(288) La autarquía y la crisis del catolicismo
1.- La autarquía es el estado o condición de quien cree bastarse por sí solo; del que se considera, en fin, autosuficiente, y no necesita de moción divina que le auxilie, ni de tradición que le ampare.
—Es la esencia del moderno voluntarismo positivista, cuyo optimismo es suicida: la autarquía es el ethos revolucionario.
2.- Distingo además, en consecuencia:
-Una autarquía personal, que afecta al católico que no cree necesitar ascética ni mortificación ninguna, porque se basta con su humanismo horizontalista, el servicio a los demás, o unas entretenidas experiencias de piedad.
-Una autarquía social, que afecta a sociedades enteras que se malfundamentan en sí mismas.
-Una autarquía jurídica, que afecta al derecho que se desliga del derecho natural, que debería ser su fundamento.
-Y una autarquía política, propia del estado moderno, constitucionalista y personalista, que cree no necesitar a Dios, y se sirve de constituciones y declaraciones de derechos para autoabastecerse.
—Es indudable que, con el olvido del reinado de Cristo, el pensamiento católico se ha vuelto vulnerable, también, a la autarquía social, jurídica y política.
3.- También sería pertinente distinguir una autarquía intelectual, que para la Iglesia es ruina muy grande, y trastorna la teología. Es propia de “teólogos geniales" que, para sincronizarse con la Modernidad, prescinden del pensamiento tradicional, como si no lo necesitaran. También es distintivo de filosofías que, por creerse muy listas, suprimen la síntesis escolástica, o la minimizan, creyendo bastarse por sí solas, o a lo sumo depender de Kant, Heidegger o Karl Rahner.
5.- El estado autárquico es consecuencia de la dureza de corazón y la ceguera espiritual que produce el pecado habitual, concretamente el estado de pecado; es la condición del que se toma el lujo de prescindir de los méritos de Cristo; del que se engaña acerca de sus propias posibilidades y se ciega. Y creyéndose causa primera, fracasa como causa segunda, se despeña en el abismo de la frustración, y despeña a otros. Es propia del hombre moderno, que en lugar de saberse deudor de los que le precedieron, se estima acreedor suyo.
14 comentarios
Soy muy ignorante sobre los temas que aborda, sin embargo todos se entienden muy bien.
Pienso que haría una gran labor a la Iglesia si los publicase en un libro u otro medio.
¿Cree que sería buena idea?
La razón es el arma más temible de nuestra Fe y bien lo saben nuestros enemigos.
Paz y bien.
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A.G.:
Gracias Óscar, gloria a Dios. Sería una buena idea publicar todo esto. Lo intentaré, si Dios lo concede.
No es por aplaudirle, que también, sino porque hace falta. Es muy necesario que se diga a los cuatro vientos todo esto que es tan necesario que se sepa. Por favor, si hace falta ayuda económica para publicarlo hagamos una suscripción o lo que sea.
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A.G.:
Muchas gracias Martinna. Prometo estudiar el asunto a ver cómo podría hacerse
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A.G.:
Sin duda, la democracia constitucionalista, liberal y tecnocrática.
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A.G.:
Bien traído Juan Andrés lo del utopismo. Es importante desde la relación autarquía/utopismo. Causa de muchos males.
Hay que rezar y luchar para que termine la crisis que padece la Iglesia, porque si ello se logra a Dios gracias, tendrá su correlato en la política.
Porque fuerza es reconocer que pueblos apóstatas como los nuestros, bien merecida se tienen a la relativista democracia.
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A.G.:
No me cabe duda Ricardo de que esta crisis es castigo medicinal. De acuerdo con que la política católica se beneficiará de la superación de esta crisis, si la hubiere.
Asimismo, como recordó el concilio ecuménico Vaticano II, la Iglesia no está llamada a gestionar el ámbito temporal, puesto que, "en razón de su función y de su competencia, no se confunde de ningún modo con la comunidad política y no está vinculada a ningún sistema político" (Gaudium et spes, 76; cf. n. 42). Pero, al mismo tiempo, es preciso que todos trabajen por el interés general y por el bien común. Así se expresa también el Concilio: "La comunidad política y la Iglesia, (...) aunque por diverso título, están al servicio de la vocación personal y social del hombre. Este servicio lo realizarán con tanta mayor eficacia, para bien de todos, cuanto más sana y mejor sea la cooperación entre ellas" (ib., 76)" (MENSAJE DEL PAPA JUAN PABLO II
AL PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE FRANCIA)
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A.G.:
Son juicios prudenciales que no contradicen la necesidad de volver a predicar la realeza de Cristo. No deben entenderse como defensa de la separación de la Iglesia y el estado sino cono distincion. La"confesionalidad" católica o mejor dicho la unidad católica de la nación es un bien inestimable, la separación de la Iglesia y la comunidad política es un mal. Separación no, distinción sí. Las leyes civiles deben estar fundadas en la ley moral, de lo contrario se abre la puerta a la tiranía de estado y al positivismo.
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A.G.:
Distinción sí. Separación no. Es el momento de la realeza de Nuestro Señor.
Sucedió lo mismo con una muy traída enseñanza de SJPII sobre la democracia, a la que considera "aceptable" SIEMPRE QUE NO SEA RELATIVISTA. Católicos ha habido y hay que, en su afán de poder echar incienso a la diosa impía, se quedan con lo de "aceptable" y se olvidan de lo que sigue. Pero va a ser que no existe una democracia que no sea relativista, y a tal punto es así que unos años después Benedicto XVI, en el discurso inaugural de su pontificado, dijo expresamente que el gran desafío católico era luchar contra el relativismo.
Por cierto que no dijo luchar contra la democracia, pero vamos, el que pueda entender que entienda.
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LF:
Tururú... es como decir que el solafideísmo, bien comprendido, pertenece a la doctrina católica.
Absurdo.
Cuando uno pierde la fe en Cristo el Otro ocupa su lugar, pero no lo hace de forma visible, claro, sino a través del antropocentrismo y, en su forma más acabada, de la antropolatría. Ya no es Dios el centro, sino el hombre. Piensan estos hombres sin fe que quitando a Dios de enmedio aparecería el hombre puro... y lo que aparece es el dulce veneno del maligno: la soberbia espiritual, la hibris griega... Y esa antropolatría se echa de ver en lo espiritual en la autarquía espiritual, que, a fin de cuentas, es la SEPARACIÓN de la conciencia de la ley objetiva. Es decir, la autodeterminación del hombre, el non serviam, la primacía de la conciencia sobre el magisterio y la tradición de la Iglesia. Eso es puro luteranismo y está también, como sabes, en Amoris Laetitia.
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A.G.:
Antropolatría es una palabra en la que no había reparado, y es bien expresiva. Gracias. Desde luego, autarquía y falta de fe van unidas. El dulce veneno que mencionas, la hibris, lo veo, también, en el optimismo suicida y utópico de este humanismo post-revolucionario que tiene apariencia piadosa, pero es irreligioso hasta el tuétano.
Un saludo.
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A.G.:
Gracias. Gloria a Dios.
El que sigue el ejemplo de nuestra madre la Santísima Virgen María estará lejos de la autarquía. y cerca de ella(La Virgen),que está al lado de nuestro amadísimo Señor Jesucristo . Que Nuestra Madre te arrope con su manto .
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A.G.:
Muy cierto, bajo el amparo de Nuestra Señora, nada se ha de temer. Gracias Juan Pablo. Gloria a Dios.
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A.G.:
En breve, si Dios quiere. Gracias.
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