Si a mí me preguntaran...
Si alguien me preguntara cuál es la pérdida más grande para un cristiano mi respuesta sería: perder su comunidad de fe.
La idea de que se puede perseverar en los principios de la fe, en el ejercicio de la esperanza y en la práctica viva de la caridad sin la referencia y soporte de una comunidad es menos razonable que construir un criadero de peces sin agua.
Sin una comunidad donde uno escuche testimonios reales de personas reales, la fe se convierte en un recuerdo que pronto se disuelve en las brumas del olvido; o pasa a ser una rígida estructura de ideas, prontas a volverse ideología, simple teoría, arma defensiva y no evangelizadora, reto para la mente pero no luz para el camino.
Sin una comunidad donde uno vea el poder del Evangelio obrando, la esperanza se convierte en una obligación dolorosa, una hipótesis lejana, un “deber ser” que pronto se reduce a expresiones como: “¡Qué bonito sería…!” en las que sólo se siente la melancolía de nunca dar la medida.
Sin una comunidad donde el cariño se vuelve creíble en su naturalidad y limpieza de corazón, la caridad se convierte en simple filantropía, intento vano de justificar una burocracia agonizante o ya fosilizada, oportunidad de sostener una nómina de trabajadores desconectados de las motivaciones profundas del Evangelio.
Si me preguntaran qué es lo que más necesitamos, sabiendo que necesitamos tanto, mi respuesta sería: necesitamos comunidades vivas de oración, formación y evangelización, en plena y gozosa comunión con la Iglesia Católica, prontas a escuchar el mensaje de la conversión y la urgencia de la misión.
18 comentarios
Saludos cordiales.
Nota de fray Nelson: Exacto. Sólo que la fe la recibimos siempre de la comunidad creyente: Iglesia local y a la vez Iglesia universal.
Una gran verdad. Es lo que más necesitamos y, desgraciadamente, es lo que más está faltando. Recemos mucho por esta intención.
Muchísimas gracias, Padre Nelson y que el Espíritu Santo lo siga iluminando.
Desde entonces para ahora, las comunidades no tienen espacio para alguien como yo. Por muchos años fui un trabajador con horario de oficina y jamás pude reunirme con nadie en horarios de las tres de la tarde a tomar café y pastitas. Alguna vez participé en un grupo de catequesis (eramos cuatro personas), llegó una "experta" a dar una clase, se me ocurrió preguntarle "¿qué es el Reino de Dios?" y allí se acabó el grupo, porque nunca pudo responder. Fui a un curso de pastoral y una señora psicóloga se pasó los primeros cuatro días tratando de meternos el análisis transaccional y la PNL con palo y "divertidas dinámicas".
Las comunidades que conozco hoy no me aceptan, por horario, nivel socioeconómico y una general falta de ganas de orar, formar y evangelizar, y un permanente gusto por socializar, chismear y aparentar. Lo más cerca que me queda de una comunidad es mi hora semanal de adoración al Santísimo, donde durante 4 años jamás he tenido acompañante.
Estoy de acuerdo en que necesitamos esas comunidades vivas, pero no sé si existen. Yo jamás las he visto. Para mi seguirá siendo un "¡Qué bonito sería..!" hasta el día que me entierren.
Nota de fray Nelson: De corazón, y en mi oración, espero que tu último presagio no se cumpla.
CREO QUE SERIA CONVENIENTE QUE LOS SACERDOTES EN SUS HOMILIAS PROMOVIERAN LA FORMACIÓN DE ESTOS GRUPO-COMUNIDAD.
Nota de fray Nelson: Entiendo la urgencia de tu denuncia pero este no es el lugar para darle trámite.
Entiendo que su vocación, al pertenecer a una orden mendicante, sea fundamentalmente comunitaria e inmersa en la sociedad, pero no olvide o soslaye —como hizo Francisco al referirse a la vida consagrada— que hay otros caminos, inspirados por el Espíritu Santo, que han sido DECISIVOS para la purificación y supervivencia de la Iglesia y de la sociedad en que estaba inmersa.
Nota de fray Nelson: El sentido eclesial de la vocación eremítica está bien documentado en la Historia de la Iglesia, y suficientemente claro en el actual Derecho Canónico (c. 603). Por cierto: "cenobita" quiere decir: "que vive en comunidad." Supongo que querías referirte más bien, además de a los eremitas, también a los anacoretas en sus distintas versiones y vertientes.
¿Entre un 1% y un 10%?
¿Quizá un 20%?
¿La mitad de los que vemos en misa tiene eso tan bueno?
¿Quizá un 80% de los que vemos en misa?
¿Todos lo tienen por el mero hecho de ir a misa?
Si tan grave es perder eso, ¿cómo de grave es no haberlo tenido nunca? ¡Y ni siquiera añorarlo por no haberlo vivido!
Nota de fray Nelson: Sí. Es muy grave. Y las consecuencias están a la vista.
La "comunidad de fe" a la que Vd se refiere no es tal, sino más bien una comunidad de vínculos accidentales que no son intrínsecos a la fe: afectividad, necesidad de compañía, apoyo, compartir aficiones/proyectos/ideas comunes... Es decir "ir de camping a la parroquia".
Yo dejé de "ir de camping a la parroquia" porque para ir de camping me voy de verdad.
Además, para un laico la primera iglesia es la doméstica.
Así que: vida de oración, iglesia doméstica y luego ya, como cosa no necesaria, "ir de camping" a la parroquia.
