(244) Defensa de la clasicidad
Clasicidad: virtud de no apartarse de lo tradicional.
1.- La herencia transcendental.- Cuán necesario alimentar la razón católica, no con ideo-sincrasias difusas, de origen modernizante, sino con el legado filosófico de las precedentes generaciones cristianas.
2.- La potestad del servidor.- El pensamiento clásico posee una mayor autoridad. No sólo por su consistencia broncínea, sub specie aeternitatis, bajo la perspectiva de lo eterno; sino porque el mismo Magisterio de la Iglesia ha utilizado su síntesis.
3.- El inconcuso bisturí.- La filosofía clásica, en vanguardia contra la ontofobia existencial, defiende el verdadero y genuino valor del conocimiento humano, sus indudables principios y sus firmes nociones. Con arte preciso extirpa los errores, los tumores del subjetivismo, para que no se desustancie la persona.
4.- La aguja de las esencias.- La tesis central del pensamiento clásico, brújula en el bosque del devenir, es que se pueden alcanzar verdades ciertas e inmutables. Siempre con norte que atrae, que es el socorro teologal. No hay caminar seguro sin antorchas.
5.- Fuera del remolino.- La filosofía del ser no se somete al Maelstrom, ni en sus principios ni en sus juicios.
6.- A Dios atañe el crecimiento.- La razón católica progresa por añadiduras, no sin toques de la divina providencia. Una verdad tras otra, para que aumente la comprensión, en armonía bíblico-tradicional de fe y razón. Creciendo en potencia sin cancelar verdades.
6 comentarios
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A.G.:
Prosigamos andando fino, si Dios lo concede.
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A.G.:
Gracias Juan Pablo. Me alegro te sirva de provecho este artículo.
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A.G.:
La clasicidad es la virtud por la cual recibimos y transmitimos con gratitud y fidelidad la verdad heredada.
Las verdades más altas son las que están más cerca de Dios, por aquéllo de "aquel que se salva sabe, y el que no, no sabe nada". Santo Tomás al final de su vida se encandiló con el brillo divino de tal forma, que le parecieron despreciables sus discursos y quiso quemar toda su obra, cosa que no concretó por obediencia.
El verdadero saber busca a Dios y confía en la capacidad de conocer del hombre. ¿O acaso Dios entregó su Revelación a una criatura a la cual no proveyó de la adecuada capacidad de conocer? ¡Es un contrasentido! Si estamos hechos "a imagen y semejanza de Dios", es de cajón que podemos conocer a fondo la realidad natural (Dios nos hizo dueños de la Tierra), y la sobrenatural también, aunque acá abajo de manera parcial.
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A.G.:
Ricardo, buena imagen la del monte. Sin duda el hombre tiene esa capacidad que dice, auxiliada por la gracia y la razón. Renunciar a ella es el pecado de la posmodernidad. Exagerarla y deformarla, que es otra forma de renuncia, el pecado de la modernidad.
Ay, Don Alonso... así, ¿¿de cuajo?? ¿¿ni un gradualismo hacia el ideal??
jejeje
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A.G.:
Marisa, constato con deleite, además de su talento para la filosofía, sus dones para el dardo satírico.
¿Que engloba la clasicidad?, ¿hasta donde llega?. En palabras de un neófito estudiante:No hay "envoltorio" en la clasicidad porque si lo hubiera ya no sería tradicional sino maleable.
Directamente: ¿Que piensa usted de la misa Novus Ordo?. ¿Es la liturgia el caballo de troya del Modernismo?. ¿ Piensa usted que sin Misa Tradicional puede haber un despertar del pensamiento católico tradicional?.¿O en cambio piensa que este asunto es de una importancia relativa?.
Gracias.
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A.G.:
La clasicidad engloba todo lo que es católico tradicional, porque es la virtud de no apartarse de ello.
Sobre la pregunta que Ud. me hace acerca del Novus Ordo, debo decirle que no le puedo responder con propiedad, porque no domino el tema de su génesis y sus características.
No me parece que la liturgia sea tema de importancia relativa. Lo que ocurre es que no poseo suficiente dominio del asunto como para responder sus dudas con afirmaciones claras y precisas.
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