisamente argumentos muy parecidos a los que usted expone como justificación para la AL.
Y por último no me deja mas remedio que hacerle una pregunta final. Usted dice que para corregir a los hermanos ademas de doctrina hay que tener santidad que usted cifra en oración penitencia y amor a Dios y al proj. ¿Es posible tener santidad sin buena doctrina o con una doctrina errada? ¿Como contribuye la AL en su ambiguedad calculada a fomentar la buena doctrina entre los fieles normales católicos?
Nota de fray Nelson: Ante todo, no tienes que disculparte tanto para hacer preguntas. :-) Intento responder.
a. Los desprecios no se dan a la hora de hacer la fila para comulgar. Tendría que estar sucediendo algo escandaloso y sacrílego en ese momento. Es más una actitud de "aquí no cabes," dentro del conjunto de la vida de la parroquia.
b. La acusación de dureza es frecuente. Eso por sí mismo no ha de movernos en una o en otra dirección. La gente se quejará. Es un hecho.
c. Yo por lo menos no opongo santidad y recta doctrina: ¡se reclaman mutuamente! Así que hemos de orar mucho.
"JESUCRISTO ES EL MISMO AYER, HOY Y SIEMPRE" (Heb 13, 8).
Que Dios lo bendiga siempre.
Hay muchos pecados que podrían justificarse también, ya puestos, frente a los Diez Mandamientos...y esa no es la Doctrina de la Iglesia Católica.
Creo que entre lineas el Papa nos invita a la alegría del amor verdadero, el que cuesta, sin juzgar y con la libertad que Dios nos ha dado para pecar o no . Que todos ayudemos a acercarnos mas a la familia dentro de la Iglesia, sin dejar a nadie fuera, pero todos cumpliendo las normas propuestas de siempre.
Quizá un poco más de claridad ha faltado para no dar lugar a elucubracines y experimentos. La Doctrina es la que es y a ella nos debemos, pero sin olvidar la Caridad
Bueno, algo se ha avanzado. Si sólo ese fuera el fruto de AL, ya sería bastante.
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Padre, supongo que usted dice esto por lo que ve en Colombia, pero eso no se puede generalizar. En Argentina es al contrario: los sacerdotes y los obispos son la mar de solícitos con los "irregulares", y eso lo ha vivido el Papa siendo cardenal.
Yo creo que las razones por las cuales el Papa ha convocado el Sínodo y publicado la Exhortación son muy otras.
Nota de fray Nelson: No sólo en Colombia. Ni creo que se puede generalizar lo que dices a toda Argentina, donde también he tenido ocasión de hacer misión.
Tampoco podría, y él lo sabe.
El gran problema que existe en la Iglesia es que al día de hoy hay numerosos sacerdotes que, olvidándose culpablemente de la Doctrina, dan comuniones sacrílegas.
Y la pregunta que yo me hago es:¿En qué han ayudado el Sínodo y la Exhortación a remediar esa gravísima situación?
Porque por el contrario, daría la impresión de que los abusadores eucarísticos encuentran allí argumentos para justificarse. Y así lo han manifestado en numerosos medios y ocasiones en los últimos días.
¿Entonces?
Recurrir a que en la Iglesia postconciliar el problema es el legalismo... bueno. Simplemente no es cierto.
El problema es el quebrantamiento de la Verdad, y la construcción de una pastoral antropocéntrica.
Basta poner una radio católica y una radio evangélica: en la católica Cristo es un corolario.
Rigorismo y legalismo en la neoiglesia [editado]
Nota de fray Nelson: Quien desee intervenir: con respeto a todos.
Nota de fray Nelson: Quien desee intervenir: con respeto a todos.
Esto, fray, es una calumnia tuya, inspirada en las habituales calumnias de [editado]
Nota de fray Nelson: Quien desee intervenir: con respeto a todos.
Para mi forma de pensar hay muchos que:
1. Hacen partido frente a esta cuestión, unos dicen que es magisterio otros dicen que no.
2. Hay otros que prefieren ni leer al Papa, solo quieren seguir con lo que ya saben o profundizar en la tradición de la Iglesia y en el magisterio de la Iglesia.
3. Otros que no leen la exhortación, sino se quedan con comentarios a la misma y no van a la fuente.
4. Otros que leen la exhortación con prudencia oran a Dios por ello.
5. Otros que solo oran y oran.
6. Y otras opiniones que aun no se han escuchado.
N.B: Las personas más sensatas para mí son la 4 y la 5, que prefieren que Dios haga madurar mas el tema, con esto no digo que lo otros no tengas su aporte claro que lo tienen.
Gracias Fray Nelson, yo he hecho unas pinceladas usted ha hecho todo un mapa de navegación.
Dolorosa situación de la Iglesia. Donde están las voces de los padres sinodales que allí estuvieron?
A rezar mucho por la Iglesia y por el Papa. Que la gracia de estado actúe y su pontificado pueda dar frutos de santidad.
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28. Lo anterior tiene una aplicación particular en el caso del teólogo que encontrara serias dificultades, por razones que le parecen fundadas, a acoger una enseñanza magisterial no irreformable.
Un desacuerdo de este género no podría ser justificado si se fundara exclusivamente sobre el hecho de que no es evidente la validez de la enseñanza que se ha dado, o sobre la opinión de que la posición contraria es más probable. De igual manera no sería suficiente el juicio de la conciencia subjetiva del teólogo, porque ésta no constituye una instancia autónoma y exclusiva para juzgar la verdad de una doctrina.
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30. En estos casos el teólogo evitará recurrir a los medios de comunicación en lugar de dirigirse a la autoridad responsable, porque no es ejerciendo una presión sobre la opinión pública como se contribuye a la clarificación de los problemas doctrinales y se sirve a la verdad.
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Lo que se consigue con ese procedimiento es que la iglesia discente, persuadida de que tal cosa puede hacerse, comience a rechazar las enseñanzas magisteriales de este o aquel documento de la Iglesia por "parecerles" poco o nada magisteriales. Se cae sin advertirlo en el error del libre examen protestante aplicado al Magisterio.
Permítame transcribir algunos fragmentos del capitulo 8 de la exhortación, donde podamos observar que el Santo Padre no se limita a proponer orientaciones sino que hace verdaderos juicios de valor.
292. El matrimonio cristiano, reflejo de la unión entre Cristo y su Iglesia, se realiza plenamente en la unión entre un varón y una mujer...
293. ...a los pastores compete no sólo la promoción del matrimonio cristiano, sino también...
295. Porque la ley es también don de Dios que indica el camino...
298. ...que no han de ser catalogadas o encerradas en afirmaciones demasiado...
304. Es verdad que las normas generales presentan un bien que nunca se debe desatender ni descuidar...
Un teólogo debería, en lugar de desacreditar la autoridad de textos de un documento pontificio, intentar hacer una hermenéutica de la continuidad y si algo no entiende que pida explicaciones al Magisterio tal como recomienda la Donum Veritatis.
Dios lo siga bendiciendo. Saludos.
Nota de fray Nelson: No es "invalidar" sino, atendiendo al contenido, exponer cuál es la calificación teológica propia de un documento que abunda en premisas de discernimiento, profundización y matiz. Gracias por tu aporte y tu bendición.
Nota de fray Nelson: Hubiera sido mejor indicar al sacerdote el hecho, impidiendo mientras tanto que fuera profanada esa partícula, verdadera presencia de Cristo. Supongo que tienes claro que tanto es comulgar con una hostia grande que con una partícula pequeña.
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