(482) No puede comulgar
Recuerda certeramente Castellani, en sus Domingueras prédicas, «que las cosas malas no son malas porque Dios las prohiba, sino que Dios las prohibe porque son malas». Con esta máxima precisa nos previene del error de los nominalistas, que entienden que en Dios hay potencia absoluta, esto es, que puede tanto el bien como el mal, y que basta su voluntad para que una cosa mala sea buena y una buena mala. No. No es como dicen los nominalistas. Las cosas malas son malas, por eso Dios las prohibe, y si un tipo se empeña en ellas hasta su último momento, Dios le condena y castiga.
Todo lo bueno que debe hacerse, puede hacerse, por muy difícil que parezca, en Aquel que nos conforta (Cf. Fil 4, 13)
Es un indicio de ceguera de mente colectiva, que tantos católicos piensen que pueda ser voluntad de Dios que uno haga lo que a Dios ofende. Porque, dicen, dado que supuestamente no puede actuar de otra manera, hace el mal porque no puede hacer el bien. Es una blasfemia como la copa de un pino, y un determinismo ofensivo a los oídos católicos.
Parece que muchos, muchos católicos, pensando de esta manera, engañados por malos textos docentes y malas predicaciones, viven como si Dios no existiera. Hay que decir bien alto, sin embargo, que Dios no niega su gracia a quien, movido por ella, la pide sinceramente, y que porque siempre es posible un acto de virtud, Dios premia a los buenos y castiga a los malos.
Así que todo aquel que viva con vana presunción, confiando en la misericordia de Dios y al mismo tiempo obstinándose en el pecado, vive ciego y es un insensato.
En la misma obra, dice Castellani: «Pero esa cuestión de si Ateo Fulano tiene culpa o no, pertenece a Dios, que es el único que penetra en el fondo de los corazones; para nosotros es una cuestión ociosa». Lo mismo vale para el adulterio. Si el adúltero Mengano es muy culpable o poco culpable, pertenece a Dios saberlo, que es el único que puede penetrar en su corazón. Para la Iglesia es una cuestión ociosa. Lo que sí sabemos es que el adulterio es un pecado intrínsecamente malo y que Dios lo aborrece y jamás quiere positivamente que alguien adultere. Como tampoco quiere positivamente que nadie adultere con falsos ídolos, es decir, tenga falsas religiones por verdaderas.
Por eso la negativa de comunión a los que viven en adulterio público y permanente no se basa en el grado de culpabilidad interior de los adúlteros (juicio reservado a Dios), sino en la evidencia objetiva de la contradicción en que viven, que repugna a la unión de Cristo y su Iglesia y es mala en sí misma. Sí, el adulterio, al margen del grado de culpabilidad subjetiva de los adúlteros, agrede la unidad indisoluble de Cristo y su Iglesia, imagen viva del matrimonio y está mal. Y por eso si un tipo casado vive con una que no es su mujer, no puede comulgar, porque su forma de vida aborrece, por sí misma, al margen de la subjetividad personal de cada sujeto, aborrece, digo, la vida sobrenatural con que Cristo eleva el matrimonio, vida de unión reflejada en su unidad indisoluble con la Iglesia.
Dios no es potencia desordenada. Dios no quiere el mal. Dios quiere el bien, Dios quiere que el matrimonio ejemplarice la unidad que tiene con su Iglesia, que ES la católica; y para eso da la gracia, para eso hace del matrimonio un sacramento. Quien no cree posible la fidelidad al propio cónyuge, no cree, primero, en el sacramento del matrimonio, ni, segundo, en la eficacia de la gracia. Por ello, más allá del grado de culpabilidad que se tenga, quien permanece en adulterio no puede comulgar.
17 comentarios
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A.G.:
Cierto, aunque lo principal es no causar una ofensa a Dios.
