(345) De la objetividad como piedra de tropiezo
1ª.- El espejismo existencial.— Conocer el ser no como ser sino como valor. En esto consiste el nihilismo piadoso de los axiólogos. Lo copiaron de los existencialistas, lo introdujeron en la mente católica, lo exportaron y lo exportan al mundo bajo apariencia de evangelización. ¿Hasta cuándo no despertará el católico, formado o formador, de esta ilusión antimetafísica?
2ª.- Se veía venir.— No nos extraña la deriva materialista de algunos personalismos. ¿Adónde querían llegar, negando el alma, sino a un exceso de teología del cuerpo, y a un receso de la teología del estado de gracia?
3ª.- Spes inanis, esperanza vana.— Reza la Empresa 15 de Don Juan de Borja. La pictura es elocuente: una mano que, pretendiendo apoyarse, se hiere; toma la caña de bambú quebrada y es en balde, porque se raja y sangra y no logra apoyarse, sino quebrarse y caer.
Esto decimos nosotros del proyecto fenomenológico, spes inanis. Porque poner la tradición entre paréntesis no es apoyo, ni es sustento de verdad, ni es razonable. Más bien es caña que se quiebra y hiere, y hace caer. Y no precisamente al cielo, sino a la era del subjetivismo.
4ª.- La impunidad del error, por el misteriosismo.— Opina Heidegger que «la razón es la más tenaz enemiga del pensar». Y se pregunta uno cómo el pensar sin razón no causa desasosiego, remordimiento, desazón. ¿Puede la causa segunda, siendo racional, renegar razonablemente de su esencia? Peor aún es la locura del teólogo que, por pensar en modo heideggeriano, se vuelve misteriosista y deja a un lado su razón, enemistándola con el dato revelado. El siguiente paso es decir que los perros, los árboles, las piedras, no existen, porque sólo existe el hombre.
5ª.- Lo objetivo, piedra de tropiezo.— Kierkegaard lo combate en cuanto ley universal que debe suspenderse en función del individuo, o como él matiza, teleológicamente. Unamuno se revuelve contra la realidad: «Lo objetivo, ¡esa palabra que tanto odio!», dice. El personalismo se queja de Santo Tomás: lo encuentra demasiado objetivista, según Karol Wojtyla. Husserl desactiva los saberes heredados, en pos de una supersubjetividad para iniciados y especialistas del yo. Heidegger quiere un dios tan subjetivo que tenga el ser tachado. Viktor Frankl promueve un sentido de la vida para cada cual, a descubrir por cada cual, válido tan sólo para cada cual. Amoris laetitia, recientemente, pretende añadir a la ley moral un plus creativo de subjetivismo: el de la conciencia única e irrepetible de Rahner.
6ª.- Autocentrismo y crisis de fe.— Parece inevitable. Autoposesión, autoconciencia, automoción, autodeterminación…finalmente autarquía. Los conceptos que manejan los personalistas no parecen muy cristocéntricos. Lo normal es que la fe se colapse, porque de tanta primacía de la persona, la soberanía de Dios queda en entredicho. Y así se desemboca en puro voluntarismo, en un insensato contemplar a Dios como mero expectador del hombre. Es entonces cuando, suprimiendo la dignidad moral, la dignidad humana se absolutiza, y se vuelve un fin en sí misma. Que es lo mismo que ilusoria.
David Glez. Alonso Gracián
21 comentarios
Opina Lutero que “La razón se opone directamente a la fe, y deberían dejarla que se vaya; en los creyentes hay que matarla y enterrarla."
Vaya, la sombra del hereje es larga, muy larga.
Tanto, que se ha colado dentro de la Iglesia.
Ahora hasta con estatua.
Pero antes,mucho antes, por vía de filosofías que los altos jerarcas -incluso papas - comieron con fruición sin percatarse que estaban aderezadas con las tesis de ese hijo del diablo.
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A.G.:
Ricardo, como bien dices, la sombra del hereje es larga, muy larga. Y es que todas estas filosofías modernas, y la escuela que pretende catolizarlas en vano, están arraigadas en el nominalismo y por tanto en el luteranismo, que su teología connatural.
Pero va a ser que la mona, aunque se vista de seda, mona se queda.
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A.G.:
La queja de Wojtyla, como la del personalismo en general, procede de la filosofía moderna, que pretende sustituir el ser por el valor y hacer que la acción preceda a la esencia. Por tanto es una queja injusta y extraña al catolicismo. Pero es una queja necesaria para la modernidad, porque el subjetivismo es fundamental para la doctrina de la autodeterminación de la voluntad, que no es un principio católico.
La existencia de la subjetividad del hombre caído reclama una ascesis, una restauración, que es obra de la gracia. No necesita reforzamiento ni apoyo teórico sino sanación.
