(373) El orden del devenir contra el orden del ser
El ordel del devenir es la antítesis del orden del ser.
El primero es mental. El segundo es real.
En el primero hay valores, o sea cuantificaciones.
En el segundo hay virtudes, o sea cualificaciones.
En el primero la primacía es de la voluntad. En el segundo del entendimiento.
En el primero la voluntad busca el valor que desea, en el segundo la voluntad busca el bien que le propone la razón.
En el primero la voluntad por sí sola pretende mover la gracia, en el segundo la gracia mueve la voluntad a moverse por sí misma.
En el primero hay un reparto igualitario de gracias, y el grado de perfección depende principalmente del hombre. En el segundo hay un reparto desigual de gracias, y el grado de perfección depende principalmente de la voluntad de Dios.
En el primero la Revelación es continua y su contenido es difuso, tanto, que resulta inabarcable y no puede ser objetivado; en el segundo la Revelación termina con el último apóstol y su contenido es objetivo, tanto, que puede ser explicitado y contenido en un Depósito.
En el primero no hay conocimiento, natural ni sobrenatural, porque todo es misterioso e inaccesible; en el segundo sí hay conocimiento, que para lo misterioso (inaccesible a la razón natural) se llama fe.
En el primero hay progreso, en el segundo tradición.
El primero es global, el segundo universal.
En el primero hay autonomía, en el segundo subordinación.
En el primero hay separación de órdenes, el segundo distinción.
Para el primero se inventan normas, en el segundo se participa de la ley.
En el primero el positivismo se traduce en derechos humanos, en el segundo lo justo se fundamenta en el derecho natural.
En el primero el hombre es soberano, en el segundo Cristo es soberano.
En el primero Cristo sólo reina en los corazones, porque sólo tiene potestad doméstica; en el segundo Cristo reina en todo, porque toda potestad es delegada de la Suya, y todo bien viene de Él.
16 comentarios
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A.G.:
El orden del ser es el orden creado, que en el hombre es elevado al orden sobrenatural. Debe ser la base del derecho, la vida social y personal, la cultura, la moral, todo.
Menuda síntesis has logrado. Vayan mis felicitaciones.
Y mi admiración, porque das la clave maestra para detectar el fondo común en el que abrevan o han abrevado todos los intentos de oscurecer o negar la Verdad.
Hablo del gnosticismo, nominalismo, humanismo, cartesianismo, protestantismo, idealismo, liberalismo, marxismo, modernismo, progresismo, personalismo, democratismo y demás "ismos" habidos y por haber.
Dios te lo pague.
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A.G.:
Gracias. Exactamente, Ricardo, todos esos ismos derivan de esta filosofía del devenir, que es la esencia del modernismo, cajón de sastre de todos los errores modernos.
En el primero la voluntad busca el valor que desea, en el segundo la voluntad busca el bien que le propone la razón.....Gracias.
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A.G.:
El voluntarismo está muy extendido, porque es lo que se ha predicado, comúnmente, durante los últimos decenios.
el resumen de los postulados contra-católicos son los de la papa caliente, que tiene mudos a mas de 4, sumándose al los "sectarios"
Este post es mas atinando, uff tremendo para seminarios.
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A.G.:
Gracias carmelo. Son eso, postulados anticatólicos. Porque son postulados modernistas.
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A.G.:
Afirmar el orden del ser, por lógica, es afirmar el orden natural. Este orden natural es perfeccionado, no suprimido, como creen los protestantes o los modernistas, por el orden sobrenatural, que lo perfecciona. Así lo ha entendido siempre el pensamiento tradicional.
La dicotomía, mejor dicho la antítesis, es real, la introduce el pensamiento moderno, y la consolida y desarrolla Hegel. Es la base del modernismo.
El P. Leonardo Castellani lo explica muy expresivamente:
«Hegel llevó esta filosofía [la moderna], separada o profana a su cúspide, como él lo dijo, y es verdad. Hizo un “Sistema” completo y cerrado, admirablemente arquitectcurado, que viene a ser como el Sistema de Aristóteles invertido: Aristóteles se fundó sobre el SER y por ende, el principio de contradicción; Hegel se funda sobre el DEVENIR, o sea el movimiento; de modo que ambos son del todo incompatibles. K. detuvo a Hegel para siempre, retirándole simplemente la base; por eso pude titular yo paradojalmente “De K. a, Tomás de Aquino”.
