(262) Quintas justas, I: la modernidad empieza con el libre examen
1ª.- Occidente era la Cristiandad.- Con la mal llamada Reforma, la Cristiandad comenzó a deconstruirse, quedando tan sólo una Europa progresivamente descatolizada (pues eso es la secularización) —y una cristiandad superviviente, llamada Hispanidad (evangelizadora y occidentalizadora).
La Modernidad, en cuanto tal, no empieza con el descubrimiento de América, sino con el libre examen.
3ª.- Vivimos, aún, en la Modernidad, que es la era del subjetivismo. Cuándo acabará, no lo sabemos. Lo que sí sabemos, o deberíamos saber, es que lo posmoderno no es sino un escorzo de lo moderno.
El subjetivismo, en cuanto esencia del pensamiento moderno, es también esencia de su radicalización: el pensamiento posmoderno. —Si en una primera fase el subjetivismo se manifestaba como exageración de la razón (racionalismo), en una segunda fase se manifiesta como exageración del racionalismo (irracionalismo).
y 5ª.- Modernidad globalizada. Mundialización del libre examen, bajo apariencia de libertad de conciencia. No asistimos a una nueva etapa, sino a la dilatación axiológica de la era de las revoluciones. No otra cosa es el nuevo orden mundial.
13 comentarios
El enemigo a batir es Cristo y su Iglesia.
La persecución arrecia y la fe de muchos se enfría, no por el terror como en Roma, sino por la confusión que siembran las doctrinas falsas.
la mundialización, el NOM, no es más que la puesta en acto de la propuesta Revolucionaria
Coincido, el estado actual de cosas, el estado moderno mundial, es un artefacto posrevolucionario. Es la libertad negativa elevada a construcción política global.
Pero ahora me doy cuenta que los partos que a veces nos toca padecer, aunque sean de parte de personajes encumbrados, responden todos a un patrón de doctrinas falaces que vienen de la modernidad mundana. Entonces si lo dijo Juan o lo dijo Pedro, y si el tal es hereje o no lo es, es cuestión de circunstancias.
En cambio lo de fondo, lo que es común, la matriz distorsionada que produce confusión y perplejidad -cuando no legítima ira: "El celo por Tu casa me consume"- es lo que hay que poner en negro sobre blanco, es lo que tenemos que tener en claro, incluso -o mejor dicho especialmente- si pretendemos hacer una corrección fraterna. Porque tenemos que tener en cuenta que el presunto hereje puede no tener ni remota idea de que está evacuando una herejía.
Realmente no con el libre examen, sino con esta frase de Lutero, anticipada por el voluntarismo tardomedieval.
el racionalismo moderno, especialmente en su proyección política, es consecuencia del luteranismo. Es más, el libre examen, entendido en un sentido amplio, es su principio de subjetivismo radical.
El odio luterano a la razón deviene racionalismo, también irracionalismo, porque el libre examen no es más que "libre opinión", modelo del ethos subjetivista de la libertad de conciencia y religión tal y como la entiende la modernidad.
pienso que lo has explicado con una gran precisión:
Pero ahora me doy cuenta que los partos que a veces nos toca padecer, aunque sean de parte de personajes encumbrados, responden todos a un patrón de doctrinas falaces que vienen de la modernidad mundana. Entonces si lo dijo Juan o lo dijo Pedro, y si el tal es hereje o no lo es, es cuestión de circunstancias.
En cambio lo de fondo, lo que es común, la matriz distorsionada que produce confusión y perplejidad -cuando no legítima ira: "El celo por Tu casa me consume"- es lo que hay que poner en negro sobre blanco
Realmente es circunstancial. Es tal el cúmulo de errores del paradigma, que cuando no es uno, es otro el que sirve de voluntaria y obstinada transmisión. Reconozco, por eso, que prefiero atenerme a las ideas, a las toxinas, a los males, y dejar a un lado la personalización, para que resalte con más crudeza la maldad de la desviación.
Pero entiendo que otros, mejor que yo, pueden confrontar autores, con nombres y apellidos, porque a veces es necesario. Yo sin embargo creo ser más efectivo en el combate puramente de ideas.
Comparto su tesis. Pero me pregunto si este irracionalismo del que habla, resultado de la exageración del racionalismo posmoderno, equivale o se manifiesta bajo la forma de un exacerbado emocionalismo, una extremada expresión de sentimentalismo de fácil y primaria excitación. Cuando, por ejemplo, se pretende legislar en el sentido que señala la ideología de género, es frecuente escuchar el argumento de que 'cada cual es aquello que uno siente'. Para llegar hasta aquí ha sido necesario recorrer el camino trazado en origen por el nominalismo, que con el libre examen se convirtió en ese gigantesco maelstrom del que vd suele hablar que hace del subjetivismo la fuente de su caudal. Eliminada la concepción realista de las cosas y exaltado el libre examen, sólo queda entronizar la exacerbación del sentimiento y de las vísceras. Es el reino de la emoción sojuzgando a la razón. Preeminencia que, cuando se aplica a la fe, tiene efectos destructivos. El Catolicismo Reducido del que tantas ha hablado vd. Lo padecemos a diario en homilías que reducen la sagrada Revelación a subjetivismo buenista. Un abrazo en Cristo Resucitado y en María Inmaculada
Recordemos a San Pablo: Timoteo 2a. "3. Pues llegará un tiempo en que los hombres ya no soportarán la sana doctrina, sino que se buscarán maestros a su gusto, hábiles en captar su atención;
4.cerrarán los oídos a la verdad y se volverán hacia puros cuentos.