Sobredimensionar el papel de la subjetividad en la teología moral conduce a graves errores. Lo constatamos por ej. en Häring o más recientemente en Amoris laetitia. Es por eso acertado vincular A.L. con el personalismo,porque la sustitución del pensamiento tradicional por el subjetivismo moderno es la esencia de sus errores.
Por ejemplo Manuel García Morente nos dice que los valores no son un objeto de conocimiento semejante a las cosas. Los valores exigen de nuestro reconocimiento que conlleva en nosotros una actitud de compromiso, generosidad y amor.
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A.G.:
Los conceptos personalistas son así, confusos, desenfocados, ambiguos, subjetivos.
Con lo bien que funcionaba la física de Newton!
Sr. Alonso, a mayor densidad ontológica los seres son más difíciles de precisar con exactitud. Requieren de nuestro compromiso personal. Para aprender a tocar el piano no basta estudiar solfeo, estamos abocados a practicar muchas horas y esto conlleva cometer un sinfin de errores. A medida que estudiamos y practicamos una partitura se nos va haciendo más familiar, se hace como trasparente, la hemos interorizado; pues una lógica análoga es la que rige en el mundo de los valores. En esto consiste el conocimiento por connaturalidad de Santo Tomás.
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A.G.:
Cuidado con los compromisos personales con sistemas ideológicos, que hacen caer en el subjetivismo y nublan la vista. No tiene sentido comprometerse personalmente con una filosofía que es oscura, pobre y de mala calidad, y que por mucho que se practique, nunca sonará bien, porque está llena de disonancias. Sobrevalora Ud. conceptos que no dan para mucho, por su pobreza, y porque en su origen no son católicos. Fueron ideados por teóricos influidos por el nihilismo nominalista. Necesitaban de la verdad, no que se les hiciera el juego, adoptando sus teorías y cavilaciones.
La Iglesia no necesita el concepto de valor para sustituir al de ser, ni necesita tacharlo, como necesita Heidegger, porque la Iglesia defiende la armonía entre la fe y la razón, no su enemistad. Desde luego, necesitará usted muchas horas para llegar a entender la axiología y la fenomenología moderna, y será un tiempo que quitará al conocimiento de la doctrina clásica y tradicional y de la auténtica metafísica clásica. Con lo cual su formación quedará dañada, y los nuevos conceptos deformarán su sentido de la fe.
Pero dado que ud. sigue insistiendo una y otra vez con lo mismo, por más que se le demuestra la debilidad de la posición personalista, la conversación no avanza, no veo razón para publicarle más comentarios. Si Ud. se ha comprometido personalmente con el sistema nominalista-existencialista, propio de la Nueva Teología y el personalismo, este debate le servirá poco, porque ese compromiso le hará ser subjetivo y no objetivo. No podrá mantener sus principios y a la vez aceptar los tradicionales, porque son incompatibles. El orden de los valores es un orden en que el ser está tachado, como diría Heidegger. Y esto no congenia con el pensamiento católico, por más que se quiera.
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Que lo definan los que usan esa palabra en vez de usar términos tradicionalmente católicos.
Solo faltaba que tuviéramos nosotros que adaptarnos a su lenguaje confuso en vez de ellos asumir el lenguaje claro y preciso de la Tradición.
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Lo absurdo es pretender aprender a tocar el piano con partitura desechando el solfeo.
Lo absurdo es pretender hacer filosofía y teología buena desechando la Tradición.
Si con el solfeo se puede aprender bien, ¿a cuento de qué buscar un sistema que ya ha demostrado que no sirve? Pues eso...
Manu, es usted el ciego empeñado en enseñar a leer al que tiene vista.... sin ni siquiera usar el sistema Braille. No pierda el tiempo con nosotros. Por pura gracia vemos con los ojos de la Tradición y muy especialmente a la luz de Santo Tomás. Déjenos en nuestra ignorancia y siga usted por los procelosos valles del personalismo. Que le va a ir muy requetebién.
Más propiamente hablando: fuera del ente no hay nada, porque el no ente, por definición, no es. La fenomenología es el intento de situarse antes del ente, por "imparcialidad" filosófica, para ver después que pasa, si hay ente o no, si se puede afirmar o no.
Por tanto, quiérase o no, se intenta partir del pensar "antes" del ser. "Pensar" aquí vale lo mismo que "experiencia, vivencia, fenómeno", etc. Es algo mío, algo dado a mí. Y ahí el dicho clásico es lapidario: "De un gancho pintado en la pared sólo se puede colgar un gabán pintado en la pared, no uno real".
Si el ente no está en el punto de partida de la filosofía, no aparece nunca más, porque la conclusión no puede superar las premisas. No hay imparcialidad ninguna, se optar por el idealismo de entrada, y no sólo sin pruebas, sino contra la evidencia inmediata de los sentidos y el intelecto.
