(486) Encontrarse, ¿para qué?
La Iglesia de Cristo, es decir, la Iglesia católica, siempre ha sido defensora de los Mandamientos. Primero, porque Cristo mismo defiende los Mandamientos, hasta los resume, para que mejor los asimilemos. Y por eso dice: «El que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquél es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré á él.» (Jn 14, 21).
Segundo, porque los Mandamientos están vigentes, no han caducado, participan del Logos, que es eterno. Se han abrogado preceptos ceremoniales y judiciales, pero no los Mandamientos. Esta parte de la ley antigua, que es ley natural moral, no está enterrada, sino, más aún, ¡renovada!, porque ha sido incluso re-comunicada por Revelación, para ser conocida sobrenaturalmente y asentida hasta la muerte, si es preciso (eso hicieron los mártires).
La persona singular, o la sociedad, que actúe contra los Mandamientos, no sólo no ama a Cristo, sino que le odia, y odiar a Cristo, que es causa de vida, significa toda clase de calamidades: adulterios, abortos, eutanasia, ateísmo, fornicación, rebelión de los hijos contra los padres, anticoncepción, usura, idolatrías legales, panteísmos,… injusticias sin cuento….
Ya lo dijo Nuestro Señor. Sin Él no podemos hacer NADA (Cf. Jn 15, 5). Ni a nivel personal ni a nivel social. No debemos entender esto como que sin la gracia sobrenatural no podemos hacer nada, puesto que hay bienes naturales que podemos hacer ayudados por mociones creaturales, mediante las que Dios nos mueve naturalmente.
Sino que, sin la intercesión de Cristo Crucificado, satisfaciendo al Padre por nosotros, no podemos obtener las mociones naturales y sobrenaturales que necesitamos personal y socialmente para vivir con dignidad, (porque Dios Padre está irritado con nosotros, somos hijos de su ira e inmundos a sus ojos, dice Trento ses VI); es Cristo quien, satisfaciendo por nosotros, nos reconcilia, nos obtiene bienes, nos hace objeto del amor de Dios, en virtud de su Sangre.
Se dice ahora que lo verdaderamente importante no son los Mandamientos, sino el encuentro personal con Jesús. No importaría tanto lo que hicieras mientras creyeras en Cristo. Pero si los Mandamientos, en realidad, no importan tanto para estar en gracia (en estado de encuentro amistoso con Dios), entonces podrías casarte civilmente con otra mujer, blasfemar en momentos de agobio, ver pornografía, reducir a la pobreza a muchos a costa de impuestos e intereses, abusar del culto y corromperlo con genialidades, etc., etc., sin que eso sea un problema real. La ecología, la corrupción o el cambio climático, eso sí que serían problemas. Al mismo tiempo que se transgreden los mandamientos se podría continuar en gracia de Dios, habría atenuantes y amortiguadores de culpa a los que aferrarse.
Es de sentido común que la ley moral no ha caducado, y que estamos bajo la ley natural, es decir, que hay que guardar y cumplirla en estado de gracia, esto es, meritoriamente. Porque la ley moral, guardada en gracia, da vida, aumenta la santificante, lleva al cielo.
Los Mandamientos no han caducado, y si los transgredimos, pecamos, y si pecamos mortalmente rechazamos, escupimos, flagelamos, burlamos, crucificamos a Cristo otra vez.
Cabe preguntarse si los mandamientos, ahora, se consideran meras “normas generales", como en un reglamento administrativo. Transgredirlas no sería pecado, sino situación irregular. Entonces el pecado ya no sería deuda, sino sólo ofensa. Y si el pecado no nos endeuda con Dios, no sería necesario un Sacrificio que pagara esa deuda, no sería urgente la expiación, no importaría la satisfacción vicaria, sino la fiesta y la alegría, porque Dios nos amaría a todos y a todos salvaría, en cualquier circunstancia, hiciéramos lo que hiciéramos.
