(504) No malas, sino heridas
18. No malas, sino heridas realidades temporales; variables, volubles y estragadas. Desengañada el alma de repúblicas de Adán, anhela descansar en fundamentos nuevos. Y no hay mejor cimiento, para la vida temporal, que una ciudad celeste. «Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde esperamos al Salvador y Señor Jesucristo» (Fil 3, 20). Huyamos, pues, del Leviatán, porque es señor de este mundo, y es su hora y cetro.
19. Desengañarse de lo sometido a corrupción. Lo natural no fue destruido, pero sí sufrió. La corrupción dejó huella, no extinguió el bien, pero lo precipitó en las aguas, que pululaban de monstruos.
20.- Caduco y perecedero, cual la carne, es este escenario, «porque los reinos de este mundo son terrenos y perecederos, y se fundan sobre grandes riquezas, y poderío de la carne» (Catecismo Romano 1780, 75). Desencántate, pues, de los espejismos de Adán, que «ni es pequeño desengaño / ver la miseria del mundo» (Proverbios morales, Pérez de Herrera, 1618, fol. 21b, 360).
21. Sólo fiarse de bienes eternos, cual columna y fundamento. «Salgamos del Teatro de sombras del mundo a la plaza de la luz del desengaño, huyendo de sus felicidades, como desdichas, retirándose de las prosperidades, como miserias, para encontrarse con la felicidad que siempre dura» Gobierno general, moral y político, LI, cap.3, Valdecebro, 1728, 13).
1 comentario
Gracias, AG, por tan hermosos textos, por estas pequeñas dosis de fides et ratio con que nos regala. El Señor y la Virgen Inmaculada le bendigan
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A G.:
Le agradezco su profundo y bello comentario. Estoy de acuerdo con todo lo que dice. Gloria a Dios y viva nuestro Siglo de Oro.
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