(321) Babel no tiene campanas
1.- La grieta ostensible.— La ciencia política tradicional hispánica representa la constitución cristiana de los estados con la figura de una campana, y no entera, sino con una rajadura apuntada. La torre campanario simboliza al príncipe, al gobernante católico en general, que ostenta el lugar más visible de la Ciudad Católica, desde el cual gobierna con tañidos bien audibles. La rajadura representa su condición de causa segunda, necesitada de Dios para gobernar, porque sólo Dios es fuente de todo bien y toda verdad. Su visibilidad la hace vulnerable, cualquier hendidura es confrontada ante la luz del día, a la intemperie de la Ciudad. También exige mucho: demanda ejemplaridad a su arte de tañer, es decir de gobernar. Desde tan alta torre ha de buscar el bien común social como requiere el apóstol, «decentemente, y como de día» (Rom 13, 13).
2.- Ex pulsu noscitur, se la reconoce al sonar. La campana corona uno de los más bellos emblemas de las Empresas Políticas , «idea de un príncipe político christiano representada en cien empresas», de Don Diego de Saavedra Fajardo, editio optima de 1642. Vale la pena leer la empresa entera y contemplar la belleza de su pictura. Con cuánta cordura alaba la recta palabra del príncipe, prudente y cristiano, y los muchos frutos de su discreción y doctrina. Tal es la importancia que concede a la palabra, conforme a la más acendrada tradición cristiana, que llega incluso a afirmar: «las palabras de los reyes son los principales instrumentos de reinar. En ellas están la vida o la muerte», es decir, gracia o desgracia, el bien o el mal de la sociedad. Y citando al rey Alfonso X el Sabio, asegura :«el seso del hombre es conocido por la palabra».
3.- La grieta escondida.— El seso del Leviatán de tercer grado se conoce por su palabra jurídica, que es la ley. Se le reconoce al sonar, poque lo hace oscuramente, con ambigüedad, a cubierto y sin referencia a una realidad trascendente ante la que quedar expuesto y confrontado. Es juez de sí mismo, y señor de su propia quebradura, que intenta siempre justificar.
Su falsa campana se llama laicidad, y su estridencia, la de la libertad negativa. Su pretensión, ejercer, mediante el derecho positivo, una tal violencia sobre el orden creado, que permita afirmar por sí misma la voluntad subjetiva, (sin otro límite que su propio querer, como enfatiza Hegel). Y no para negar absolutamente el orden creado y elevado, sino para que quede retraído al mundo privado de las conciencias, y excluido del orden político y social.
4.- Babel no tiene campanas.— Tal es su confusión de lenguas y su ruina. La ausencia de campanas, en el Estado babélico moderno, conviene a tal noción de libertad negativa, (que es su esencia, como recalca insistentemente Danilo Castellano). Conviene también a su discurso ético global, a la oscuridad de sus sofismas: conviene a Ánomos y Anfíbolos que las grietas de su numen queden escondidas, para evitar el juicio.
La multiplicidad de lenguajes distintos, la atomización de la comunidad en mónadas de deseo, (como explica Alberto Caturelli) en una pluralidad exacerbada de reclamaciones y contrarreclamaciones (Turgot); impiden un lenguaje universal de gobierno, visible a todos, audible para todos hasta en sus defectos. Impiden, conforme a su raigambre nominalista, “el bien de los universales”, que es el bien común.
y 5.- El positivismo necesita de la oscuridad.— De ocultamiento. No se confunda el católico. Su lenguaje de laicidad no conviene al cristianismo: pretende encubrir, con la retórica globalista de los derechos personales, la profundísima rajadura moral con que separa el derecho de lo justo. Este sistema de tercer grado es el ethos del desafío, de la voluntad de poder nietzscheniana, que eleva Babeles por doquier, porque por doquier hay voluntades que reclaman y contrarreclaman.
—Por el contrario, en la opción tradicional se encuentra claridad. Figura la ciencia política con una campana en su torre, bien alta y visible en la Ciudad. Tras sus tañidos de gobierno, cual bajo continuo ontológico y tambien sobrenatural, ha de sonar bien clara y distinta la ley moral, para que de todos sea conocida y guardada. Campana que clama que toda sociedad está perdida si es anómica y ambigua ante Dios.