Feliz domingo del PAdre Eterno. Alegre en su gloria
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A.G.:
"Si se trata de moral, Occam enseña que la rectitud moral de la ley natural depende de la libre voluntad de Dios, y esto, no ya sólo en cuanto a los preceptos de la segunda tabla, como decía Escoto, sino en cuanto a todos ellos, sin excluir al primero, puesto que Dios puede separar la malicia moral, no solamente del hurto y adulterio, sino del odio de Dios (odium Dei), y esto de tal manera, que semejantes actos podrían ser meritorios por parte del hombre, si Dios mandara ejecutarlos: possunt fieri a Deo sine omni circumstantia mala annexa, et etiam meritorie possent fieri a viatore, si caderent sub praecepto divino." (Historia de la Filosofía, Ceferino González)
"El escotismo, y tras él los nominalistas, introducirán en su concepción de Dios mismo esa noción fatal de la potentia absoluta según la cual podría Dios, con sólo quererlo, hacer que el mal fuera bien y el bien mal" (Louis Bouyer, La descomposición del catolicismo, pág, 73).
"Dios no pecaría al hacer cualquier acto al que concurre con el pecador como causa parcial, si lo hiciese Él mismo como causa total. Dios no puede ser obligado a acto alguno y por esto, por lo mismo que Dios quiere algo, es justo que se haga. Por lo que si Dios causase, como causa total, el odio contra Sí mismo en la voluntad de alguien, ni éste pecaría ni tampoco Dios" (OCKHAM, Sent. q.9)."
Efectivamente, se debe consultar su voluntad periódicamente mediante una elaborada liturgia artimetica comicial, habiendo incluso oráculos (como en la antigüedad) que se atribuyen poder adivinar la voluntad del dios, lo que les permite dar carné de demócrata a quienes ellos estimen.
A lo que voy: entre los atributos de esta nueva deidad está, ¡oh sorpresa!, nada menos que la "potentia absoluta" que Ockham atribuía falsamente al Dios Uno y Trino. En efecto, en democracia todo lo que "decida el pueblo" es intangible, indiscutible aunque se trate de una aberración, como la de matar bebés por mero gusto, por ejemplo. Al dios democratico no se le puede objetar, siendo él mismo la fuente de la moral: todo lo que aprueba es bueno porque lo aprueba, y todo lo que rechaza es malo por la misma razón.
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A G.:
No te falta razón Ricardo. Por eso el nominalismo sirve de base para el absolutismo, el positivismo, el liberalismo y tantos ismos más. Todo lo que es voluntarismo moderno procede de este nuevo espíritu
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A.G.:
Es que las obras de Castellani son una mina de verdades como puños.
Muchas gracias por el artículo. Necesitamos claridad en la exposición de la moral.
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A.G.:
Gracias paisano.
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A.G.:
Es claro que existen elementos subjetivos, pero lo que afirmo en este post es que éstos no son las razones para conceder o negar la comunión a los adúlteros. La razón por la que se les niega es objetiva: su situación de contradicción manifiesta y pública respecto de la indisolubilidad con que Cristo se une a la Iglesia, situación mala en sí misma.
Acompañar está muy bien. Pero dar la comunión a estas personas no se puede.
Que el buen Dios te guarde en el bien y te proteja de todo mal.
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A.G.:
Gracias. Es simplemente exponer la doctrina de la Iglesia. Alabado sea Dios.
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A.G.:
En verdad se trata de la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y los pecados que atentan contra él. Nadie debería tocar estas verdades, y menos aún en un mundo liberal como éste, en que la familia es agredida por anhelos inmoderados de autodeterminación.
Leyendo la q. en su conjunto, que trata sobre la penitencia y el pecado, muy a propósito para el tema que usted comenta, lo que se aprecia es cómo Ockham pone el acento en el aspecto volitivo divino como respecto del humano a la hora de pecar. Es decir: al hombre le debe de bastar saber que Dios ha prohibido algo para que eso quede vedado para él, por ese mismo hecho, al margen de su racionalidad intrínseca, dada por la propia acción creadora de Dios. Manifestándose así la infinita distancia que separa al hombre de Dios, quien no tiene superior y, por lo tanto, es Él quien hace lo justo y haciendo lo que hace nunca peca, algo que nunca puede hacer el hombre, lo cual es una verdad que conviene recordar en estos tiempos de endiosamiento humano. ¿Lo manda Dios? Eso debe bastarte.