Nota de fray Nelson: Nada de lo que dices describe lo que yo dije de comunidad. Lo de "ir de camping" es particularmente ajeno a mi pensamiento. Vuelve a leer lo que dije: fe, esperanza, caridad. Mira también Hechos de los Apóstoles. Y al escribir de nuevo, haz un esfuerzo consciente de no traicionar las palabras de la persona cuyo texto comentas.
El curita, casi imberbe y que me recuerda al de Gran Torino [...]
Nota de fray Nelson: El tono de burla y caricatura no añade nada a lo que querías decir, si de verdad ibas a decir algo.
Para estas personas la pérdida más grande es perder la liturgia, por eso van a las misas que van, porque el celebrante lo hace perfecto, y a él se unen, en liturgia es perfecta, por eso van a donde van. Comunidad? Sí, de los santos.
Nota de fray Nelson: Tiene mucho de caricatura, y por tanto de irrespeto, tu comentario. La profunda devoción de quien vive el misterio eucarístico a partir del Rito extraordinario es algo más bien para admirar e imitar. Si luego esa persona pretende oponer amor a Dios y amor al prójimo, ese podrá ser un error; pero la intensa piedad y el sentido del misterio cristiano no son la fuente de ese error.
Pues sin jocosidades pero con rotundidad: la comunidad como la describe tiene ribetes patológicos.
Y además, cuando se configura, es excluyente.
Si uno quiere modelos y ejemplos de Fe, de Esperanza, de Caridad, que mire a Cristo y después a los santos. Si quiere doctrina q lea a los Padres, al Aquinate, a los místicos.
La Fe sin comunidad no puede convertirse de ideología, porque la Fe es fundamentalmente una relación, más amplia, más profunda y más fundante que la de mi grupete de amiguetes de la parroquia. Cómo la relación orante con Cristo, si es en el seno de la comunión eclesial y en las coordenadas sacramentales, cimentada en humildad; cómo, repito, puede acabar en ideología?
Lo que suele acabar en ideología, o peor aún, en sectarismo, son las "comunidades".
Comunión es lo importante, no comunidad.
Y reitero: los laicos que se dejen de "comunidades" y que se entreguen a la Iglesia doméstica "como Cristo amó a su Iglesia". Qué barbaridad de aseveración!!!
Los curas no sé, pero creo q congregaciones como el Oratorio de san Felipe Neri son buenas para ellos.
Nota de fray Nelson: ¿Dónde está lo patológico en lo que he escrito? Léelo de nuevo, por favor.
Dios Santo, cómo está de enferma nuestra Iglesia que la propuesta de comunidades donde se viva la fe, la esperanza y la caridad parece "patológica"...
Tulkas, ¿quién te ha hecho tanto daño? ¿Por qué ves inmediatamente exclusión, ideología, sectarismo? ¿Por qué se te disparan los veneros de la ironía y la caricatura con expresiones como: el "grupete," los "amiguetes"...?
¿En serio propones que haya comunión sin que haya comunidad? ¿No ves que eso es lo mismo que proponer matrimonio sin pareja o fraternidad sin filiación? ¿Tu gran propuesta es "que se dejen de comunidades"? ¿Es lo que tienes que decir? ¿De por Dios, nunca nadie te ha leído o no has leído tú los Hechos de los Apóstoles? ¿Qué se describe en Romanos 16? ¿De qué habla 1 Corintios 10?
Constato con dolor que muchos de los que se sienten miembros fieles de la Iglesia son genuinos pozos de amargura, ironía y dolor acumulado... ¡Qué facilidad para caricaturizar, descalificar, criticar sin darse margen de error!
He querido publicar íntegro tu comentario, Tulkas, porque describe bien el grado de tergiversación del sentido de la Iglesia a que han llegado tantos católicos que, sin embargo, y no lo dudo, se consideran de doctrina perfectamente ortodoxa y sana. Pero comprenderás que este post no puede dar indefinidamente cabida a tus sarcasmos y descalificaciones.
Nota de fray Nelson: Jamás te llamé "mentiroso." Pido que revises primero cómo lees, antes de opinar sobre lo que lees.
Nota de fray Nelson: El ejemplo que aportas es prueba, para mí, de cuánto hemos de crecer en buena formación.
Hoy es muy difícil una comunidad real, más allá de la familiar o de una familia religiosa (y eso...)
Mi comentario es verdadero [...editado...]
Nota de fray Nelson: De mi parte, no daré más espacio aquí para el género de crítica que haces. Sí te aseguro algo: considero importante el más alto respeto a todos los católicos, incluyendo, por supuesto, aquellos cuya sensibilidad los dirige preferencialmente al Rito Extraordinario.
Nadie.
Yo nunca he pertenecido a ninguna comunidad patológica.
Pero es un diagnóstico bien claro y fácil para cualquiera que tenga ojos.
Nota de fray Nelson: Me queda todo muy claro. Dios permita que esos ojos lean la Sagrada Escritura, especialmente el Nuevo Testamento. Bendiciones.
Quiero cerrar esta sección de comentarios prometiendo mi oración por tantos corazones cargados de soledad y amargura, reducidos a escuchar sólo sus propias voces o las de que piensen como ellos. Me impacta el uso ágil, como espontáneo, frecuentísimo, de la ironía y la caricatura.
De nuevo: oremos, por favor, oremos con amor al Amor de Dios.
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