Pero ¿qué otra cosa que el ente puede haber en el punto de partida de la filosofía, si el no ente, como su nombre lo indica, no es?
Todo el idealismo, incluido el fenomenológico, es una contradicción continua. Porque la misma experiencia, pensar, fenómeno, vivencia, etc., es ente, o no es nada.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
El error fundamental del "personalismo" es creer que se debe y puede hacer una síntesis entre la filosofía medieval y la filosofía moderna bajo la forma de una síntesis entre el realismo y el idealismo, entre la objetividad y la subjetividad.
Eso es imposible: el objeto conocido o depende (idealismo) o no depende (realismo) del sujeto cognoscente. No hay otra posibilidad, y menos todavía hay la posibilidad de afirmar ambas cosas al mismo tiempo.
En esas síntesis entre la verdad y el error sale ganando siempre el error, porque el error siempre tiene algo de verdad, de modo que lo que se consigue es un error puro y duro.
La alergia personalista a la naturaleza humana es simplemente la alergia del idealismo al ente y a la metafísica realista. El problema principal que plantea la naturaleza humana desde el punto de vista personalista es que es objetiva.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
Como catolica no entiendo porque necesito autodeterminarme, desde la verdad subjetiva que surge de mi propio pensamiento, adquiriendo un compromiso desde unos supuestos valores, subjetivos que emergen, no desde la razón sino desde ideas, elaboradas por mi propia mente., a partir de experiencias personales. No se si es estúpido lo que acabo de escribir, pero es lo que he entendido de todo lo leído.
Entonces me pregunto :esta que soy,. Que un día descubre a Nuestro Señor, "Camino, Verdad y Vida", al que intento conocer, seguir y amar. De lo primero que me doy cuenta, es que mi criterio personal se debe doblegar a la Verdad, mis fuerzas (voluntad, inteligencia), deben ser ayudadas por la gracia, sino es imposible avanzar en su conocimiento, ni en una vida acorde a sus mandatos. Deseas amarle y eres consciente de tu inmensa debilidad. Eso lo palpamos día a dia
Para que sirven todas estas filosofías que te encierran en tu propia mente, siendo incapaz de ver la realidad?. Te explicas porque se menciona tanto la palabra duda, y se cuestiona absolutamente todo. Si no es posible la objetividad, todo es puesto en duda.
Pensar sin razon!!! es posible eso, equivale al no ser, porque en el ser esta la capacidad de razonar..
Parece se trata de volver el pensamiento oscuro, ininteligibe y cuanto más complicado, más inteligente.
Ése es el plan de Lutero.
Destruida la razón, sólo queda el fideísmo.
Y eso no te salva.
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A.G.:
Habla bien, amigo José Díaz, la Modernidad, entendida en su espíritu, es incompatible con el espíritu del cristianismo, porque la modernidad se levanta contra Dios y su Primogénito.
Lo ha expresado con fuerza:
El subjetivismo moderno, con su colorario voluntarista y autodeterminacionista, remiten en última instancia a la tentación genesíaca
Totalmente de acuerdo.
"creo para comprender, y comprendo para creer mejor". San Agustín. Estas filosofías rompen este nexo. Como si Dios entrará en contradicción. Tengo claro que no me extrañan tantas dudas, descaminos y rebeldía.
Gracias.
"Han llegado hasta tal grado de insania que proclaman ser capaces de obrar todo lo irreligioso y lo impío".
"Jesús, dicen, ha hablado en secreto y privadamente a sus discípulos y apóstoles, y les encargó transmitir estas doctrinas a los que se mostrasen dignos y les prestasen confianza, puesto que el hombre se salva por la fe y el amor. Las demás cosas son indiferentes; aunque son consideradas ora buenas ora malas en la opinión de los hombres, nada hay que sea malo por naturaleza".
("Los gnósticos I) Editorial Gredos.
Es decir que sí los progresistas piensan que hay progreso en estas ideas esto demuestra que no hay tal ya que Santo Tomás de Aquino es muy moderno, atendiendo a la cronología, comparado con el S. II en el que San Ireneo combatió en solitario este tipo de herejías que, por lo visto, son recurrentes, pero que de novedad no tienen nada.
El subjetivismo, la espiritual descarnada, el misteriosismo, etc...fueron una plaga en la Iglesia casi desde sus comienzos.
¿Por qué los personalismos tienen tanto éxito en la bioética?
¿Cuáles son los errores en que se incurre al hablar de una bioética personalista?
Me parece que muchas personas no saben ni lo que dicen cuando hablan de personalismo y suponen solamente que se refiere a que en las escuelas y universidades se da un trato personal a los alumnos
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