De todas maneras, sigo pensando que hay que leer directamente, y no por refritos ni por opiniones heredadas a autores como Ockham o Duns Scoto, sin atribuirles sin más lo que otros le atribuyen como los malos de la película. Creo que se han sacado consecuencias del pensamiento de Duns Escoto y de Ockham que no son las más felices, desde los que se les ha interpretado muy habitualmente desde la propia Iglesia. Y creo igualmente que, no obstante eso, tienen qué enseñarnos... leídos, no interpretados por otros (muchas veces, por nuestros enemigos, los enemigos de la fe). Sin que eso implique santificar todas sus palabras.
Finalmente, aunque la cita y su original expresan muy bien el modo de razonar de Ockham, no responde estrictamente a la distinción potentia Dei ordinata /absoluta, que estaría, por así decirlo, antes.
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A.G.:
La potencia absoluta es una doctrina central en los nominalistas, porque refleja el voluntarismo divino y humano que luego dio fundamento a los absolutismos, al positivismo, al pensamiento moderno, etc.
Y no, no exactamente así, no es "¿Lo manda Dios? Eso debe bastarte", sino que Dios lo manda porque es bueno, y Dios lo prohibe porque es malo, por eso manda una cosa y prohibe otra. Hay una racionalidad en la moral que es participación de la Razón divina y que es necesario considerar siempre. Porque al fin y al cabo la ley eterna es Razón divina ordenadora, y la ley moral su participación.
El adulterio no es malo porque Dios lo prohiba, sino porque es malo, y por eso Dios lo prohibe.
Dios NO PUEDE hacer el mal. Dios sólo puede hacer el bien, porque no se contradice. Luego todo lo que Dios hace es bueno en sí mismo.
2. No es que no solo no pueda comulgar, es que no podemos relacionarnos con ellos.
3. Hoy, creo que la Iglesia Católica se quedaría vacía, excepto un resto fiel. San Pablo es tajante (1 Cor 5): "9. Al escribiros en mi carta os exhorté a que no os relacionarais con los impuros, 10. no me refería a los impuros de este mundo en general o a los avaros, a ladrones o idólatras. De ser así, tendríais que salir del mundo. 11. ¡No!, os escribí que no os relacionarais con quien, llamándose hermano, es impuro, avaro, idólatra, ultrajador, borracho o ladrón. Con ésos ¡ni comer! 12. Pues ¿por que voy a juzgar yo a los de fuera? ¿No es a los de dentro a quienes vosotros juzgáis? 13. A los de fuera Dios los juzgará. ¡Arrojad de entre vosotros al malvado!"
Que algo sea bueno se debe a que Dios lo ha ordenado bueno. No es independiente de la voluntad divina: su ser y su bondad. Su mal ser es debido al pecado original (determinado por la prohibición divina: ¿Dios podría haber hecho que ese árbol no diese frutos mortales? Sí, pero no estaba en sus planes, en su libertad no condicionada: fruto de la libertad divina se entiende mucho mejor el don).
Hay cosas cuya maldad en un momento dado no entendemos y cumpliendo el mandato hacemos bien, porque lo hacemos por amor de Dios, de lo que nos manda. Y es posible que luego entendamos su bondad. Nihil volitum nisi praecognitum? Pues lo que te dicen es: teniendo praecognitum a Dios, el volitum no falla, aunque el objeto del nihil no se comprenda. No es lo mismo la autoridad con que Dios hace las cosas (pues es verdadero Auctor) y otra con la que la hacen los hombres. Viene muy bien tener esto claro para contemplar con cierta distancia las disposiciones humanas.