»Hegel no tuvo ni tiene discípulos, anoser se quiera nombrar tal a Heidegger— creo que no se puede. De él surgió en lo teórico la elaboración del ateísmo— Feuerbach — y en lo práctico el comunismo de Marx; y dentro del cristianismo la herejía del Modernismo, que sigue hasta ahora: sigue y crece.» (Leonardo CATELLANI, De Kirkegord a Tomás de Aquino, Editorial Guadalupe, Buenos Aires, Argentina, 1973, pág. 252)
Agradezco este post y todos los anteriores. La Verdad resplandece y es un gozo adivinar su presencia detrás de tanta maleza que algunos estáis eliminando con maestría.
Muchas gracias por el post y por los comentarios, que desarrollan y ayudan a comprender mejor lo expuesto.
Un abrazo y mi oración, amigo Gracián
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A.G.:
Gracias María. Como bien dices, la verdad resplandece. Hay que desbrozarla, porque sus caminos están embarrados.
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A.G.:
Es el distintivo de la crisis, la identificación entre tradición y progreso, que, no lo olvidemos, viene de Maritain.
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A.G.:
Es lo que pasa con Amoris laetitia.
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A.G.:
Con el calificativo de vivo se confunde el concepto de magisterio, tradición, etc., para identificarlo espuriamente con el progreso. Como apuntaba Luis Fernando.
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A.G.:
Son principios esenciales, como señales en un mapa, para no perderse en la crisis.
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A.G.:
Depende de lo que Ud. entienda por "profundización en el misterio de Dios y de su Iglesia", que ya, de por sí, suena subjetivista, si lo entiende en el sentido en que lo entienden von Balthasar o Guardini.
Si Ud. entiende por eso una ininteligibilidad explícita del Depósito, que la doctrina es siempre una mera aproximación, o, como dice Guardini, que "el hombre lleva a plenitud dicha Revelación", entonces incurre en subjetivismo.
Una conversa del protestantismo al catolicismo. Me parece que es un buen ejemplo de lo que puede ser profundizar en el misterio de Dios y de su Iglesia.
Otro es el padre Pío.
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A.G.:
Hay que tener claro qué se entiende por profundizar en el misterio de Dios y de su Iglesia.
El personalismo lo entiende así: la Revelación no consiste en transmisión de verdades naturales y sobrenaturales explícitas, conformadas en doctrina; sino en manifestación de un misterio incognoscible, sólo imperfectamente expresado en doctrina. Por tanto, al ser la doctrina inacapaz de expresar el misterio, que es inefable, entonces hay que estar indefinidamente profundizando en él y progresando en su vivencia.
Como ve, se puede interpretar equivocadamente.
Lo católico: el misterio es misterio por ser inaccesible a la razón natural, por lo cual necesita del conocimiento sobrenatural de la fe, fundada en la autoridad de Dios y no en la evidencia explícita. La fe consiste en creer.
Lo no católico: el misterio es misterio por ser inaccesible tanto a la razón natural como a la fe, por eso, creer no consiste en profesar doctrinas, sino en vivir y experimentar el misterio.La doctrina es sólo aproximación imperfecta que progresa.- (o sea, devenir).
Un exceso de debate intelectual (aun siendo necesario y fecundo) nos hace perder de vista la nuestra Radical indigencia y lo provisional de nuestros esquemas mentales.
Ni podemos caer en el error de los estoicos que pensaban conocer con la misma objetividad de Dios.
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A.G.:
No se trata en absoluto de eso, que parece más bien una formulación del prejuicio personalista.
Sino de conocer el Depósito en la medida y grado que Dios mismo nos concede a través de su Iglesia.
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A.G.:
Muchas gracias por el enlace, Juan Andrés, tiene buena pinta, lo leeré. Conforta saber que otros circulan por los mismos raíles.
La "modernidad" nos ha dejado estos días sin uno de los mejores profesores de la Iglesia, para mayor descrédito de quienes la gobiernan hoy han destituido al mejor alumno del Cardenal Caffarra y un hombre de confianza del Santo Padre Benedicto XVI y de San Juan Pablo II. Recemos por nuestro hermano Livio Melina, tan injustamente tratado. Recemos por la Iglesia. Y por nosotros, que vivimos entre tanta confusión y tentación. Quo vadis.
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A.G.:
No sólo no hace daño, sino que es más perfecto. Razón y fe siempre unidas, cada cual a su modo, sin ruptura, sin falsas disonancias, sin misteriosismos.
Oremos.
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