(507) Para más confiar
34. Traer delante de los ojos, diariamente, la intercesión todopoderosa de María, omnipotencia suplicante, para más confiar y hallar consuelo en su regazo, que es Madre de Dios.
35. Imitar las lágrimas de María por su Hijo en la Pasión y compartir espadas con ella, entregando el pecho a sus dolores y aflicción, para mejor configurarse.
36. No desear más luz que la de nuestra cruz a secas, y en ellas recibiendo Madre.
37. Compartir con su santo esposo nuestro amor por ella, y ser devoto de nuestro padre y señor, patrono infalible según santa Teresa.
38. Y remontarse también al Señor viviendo en María como en su seno nutricio, y promisión intermedia.
2 comentarios
La devoción a San José es una defensa poderosa. Él fue Custos Redemptoris, y por tanto, también puede serlo de nuestra fe en Aquél a cuya custodia fue llamado por Dios mismo. Quien custodió a la Cabeza también es custodio de su Cuerpo (Místico). Por eso es San José el patrono de la Iglesia. Y si bajo su custodia se formó humanamente el Sumo y Eterno Sacerdote, es de justicia que su patrocinio se extienda asimismo sobre los seminarios. Sin embargo ¡cuántas ñoñerías se escuchan en las homilías de cada 19 de marzo! ¡A qué grado de emocionalismo subjetivo, estúpidamente cursi, ha sido rebajada la devoción mariana y la de los santos por la teología modernista y/o modernizante!
Gracias, Alonso, por tan refrescantes meditaciones para el alma. El Señor y la Inmaculada le bendigan
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A.G.:
Habla Ud. bien y con mucha razón, amigo José Díaz. Gracias por su comentario.
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