Deje el católico, por eso, de profesar doctrinas extrañas y extranjeras, que redundan el desafío de Babel, y pregone a los cuatro vientos, cual campana, que:
las leyes divinas deben regular la vida y la conducta de los particulares, y también la vida y la conducta del Estado; porque no es lícito en la vida política apartarse de los preceptos de Dios y legislar sin tenerlos en cuenta para nada.
David Glez. Alonso Gracián
13 comentarios
Yo las amo, yo las oigo
Cuál oigo el rumor del viento.
el murmurar de la fuente
o el balido del cordero
Como los pájaros, ellas,
tan pronto asoma en los cielos
el primer rayo del alba,
le saludan con sus ecos.
Y en sus notas, que van prolongándose
por los llanos y los cerros,
hay algo de candoroso,
de apacible y de halagüeños.
Si por siempre enmudeciera,
! que tristeza en el aire y en el cielo!
! Qué silencio en la Iglesia!
! Qué extrañeza entre los muertos!
Ya lo anunció en su primera venida ¿Cuando vuelva el Hijo del Hombre encontrara fe en la Tierra?
¿Puede venir a gobernar si el poder que se ejerce en la Tierra está bajo control de Leviatan.?
El Señor reina en los corazones de los hombres fieles que lo han aceptado como Maestro,Rey y Señor, aún a costa de ser perseguidos y mártires como sucede en Oriente Medio.
Así, ellos conservan el fuego vivo del Maestro y Rey de la Vida siendo con El la comunidad de vivientes reinantes y místicos aún siendo perseguidos.
El Rey de Reyes volverá y reinará ,antes los hombres debemos abandonar la idolatría ,las lenguas extrañas de un género montado en subjetividades y volver a instaurar una Nueva Evangelización en el Único y salir de Babel ,que siendo visible en sus actos y efectos los humanos no llegamos a descifrar ,
¿quién es ese poder maligno que busca la destruccion y el engaño o está tan bien orquestado que el Señor espera un Día glorioso para acabar y atar a Leviathan y guardarlo en la mazmorra de la Oscuridad para siempre?.
Estamos en paciente espera que todo el mal y las huestes malignas queden al descubierto y no terminen devorándonos.
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A.G.:
Debe reinar en los corazones y en las sociedades, en toda la Creación, y en todos los pueblos e instituciones. Y pedimos que venga su reinado, aquí y ahora. Porque si Cristo no reina la sociedad está perdida.
Lla razón es que las campanas, en los pueblos gallegos, forman parte, como en el resto de España de la llamada a la Sta. MIsa, a muerto o a júbilo, a hora. Su tañer es, era parte de la cosmovisión del mundo de la gente sencilla.
Hoy efectivamente el simbolismo que Vd refiere se ha perdido, pues en la torre no hay nadie.
A mi me gusta la simbologia de la rajadura, de la humildad del gobernante para servir, dentro de sus debilidades, al bien común y la Gloria de Dios.
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A.G.:
Gracias por la bella poesía, Soledad. Lo ha expresado ud. muy bien:
la simbología de la rajadura, de la humildad del gobernante para servir, dentro de sus debilidades, al bien común y la Gloria de Dios.
1. En la Creación es Rey de reyes el Verbo de la Vida encarnado.
2. En el plan de Dios está una nación sagrada de sacerdotes sin rey temporal, pero sabe que su pueblo reclamará un rey mundano.
3. El pecado original en la sociedad no puede ser gobernado por la ley temporal de un príncipe cristiano. La propia ley humana se hace pecado sin Dios.
4. Antes de Cristo, Dios unge a un rey temporal, pero siempre termina siendo infiel.
5. Cristo viene como príncipe fiel y obediente en todo momento, hágase tu Voluntad y no la mía, y regresará como Rey eterno, en nuestra historia temporal, con el poder de gobernar el pecado al cual ha vencido.
6. Después de Cristo, en el tiempo de Iglesia, nación santa, el único "príncipe" cristiano, que es mayordomo, es el Vicario de Cristo.
7. ¿Con el Vicario de Cristo puede tener la campana una rajadura y la hace sonar como Dios manda?; ¿La Iglesia puede quedarse sin campana?; ¿Los católicos somos sacerdotes que hacen sonar las campanas al compás del orden de la Gracia?