Pero se entiende que un católico quiere encontrarse con Cristo para amarlo y hacer lo que dice: guardad mis mandamientos. No que quiera encontrarse con Cristo para negarle.
Por eso, a los que domingo tras domingo, nos dicen que lo importante no es guardar los Mandamientos sino encontrarse personalmente con Cristo, hay que preguntarles: encontrarse, ¿para qué? ¿Para amarle (=guardar en gracia sus Mandamientos) o para odiarle (=transgredir sus Mandamientos)?
«Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!»
(Hebreos 10:26-31)
Si quieres encontrarte con Cristo y al mismo tiempo transgredir obstinadamente los Mandamientos, es que quieres crucificarle otra vez. Te pareció poco una vez para siempre
24 comentarios
Hay católicos que le dan a Jesucristo el papel de legislador social: apoyó la "causa" de las mujeres, vino a acabar con la esclavitud... y le hacen competir con Moisés, como si el Hijo de Dios hubiera venido al mundo con la misión de decir lo contrario que la Ley Mosaica.
En la Transfiguración los Apóstoles vieron al Hijo de Dios acompañado de Elías y Moisés, lo cual ya indica algo.
La Redención es otra cosa, el perdón de los pecados es otra cosa, la Misericordia de Dios es otra cosa, pero los Mandamientos permanecen. No son suficientes, pero son absolutamente necesarios para la salvación.
Personalmente no nos encontramos con Cristo, nos encontramos con Él gracias a la Revelación, la Tradición, la Doctrina y el Dogma. Si nos saltamos los Mandamientos lo más probable es que nos encontremos con el Diablo porque la Gracia de Dios se apartará de nosotros.
Los esbirros de Satanás claro que quisieran volver a crucificar al Señor... Por eso blasfeman y cometen sacrilegios: porque odian a Cristo.
La iglesia tiene sus mandamientos
Si no vas a misa todos los domingos y fiestas de guardar cometes pecado mortal. Eso quiere decir que consciente y deliberadamente quiero crucificar nuevamente a Cristo en la Cruz y lo odio?.Ya tuve mi angustia vital en mi adolescencia y juventud. Cuantos cristianos ni saben los mandamientos de nuestra Santa madre iglesia católica, apostólica y romana, y eso implica odiar a Cristo y abrir el camino a la degeneracion ? Un familiar mío no fue a misa la mayor parte de su vida y en un entierro católico con mentalidad protestante, según el párroco " nuestro hermano está ya a la vera de Dios". La verdad es que todo cristiano católico tenemos que ir anualmente a un cursillo de reciclaje si no tenemos guía espiritual o estamos en un grupo que nos fortalezca en la fe. (por ejemplo para seguir nuestro camino a la santidad).
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Pregunto, ¿es una nueva religión? ¡Mira que negar los Mandamientos!, es el colmo.
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"No importaría tanto lo que hicieras mientras creas en Cristo."
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Opino: tiene pinta de secta protestante, por lo del "sola fides" que caracteriza a esos herejes.
Yo creo que hay que tener en cuenta el aspecto ontológico. Dios no puede salvar a quien rechaza ser salvado. Dios respeta nuestra libertad hasta sus últimas consecuencia.
Oremos por los engañados, pues:
¡Cuántos cayendo en el lazo
de un "encuentro" puro cuento
verán el "encontronazo"
que les dará el Cabronazo
cuando les llegue el momento!.
¿Qué es la Ley sin el Hombre? Nada, como las señales de tráfico en una carretera sin coches.
Jesucristo, PRIMERO se acerca a la pecadora y SEGUNDO, POSTERIORMENTE, le dice que cumpla la Ley. ("Vete y no peques más"). Éste es el orden y no al revés.
Jesucristo pide y demuestra un perfecto cumplimiento de la Ley pero, primero el Hombre, eh?
Unas cuantas clases de lógica elemental siempre son necesarias.
El hombre ya tenía lo que se llama Ley Natural antes de que Moisés recogiera el Decálogo de manos de Dios. Es decir el hombre sin ley no ha existido nunca.