No he negado lo último que usted dice. Ni Ockham, hasta donde leo.
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A.G.
No amigo, que algo sea bueno no se debe, como piensan los nominalistas, a que haya sido ordenado por Dios. Eso es introducir un voluntarismo positivista que luego será esencial en la Modernidad.Que algo sea bueno se debe a que es bueno en sí mismo y por eso lo ordena Dios.
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A.G.:
Alabado sea Dios.
Si Dios lo ha creado todo, es lógico que lo bueno en sí mismo sea así porque Dios lo ha querido así. No veo el problema. O sólo lo veo si se pudiera pensar que hay un bien preexistente a Dios y al que éste diera una especie de asentimiento. en cuyo caso no sería Dios. Esto vale para el mundo de los hombres, no para la vida en Dios. El problema de la modernidad es trasladar un discurso que sólo vale para Dios al mundo de las realidades humanas. Algo muy claro en Descartes, que se ve a sí mismo como una especie de Prometeo o san PAblo haciendo este trueque (y omitiendo las referencias teológicas).
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A.G.:
No talmente, no es que sea bueno porque Dios lo ha querido así, sino porque es bueno. El orden con que Dios ha estructurado el mundo es su misma Sabiduría eterna, de la cual participa el hombre con su razón, y esa participación racional de la ley eterna es la ley natural.
Ley natural que no agota la ley eterna, pues la razón no alcanza a todo lo hecho por Dios, de ahí que se diga que sólo los santos contemplan de manera inefable, y tampoco totalmente, esa ley eterna.
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A.G.:
El orden en sí mismo es eterno, porque es la sabiduría ordenadora de Dios. La moral, por eso, no es un constructo humano ni un conjunto de normas generales, como dicen ahora muchos eclesiásticos, sino la forma humana de participar en su naturaleza de la sabiduría eterna, esto es, por la razón. No hay pues voluntarismo divino ni tampoco humano, sino un orden eterno inscrito en la naturaleza y que el hombre lee, de ahí la ley.
El Derecho dispone Canon 915 No deben ser admitidos a la sagrada comunión...y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave.
Tiene estrecha relación el adulterio con la Castidad CATIC 2349 La castidad “debe calificar a las personas según los diferentes estados de vida: a unas, en la virginidad o en el celibato consagrado, manera eminente de dedicarse más fácilmente a Dios solo con corazón indiviso; a otras, de la manera que determina para ellas la ley moral, según sean casadas o célibes” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 11). Las personas casadas son llamadas a vivir la castidad conyugal; las otras practican la castidad en la continencia.
El adulterio es materia grave del pecado mortal (Mc 10.19) y CATIC 1857/8/9, requiere plena conciencia y entero consentimiento.
Luego de leer el artículo, me quedaron las siguientes dudas:
Con respecto a la prohibición:
1) Entiendo que algunas cosas son prohibidas porque son malas. ¿pero otras sin ser malas pueden ser prohibidas? Me refiero, por ejemplo, a comer cerdo en el antiguo testamento entre otras. Dado que todo lo que Dios creo es bueno.
Con respecto a la malicia:
2) ¿Y por qué las cosas son malas? Aparte de la ausencia de bien o ser contrario a los fines de la naturaleza, ¿hay otra causa por la que algo se considere malo?
Gracias de antemano por su respuesta.
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A.G.:
Hay cosas como comer carne de cerdo etc que no son pecado. Respecto a las prohibiciones del Antiguo Testamento, hay que decir que Nuestro Señor declaró caducas muchas de ellas, pues estamos en su Nueva Alianza.
También hay que diferenciar lo malo de lo ilegal. Hay muchas, muchas cosas malas que son legales, y eso no las hace buenas.
El pecado es una transgresion de la ley moral, reflejada, principalmente, en los mandamientos. También hay mandamientos de la Iglesia, que es malo incumplir, porque por ellos vivimos sujetos al orden de la gracia.
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