¿Te puedo contar algo?
Yo también tengo una familia. Y en mi familia, como tal vez en la tuya, también hay dolor, problemas, decepciones, así como momentos alegres, abrazos sinceros y rostros de esperanza.
Soy sacerdote pero no salí de debajo de una piedra ni me cosecharon de un árbol. Salí del amor de una pareja y vengo del vientre y de los cuidados de una mujer: mi madre. Tengo tíos, primos, hermanos, sobrinos, amigos y amigas. Mi vida no es demasiado distinta de la tuya. Como todo ser humano, sufro cuando veo sufrir a los seres que amo. Aunque a veces la gente lo vea a uno como una caja de soluciones, yo también conozco el sentimiento de impotencia ante un problema insoluble, ante un dolor muy grande, o ante una pregunta que te hunde en la perplejidad.
Sin embargo, no me quejo, en absoluto, de la vida que más amo y de la tarea más hermosa que creo que existe en esta tierra: ser sacerdote. Si mi boca debe abrirse es para agradecer, bendecir, glorificar a Dios, y también para dar un GRACIAS gigantesco a tantas personas que han hecho posible que yo sea lo que soy. Eso puedo decir de mis cualidades. De mis defectos en cambio sé que sólo hay un responsable: yo mismo. Y por eso, lo mismo que todos, muchas veces he tenido que pedir perdón, a Dios y a mis hermanos.
Te cuento que amo apasionadamente a la Iglesia. Creo que la amo más que a mi vida pero eso sólo se sabría si un día tuviera que morir por Ella. Comprendo perfectamente que eso se llama “martirio” y que no es simple virtud humana sino puro regalo que viene del Cielo y de Dios, nuestro Padre. Pero sí te garantizo que amo a la Iglesia. Sufro con lo que le sucede. Sufro cuando es calumniada, o cuando nosotros, sus hijos, no estamos a la altura de su celestial y preciosa vocación de ser sacramento de salvación para el mundo.
Esta carta es para ti, que a menudo lees estos mensajes o me has visto por televisión o escuchado por Internet o por la radio. Sólo quería decirte que soy un ser humano cargado de lágrimas, risas, gratitud y muchas ganas de responder, en algo, a tanto amor que he recibido.
Por favor, no me olvides en tus oraciones. De verdad: cada uno de nosotros, sacerdotes de Cristo Jesús, cada uno lo necesita. ¡Gracias!
7 comentarios
Parece mentira pero pequeños detalles, pequeños vídeos de youtube, tienen un calado enorme en las almas de quienes lo escuchan, yo por ejemplo valoro muchísimo entre muchas enseñanzas, una en particular que ha tenido especial calado en mi alma, se trata de un pequeño video de youtube de AlTablero donde aprendí el valor de fundamentarse equilibradamente en las Escrituras, Tradición y Magisterio de la Iglesia, la comunión de esos 3 pilares han sido para mí una grandísima bendición, pronto he de terminar un libro sobre la justicia de Dios y está quedando estupendo, comencé por una edición escueta, limitada, carente de profundidad que quizás ni debería llamarse "libro", pero con muy buena intención y el Señor me ha guiado para lo que El quería con sumo detalle, sobrepasando todas mis expectativas y sorprendiéndome cada día con gestos de ternura de su parte. Dios ha querido que todos mis comienzos sean algo atropellados, pobres si se puede decir el término, pero siempre me lleva a donde quiere con su gracia y tal parece que la debilidad es aprovechada por Dios para mostrarnos su poder y hacernos más humildes.
Estaré toda mi vida agradecido por sus enseñanzas y su testimonio. Muchas gracias de corazón.
Por supuesto que sufro por la Iglesia también, una barbaridad; y cómo no Padre, desde que éste tumulto salió a relucir, le aseguro, que a mí sus palabras ya mitigaron mi dolor y me refozó la fe. Gracias.
Claro que he rezado por Vd. Encima, le estoy muy agradecido, por sus escritos, sus pláticas y todo lo demás. ¡Menudo trabajo está haciendo!
Me alarmó la carta -y me sigue alarmando-. Tengo la sensación de que está recibiendo fuertes presiones. Mis motivos al releer la carta: la alusión a la familia, al martirio... su foto; que desapareció el artículo...
Gracias, de nuevo, Padre; cuenta con mi apoyo y oraciones.
Rebusco entre todo lo que he recibido, por mediación suya (supongo que no le gusta, recibido de Vd.); y trato de poner lo mejor, para tirar de ello -cosa difícil-. Me quedo, por ahora con eso de "Animar" y "Corregir". Me corrigió con aquel tema de los "chips", que me llevaba, de alguna manera (usaba yo otro Nombre; qué he cambiado, por razones prácticas; no por engañar). Me corrige, constantemente, en mis débiles argumentos y me anima con sus enseñanzas, plagadas de anécdotas, conocimientos, etc. (A veces, también con sus chascarrillos y su "risa floja"; que hace partirse a uno de risa). En cuanto a animar: ...todo lo demás que observo y trato de asimilar.
Afectuoso saludo (Confío en no haberme pasado en halagos).
Los comentarios están cerrados para esta publicación.