Adán y Eva supieron inmediatamente que habían procedido mal, también lo supo Caín ¿y cómo lo supieron si ellos estaban antes que la ley? Una cosa es que la Ley Natural estuviera impresa en el corazón del hombre y no objetivamente fuera de él y otra que no existiera o que el hombre pudiera llegar a serlo sin ley alguna.
La mujer adúltera ya sabía que había pecado antes de que Jesús se lo dijeram por lo tanto sabía que había incumplido la ley, lo que Jesús le dijo fue: "Vete y no peques más", es decir: no vuelvas a incumplir la ley.
El perdón de los pecados es lo que Jesús introdujo y para que el perdón tenga sentido tiene que existir el pecado y para que el pecado exista se tiene que transgredir la ley.
Lo de "imperfectamente", no lo sabemos.
Eran tan inteligentes que nosotros, y tenían también un corazón humano. Subvaloramos a los personajes prehistóricos. Actualmente es corriente estar llenos de prejuicios.
Opino.
Los Mandamientos son apenas una expresión positiva (escrita, manifiesta) de esa Ley Natural que fue "inventada" por Dios e inscripta en el alma de todos los hombres, constituyendo el núcleo de la conciencia moral.
Esta párrafo me parece lamentable, y dudo que sea verdad lo que dice a no ser que se entienda en un oscuro contexto.
Dios amaba a Abraham, y mucho, como también a David, a Moises y otros personajes del Antiguo Testamento, y mientras vivieron, Cristo todavia no nos habia redimido.
Y si Dios Padre les amaba como lo demuestra en la Biblia, no es posible que pensara de ellos que eran inmundos, ni parece tampoco como se refleja en las conversaciones que tuvo con Abraham, que estuviera irritado con él.
Y aunque no se tome en cuenta el tiempo, porque Dios es puro acto, no me parece posible que a la vez se sientan sentimientos tan opuestos.
Dios es Amor, y es Padre, y su Amor es eterno, y no va cambiando según las visicitudes de nuestra vida, El siempre permanece en el Amor, porque es parte de su esencia.
Primero estuvo la Ley Natural, luego la Ley de Dios y, como ni aún eso era suficiente, Jesús se encarnó para redimirnos. Son tres pasos diferentes, María es la Nueva Eva por su Fiat en la Anunciación.
Si percibimos entre los paganos gente que es buena es porque sigue la Ley Natural, pero eso no es suficiente.
Pretender ahora que los Mandamientos de la Ley de Dios no son absolutos es volver a la Ley Natural y aún ésta se niega, como bien dice Budziszewski en su libro "Lo que no podemos ignorar".
La pretensión modernista es que no hay ninguna ley moral: ni natural, ni mosaica ni cristiana.
Asistí a misa en varias iglesias y nunca he oído que no es importante guardar los mandamientos.
Quien se encuentra con Cristo, guardará los mandamientos de firma natural, como se hace la voluntad de quien nos ha seducido.
Es como el "Ama y haz lo que quieras" quien ama a Jesús y por tanto a los hombres, cumplirá toda la voluntad de Dios y mucho más como le pidió Jesús al joven rico que se le acercó.
Lo bueno es que el que tiene un encuentro con Jesucristo, todo lo hará por amor y el enamorado no hace nada,por obligación, le sale todo de firma natural por amor.
Yo, pobre de mí, sigo sintiendome obligado a cumplir los mandamientos y con frecuencia me cuesta.
Dios quiera que tenga esa experiencia transformadora. Mientras tanto sigo con el Consejo que me dio un Santo y anciano sacerdote cuando tenía 12 años: "Fernando, Fernando si no puedes llevar la Cruz a cuestas, la llevas arrastrabdo"
Y en esa estamos, confiando en su misericordia, porque por mis meritos...