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A.G.:
Pienso que el tema es mucho más sencillo, y se resume en esta máxima con la que rechazamos de plano el liberalismo de tercer grado:
no es lícito en la vida política apartarse de los preceptos de Dios y legislar sin tenerlos en cuenta para nada.
2. Después sería necesario desambiguar los términos ambiguos para saber de qué se habla.
3. El término liberalismo es ambiguo en el contexto que lo aplica: "no es lícito en la vida política apartarse de los preceptos de Dios y legislar sin tenerlos en cuenta para nada." Dios es misericordioso y nos ha dado la libertad a su imagen y semejanza.
4. Si la rebelión contra Dios viene por rechazar la vida política y esto se define como liberalismo, y se afirma que el liberalismo es pecado de tercer grado, entonces por no definir lo que es liberalismo se plantea lo siguiente: Jesús es carpintero, José fue carpintero, profesión liberal, Jesús rechaza de plano la vida política de los fariseos, de cómo gobiernan el Templo de Jerusalén, y Jesús no reconoce la autoridad de Pilatos sobre El.
5. ¿Peca Jesús contra Dios? No se si me explico.
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A.G.:
Es verdad que el término liberalismo es difícil de definir. Yo en estos artículos me limito al análisis del liberalismo de tercer grado, tal y como lo expone León XIII en Libertas praestantissimum. Me limito a este tipo de liberalismo porque es el que ha incorporado al pensamiento católico, en mayor o menor grado, la escuela dominante hoy día, que es el personalismo.
El asunto es que sí se pueden distinguir el orden religioso del orden político, pero no se pueden separar. Porque no es lícito gobernar un país como si Dios no existiera, y como si el hombre fuera dios.
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A.G.:
De nada JSP. El orden temporal debe colaborar y ayudar a que el ciudadano alcance su fin último, promoviendo la vida social virtuosa. Es bueno para el bien común. Además, tenga en cuanta que no le es lícito al gobernante apartarse del orden natural y divino, porque perjudica no sólo la consecución del bien común, sino la vida espiritual de los ciudadanos. Hay que darle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, pero ojo, que el César también es de Dios.
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A.G.:
De nada maru. Es una bella y sabia imagen la que nos proporciona nuestra tradición local hispánica.
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Esto es así para todo católico que se precie de tal y que además, lo sea realmente.
Sentencia que podría aplicarse a la pertenencia a los partidos demócratas liberales: "No es lícito colaborar con un partido político que actúe como si Dios no existiera, y como si el hombre fuera dios." Y ello aunque el tal partido se llene la boca de palabras tan bonitas para ciertos oídos como la unidad nacional, la defensa de las fronteras y el acervo cultural tradicional, u otras consignas de pleno sentido común.
Se ha creado un partido musulmán en Andalucía, y yo no creo que ningún católico se vea tentado ni a votarlo ni a afiliarse a él. Sin embargo en ese partido musulmán, con toda seguridad ni se niega que Dios exista ni mucho menos, que el hombre sea dios. No llegan a tales extremos. Sin embargo hay "católicos" que no solamente llegan a tales extremos, sino que los superan alegremente favoreciendo de mil modos a los partidos demócratas liberales, entonces ¿en qué quedamos?
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A.G.:
Ricardo, el asunto es ese, que los partidos liberales actuales, por muchas buenas ideas que puntualmente puedan tener, parten de ese supuesto que mencionas, es decir, que actúan como si Dios no existiera, como si fuera lícito gobernar al margen de la ley natural y divina, etc.
Desde luego, en estos momentos, es urgente y necesario ser la voz crítica del sistema, desencantar a tantos eclesiásticos rendidos a la ideología constitucionalista y positivista, como si fuera la panacea, y no la misma cultura de la muerte.
1. "Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel." (Ex 19,5-6).