5.Por eso debes estar siempre alerta. No hagas caso de tus propias penas; dedícate a tu trabajo de evangelizador; cumple bien tu ministerio................7.He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, he guardado lo que depositaron en mis manos".
Pero lo realmente importante, imponente, actualmente es que el Espíritu ha llamado a ordenados y a "desordenados" nuevamente a defender lo que custodian, como administradores y no como dueños, la Fe, hay en este Papado una enorme confusión tanto en lo doctrinario (AL y demás) como en lo político (vean Venezuela y China), que excede por mucho las divisiones anteriores.
Lo anunció San Juan Pablo II Fe y razón, las dos alas para elevarse a la verdad "La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad". Esta frase, con la que se inicia la encíclica Fides et ratio de Juan Pablo II, es una síntesis de su contenido central: la cuestión de la verdad, que es la cuestión fundamental de la vida y la historia de la humanidad. Juan Pablo II defiende la capacidad de la razón humana para conocer la verdad, y pide que la fe y la filosofía vuelvan a encontrar su unidad profunda.
la cuestión de la verdad, que es la cuestión fundamental de la vida y la historia de la humanidad. Juan Pablo II defiende la capacidad de la razón humana para conocer la verdad, y pide que la fe y la filosofía vuelvan a encontrar su unidad profunda.
Pues en esas estamos. El momento presente supone enemistad entre la fe y la razón. Recuperar la armonía entre ambas, como tantas veces se ha dicho en este blog, es la tarea urgente que nos toca, como reto y como misión.
me pregunto si este irracionalismo del que habla, resultado de la exageración del racionalismo posmoderno, equivale o se manifiesta bajo la forma de un exacerbado emocionalismo, una extremada expresión de sentimentalismo de fácil y primaria excitación.
No cabe duda que el subjetivismo moderno, sea bajo forma de racionalismo, sea bajo forma de irracionalismo, deviene en el emocionalismo que tanto predican y defienden los modernistas, tanto de primaria y fácil "espontaneidad", como de pseudomística elevación.
Me alegra amigo mío que mencione la cuestión de las leyes, porque es el terreno donde el subjetivismo moderno hace más daño. Y no dudo en afirmar que la secularización no es la descristianización de los corazones, sino, primero, la descristianización de las leyes y de las sociedades, y luego la descristianización de los corazones.
Se bordean temas morales aislados y se trata de encontrarle "la pata a la sota" pero presuponiendo que la tiene. El individualismo extremista conduce a la moral de situación.
Si se hiciera una encuesta sobre si la razón alcanza para salvarse, qué pasaría ?.
Dice Benedicto en Jesús de Nazaret juicio ante Pilato tercer punto: "¿Qué es la verdad? La pregunta del pragmático, hecha superficialmente con cierto escepticismo, es una cuestión muy seria, en la cual se juega efectivamente el destino de la humanidad.
Entonces, ¿qué es la verdad? ¿La podemos reconocer? ¿Puede entrar a formar parte como criterio en nuestro pensar y querer, tanto en la vida del individuo como en la de la comunidad?.
Dios es «ipsa summa et prima veritas, la primera y suma verdad» (S. Theol. I, q. 16, a. 5 c). Con esta fórmula estamos cerca de lo que Jesús quiere decir cuando habla de la verdad, para cuyo testimonio ha venido al mundo. Verdad y opinión errónea, verdad y mentira, están continuamente mezcladas en el mundo de manera casi inseparable.
La verdad, en toda su grandeza y pureza, no aparece. El mundo es «verdadero» en la medida en que refleja a Dios, el sentido de la creación, la Razón eterna de la cual ha surgido.
Y se hace tanto más verdadero cuanto más se acerca a Dios. El hombre se hace verdadero, se convierte en sí mismo, si llega a ser conforme a Dios.
Entonces alcanza su verdadera naturaleza. Dios es la realidad que da el ser y el sentido. «Dar testimonio de la verdad» significa dar valor a Dios y su voluntad frente a los intereses del mundo y sus poderes.
Dios es la medida del ser. En este sentido, la verdad es el verdadero «Rey» que da a todas las cosas su luz y su grandeza.
Podemos decir también que dar testimonio de la verdad significa hacer legible la creación y accesible su verdad a partir de Dios, de la Razón creadora, para que dicha verdad pueda ser la medida y el criterio de orientación en el mundo del hombre; y que se haga presente también a los grandes y poderosos el poder de la verdad, el derecho común, el derecho de la verdad.
Digámoslo tranquilamente: la irredención del mundo consiste precisamente en la ilegibilidad de la creación, en la irreconocibilidad de la verdad; una situación que lleva necesariamente al dominio del pragmatismo y, de este modo, hace que el poder de los fuertes se convierta en el dios de este mundo".
Pero lo que importa no es lo que acepten o no acepten los herejes, lo que importa es lo que realmente es. Y lo que "es", lo ha dicho muy claro David: libre examen=libre opinión. Ésa es la verdad desnuda.
Es de manual que las herejías, que son afrentas a la Verdad, no la van a aceptar tal cual es porque quedarían en evidencia. Así que por lo general le ponen atractivos adornos a sus sofismas, buscando disimular lo más posible los errores de fondo que proponen.
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