En resumen: los mandamientos sí pueden transgredirse, es más, no puede hablarse de transgresión sino de derecho y libertad de actuar en conciencia, ya que al ser relativos los mandamientos, estos se han de poner en relación con todas las situaciones o circunstancias específicas de cada individuo, según dice este uno en el capítulo octavo de Amoris laetitia, al cual me remito porque es doctrina vigente elevada a magisterio auténtico según el rescripto de 5 de junio del 2017.
Esto es un hecho, pero...
"No importaría tanto lo que hicieras mientras creas en Cristo."
Donde escuchó eso?
La conciencia no es un - nunca, siempre es un +, la conciencia obliga a algunos a hacer más que lo que está reglado, pero nunca menos.
Ejemplo de conciencia, por ejemplo, es Mary Wagner. La Ley de Dios te obliga a no abortar, pero ella va más allá de eso y cree que su obligación es protestar contra esta ley injusta sin que esto esté avalado ni por la Iglesia Católica ni por los Mandamientos; otro ejemplo de conciencia fue el del Beato Bernhard Lichtenberg, que no solo se inhibió de acosar a los judíos, cosa que hubiera sido suficiente, sino que, además, se empeñó en decir, donde no podía decirlo, que eran seres humanos y no subhumanos; otro ejemplo de conciencia es el del Beato Franz Jägestätter que, por su cuenta y riesgo llegó a la conclusión de que no podía combatir porque aquella guerra no cumplía los requisitos para ser una Guerra Justa. Es decir, para hacer lo que quieras en tu propio beneficio podrás apelar a la libertad, pero no a la conciencia porque actuar en conciencia siempre trae consecuencias nefastas para ti, no conozco a nadie que haya actuado en conciencia (y a eso me dediqué durante unos años) que haya obtenido por ello ningún beneficio. Por lo tanto la que aborte, se case más de una vez o transgreda algún precepto de la Ley de Dios no puede apelar a la conciencia sino a la libertad sin fronteras, que es otra cosa.
Bastardear la conciencia haciéndola coincidir con la libertad, al modo que la entiende el mundo, es otra de las muchas estrategias, la conciencia queda así como moral subjetiva, ni siquiera natural, mediante la cual se puede justificar cualquier cosa. El Siglo XX nos dejó multitud de héroes de conciencia, pero no conozco ninguno que saliera bien parado del trance porque no la utilizaron para su beneficio sino por virtudes como la Caridad o, en algunos casos, la Justicia.
¿El cumplimiento de los mandamientos es relativo, según las circunstancias?
Al joven rico que pregunta que tiene que hacer para salvarse, Jesús le dice: Guarda los mandamientos.
Dice que eso ya lo hace y sin embargo cuando se va, Jesús dice que le será difícil salvarse. ¿Es o no es suficiente guardar los mandamientos?
De la predicación de Jesús se desprende que cumplir a rajatabla, si no hay amor, sí no se vive con la confianza de sentirse hijos y no jornaleros que cumplen para ganar un jornal... no es buen camino.
Hay que cumplir hasta la tilde de la ley pero si en Domingo cae un animal al pozo se debe sacar, se debe curar al enfermo, atender como el Samaritano que no cumplía la ley, parece que es mejor que los cumplidores levita y sacerdote.
Sólo un un corazón limpio se entiende y así se entiende bien.
No matarás.
Me impresionó la primera vez que oí como un católico nací, se confesó y comulgo antes de exponer su vida atentando contra Hitler.
Matar para evitar más muertes.
Sin humildad, sencillez, confianza, nueva voluntad, es inútil darlo vueltas.
Dios nos ama. Tanto que nos va mostrando el camino. Poco a poco. Hasta el envío de su Hijo para nuestra Redención. Y de ahí hasta su vuelta.
Pero también es cierto que se licuado todo mucho, a lo protestante. Y eso también me irrita.
¿Por qué se sorprende entonces de eso que llama licuación si usted misma sabe la respuesta? La licuación de algo es la pérdida de solidez. Trivializar los Mandamientos es licuarlos.
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