2. Libro 1 de Samuel 8: Israel pide un rey como las demas naciones del mundo.
3. Por segunda vez me indica que: "Hay que darle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, pero ojo, que el César también es de Dios." Así es, Jesucristo, que es la Verdad, que es Dios, es dueño y Señor del César y también de los ángeles rebeldes y del demonio. Por supuesto, que el César no debe gobernar como si Dios no existiese, pero debe ungirlo Dios no el hombre. En cuanto a que "El orden temporal debe colaborar y ayudar a que el ciudadano alcance su fin último, promoviendo la vida social virtuosa. Es bueno para el bien común. Además, tenga en cuanta que no le es lícito al gobernante apartarse del orden natural y divino, porque perjudica no sólo la consecución del bien común, sino la vida espiritual de los ciudadanos." Por supuesto que debe darse la Cristiandad, el orden temporal cristiano, pero no imponiendo sino evangelizando. La fe no se puede imponer. El problema del mundo moderno es que es apóstata y es lo que me planteo: cómo re-evangelizarlo. Confío en la providencia divina y en la segunda venida de Nuestro Señor.
4. Cuando habla el Señor Jesús del César, de la moneda o con Pilato, no es en forma de imposición de un rey mundano ni de un revolucionario como Judas, el anterior supuesto mesías, rey de los judíos, porque sabe que el hombre es criatura hecha a imagen y semejanza de Dios, de la inteligencia y libertad para relacionarse con Él, porque "mi reino no es de este mundo".
5. En la vida política la tendencia es a Juan 8. La mayoría del pueblo de Israel elige como rey al César.
6. La vida política, el César, tiene muy complicado cumplir los preceptos de Dios sin ofender a Dios, porque el César impone no es como el Rey de reyes que nos da a elegir. Esto fue debate intenso en la Escuela de Salamanca. El precepto de amarás a Dios sobre todas las cosas y amarás a tu prójimo como a ti mismo, no lo puede cumplir la unión híbrida del orden político y el orden de la Gracia. Leáse Libro 1 de Samuel 8. En el momento que un católico y político aprueba un impuesto para el "bien común" incumple el precepto de amar a tu prójimo como a ti mismo. Y a la vista está que la tendencia de los políticos-católicos es en buscar las cosas del mundo y no las de Dios, otro incumplimiento. Mejor sería hablar de políticas justas o no, movidos por la virtud de la justicia que viene de Dios, virtud ungida por Dios, para alcanzar el bien común, y lesionar lo menos posible el derecho natural del ser humano para poner las condiciones de que el pecado no campe a sus anchas en la entelequia del Estado, en el César.
7. Con respecto a la encíclica del Papa León XIII, entiendo el contexto del término liberalismo como la libertad moderna alejada de Dios con lo que coincido, la libertad negativa, la falsa libertad ilusoria que ofrece el maligo. Pero no entiendo muy bien en el punto 14: "Hay otros liberales algo más moderados, pero no por esto más consecuentes consigo mismos; estos liberales afirman que, efectivamente, las leyes divinas deben regular la vida y la conducta de los particulares, pero no la vida y la conducta del Estado; es lícito en la vida política apartarse de los preceptos de Dios y legislar sin tenerlos en cuenta para nada. De esta noble afirmación brota la perniciosa consecuencia de que es necesaria la separación entre la Iglesia y el Estado. Es fácil de comprender el absurdo error de estas afirmaciones." Entiendo como libertad cristiana, la libertad humana original restaurada por Cristo, la búsqueda de la Verdad, el Bien y la Belleza y la falsa libertad la que está fuera de ese ámbito de elección. Lo que no entiendo muy bien es que las leyes divinas puedan regular la vida y la conducta del Estado hasta que no regrese Jesucristo. Primero, porque el Estado no sonríe, ama o llora. Segundo, porque no puede existir el orden del Estado perfecto sin la venida de Jesucristo que es perfecto. Y tercero, porque la entelequia del Estado humano, da pasos impositivos que intentan cumplir los preceptos de Dios y al mismo tiempo ofenden a Dios, sin considerar el liberalismo de separación Iglesia y Estado, como expuse en el punto 6. Como expone en su artículo: «las palabras de los reyes son los principales instrumentos de reinar. En ellas están la vida o la muerte». Con Jesucristo como rey está la Palabra de Dios, por lo que sólo está la vida.
Fantástico artículo.
Muchas gracias.
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A.G.:
Gracias Jesús. Pues no sabría decirle, la verdad. Es posible.
Los fundadores de los Estados Unidos de América siempre decían que el país fue fundado bajo principios cristianos y que si no se seguían esos principios fielmente, Dios quitaría su manto de protección lo cual resultaría en la pérdida de todas las bendiciones recibidas y la destrucción total de la república.
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