(257) Distinciones y distingos, I: la quebradura teológica de la crisis
1.- La quebradura del lenguaje teológico.— Los momentos de crisis de fe son momentos, también, de desenfoque conceptual del lenguaje teológico. No es sólo que los términos se difuminen, sino que introducen distingos en lugar de distinciones; distingos que propician quebraduras doctrinales. La importancia del lenguaje teológico, por eso, en el catolicismo, es extrema, porque la precisión es una necesidad apremiante de la función docente de la Iglesia.
Es por esto que, cuando la teología, a la hora de explicar la fe, en lugar de introducir legítimamente distinciones, introduce ilegítimamente distingos, produce una quebradura en la doctrina, volviéndola ambigua y anómica; la teología, entonces, deviene antiteología, y deja de servir a las “necesidades” terminológicas de la Iglesia, volviéndose ociosa. Y un lenguaje ocioso produce vicios innumerables.
2.- Distingos y distinciones.— Nos interesa cómo lo explica la RAE: distingo es «reparo, restricción, limitación que se pone con cierta sutileza, meticulosidad o malicia». Es un recurso habitual de la sofística para introducir ambigüedad. Nos interesa tambien la RAE para comprender la necesidad que tiene la teología (y la filosofía) de hacer distinciones, ante todo para ser justa con su objeto.
Porque hacer distinción es «hacer juicio recto de algo, estimarlo en lo que merece», e implica «buen orden, claridad y precisión en algo». Salta a la vista que introducir distingos terminológicos es pecar contra la justicia debida a la doctrina católica, y que utilizar distinciones es hacerle justicia. Salta a la vista también que, dado que la introducción de distingos introduce ambigüedad en la doctrina, la ambigüedad es ante todo un acto de injusticia.
3.- Fuga hacia delante.— Volviendo a la RAE. Quebradura habla de rotura, de hendidura, de fractura, de hernia. La hernia es una protusión, de protrudĕre, que significa empujar hacia delante. Es ilustrativo, porque es la impresión que producen los distingos: la insinuación de algo que aún no se ha dicho, de un mal que se anuncia en el horizonte, de un as guardado en la manga. Es la impresión que deja en la mente la ambigüedad, la de un error que está germinando, la de una novedad maliciosa que está por venir, que aún no se ha manifiestado sino como salida de madre, exceso o deformación sutil. La ambigüedad, por eso, produce inquietud, desazón, temor ante lo que ha de venir. Los distingos, por ser recursos de la ambigüedad, parecen fugas hacia delante, fracturas de sentido que preparan el camino al error.
David Glez Alonso Gracián
6 comentarios
Alguien tendrá que hacernos parar, dar vuelta atrás, y volver a situarnos en la vía correcta.
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A.G.:
Así es. La vía correcta católica es la bíblico-tradicional. No hay otra.
Y si nuestros guías van alegres hacia al abismo, yo no los pienso seguir.
Todo tiene un límite, y creo que nos estamos acercando a él con la velocidad del rayo.
Y no por culpa de quienes seguimos la vía bíblico-tradicional.
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A.G.:
Conformarse con el mundo es que es el primer paso de toda heterodoxia. Yo creo, Ricardo, que esta época es castigo medicinal, como Luis Fernando no deja de repetir.
Esto nos anima, nos reafirma en que siempre quedará un remanente fiel, porque el Señor se cuidará de levantarlo y mantenerlo siempre.
Continue haciéndonos el favor de escribir lo que sabe. Cumple con la misericordia de enseñar, de poner la luz en todo lo alto para guiar,
*La ambigüedad, por eso, produce inquietud, desazón, temor ante lo que ha de venir. Los distingos, por ser recursos de la ambigüedad, parecen fugas hacia delante, fracturas de sentido que preparan el camino al error.*
Esto que sucede nos angustia, y pensamos que irá a peor. Creo que Dios nos deja estar en medio de dificultades, para despabilarnos y hacernos más fuertes en la fe. Los que se meten en líos y se equivocan es porque van a su bola y no piden ayuda al Señor. Durante estos años, que nos ha tocado vivir en la iglesia, hemos pasado por tantos avatares, que es milagro de Dios permanecer en ella con bien. Lo digo por mi, que me apunto a todo sin ser lista ni estudiosa, y siempre encuentro ayuda de gente,ocasiones, oportunidades, que me quedo pensando, medio en broma, que a mi ángel de la guarda Dios lo tendrá que condecorar.
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A.G.:
Le agradezco mucho su bello comentario, Martinna. Por supuesto que voy a seguir escribiendo al respecto. Libramos una batalla contra el poder de las tinieblas, que no es de carne y hueso. Y en esta batalla limpiar de barro los caminos, para que vuelvan a ser transitables, es crucial.
Me ha gustado mucho su reflexión final, y su referencia al ángel de la guarda. Hay que darle trabajo al Custodio, jeje, que siempre está a la espera, no le agrada estar ocioso.
Hay pedradas rebozadas que hieren directa o indirectamente a Jesús, porque inducen al desprecio de su Presencia Real y amorosa en la Eucaristía, por ejemplo cuando se señala como ejemplo NEGATIVO el rostro beatífico de una niña enamorada de esa PRESENCIA REAL..
Sin embargo, Gracián, este tema no puede ser combatido sólo desde la linguística teológica, porque enfrenta una capacidad sin precedentes de "hacer la guerra a los santos y vencerlos" (Ap 13, 7)- vencerlos DIALÉCTICAMENTE-. Una capacidad que solo puede ser descubierta y combatida desde el marco escatológico.
Bíblíco teológico, sí, pero además específicamente dispuesto. Porque sólo será vencida por Nuestra Señora mediante las PEQUEÑAS criaturas formadas en su seno. Esta batalla supera todo lo convencional y exige la consagración mariana personal y efectiva.
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A.G.:
Me alegra valore este artículo, Juan Stuse. Coincido con la figura que ha utilizado usted de los cantos rebozados, y sus efectos, en especial cuánto hieren al Verbo.
Pero sobre todo coincido en su referencia a María. En efecto, la necesidad de confiar en la fortaleza de Nuestra Señora, destructora de las herejías, capitana contra el voluntarismo moderno, es crucial. No cabe no ser mariano en esta batalla.
Lo que dice de la lingüística, siendo verdad que la victoria contra la descristianización no depende de la metateología, que es lo que estoy haciendo; hay que tener en cuenta que el enemigo libra su batalla contra la religión de Cristo manipulando el lenguaje, por lo que la primera batalla es a este nivel.
Le agradezco el ilustrativo comentario.
Muchos comentarios son parecidos al suyo, en este blog y en otros. Podrían intentar organizarse como grupos para encuentros, para poner ideas en común, para hacerse visibles a los demás como cristianos testimoniales y dispuestos a ser alternativa en medio del revoltijo de ataques a nuestra fe. Al principio del cristianismo lo tenían peor y lo hicieron. Iban de dos en dos como Cristo les mando. Se empieza por hablar con los cercanos, para motivarles a defender su parcela de libertad, para escoger como quieren vivir sin sentirse, como usted dice, que utilizan todos los medios para hacernos callar, para impedirnos ser cristianos con todo derecho a serlo.
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